Macario Matus nació en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, México, el 2 de enero de 1943 y falleció en 2009.
Poeta, narrador, ensayista, traductor y periodista. Colabora en los periódicos Excélsior y Unomásuno. Autor del libro de poesía Los zapotecas (Binni záa), publicado por la colección Letras Indígenas Contemporáneas de la Dirección General de Culturas Populares de CONACULTA. En sus versos destaca la relación que existe entre el hombre y la naturaleza, así como la visión hacia el cosmos, propia de los pueblos prehispánicos y de las grandes culturas que han surgido en la historia mundial, en español y zapoteco. En particular se expresa «la génesis, lucha, vida y muerte que comprenden las primeras edades de la existencia raigal» de este grupo, que se estima tenga una raíz que nace mil años antes de Cristo. A pesar de no sentirse «realmente un indígena» sino un «zapoteca universal», porque ha realizado traducciones de las obras de casi todos los poetas contemporáneos más importantes a su lengua. Como grupo étnico cree que «hemos crecido y tenemos la oportunidad, a 500 años de la conquista y creer que se nos había exterminado, somos un millón de hablantes sólo en el sur; ahora vamos a pasar a otro milenio y nuestro futuro es manejar computadoras y la escritura digital, estamos avanzando y seguiremos escribiendo». Actualmente, dijo, se están generando las condiciones para difundir lo que somos, en la cercanía del siglo XXI. «En la época que vivimos, los zapotecas todavía creemos provenir de las raíces de los árboles y las entrañas de las fieras; es un pensamiento milenario, mágico y fantástico que al manifestarlo en la literatura puede preguntarse qué pasa. No habíamos podido darnos a conocer de esta manera. Ahora ya sabemos leer y escribir, muchos somos escritores y poetas de manera natural, tenemos estos instrumentos, existe ya la oportunidad».
MACARIO MATUS (Nación Zapoteca, México, 1943)
Los zapotecas
Toda oscuridad era
cuando los zapotecos
brotaron de los viejos árboles,
como la ceiba,
del vientre de las fieras nacieron,
como el tigre, el lagarto.
Nacidos de las raíces
Nacidos de las raíces
de los grandes árboles,
de las entrañas de las fieras.
La ceiba, el zapote, el tule,
jazmines y lirios silvestres
son los padres tutelares.
También el tigre, el ocelote,
el lagarto, los coyotes, las nutrias
han sido los abuelos milenarios.
Por eso el río ha cobijado
los vetustos árboles
y dado de beber a los animales
que engendraron a los zapotecas.
Las ramas de esos seres vuelan al aire
y el rugir de las fieras se oye
en los montes de espinas erizadas.
Dios de la lujuria
La lujuria o el amor
lo llamaron excesos del tigre silvestre, Ocelote, pues.
Estremecimientos instintivos
de los hombres como animales fieros.
Cómo no íbamos a ser como ocelotes
si nacimos de sus entrañas briosas.
El amor es entrega de felinos a lo loco
El amor es colmillos ensartados al cuello.
Lujuria es amar como todos los dientes,
pieles, garras, uñas, bigotes, ojos de gato.
Amar y ser lujurioso es ser animal y hombre.
Lujuriar y besar es ser mujer con hiel azucarada.
Cuando se acabe la tierra y sus dioses,
el amor y la lujuria presidirán la noche, el día.
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Toda oscuridad era
cuando nacieron los zapotecas.
Brotaron de los viejos árboles,
como la ceiba,
del vientre de las fieras nacieron,
como el tigre, el lagarto.
La lujuria o el amor
lo llamaron excesos del tigre silvestre, Ocelote, pues.
Estremecimientos instintivos
de los hombres como animales fieros.
Cómo no íbamos a ser como ocelotes
si nacimos de sus entrañas briosas.
El amor es entrega de felinos a lo loco
El amor es colmillos ensartados al cuello.
Lujuria es amar como todos los dientes,
pieles, garras, uñas, bigotes, ojos de gato.
Amar y ser lujurioso es ser animal y hombre.
Lujuriar y besar es ser mujer con hiel azucarada.
Cuando se acabe la tierra y sus dioses,
el amor y la lujuria presidirán la noche, el día.
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Toda oscuridad era
cuando nacieron los zapotecas.
Brotaron de los viejos árboles,
como la ceiba,
del vientre de las fieras nacieron,
como el tigre, el lagarto.
Nacáahui dóo biráa guéela
dxíi gúule cáa Binni Záa.
Bindáani cáa lúu xcúu yáaga
nandxóo síica yáaga bióongo,
biáale cáa ndáani máani dúuxhu
síica béedxe, síica máni béeñee.
