Robert Duncan (Oakland, 1919 - San Francisco, 1988) logró configurar a lo largo de su vida una de las voces más singulares de la poesía norteamericana del siglo XX. Publicó, entre otros, los poemarios Ground Work: Before the War (1984), Groundwork II: In the Dark (1987), The Opening of the Field (1960), Roots and Branches (1964), Medea at Kolchis; the maiden head (1965), Of the war: passages 22-27 (1966), Bending the Bow (1968), The Years As Catches: First poems (1939-1946) (1966), Play time, pseudo stein (1969), Caesar's gate: poems 1949-50 (1972) y An ode and Arcadia (1974), Medieval scenes 1950 and 1959 (1978).
En 1985 recibió el National Book Award.
En España, Bartleby Poesía publicó en 2009: Poesía escogida Autor: Robert Duncan
Edición bilingüe. Prólogo y traducción de Marta López-Luaces
DOBLAR LA TIERRA*
Versión en español de Carlos Miranda
Con frecuencia se me permite volver a una pradera
como si fuese una escena inventada por la mente,
que no es mía, pero es un sitio preparado,
que es mío, está tan cerca del corazón,
un pasto eterno plegado en toda idea
de modo que haya ahí una sala
que es un sitio preparado, creado por la luz
de donde las sombras que son formas caen.
De donde caen todas las arquitecturas que soy
que digo son semejanzas del Primer Amado
cuyas flores son flamas encendidas para la Dama.
Ella lo es Reina Bajo La Colina
cuyos huéspedes son un trastorno de palabras en palabras
que es un campo plegado.
Es sólo un sueño del pasto que sopla
hacia el este contra el origen del sol
en una hora antes de la puesta del sol
cuyo secreto vemos en un juego de niños
dicho por un aro en secuencia de rosas.
Con frecuencia se me permite volver a una pradera
como si fuese una propiedad dada a la mente
que ciertos límites oponen al caos,
ése es un sitio de primer permiso,
eterno augurio de lo que es.
LA ESTUCTURA DE LA RIMA XIII
El mejor de los modos. Que hubiera una ley de que la Tierra dé y la Montaña nos vigile, el Valle nos aceche, las Orillas entre los elementos nos delineen. ¿Dónde está vuestra Jerusalén? ¿Dónde está Chou(1) perfeccionada? ¿tierras en el centro? De manera que las estrellas se acomoden, nombradas, en órdenes guardianes.
La estructura de la rima está en los rigurosos árboles repetidos que se meten al remolino visible de los vientos costeros y los crestones, los granitos desnudos y en altorrelieve que definen oraciones de fuerza e instrumento.
Pues la Tierra derretida se ha desafiliado del Sol por una ley que es de piedra. Y suaves melodías del sol –belleza que tiene sombras, grandes residuos de cavernas oscuras en lo viviente– suenan predominantes.
Por la primera ley, las tablas de piedra de Moisés o de Kung(2) son instrumentos de una música suave, una melodía de orbes celestiales extra-arremolinados.
Aldebarán,(3) El Nath(4) y las Híadas,(5) las Pléyades,(6) en el este, sobre la montaña opaca. Emergen Ojo, Cuerno y Corazón del Toro.
Y al sur, el Señor sobre el agua oscura, el Escorpión entero, que desde la funesta Antares7 penetra en la Balanza de la Ley.(8) La ira del corazón arrebatado o elevándose. Pues las garras del fardo del corazón son dos puntos del astil en Libra. Pues en francés el fléau es un mangual del que las escalas penden y pesan el alma creada y su creación.
El mejor de los modos. Que hubiera una ley bajo las estrellas. Pues las galaxias derivan hacia afuera para penetrar un nuevo universo.
Que hubiera, donde estamos, una ley. Y, viendo la montaña, la corriente que define al valle, el viejo mar, decimos Este es el lugar.
