Ventura Camacho. 1975. Barcelona (España). Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Barcelona trabaja de educador social. En agosto de 2005 se muda a Granada donde en la actualidad reside y estudia un doctorado en Literatura española e Hispanoamericana. Gana el Premio Federico García Lorca 2006 de Poesía de la Universidad de Granada con la obra De Nagasaki a Novosibirsk . Funda la revista digital http://www.ciudadpoetica.com/ para la difusión de la poesía y el fomento de la lectura. De su experiencia como educador surge Alas de insecto que inaugura la Colección de Poesía Alea Blanca de Granada, con una serie de poemas que se adentran mediante un diálogo entre el educador y el menor por algunos de los aspectos más relevantes de la intervención educativa en un centro residencial de menores.
Obras publicadas:
De Nagasaki a Novosibirsk (Universidad de Granada, 2007)
Alas de Insecto (Ed. Alea Blanca, Granada 2006)
Pedagogía del Adiós (plaquette). (Diente de Oro, Granada 2008)
En 2010 publica “Los tres ríos de Kiso” (Alea Blanca)
Kyoto
Me bastarían quince minutos, estoy seguro,
para llegar al supremo hastía de mí mismo.
Jean-Paul Sartre en La Náusea
Ryonosuke nunca había leído a Sartre,
ni a Nietzsche.
No le había dado tiempo
y tampoco lo necesitaba
para tener nuevos motivos de angustia,
para sentir que su existenciadesde los doce años
le era absolutamente insoportable.
En la adolescencia
no tuvo el valor suficiente
para transformar nada.
Nunca fue un agente de cambio.
No lo fue la primera juventud,
no lo fue Naoko,
no lo fue el efecto rebote de los primeros versos.
-“Nacemos en el primer llanto”
recitaba entre pausas tragicómica,
“y al morir dejamos un vacío
que sólo llena esa misma lluvia”
Esas eran partes de sus reflexiones
al calor de la tristeza.
-“Es la condición del hombre
la rueda del llanto,
y sólo la escritura
nos compensa la desdicha
de la existencia”.
Aunque esta última frase la decía orgulloso
no sabía que Doubrovskiy
a la había dicho antes.
Ryonosuke nunca había leído a Sartre,
ni a Nietzsche.
No le había dado tiempo
y tampoco lo necesitaba
para tener nuevos motivos de angustia,
para sentir que su existenciadesde los doce años
le era absolutamente insoportable.
En la adolescencia
no tuvo el valor suficiente
para transformar nada.
Nunca fue un agente de cambio.
No lo fue la primera juventud,
no lo fue Naoko,
no lo fue el efecto rebote de los primeros versos.
-“Nacemos en el primer llanto”
recitaba entre pausas tragicómica,
“y al morir dejamos un vacío
que sólo llena esa misma lluvia”
Esas eran partes de sus reflexiones
al calor de la tristeza.
-“Es la condición del hombre
la rueda del llanto,
y sólo la escritura
nos compensa la desdicha
de la existencia”.
Aunque esta última frase la decía orgulloso
no sabía que Doubrovskiy
a la había dicho antes.
Chevemjovo
No supimos hacer del silencio una virtud
Por hablar demasiado fuimos perdiéndonos de vista,
no vimos como crecía nuestro silencio
(se hacía mayor, incomprendido),
y más tarde, por callar a destiempo,
no supimos reparar el olvido adolescente,
la separación de bienes intangibles,
la crisis matrimonial de las palabras.
Ulst-IlimsK
Bajo los escombros
de mi renovada moral de principios de siglo
agonizaban mis últimos impulsos elementales,
los restos de un subconsciente
venido a menos durante el destierro,
tras el fracaso
de un golpe de estado mental inoportuno.
No supe de mi síndrome de Ulises
hasta pasado dos meses,
cuando harto de deseos frustrados,
de impulsos reprimidos contra el cristal,
de haber rehecho veintidós veces
mi conciencia hecha pedazos,
veía el mar de lejos y lloraba.
Fui feliz mientras busqué la felicidad.
Esa fue mi última voz interior
al abrigo de la derrota mundial,
de la muerte y de lo breve.
De Nagasaki a Novosibirsk
Premio federico garcía Lorca 2006
Universidad de Granada
* Diferenciábamos abiertamente
entre autonomía moral e intelectual.
Fingíamos saber lo que decíamos.
Éramos grandes fingidores sin verdades propias
que llevarnos al discurso.