Al caer la gran luz
que lanzó el sol alto,
nuestro padre grande,
entrelazaron sus manos
con las nutrias,
también madres nuestras.
Se salvaron los zapotecas
al flotar sobre el agua
como tortugas grandes.
Se inundaron de agua
como sierpes celentéreos,
cargando sus hijos en los pezones.
Ráa biéete biáani dóo
bizáani gubíidxa zóo,
Iáani bixhóoze dóo dúu
bidxáaga náa cáa bée
cáa dxáa bíicu níisa,
Iáaca mée ucáa jñáa dúu.
Raquée biláa cáa binni záa
ráa biníidxi cáa bée
sííca bíigu ngóola,
biláahua cáa bée Iúu níisa
síica béenda gáali
nuáa xhíiñi íique xhíidxi.
Una lengua antigua
se les enredó en el alma
y se llamaron gente Záa,
que habla la lengua zapoteca,
dulce, misteriosa, mágica,
que aún se conserva limpia,
grande como las montañas,
fuerte como el puma
y el ocelote, los viejos
padres y madres, hermanos.
Tíi díidxa yóoxho
birennda láadxi dóo cáa bée
née birée ¡áa cáa bée Bínni Záa,
cáa níi riníi díidxa Záa,
nanáaxhi, nagáachi, rídxáaga yáa,
níi cayáapa rúu nayáa guíée,
nanjóo síica cáa dáani zúu,
nadíipa síica béedxe xhíñáa
née béedxe tée, cáa nayóoxho
bixhóoze dúu née jñáa cía dúu, bíichi dúu.
La lengua de los zapotecas
es la voz de los árboles,
el canto de las aves,
el rumor del sol, el viento,
las estrellas, el mar, los ríos
anchos como el mismo cielo.
Es la lengua de los dioses,
de los padres y hermanas fieras,
como el ocelote, el lagarto
y las tortugas de ojos cansados.
Es el sonido de los seres invisibles,
de las montañas, el aire, el limo
de la naturaleza visible, movible.
Stíidxa Binni Záa
náaca nii stíidxa yáaga,
riúunda stíi máani ripáapa,
stúuxu gubíidxa, stíi bíi,
cáa béele guíi, níisa dóo, guíigu
biáaca síica pé’ guibáa.
Náaca níi stiidxa cáa bidóo,
stii cáa bixhóoze núu née bizáana núu máani dúuxhu
síica béedxe yúu, síica béeñe
née cáa bíigu lúu yáati.
Náaca níi ríidxi stíi cáa miáati quíi rihuínni,
stíi cáa dáani zúu, stíi bíi, béeñe
stíi guiidxi layúu rihuínni, riníibi.
Nacidos de las raíces
de los grandes árboles,
de las entrañas de las fieras.
La ceiba, el zapote, el tule,
jazmínes y lirios silvestres
son los padres tutelares.
También el tigre, el ocelote,
el lagarto, los coyotes, las nutrias
han sido los abuelos milenarios.
Por eso el río ha cobijado
los vetustos árboles
y dado de beber a los animales
que engendraron a los zapotecas.
Las ramas de esos seres vuelan al aire
y el rugir de las fieras se oye
en los montes de espinas erizadas.
Gúule cáa bée lúu xcúu
stíi cáa yáaga yóoxho
ndáani cáa máani dúuxhu.
Yáaga bióongo, guennda dxíiña, yáaga níisa,
guiée xhúuba, xtáaga béeñe
ngáa bixhóoze ngóola cáa bée.
Nguée cáa cáa béedxe, guéeu, bíicu níisa
gúuca cáa bixhóoze góola yóoxho cáa bée.
Nguée rúuni guíigu quée biláa láa cáa bée
née bidíi níisa cáa máani quée
cáa guxháana cáa Binni Záa.
Cáa náa cáa guennda quée ripíapa lúu bíi
née rigúu béedxe cáa máani dúux, quée riéete
cáa níi lúu cáa dáani dxíiba guíichi lúu cáa.
stíi cáa yáaga yóoxho
ndáani cáa máani dúuxhu.
Yáaga bióongo, guennda dxíiña, yáaga níisa,
guiée xhúuba, xtáaga béeñe
ngáa bixhóoze ngóola cáa bée.
Nguée cáa cáa béedxe, guéeu, bíicu níisa
gúuca cáa bixhóoze góola yóoxho cáa bée.
Nguée rúuni guíigu quée biláa láa cáa bée
née bidíi níisa cáa máani quée
cáa guxháana cáa Binni Záa.