UNA SECUENCIA DE POEMAS PARA EL CUMPLEAÑOS DE H.D.,
Septiembre 10, 1959. Finalizado en octubre 24, 1959.
(Fragmentos)
3
Padre adoptivo y Padre de mi alma,
Padre de raíces y razas, Padre de todo,
Padre que es Rey del palacio del sueño,
Padre pendiente de mí Su hijo,
Padre que es Dios entre los dioses ancestrales,
Padre reflejado en los rostros de los padres
cuyo amor por sus generaciones es eterno,
Padre esperado, Padre oculto,
Padre que ha escondido Su ley en mi corazón,
Padre que me ha dado las llaves de la alegría,
Padre para quien fructifica mi arte,
Padre que ha enviado un mensaje de bendición,
encarad a Jehová que envidia Vuestro lugar.
Padre cuyo Amor parió al Amante,
Padre en el sol, Padre en el aire,
Padre a la espera de mi regreso del terror,
Padre quien acogió a Cristo liberado de nuestros pecados,
Padre que es arquitecto de la ciudad eterna,
ayúdame a transmitir mi porción de tu imagen.
Padre que crece en la planta,
Padre que anima al animal,
Padre cuya angustia se debe a nuestro sufrir,
Padre cuya presencia dice que hay alegría aun en el infierno,
Padre que debe hallar Su cara en un espejo de mí,
Padre no creado, Padre en evolución,
Padre cuya firma está en el lazo químico,
cuánto tiempo me has buscado;
yo soy tu hijo.
4
Lo esencial de la historia que he conocido, quizás entre las primeras historias que supe: que ella murió cuando nací. ¿Dijeron que fue en el alumbramiento, porque mi cabeza era muy grande, al rasgar mi camino a la vida en su agonía? ¿O fue a causa de la fiebre? Ella murió en la epidemia de gripe de 1919 en las postrimerías de la guerra.
Al alba en Oakland en el frío del año en que nací, enero 7, con el sol antes de salir o justo bajo el horizonte en el falso amanecer y Saturno en su propia casa, en Capricornio. Pero eso es según la antigua convención astrológica. En realidad, el sol ha avanzado; el solsticio de invierno ha progresado hacia el signo de Sagitario. Yo nací en la cabeza del arquero.
Lo importante permanece: lo oscuro del año, la entrada del verdadero frío de febrero y marzo, de la fiebre y el frío.
Edward Howard Duncan fui nombrado. Y por seis meses mi padre, el otro Eduard Howard Duncan, pudo haberme conservado y mis dos hermanas mayores cuidado de mí. Pero mi padre era pobre, un jornalero común. A él no le alcanzaba. Entonces, debió haber un periodo en un hospital, aguardando la adopción.
La médium dijo: “Su madre está aquí”.
Sólo pude pensar en mi madre adoptiva que vivía, quien no estaba ahí. “¿Qué color de pelo tiene?”, pregunté.
“Ella es rubia”, dijo la voz en la médium. “Está en la luz. Ahí, ahí hay cantos alegres. Ahí, son felices. Ella vela por ti”.
La voz, enrarecida, emitida desde la cabeza, fuera de lugar. La cabeza forzada sobre la superficie de fieltro de la mesa. Los ojos cerrados. Debajo de la inteligencia.
“¿Qué eres tú?”, pregunté, aplicando la cosa subliminal. No recuerdo el parloteo de la idiota. Era un niño, ansioso de ser invitado a jugar. Ven, anciana, estás llena de voces para decir lo que sea. Mi madre está viva, allá, a cuatrocientas millas de aquí. Tiene ojos y pelo oscuros.
Primera madre. Segunda madre.
Robert me pusieron por un amigo de mi padre adoptivo que había muerto. Y diluyeron mi antiguo nombre Edward. Robert Edward Symmes.
Corriendo por la nieve hacia mi madre me caí, y los lentes de sol se rompieron. Ésa es otra historia que explica cómo fui cegado y me volví bizco.
