José María Banús. España (Sevilla) 1980. Autor independiente y autodidacta. Actualmente se dedica a embotellar sueños en poemas de papel de estraza. Tiene escritas dos novelas “Quién puede bailar sin música” y “Lentísima manzana”. Colecciona cigarrillos sin filtro, poesía de Stephane Mallarmé y tiempo para asimilar el comportamiento de la raza humana.
WEBS DE JOSÉ MARÍA:
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Hombre pánico
Despertarse en decoherencia
y no mirar
el sueño
de una ciudad
abierta en cuadernos.
Se pregunta la pregunta.
Aquí está el hombre
pánico
tejiendo humo hexagonal
e indeterminadas de acero.
FINAL TRACTATUS
Nada me entretiene más
que hablar de lo que no se puede
hablar. Porque de lo que se puede hablar
ya está todo dicho.
Marine
Estación de mil caras
hacia dentro
rompiendo claraboyas
en voz de geométrica
difusa.
Resistir el submarino
avance de los signos.
EN EL CAFE HEGEL
El desorden de tu voz
me confirma dos cosas:
Uno: que no hay fórmulas secretas
por donde desmigar este axioma.
Y dos: que la certeza naufraga
dialécticamente
en lo venidero.
Esquina rota de mujer
Prende la llama en diagonal
fuera de tiempo y habitación escarlata
adormecida
reposándose, repasándose
una colección de huellas
de antologías a puerta cerrada;
como una gata en su limpieza de gatos,
tarde de soles y nudos llanos.
Cae la órbita de escombros
para conquistar haces del subsuelo.
Lame,
desde su perspectiva
de obsidiana, un descubrimiento
flácido en la meseta sur crepuscular.
LES TEMPS MORTS
tanto todo
yo
tan poco
tan
yo de frente
dejándome
atrás
a destiempo
Extranjero
Preludio esta noche una noche
en sequedad. Con hueco de cera
en los tobillos escribo en el vaho
de la ventana: todos vivimos solos.
Donde los fármacos
no interactúan despiertos, resumir una vida
es traicionarse por la espalda. Pero si
afinas bien los parpados, los objetos
aprenderán a usar cuchillo
y tenedor.
No quiero
que me hables de estados;
pasado y futuro
siempre llegaron demasiado tarde. Entonces
observo su batir de alas dormidas
desde la cocina. Su luz calcificante y polen.
Te pintabas la piel cada mañana
antes de ir al trabajo: Avenida de Italia cuatro
tercero dé.
Estafeta de recreo
Salirse del círculo es
envejecer un compromiso,
añadir claveles de sol
a este diario ciego,
espacios sonoros,
ingrávidos,
tardíos.
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