Cáa náa cáa guennda quée ripíapa lúu bíi
née rigúu béedxe cáa máani dúux, quée riéete
cáa níi lúu cáa dáani dxíiba guíichi lúu cáa.
Los abuelos son los antiguos Záa
que cruzaron las aguas y montes
del valle de Oaxaca.
Sus ojos era llamas en la noche,
su alma era intrépida desde entonces
y se guiaron por los rizos del sol,
su antiguo padre también.
Se alimentaron dc fruta,
vistieron la piel de las fieras,
oían el canto del caracol de mar.
Después de caminar muchísimo
y dialogar con la luna y los luceros,
los cobijé la sombra de los cerros,
los ríos y Iagunas de Oaxaca,
la de la tierra caliente
para estar cerca del sol.
Sus hermanos son los peces.
Cáa bixhóoze góola dúu ngáa cáa Bínni Záa
cáa níi gudíidi láaga cáa lúu níisa née dan
stíi layúu guíidxi Luláa.
Cáa béeza lúu cáa bée gúuca béele huaxhíini,
láadxi dóo cáa bée dxii quée máa nadxíiba lúu
née guzáa nannda cáa bée xlúuxhu gubíidxa,
láaca bixhóoze cáa bée.
Gudóo cáa bée cuáana náaxhi,
gúucu cáa bée guíidi láadi máani dúuxhu,
rúuna diíaga cáa bée riúunda bíichu níisa dóo.
Ráa guzáa cáa bée stáale pé’
née biuii cáa bée díidxa née béeu née béele guíi
gúupa láa cáa bée nacáahui stíi cáa dan,
cáa guíigu née níisa ndáaze stíi Luláa,
raa nandáa yúu
tíi saquée chúu cáa bée gáaxha gubíidxa.
Cáa biichi cáa bée ngáa cáa bennda.
Guijazo, Gubiidxa Zóo
Atalaya, vidente,
el que mira a lo lejos
y brilla como el sol padre.
Tú eres nuestra sangre primera,
tu albo vestido iluminaba
el camino de los zapotecas.
La luz de tu inteligencia
guiaba a los sacerdotes
para decir la palabra Záa,
impelías a los guerreros
en defensa del honor,
los territorios, los mares
y los ríos que nacieron
a tu costado azul, celeste.
Tus manos eran cometas
que cruzaron el cielo a la hora
del nacimiento de los abuelos
que trillaban nubes, espuma,
peces, lirios, bogavantes.
Huijazóo, Gubiidxa Zóo,
aún presides el alma indócil
de los Záa y aún te lloran
como se gime frente al gran sol.
el que mira a lo lejos
y brilla como el sol padre.
Tú eres nuestra sangre primera,
tu albo vestido iluminaba
el camino de los zapotecas.
La luz de tu inteligencia
guiaba a los sacerdotes
para decir la palabra Záa,
impelías a los guerreros
en defensa del honor,
los territorios, los mares
y los ríos que nacieron
a tu costado azul, celeste.
Tus manos eran cometas
que cruzaron el cielo a la hora
del nacimiento de los abuelos
que trillaban nubes, espuma,
peces, lirios, bogavantes.
Huijazóo, Gubiidxa Zóo,
aún presides el alma indócil
de los Záa y aún te lloran
como se gime frente al gran sol.
Huijazóo, Gubíidxa Zóo
dxiiba zóo, rúuya luguiáa,
rúuya zíitu
née ruzáani síica rigóola gubíidxa.
Lii ngáa níiru ríini stíidu,
xháaba xquíichi lúu Ruzáani
néeza stí cáa Binni Záa.
Biáani stíi xquennda biíani lúu
bizíidi cáa binni yóoxho núu xpiáani
guiníi cáa díidxa záa,
ruquíinde cáa báadu nguíiu rucáa lúu
gáapa cáa guennda rizáaca stíi cáa,
lúu layúu stíi cáa, cáa níisa dóo
née cáa guíigu gúule
cuée lúu nagáa zúu, siica guibáa.
Cáa nóou náaca cáa béele gubíidxa,
bicuíini galáa nóou náaca bichíite guibáa
cáa níi gudíidi xháa guibáa, dxíi
gúule cáa bixhóoze góola dúu
cáa guzáa néeza lúu záa, lúu búupu,
béenda, xtáaga béeñe, gubíiga.
Huijazóo, Gubíidxa Zóo
yanna rúu núu lúu líadxi dóo dúuxhu
stíi cáa Binni Záa née rúuna cáa
síica ricáa láadxi lúu, gubíidxa njóo.
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