Tuve siempre el doble recordatorio, el desplazamiento de visión vertical y horizontal que luego se separó, especializada en una visión cercana y lejana. Una imagen a la derecha y sobre la otra. Alcanzar y tocar. Apuntar al que en realidad está ahí.
Pero cuando fui con la médium, ya había asumido mi propio nombre. Robert, pues mi nueva madre me llamaba Robert (Robin cuando más me amaba). Y Duncan que tenía de mi padre sanguíneo quien aún vivía en alguna parte según oí. El otro, que había sido el arquitecto, mi padre por la ley, había muerto a mis dieciséis.
Cuánto esperó mi madre por mí, toda su vida, como alguien que espera ver al fin una vez más a un amigo o a un hijo que vuelve desde lejos antes de que muera. No, la segunda madre, que me esperó con incertidumbre y con esperanza por seis meses cuando estaba escondido. Ella pudo todo menos haber descreído que un hijo había nacido como le habían dicho que él lo haría, en lo negro de Saturno y el sol bajo el horizonte o apenas saliendo
al agitado y pueril día .
Oh ahora recuerdo sartas de odio y amor, rayos del estruendoso sol,
y cómo enfurecí en mi pubertad acercándome a la mujer que eras, temblando en las angonías de tus maternales brazos.
La médium se estremeció, creo, con el cambio de voces. No recuerdo con claridad, pero había dos, ambas aniñadas, subnormales como siempre lo son. Nada confiable, ladina: “Tu madre está a tu lado. Te saluda. Es muy feliz”.
De regreso, recordé que había existido una primera madre. “La médium dijo que mi madre estaba ahí. ¿Cómo lucía?”, pregunté a mi madre.
“Había un retrato”, dijo. “¿No te acuerdas?”
Lo inventó. Nunca hubo un retrato.
“¿Tenía cabello claro?”
“Siempre conservé un retrato suyo en tu cuarto cuando eras chico, pero nunca te importó. Ahora se ha perdido. No recuerdas nada. Nunca te importó.”
PASAJES 31 BBBBBBBBBBBBBBBBBBTRIBUNALES
EL CONCIERTO
Del sol y de las estrellas dispersas
salen las elementales chispas,
vitalidades a chorro,
revueltas en el Salitre de la tierra
un Espíritu viviente,
y las estrellas, madres de la luz, perviven,
cada una con
su propio “decoro orgánico, la completa
lealtad de una obra de arte a un principio
formativo
inherente”:(9)
ese espíritu solitario
que posee en su derivación lo mismo
la calidad de las estrellas que
una rígida cosa precisa; y las estrellas también
son y persisten rígidas y precisas,
cada ser del universo libre en sí mismo
con su propia ley.
Todavía la cualidad de las estrellas
rige en el espíritu; aunque el espíritu puede
y podría izarse o hundirse solo
en sus propias cualidades, o poner su vida
en el influjo de las estrellas, como le pluga.
Pues es libre. Ha tenido para sí
las cualidades que tiene en sí mismo, su propia
trama o mito, su sentir
de lo que le pertenece
–caso de Boehme
en su Aurora o Rojo matinal en la
salida del sol.(10)
Primero está el poder, y en el poder
está el tono o el son,
de modo que toda la creación sigue
una música, el sonido que abre sus
puertas en la mente; pero en el corazón
yace su fuente
(como también sucede en el Hombre).
El segundo es Mercurius.(11) El músico
ha ajustado sus clavijas
y afinado sus cuerdas. Inclina su cabeza
para oír el sonido que hace
que eleva a su corazón,
ascendiendo a donde el ritmo rompe
en una todo-excepto-insoportable guirnalda giratoria
de pies que danzan, y ahora él canta o es
la luz que canta, la voz
sacudiéndose, en los estertores de la poderosa melodía,
resonancias de significado que exceden lo que
entendemos, palabras liberadas de sus orígenes,
obedientes a lenguas (chispas) (ardiendo)
flamas-discursivas que alcanzan la dimensión del corazón.
