Mona Kareem, de origen iraquí, nació en Kuwait en 1987. Publicó su primer poema cuando tenía diez años.
EL BÚHO SILENCIOSO
No quiero que el aula se llene con los nuevos;
sólo que disminuyan los presentes.
Quiero ser como el búho que calló
pretendiendo escucharse así a sí mismo.
Tengo que pensar en cómo ser rica,
rica del todo.
Quiero guardar las piedras
que me saludan burlando el camino.
El chico que está dibujado en mi camisa
se niega a subir conmigo al tejado de la casa.
Oh, padre mío, cuando cometas un crimen contra mí,
puedes pedirme prestado
el quitamanchas
y así borrarlo.
Traducción de: Muhsin Al-Ramli
LA FLOR VESPERTINA
La flor vespertina
ha viajado con el olfato del aire
y me cambió por una muñeca silenciosa.
¿Seguiré aquel “yo” que he visto
en el espejo?
* * *
La flor vespertina
me pareció colgada por el destino de las arenas.
Los chicos hacen de ella un palacio
y el infierno mantiene un diálogo
entre la muerte y yo;
una charla gris que sueño con abrazar,
como el deseo de la vida...
una charla gris que sueño con abrazar,
como el deseo de la vida...
por unos momentos.
Sueño en una huida con la que apuesto
una canción
a la flor vespertina que queda.
Sueño en una huida con la que apuesto
una canción
a la flor vespertina que queda.
BORRAR
Sus ojos son negros.
El sombrero oculta sus párpados.
Sus labios son un lago lleno de peces
que se esconden en la arena.
Se sonríe
y me manda su señal.
Le envío una carta atada a la pata
de una paloma,
que se marcha.
Abro el papel:
Nada, excepto su blancura.
Me pongo furiosa
y me pregunto: ¿quién es este hombre
que derramó el tintero del borrar
y se marchó?
que se marcha.
Abro el papel:
Nada, excepto su blancura.
Me pongo furiosa
y me pregunto: ¿quién es este hombre
que derramó el tintero del borrar
y se marchó?
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