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viernes, 3 de septiembre de 2010

1100.- NATHALIE HANDAL


Biografía de Nathalie Handal:
Nathalie Handal, (Palestina). De sangre palestina y libanesa, nació en Haití en 1969. es una galardonada poeta, escritora de obras de teatro y de narrativa, quien ha vivido en Europa, Estados Unidos, el Caribe, Latinoamérica y el mundo Árabe. Su familia es oriunda de Palestina y El Líbano. Es autora de los libros The Neverfield y Las Vidas de la Lluvia, asi como, dos CDs de poesía, Habitaciones Viajeras (finalista del Premio Agnes Lynch y ganador del Premio Menada) y Hechizo. Es editora de La Poesía de Mujeres Arabes: Una Antología Contemporánea (Best Seller de la Academia de Poetas Americanos y ganador del Premio Pen Oakland/Josephine Miles) y es coeditora de Lenguaje Para Un Nuevo Siglo: Poesía Contemporánea del Medio Oriente, Asia y Más Allá (Norton, 2008). Su trabajo ha sido traducido en más de quince idiomas y ha sido destacado en NPR, PBS Radio, The New York Times, The San Francisco Chronicle, Reuters, Mail & Guardian, The Jordan Times, e Il Piccolo. A su poesía se le han compuesto arreglos musicales y ha sido presentada en lugares como el Lincoln Center, y en numerosas galerías y exhibiciones itinerantes, más reciententemente en la Galería Glass Curtain de Chicago. Handal ha estado involucrada como escritora, directora y/o productora en más de veinte producciones de teatro y cine.






En busca de la medianoche

Él besó mis labios a la medianoche
Yo lo dejé
Él me quitó la blusa
Yo lo dejé
Él me quitó el brassiere
y tocó mi seno
Yo lo dejé
Él me quitó los pantalones
Yo lo dejé
Me quitó mis prendas íntimas
y me miró, de pie
en este cuarto extraño, oscuro
blanco y negro.
…Yo lo dejé
Una pequeña luz se desvaneció
en la ventana
vi brevemente
la ciudad donde vivimos,
pero no conocemos…

Luego el se equivoca
al pronunciar mi nombre
y yo lo detengo…
Le pregunto si alguna vez
ha sido exiliado o encarcelado
si alguna vez ha enviado
cartas a una mujer antes
amada pero que jamás
habrá de ver otra vez
si piensa que puede regresar
a una amante aún si
el amor ya no fuera posible
la segunda vez,
le pregunto si acaso
había asaltado una pequeña tienda de víveres
o robado pan de un campesino,
o si acaso había cruzado
los mares, costas y montañas
aún incapaz
de llegar…

Él responde:
En mi país, no pronuncié
mi nombre correctamente
y entonces fui torturado,
en la línea del enemigo, no pronuncié
mi nombre correctamente
y fui exiliado
al llegar, no pronuncié
mi nombre correctamente
y me dieron nuevos documentos…
Ya ves. Un corazón que busca la medianoche
es solo un corazón, todo lo demás es igual,
excepto lo que espera el otro …



PALABRA EN EL TIEMPO
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Une Fois Paris

A ti, Mahmoud Darwish (1941-2008)

Me recibes en la puerta.
Un verre de vin rouge—Château Margot.
Busco a aquéllos que
pudieron seguirnos,
busco el muro a nuestras espaldas, al frente.
Nos sentamos. Entre nosotros, el Aranjuez.
Es medianoche o es tarde.
Es mañana o es día.

El silencio ha desgarrado nuestras voces.
Hace frío en París.
La oscuridad comienza temprano.
Place des État Unis.
Los árboles pierden sus hojas,
un pájaro cuyas alas crece en tus manos.
Un deseo. El eco de un disparo.
Un río. La bala que hirió
a Cervantes, dices.
Lo recuerdo, respondo
dejamos su libro en el sueño de antaño.
¿Podríamos regresar,
o la prisión ha venido con nosotros?

¿Quiénes somos si la tierra está atrapada
en una pintura sin firma?
¿Dónde están tus ojos?
Pasión. Palma. Aliento.
Sólo París nos permite
creer en nuestras metáforas.

Envidiamos a aquéllos que
siguen de largo ante nosotros,
tan fácilmente.
Ellos duermen en sus camas
mientras nosotros buscamos las nuestras.
El hogar es más lejano que nosotros—
flores de naranjo, aceitunas y café.
Me derrumbo para sostenerte,
me ayudas en mi caída,
un cigarrillo a la vez.
Dices, ellos siempre nos encuentran,
un pueblo a la vez.
Ellos dicen, ésta es ahora nuestra casa
pero hay una habitación disponible
aunque no la merezcas.
Dices, escucha a Beethoven.
Y yo sigo tus ojos
para entender tus sombras en la multitud,
una patria, una madre ausente.
¿Acaso olvidaron que podemos amar?

Escuchamos el Ave María.
Me das un poema
sobre una joven que amaste.
Las ventanas se llenan de noche,
de herida, herida henchida de eco,
eco henchido de lamento.
Me acerco a ti.
Añoro dormir en el lugar
que duerme profundo en tu alma,
desearía sostener la mano de tu madre,
la mano de mi padre.
Desearía ver a Carmel desde tus ojos.
La joven que besaste.
Seis, sesenta inviernos, veranos.
Gotas de lluvia
apilándose en nuestras oraciones,
en los pasos que nos prohíben dar.

Hoy vendrán los pájaros, me dices.
La tierra es más pequeña que la tierra,
aún más pequeña que nuestros movimientos.

Digo tu nombre y respondes.
Muerte, has vencido a la muerte.
La libertad que te tomó te lleva,
y yo encuentro los colores
de nuestro mapa desteñido.
No te despides, nunca cruzas, solo cruzas.
Salimos al encuentro de la muerte,
para que la muerte no nos encuentre.
Cerramos las puertas, recordamos
las arboledas,
los versos que escribiremos,
las cartas que jamás enviaremos.
Inshallah, dices, a bientôt.
Inshallah, diré, sí, la tierra habla árabe.





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Esta noche (fragmento)

El agua alcanzará el borde del vaso
mas no se permitirá rebosarlo.
La violencia explotará y los horrores
se atarán a cada árbol desnudo.
Esta noche oiremos discursos
ordenándonos abrir las piernas
para escandalizar como meretrices.
Esta noche veremos cinturas tatuadas
y kalashnikovs
en los maleteros de los autos (...)




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Escucha, esta noche

a las hojas murmurando
en los campos amarillos
a las dolencias de un campesino
el dolor de un niño abandonado
mira a Tiberia disfrazada en sombras
en las minúsculas pisadas de las estrellas
siente el toque hambriento de un mendigo
y responde por qué fingimos -
cuando medimos la tierra
y no había espacio para los dos


(Traducción: Beverly Pérez Rego)


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