Es la Estrella Betelguese,(12) Alpha Orionis,
que derrama su luz en los abismos,
una sola nota su esfera, cada
“palabra” una rígida cosa precisa, Eternidad
trastocada en el “DEBER DEBER DEBER” que
el Poeta, con corazón apurado,
saliéndosele, escribe: “¡VETE,
AL INSTANTE CON OTRO!” “Profecía,
la cual descubre el misterio de futuros eventos
pero que también revela lo que acecha en el corazón
–rezos... canto y especialmente extático
galimatías”
Gritan, saltando sobre las mesas,
vitalidades a chorro, balbuciendo:
“Sin duda”, señala el estudiante,
“el contenido de tan entusiastas aserciones,
excepto en donde son por completo ininteligibles,
es siempre asumido como apropiado,
pero no es eso lo que las hace dones espirituales–”
el sátiro aislado que cada hombre es,
rígida cosa precisa, al llevar su palabra,
su “boca”, su ser, ahí, al umbral
o puerta el sonido penetra la mente
desde la fuente del corazón.
Yo vi
romperse la vena de mi corazón con gusto
y verter su sangre atronante en los hilos de la vida
para liberar completa mi tajada de hombre de la majestad
frustrada de las estrellas.
DANTE ÉTUDES
Es en la definición social de libertad
donde debemos sentir
la presencia de la Ley:
pluralista, multifacética,
liberal, radical.
Prefacio
Mejor que “estudios”, “études” de Dante porque se proponen en poesía como los études que propusieron los compositores románticos en la música, ya que implico una música y no una disertación académica. Dante como Schumann debió haber intuido en su ánimo su significado. Pueden llamarse bosquejos, ya que fueron sacados(13) de las traducciones de la prosa de Dante de Temple Classics con toda la atención a la verdad del momento en la lectura que marca la intención de un pintor en sus cuadernos de dibujo; pero en nuestra habla cotidiana persiste alrededor de la palabra “bosquejo” la sugerencia de impresiones trazadas, de trabajo no resuelto. “Meollos”, sí, he querido que estos études salgan y regresen a crear meollos de mis intenciones en las intenciones de Dante.
Estudios, en el sentido de mi reflexionar sobre mis lecturas y estudio de los textos de Dante. La suya no es una mente investigada en aras de otro tiempo, para mí, sino en lo inmediato, lo eternamente inmediato, a la presencia de la idea de Poesía. Es aquí, como presencias que presiden en un reino de poemas, donde leo lo que serían su principium, su civitas y su monarchia. Sea lo que hayan sido en un mundo de papas, ciudades estado y de emperadores, ellos perviven, poderes traducidos, presentes hoy en el estado de individualidades voluntariosas y conciencias y responsabilidades sociales, ciertas según mi sentido de bien común. Cada miembro “principescamente” en su respecto y el mío: o también, regla de carencias de la democracia; cada miembro, un trabajador para el bien de todos. Cada miembro, una fuente para ser completo. Dibujo mi “propio” pensamiento al leer a Dante como en un venero.
Pero en este momento de escribir, en esta lectura, no es un flujo tardío de energías el que penetra esta corriente. Lo que tomamos como una vertiente de conciencia, lo tomamos ahora como una luz que se vierte en un nuevo cristal al que la mente siempre se dirige. De nuevo Dante entra en mi pensamiento aquí –incluso al divagar– y me alimento de lo óptimo.
LIBRO PRIMERO
(Fragmentos)
SECUNDARIA ES LA GRAMATICA
(De Vulgari Elocuentia, I, I )
Secundaria es la gramática de las
construcciones y usos, manipulaciones
sintácticas, planos de piso,
deletreos e inscripciones de la palabra,
avances escriturales, estrofas,
preservaciones y alteraciones del significado
–profesionales, innobles,
que son doctos,
reflexivos, particulares,
releer, en lugar de la memoria,
como para mediar lo inmediato,
implica oración.