Hasta que llegaste tú,
con la docilidad con la que se posan el tiempo
y el polvo sobre las cosas,
centrifugando la inutilidad de las verdades que importan,
cuestionando nuestro poder visionario,
y desmitificando nuestra tan henchida cosmovisión.
Nos llevabas, en un proceso lento y natural,
hacia un minimalismo más desenfadado,
hacia el mundo de las pequeñas cosas
que nos sobreviven sin preguntarse quién las vive.
*
Giramos de improviso
treinta grados espacio/tiempo/sur.
La lentitud de los mapas
evidenciaba en el parabrisas
el retroceso que en la lengua
dejan las despedidas.
El reflejo del sol en el asiento
y tu dedo húmedo
buscando por la ventanilla
el viento de poniente,
nos volvieron a orientar
con dudosa precisión.
Coordenadas espacio/tiempo reestablecidas.
Ahora entiendo aquello que decías
sobre la dificultad de definirnos.Somos una amable crisis, decías,
en busca de soluciones
no demasiado prácticas.
Una excusa, añadía yo,
para tener la vida como instrumento.
Invento y doctrina, sentenciabas,
voluntad y conciencia.
Todo es pura mentira,
y en eso estábamos de acuerdo,
en el diálogo constante con la verdad.
*
Con sólo un gesto
la lógica del tiempo
se imponía como un trapo
sobre la soledad del polvo.
*
Con los astros alineados
no nos quedó más remedio
que mirar la vida
a través de una radiografía.
Es curioso que lo que una vez
evidenció una enfermedad
proteja ahora
nuestra nueva manera
de vivir un diagnóstico
Publicado por las afinidades electivas - España
_________________________________________
[1]
Tomamos conciencia de muchas cosas juntos.
Aprendimos a valorar la historia
con sus dudas y mentiras.
Nos arriesgábamos a mirar desde otro ángulo
por el bien de la verdad, decíamos,
(nuestra tan ansiada meta),
y fuimos capaces de no tenerle miedo a ciertas palabras
como deseo,
ternura,
mentira,
o final.
[2]
Indisolubles,
las sustancias de tu vida flotan
lejos de mi líquida trayectoria.
No hay comunión,
ni explicación científica para algunos milagros.
Déjame que me esconda esta vez en la astrofísica,
que agarre este remordimiento por el cuello,
que por un momento sea tan peligroso
como la idea inexacta de perder
la precisión de tu órbita.
[3]
¿Y si le diéramos la vuelta a los factores de un oasis?
volviste a interrumpir.
(De Hotel de azules perdidos, inédito)
Kobe
Oh! què s’han fet los anys de la infantesa?.
Fugiren ai! amb nostre imatge impresa
com onades d’un riu del paradís.
Jacint Verdaguer
La infancia de Natsume
tuvo un final trágico.
Su padre,
como si se tratara de la aurora,
desapareció
dejando una capa de humedad
sobre los hombros,
y fue reemplazado por el silencio,
tres cartas desde Kobe
y cuatro cajas
con respuestas de escaso valor.
Novokuznetsk
A Isaac E. Bábel
El Señor Zagurski tenía una fábrica de niños prodigio
donde nos enseñaban a soportar la pobreza
y a codiciar la fama como a uno mismo.
Yo soñaba con un puerto,
tan lejos de mi padre
como de mi voluntad de ser músico,
aprender a nadar y saber fumar en pipa,
escribir a escondidas
y diferenciar una arboleda de un abrazo.
(De De Nagasaki a Novosibirsk, en prensa)
Porque todo lo que amas se vuelve agua
hemos venido a decirte
que sufres de afecto tantálico.
Algo habrá que inventar,
algún remedio.
No puedes seguir así,
confundiéndote entre el rumor
de los cristales rotos
y el volumen ciego del televisor.
Recuerda que todos somos un pronóstico
contra el que luchar.
(De Alas de insecto, 2006)
LA BELLA VARSOVIA
_________________________________________
Poemas de “Los tres ríos de Kiso”, el nuevo libro
de Ventura Camacho (Alea Blanca, 2010)
[Los tres ríos de Kiso]
Todo lo que éramos
lo dejamos frente a los tres ríos de Kiso.
La leve y frágil divisoria entre una mano
La leve y frágil divisoria entre una mano
tendida hacia el infinito,
lo que tú llamabas Puente Celestial,
y su mano opuesta,
arrastre de cargas y condiciones.
Tres ríos y dos destinos.
