Hanne Aga nació en Noruega en 1947. Vive en Tromsø. Algunos de sus libros publicados: Skjering Med Lys (Poemas, 1991); Forsvar Håpet (Poemas, 1983); Hard Klar Rose, una historia abierta (1985); Bror Sorg, Novela Poética, 1986; Presis Overalt (Poemas, 1988); Utan Bevis (Textos para cuerpo y lenguaje, 1991); Gå I Skuggen, Vent På Vinden (Poemas, 1993); Kraftas (Poesía/Narrativa, 1994; y Solis (Poesía/canción, 2000). Miembro de la Unión de Escritores de Noruega, desde 1984. También es ensayista y ha profundizado en el estudio de la lingüística corporal. Su obra ha sido incluida en diversas antologías.
Poemas de Hanne Aga
Las noticias de casa
Exactitud de Invierno. Pozo-Nieve.
Noche-Celdas en su lento ritmo. Colonias escurriéndose. Yo suelto
mi mano, escribiendo: la canción del ático.
Ella no ocultará las notas. Signos son para todos aquellos que puedan leer, leer el pozo mudo, la promesa claveteada.
Suficiente lenguaje aquí por muchas vidas. Suficiente lenguaje aquí para
la tonada jovial. Aperturas por doquier. El cielo no es azul
allá afuera, lo es radiantemente adentro.
Soy alas, susurros y risa. Soy espada luna y retoño.
Soy tres hermanas, un hermano soy yo. Ese muro tiene una
extraña sonrisa.
Ella está en la extrañeza. Lo que quiera que sea fluye, fluye hacia arriba. Ella
respira al otro lado. Delgadas ramas reptan alrededor de ella.
Me muevo en tu sentido. Mi pajar mi amor. Mi bullicioso río.
Poema para la paz
El calor de la hierba
El calor de la hierba trepa a mis rodillas
Oh amigo - podría haber amado alguna lluvia más fresca
Cuarto entrando desde el blanco
tocando mi nombre especial
nombrando mi tristeza ojo
¿Por qué todavía amo esta tierra?
Mi cuerpo verde verde
gimiendo ahora contra las raíces de terrestre oscuridad
grita arriba tan alto
ese viejo capullo rosa de mi piojoso corazón pintado
¿Por qué la tierra es mi madre lengua?
Vine a la vida en blanco y negro
y guardé los secretos plateados en mi piel
Ahora lleno senderos con sonrientes caras emplumadas
pensando desesperadamente en mi valioso aliento
sollozando por ese trago de agua salvadora
apresurada bajo la vista de mi ventana
Abandonaré mi piel al polvo y a la piedra
y desde mi nariz trago el fuego
Mi cuerpo seguramente tiene una cueva para nieve
y dedos entintados
que imprimen días y noches inflamadas
mirando adelante contando atrás en verdad
olfateo las Palabras y los búhos sobreviven
La noche en la roca
Mi bote se desliza. Agua, la voluntad a través de ella. Debiera yo flotar
allá afuera entre la gravedad. Un movimiento siempre es libre.
Ella se dirige hacia el poema, el imparable poema. ¿Quién vive
en aprehensión? ¿Quién viste una capucha roja? ¿Quién esconde
su cara?
La nieve es esencial en esta escena. El amor es zarpa. Su risa
la punza en el plexo solar. Las rosas rosa sobre el muro irradian
su rostro. Un maravilloso cuadro de duraznos y sol. ¿Puede ella llegar
allí? No existe allí. Existe el muro. Expresión de piel
rosasonrisa. ¿Cuándo alcanzaré tu vacía hoja de papel?
Mi tierra, mi bote, promesa en el tintero.
Aquí estoy, ático como nunca antes. La noche inserta sus
signos nocturnos. Algo vendrá. Algo está aquí.
Kraftas/48
¿Quién entiende? ¿Qué está hablando?
La vía es la lengua, el muro es la lengua. Árboles y rocas
poseen una voluntad similar a la mía. Yo estoy allí. Una ola está sobre
fuego. El desván amplia su ensamble sobre sí. Rosamadre risa y plata,
aparecida y escondida. Trazas en el vaso, en las bayas. Lengua de hierro, de
agua. Chupa mi semilla, mi última mirada. En cunetas de acero
y tibias acuchilladas. El agua concede, retoña un tallo.
A través del ángel, cae arriba duda-padre. Un fleco negro en
tu viejo bolso. De puerta en puerta un escrito con tinta, vacías hojas de
papel. Me levanto: una palmada en mi mano, un bote sobre el piso, una
navaja en la luna. Una voz en la frente, una baya en la herida, y la ramosa
y delgada canción del árbol.
Arriba levántense arriba zumbidos y risas del manantial y aguarden en estancias
creando libremente luminosos diseños.
Traducciones de Rafael Patiño
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