Casi ninguno alcanza el quid.
El dominio del τέχνη(14) entra aquí,
pleno de arte, directo y cuidadoso
(cauteloso) estudio de la obra a la mano (“Dios”,
escribe E.P.,(15) “el fuego arquitectónico,
pur texnon”)
una arquitectónica sentida así de lo numinoso
que nos aleja de nosotros, de cabo a rabo,
nos prueba en la oración, necesita de nosotros
“desembolso de mucho tiempo
y estudio asiduo” para leerla bien
en su ascenso, el avizor ojo
“Esta sintaxis es engañosa, se va de las manos”
el oído que toma los sonidos
“Debo practicarla para entenderla”
–debemos acercarnos tanto, arriesgar, aquí, palabras
que pensamos tomar como nuestras las
amenazantes corrientes de surcar y así
crear nuestro pasaje que
las estructuras de la rima extienden hasta
donde embonan las partes en las yemas
reunir los cúmulos tempestuosos
en los que Zeus ajusta las medidas.
Cuando el arte es de lectura escritura,
debe haber una gramática(16) conservada en la que
la antigua voz oracular retorne
para retomar la intención del poeta
que no podemos aparentar, su corazón
en su boca, raíz de la lengua
brotada en la verdad.
Insufribles
son aquellos maestros de gramática
que han negado a sus iletradas nanas.
¿Por sus propias tetas secas?
¡Rayo atronado!
UN PEQUEÑO LENGUAJE
Conozco un pequeño lenguaje de mi gato, aunque Dante diga
que los animales no necesitan del habla y la Naturaleza
aborrezca lo superfluo. Mi gato es fluido. Él
conversa conmigo cuando quiere. Hablar
es natural. Y las ballenas y lobos que he escuchado
en los sonidos corales del mar y el aire
saben armonía y tienen una elocuencia que remueve
mi mente y corazón –conmueven el alma. Aquí
la religión de Dante que apartaba al Hombre
condena el efluvio propio de nuestras vidas
para edificar en él su central eléctrica.
Es en su comunicación animal que el Hombre es
cierto, inmediato y,
en inmediatez, el Hombre es todo animal.
Sus sentidos se aprestan en la densidad de la sinfonía,
viejos circuitos de rapto y alarma animal,
mandatos y excitaciones en los que una identidad retorna.
Él escucha
voces particulares entre
el concierto, el menor
susurro en los trasfondos,
que ensayan una aptitud nerviosa
para probar la suya. Él ve el tris
del significativo rojo dentro de la presurosa masa
de naturaleza rubicunda y atrapa el fulgor
de una camisa verde
para deleitarlo en un fulgurante campo verde
–éste le habla–
y en el arco del espectro el color
le habla al color.
El arco iris articula
una promesa que él recuerda
pero que imita
con ruidos que hace,
este discurso en todos sentidos
el mundo que lo rodea.
Escoge en el fugitivo sabor de maza
de la sabrosa masa,
y el gusto en la evolución es una llave eterna.
Hay un retruécano de aromas en lo que tiene sentido.
Mirra pudo haber sido,
el olor del anuncio que llenó la casa.
Él despierta del sueño más profundo
en una señal distante y espera
como agazapado, brota
a la vida.
PARA QUE PUEDA HABER UNA MUSICA
1
Él danza en el cambio de humores el duende mirlo príncipe de la oscuridad anublado en un velo de la noche rumorosa de la que él cae a la profunda sombra púrpura de una hoja, Marilyn, la tímida niña puberta de quien juguetones nos ocultábamos temerosos de buscarla y ahora como en una exhibición de su ahogo hallándose él brillando ella se revela novedosa para ser nuestro Merlín que conocimos hace mucho en la primera lectura de la historia que contamos.
