Solja Krapu nació en Finlandia en 1960. A los 16 años se mudó al norte de Suecia con su familia y se instaló en la ciudad de Umeå, donde todavía reside. Krapu es considerada una veterana en el contexto de la Poesía Slam en Suecia: a través de sus contactos con Erkki Lappalainen, participó en la organización de los primeros concursos de Poesía Slam en el país, y fue la ganadora de los dos primeros campeonatos formales (1997 y 1998). Es la única mujer que ha ganado el título dos veces. Ha sido también ganadora de una variante llamada “Improesía” donde el poeta sube al escenario e improvisa sobre un tema.
A más de diez años de su participación intensa en este movimiento poético, Solja Krapu sigue interesada en toda presentación escénica o gira que le permita interpretar sus textos live frente al público. Cree todavía en la fuerza de la palabra hablada, y afirma que la Poesía Slam puede continuar viva y desarrollarse solamente si encuentra continuas formas de renovarse. “Lo peor es caer en un molde fijo”, dice. La pluralidad de voces, el surgimiento de nuevos talentos, es indispensable para que la Poesía Slam siga siendo un factor de relevancia en el desarrollo de las jóvenes generaciones de poetas. Krapu puntualiza la importancia de mantener abierta a todo tipo de impulso a esta forma popular de poesía, evitando que se convierta en una burbuja, en un mundo aparte, aislado, sin contactos con otros actores en el panorama de la poesía actual: en ese caso no sería distinta a ese reducido número de poetas cultos que sólo escriben para ser leídos por sus colegas y algún que otro crítico. Solja Krapu suele también puntualizar lo inusual del éxito de los Poetry Slam en Suecia, un país en el que, por tradición, las competiciones son mal vistas. Le adjudica este éxito al ambiente distendido y abierto a los nuevos impulsos que ha caracterizado hasta hoy al movimiento de Poesía Slam sueco. La Poesía Slam en este país ha crecido, madurado y ocupado nuevos espacios, afirma Krapu, ya nadie frunce el ceño al escuchar este término. Nuevas agrupaciones y nuevos foros se abren continuamente. Los poetas actuales tienen un manejo de la escena que no tenían los de hace diez años atrás. Según Krapu: “la poesía Slam ha formado la poesía actual de Suecia”.
Un tema sobre el cual Solja Krapu ha discutido mucho es por qué las poetas mujeres ya no alcanzan hasta la cima en el contexto de los Poetry Slam. Además de Krapu, sólo la poeta Irene Karlbom ha sido ganadora del campeonato nacional. Muchas jóvenes poetas se destacan en las competiciones pero siempre son hombres los ganadores finales, por lo menos en los últimos años. Krapu no tiene una respuesta concreta, pero espera que la escena de la Poesía en Voz Alta pueda albergar tanto a poetas hombres como mujeres, y que la imagen del poeta Slam no se haya estancado en la figura del joven rebelde.
Solja Krapu es una artista polifacética: ha escrito poesía, novela, literatura infantil y libros para uso escolar. Recorre continuamente el país con sus actuaciones y lecturas de poesía. Es además artista plástica y profesora de dibujo y pintura. Ha publicado los poemarios Jag behöver busschauffören (Yo necesito al conductor del autobús) en el 2003 y Det började så oskyldigt med diskbänken (Todo empezó tan inocentemente en la cocina) del 2006. Su novela Mogen för skrubben (Lista para empuñar el trapo de piso) se publicó en el 2005. Con su primer libro para niños Lille Ville (Guillermito) de 2005, ganó el premio Slangbella como el mejor debut del año en literatura infantil. Actualmente prepara su segunda novela. La poesía de Solja Krapu está pensada fundamentalmente para ser leída en voz alta, y a su último libro de poesía lo acompaña un CD. Solja Krapu trabaja, sin embargo, para que sus poemas sigan teniendo validez aun en la página escrita. Esta poeta (que tiene como favorita y guía la figura de la poeta suecofinlandesa Edit Södergran) ha sido llamada una poeta de lo cotidiano, con humor y chispa. Ella misma espera, sin embargo, que los lectores encuentren también la seriedad y lo trascendente detrás de la risa. Dice Solja: “El humor es mi linterna en la oscuridad, hasta los macarrones pueden ser objeto de profundas disquisiciones poéticas. A mi parecer, no hay temas elevados y temas de menor valía. Lo de todos los días: eso es la vida”.
Presentación y traducción: Lilian Fernández Hall
Tales personas
No abundan tales personas
con las que se podría tener ese
contacto directo
donde sólo una mirada
es un cable de acero puesto a temblar
Quizás no hubo ninguno de ésos
en tu clase en la escuela elemental
nadie que estuviera parado
observando a la gente un viernes a la noche
en el Dragón Azul
Ninguna de esas personas en el radio que abarca la mirada
Esas personas están dispersas al azar
a lo largo del tiempo
y a lo ancho del mundo
Quizás alguien tenía como
el proyecto de su vida el buscarte
aunque demasiado temprano
o demasiado tarde
y en un lugar completamente alejado
contando desde tus pies
Y tú estás ahí sentado
en una silla pintada de amarillo
en una casa de campo solitaria al borde de una tala
Quizás existan siete u ocho
personas apropiadas para ti que
exactamente ahora suben y bajan en una escalera
en un pasillo cargado de ecos
con una taza de café vacía
y que no pueden hacerse a la idea
de pedir prestado un poco de pan rallado
a ninguna otra persona
más que a ti
Y él, ése allí que vive en pareja tan feliz
él quizás eligió así
como se elige entre distintos tipos de polvo para lavar la ropa.
