Quentin Ben Mongaryas Lambaréré, Gabón, 1948. Realizó estudios de Relaciones Públicas Internacionales en Toulouse. De 1976 a 1982 desempeñó cargos diplomáticos en Alemania. Miembro de la Asociación de Escritores en Lengua francesa y Presidente del Frente Democrático y Cultural en su país. Durante 8 años fue el presidente de la Asociación de Escritores de Gabón. Obra poética: En route pour Kendjé, 1974; Poème et poésies, 1976; Dans la riviere en feu, 1978; Choix de poèmes, 1980 y Voyage au coeur de la plèbe, 1986. Ha participado entre otros eventos en las Jordanas Culturales Africamas, Rabat, 1984; en Struga Poetry Evenings, Macedonia, 1985; y en el Simposio anti-Apartheid, Brazaville, 1987; así como en otros eventos importantes en Europa y Asia.
África o África
África de los clanes podridos
África sin dignidad
África de los minerales
África de las plantaciones
África de los brujos negros
África de todos los venenos
África del tribalismo
África de los mercenarios
África de los prisioneros
África de los buenos esclavos
África de los buenos corrompidos
África de los buenos buitres
Mi espalda azotada resiste
Mi corazón arrancado sangra
Mi sangre de cobayo salpica
Mi alma crispada se lamenta
Mi cuerpo encadenado gime
Mi flanco despedazado cae
Mis puños atados se desgarran
Mis miembros rotos sufren
Mis ojos reventados lloran
Mis orejas cortadas silban
Mi carne calcinada se pudre
Y mi aliento te lo regalo
Aliento y alma
El sol se ha velado el rostro
Con las nubes que reúne el cielo
Por encima de mí un violento torbellino
Levanta las hojas y las pequeñas
Ramas muertas de los árboles majestuosos
Niños de la tierra paraje maravilloso
De ríos y de corrientes
Soplo misterioso del viento
De la estación de las lluvias
Movimiento continuo cuyos bolsillos
Animan los pequeños pájaros
De alas frágiles
Amable infante terrible
De la naturaleza desencadenada
Cuna eterna de la vida disparatada
Mis ojos siguen en silencio
El vaivén de los brazos del viento
Porque mi aliento está ligado a su alma
Refinamiento
La muerte de negro extiende sus mantillas
La muerte de rojo danza en la noche
La muerte de negro hace mi terruño
La muerte de rojo siega con su rasero
La muerte de negro asiste a mi casa solariega
La muerte de rojo patalea de rabia
Y durante la noche ocultadora
A pleno día incluso bajo el sol
El arma blanca ejecuta su trabajo
El arma de fuego se abastece
Y el veneno se hilvana
En el corazón de las invitaciones
Mientras que el estrangulamiento
Galopa entre los pasillos
Aquí la cuerda presente
Remplaza la guillotina
¿Y quién se ofendería por ello?
Los enterradores se ocupan
Y los sepultureros cavan.
Traducción de Rafael Patiño
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