Es una cuestión de su música. Una búsqueda de música para él. Su Musa. Destinada a él.
El público se obstina y ellos se desvisten. Quieren estar desnudos para oír lo que observan. Ésta es la fascinación de la música. Lo ven como Oberon, le Merle Noir.(17) Pero él no quiere que haya ahí gente desnuda ahí en el sonido que ha querido puro.
Ay Amor, cómo habíamos olvidado la
Ronda Nocturna, la audiencia que la Presencia
nos concedió, la Audición que buscamos
en las Cortes de esta Ley.
3
“Pensé en el tema como un árbol, como la vida de un árbol que fluye estación tras estación en ramas circulantes y en un follaje de verano, en un verdor vuelto a crecer y en afirmaciones del profundo dormitar llano del añejo invierno. El anillo de danzantes circunda año con año el tiempo del árbol temático.”
“Pensé en la melodía como la continuación de una Identidad en formas diversas” –penetrando en la Presencia de la Danza.
“¿Cómo suena id(18) ahora?” –“¿Otra vez?”
“Conforme avanzaba quedaba ante mí.”
TRAS UNA LARGA ENFERMEDAD
Facultad ninguna turbada
nos deja
empezar donde debo
desde la falla de sistemas sin
aliento, corazón
y pulmones anegados.
Cargados con cadenas ligeras la condición
de los riñones es terminal vida
la ligera y la pesada, la luz
y oscuridad. Siempre ha sido
cercana a una Muerte particular, no
develada lo que hay detrás de
ver, sentir, gustar, oler –¡esa Nube!
Por dos años
predominó amargura:
en el cuerpo físico la alta presión sanguínea
la acumulación de toxinas, el
colapso de la razón,
en la psique “cocida en su propio jugo”
la erupción de odios, la oración
–yo no tenía una oración– tu cuidado
mantuvo sólo claro mi amor.
Estaré ahí de nuevo los caminos
han de cruzarse y otra vez
pasajes oscuros, estrechos peligrosos.
Mi Muerte me visitó y supe
que no iba a morir,
me cuidó. La vida se apoderó.
Lo que comí lo vomité
y me arrastré como vuelto al revés.
Cada idea que tuve la vi
enfermarme. Secretamente
en lo oscuro los filtros
de mis riñones se petrificaron y mi Muerte
cambió la cita que Él tiene conmigo.
Sí, tuve miedo
de no verte otra vez, de ser
arrebatado, no
de morir, el espectro que mucho he
conocido como mi Muerte es el
Señor de un Pasaje que nos une;
sino de
nunca haber venido a ti ese otro
espectro de mi vida que realmente es.
Adamante.(19)
“Te he dado un gato en lo oscuro”, dijo la voz.
Todo cambió en lo que siempre ha estado ahí
en el trabajo en la Tierra: los dos títulos
“Antes de la Guerra”, y ahora “En la Oscuridad”
subrayan el plan maestro. La magia
ha estado siempre ahí, el magnético ronroneo
me recorre, la sensación como de pelo de gato
que cobra la repulsión de sentir. Esa piedra negra,
ahora lo veo, tiene su familiar eléctrico.
En lo real me he conocido siempre
en este reino donde ningún Viento agita
Noche ninguna
se vuelve a su vez Día, la Alberca del agua inmóvil,
la absoluta Quietud. En el Mundo, muerte tras muerte.
En este reino, no se mueve ningún siervo final de la Vida.
La imaginación sabe sola su condición.
Como si esto fuera antes de la Guerra, antes de
Lo Que Es, en lo oscuro este estado
que no conoce sueño o despertar, ni ensoñar
–un eterno arrojo.
Robert Duncan, "Doblar la tierra'", Fractal n° 47, octubre-diciembre, 2007, año XII, volumen XII, pp. 85-108.
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