Si te llevo conmigo de viaje
Si te llevo conmigo de viaje
si cuento una historia
son otras las reglas en vigencia
Ninguna meta sobreentendida
ningún terreno delimitado
ningún orden lógico de sucesión
entonces —
estamos de acuerdo:
desabrocha el cinturón del pensamiento
sobre todo en el despegue y el aterrizaje
si yo cuento una historia
no hay ninguna gramática a la cual amarrar las palabras
ninguna ordenanza cronológica
ninguna adecuación
u horario
entonces —
estamos de acuerdo:
puedes bajar la ventanilla
Y asómate con gusto hacia afuera
Mucho
Una buena cantidad de cosas uno ha pasado
visto y vivido
y experimentado
Andado a lo largo de algún que otro empedrado lluvioso
mordido una que otra uña
perdido uno que otro transporte y alcanzado otros
Algunas tristes realidades uno ha experimentado
y recién entendido
cómo la una tiene que ver con la otra
y uno ha sobrevivido desilusiones
y mantenido el buen humor
y cuando los filtros de café se acababan
entonces se han usado servilletas
Raspar el hielo del parabrisas
tantas mañanas heladas
Y se ha aguantado uno
Y se ha rebelado
no
con la frecuencia
suficiente
Vivido y visto
y mucho se ha visto
pasar de largo
muchas posibilidades
dejadas de lado
y aprovechado otras
tan pocas veces
Muchos canastos habidos de ropa sucia
cargas llevadas
kilómetros recorridos recogiendo cosas
Mucho ha sido importante
y grandioso
y mucho se ha convertido en pequeñeces
cuando
se hace la cuenta final
Hemos comido hamburguesas
y cómo
quema la lengua los labios la garganta el paladar
un omelette delgado
en un restaurante hindú en una gran ciudad
se aprende
Y que hay diferencia entre el rábano picante y el jengibre
hemos experimentado
y cómo las estaciones se suceden
más y más rápido y se neutralizan las unas a las otras
hemos visto
y el ruedo de los pantalones vuelve a ser ancho de nuevo
por no sé cuántas veces ya en orden
Acumular cosas
hemos hecho
y si no nos hemos mudado con frecuencia
casi todo permanece y comienza a echar raíces
Uno recuerda erróneamente mucho
y de buena gana
uno recuerda en forma selectiva y
subjetiva
y se tiene casi siempre una gran comprensión por aquello
que uno mismo ha provocado
Sí, es suficiente con lo pasado
Y cuando personas adultas dicen
que son nacidas —ochenta y uno—
entonces uno piensa que ya se ha vivido
Un Buen Rato
Y morir igual no se quiere
no todavía
no por un buen rato
porque sería tan triste de todas maneras
y nunca se sabe
no se sabe
nunca
se sabe
Puede haber todavía cosas olvidadas
en los bolsillos de las chaquetas arrumbadas:
un chicle
una moneda de cincuenta centavos
la llave desaparecida del candado de la bicicleta
Quiero creer en Zanzibar
Kuala Lumpur
Zanzibar
Abu Dhabi
Yo sé que esos nombres urdidos de las fábulas
son sólo denominaciones de
lugares corrientes para justo esa parte del mundo
y ciudades
quizás países a veces
y paisajes
Uno que otro río completamente ordinario
—para esa zona ordinario, digamos—
o una montaña, normal para ese tipo de naturaleza
puede también tener un tal
nombre
urdido de las fábulas
Que inclusive con Mármara y el Bósporo
Casablanca y Montevideo
¡Surabaya!
¡Eldorado!
uno puede tener una relación
completamente neutral y racional
y no como yo cuando viajo con el dedo índice
y la alfombra voladora
Y no imaginarse nada
No esperarse nada que quizás
sólo haya sido una conjetura, una expectativa
un rumor de algo único
urdido de las fábulas
urdido de
No
la cabeza fría los pies sobre la tierra los puños sobre la mesa
y al diablo Shangri-La
Shangri-La puede borrarse de la faz de la tierra
Hay que ponerse en guardia realmente ponerse en guardia
estar alerta
tener cuidado
No hay que atreverse tan lejos como hasta
Samarkand (que queda en Uzbequistán por si no lo sabías)
y no se debe en absoluto robarse un cartel de tránsito con ese nombre
y llevárselo de contrabando en la valija
(aunque hubiera sido más práctico con una mochila)
en un vehículo todoterreno a través de un paisaje seco y bamboleante
en shorts color caqui
y control de pasaportes y vuelos con escalas en
numerosos lugares
para colgarlo —el cartel, digo—
en una pared de casa
Esto conduce irremediablemente a desengaños
ya se sabe
Y no es bueno
Pero yo quiero y no sé nada más
Quiero creer en Zanzíbar
y Ulan Bator
Quiero creer en la Sierra Madre
Surinam
Sargasso
y Katmandú
Dar es Salaam
Alma-Ata
Acapulco
Ipanema
Timbuktu
Titicaca
Koko Nor
y Kalahari
En el Danubio
y Sulitelma
Hasta en las Montañas Rocosas quiero creer
el Valle de los Reyes
el Pasaje de San Gothard
el Dogger Bank
el cabo sur de Öland
Metrópolis
Atlantis
y el Edén
Poemas de Jag behöver busschauffören. Dikter
(Yo necesito al conductor del autobús. Poemas).
Estocolmo, Ord & Visor, 2002.
http://www.letralia.com/transletralia/slam/01.htm
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