Aprendíamos
el noble arte de la elección
y sus afluentes.
Rompimos todos los viejos contratos
con trabajada ternura
y una impostada capacidad de desapego
terminó siendo la única salvación para el respeto,
el paño caliente que retira la suciedad de las cosas
que tienen su inicio en el amor.
¿Dónde irá el curso de este pensamiento?
¿Qué caudal será ahogo o reflote?
Tú decías todo cuanto sabías sobre geografía
lo que tú llamabas Puente Celestial,
y su mano opuesta,
arrastre de cargas y condiciones.
Tres ríos y dos destinos.
Aprendíamos
el noble arte de la elección
y sus afluentes.
Rompimos todos los viejos contratos
con trabajada ternura
y una impostada capacidad de desapego
terminó siendo la única salvación para el respeto,
el paño caliente que retira la suciedad de las cosas
que tienen su inicio en el amor.
¿Dónde irá el curso de este pensamiento?
¿Qué caudal será ahogo o reflote?
Tú decías todo cuanto sabías sobre geografía
sin mirarme a los ojos.
Lo habías hecho siempre frente a los ríos.
Reías nerviosa tu caudalosa ansia de mundo
como si todo, además de inevitable,
tuviera en tus brazos
la voluntad de mecerse.
En ese balanceo hacia el sueño
el día funde a negro.
Pero antes el monte se hace rosa
y algo frena el tiempo
y nos atrapa.
***
[Setsuko Hara]
Hay que aprender a vivir de otra manera, nos decíamos,
seguir el ejemplo de Setsuko Hara,
desaparecer ante los ojos de la fama,
no envejecer,
no dejar rastro sobre la arena,
no dejar sombra en las palabras,
contemplar el mar desde un lugar incierto,
acaso ignorado por nosotros mismos,
y honrar la memoria de Yasuhiro Ozu
con flores y rezos.
Hay que dejar de ser nosotros por un tiempo
para aprender del goteo su quietud
para aprender del ser humano su penumbra,
la falta de luz,
la virtud de lo innombrable,
lo que tiene de pena la alegría
bajo la sombra del sauce.
Pero sobre todo, hay que dejar de ser los otros para siempre,
seguir el curso inverso del aprendizaje común,
desoír a los que no nos dejan ser lo que queremos,
a los que oprimen el kimono y asfixian voluntades,
a los que no nos dejan desear el vacío, el silencio, la nada,
a los que pretenden ser más hermosos que el monte Fuji,
es decir, a los que tienen voluntad de imposible
y en lo pequeño y posible no hallan recompensa, ni sosiego.
Hay que aprender a vivir de otra manera,
seguir el ejemplo de Setsuko Hara
contemplar nuestra desaparición por un tiempo.
(Publicado en: ...pájaros a punto de volar)
Lo habías hecho siempre frente a los ríos.
Reías nerviosa tu caudalosa ansia de mundo
como si todo, además de inevitable,
tuviera en tus brazos
la voluntad de mecerse.
En ese balanceo hacia el sueño
el día funde a negro.
Pero antes el monte se hace rosa
y algo frena el tiempo
y nos atrapa.
***
[Setsuko Hara]
Hay que aprender a vivir de otra manera, nos decíamos,
seguir el ejemplo de Setsuko Hara,
desaparecer ante los ojos de la fama,
no envejecer,
no dejar rastro sobre la arena,
no dejar sombra en las palabras,
contemplar el mar desde un lugar incierto,
acaso ignorado por nosotros mismos,
y honrar la memoria de Yasuhiro Ozu
con flores y rezos.
Hay que dejar de ser nosotros por un tiempo
para aprender del goteo su quietud
para aprender del ser humano su penumbra,
la falta de luz,
la virtud de lo innombrable,
lo que tiene de pena la alegría
bajo la sombra del sauce.
Pero sobre todo, hay que dejar de ser los otros para siempre,
seguir el curso inverso del aprendizaje común,
desoír a los que no nos dejan ser lo que queremos,
a los que oprimen el kimono y asfixian voluntades,
a los que no nos dejan desear el vacío, el silencio, la nada,
a los que pretenden ser más hermosos que el monte Fuji,
es decir, a los que tienen voluntad de imposible
y en lo pequeño y posible no hallan recompensa, ni sosiego.
Hay que aprender a vivir de otra manera,
seguir el ejemplo de Setsuko Hara
contemplar nuestra desaparición por un tiempo.
(Publicado en: ...pájaros a punto de volar)
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