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lunes, 30 de agosto de 2010

999.- GLORIA ANZALDÚA


Gloria Anzaldúa
Gloria Evangelina Anzaldúa (Valle del Rio Grande, 26 de septiembre de 1942 - † Santa Cruz (California), 15 de mayo del 2004), fue una académica, activista política chicana, lesbiana, feminista, escritora y poeta.

Gloria Anzaldúa nace en el Valle de Tejas el 26 de septiembre de 1942, hija de Urbano y Amalia Anzaldúa. A los once años, su familia se traslada a Hargill, Texas. A los catorce años, sufre la muerte de su padre. Anzaldúa puede lograr una educación universitaria a pesar del racismo, sexismo y otras formas de opresión que ella experimenta en su vida como una tejana de séptima generación (ver entrevista con Karin Ikas). Recibe su grado en la Universidad Panamericana, y su maestría de la Universidad de Texas en Austin.
Anzaldúa trabaja unos años como maestra de escuela antes de ir a Austin para obtener su maestría, también completa sus estudios de doctorado en literatura comparativa en la Universidad de Texas en Austin. En 1977 se muda para California donde hace sus escritos, trabaja como catedrática en la Universidad Estatal de San Francisco; la Universidad de California en Santa Cruz; la Universidad Atlántica de Florida; y otras. Ella es la más famosa co-autora de This Bridge Called My Back: Writings by Radical Women of Color (1981) con Cherríe Moraga, autora de Making Face, Making Soul/Haciendo Caras: Creative and Critical Perspectives by Women of Color (1990), y co-autora de This Bridge We Call Home: Radical Visions for Transformation (2002). También escribe Borderlands/La Frontera: The New Mestiza en 1987. Entre sus libros para niños está Prietita Has a Friend (1991), Friends from the Other Side - Amigos del Otro Lado (1993), Prietita y La Llorona (1996). Anzaldúa también escribe muchos trabajos de ficción y poesía. Sus trabajos se mueven entre inglés y español al mismo tiempo para converger en una sola lengua. En Borderlands se identifica con múltiples identidades. Su autobiografía "La prieta," se publica en inglés en la obra This Bridge Called My Back, y en español en Esta puente, mi espalda: Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos. Hay que hacer notar que el espacio de Anzaldúa mezcla culturas —sincretismo religioso—, idiomas —inglés y español—, prosa y poesía, así como sexualidad y género.
Por su trabajo, Anzaldúa ha sido muy laureada por This Bridge Called My Back: Writings by Radical Women of Color con el reconocimiento de "Before Columbus Foundation American Book Award" en 1986. Borderlands/La Frontera: The New Mestiza es reconocido como uno de los 38 mejores libros de 1987 por Library Journal y uno de los 100 mejores libros del siglo, por Hungry Mind Review y Utne Reader. En 1991, Anzaldúa es honrada con el National Endowment for the Arts como reconocimiento por su trabajo de ficción en 1991 y el Lesbian Rights Award. En 1992, es reconocida con la mención The Sappho Award of Distinction. Ella también es laureada con el Lambda Lesbian Small Book Press Award y American Studies Association (mención vitalicia).
Anzaldúa ha contribuido con la definición de feminismo, así como también en el área cultural de la teoría/ chicana y queer (lesbianas y gays). Una contribución muy especial fue la introducción del término mestizaje para el público estadounidense, que significa la concepción del estado de estar 'más allá'. En sus trabajos teóricos, Anzaldúa invoca una nueva mestiza (“new mestiza”), que ella describe como un sujeto consciente de sus conflictos de identidad y usa el término el nuevo ángulo de visión (“new angles of vision”) con el fin de retar el pensamiento binario en el occidente. El modo de pensar de la “new mestiza” se encuentra ilustrado en el feminismo post-colonial.

Mientras que la raza normalmente divide a la gente, Anzaldúa le pide a la gente de diferentes razas que confronte sus miedos a fin de incorporarse a un mundo donde haya menos odio y sea más fructífero para todos. En "La Conciencia de la Mestiza: Towards a New Consciousness", un texto usado en cursos para estudios sobre la mujer, Anzaldúa insiste que el separatismo invocado por los chicanos no ayuda a mejorar la causa, más bien, lo que hace es mantener la división racial estancada en el mismo lugar. Muchos de sus trabajos retan el statu quo del movimiento en el que ella se involucra. La idea de retar a esos movimientos es contribuir a que un verdadero cambio ocurra en el mundo, no exclusivo de algunos grupos solamente.
Anzaldúa es reconocida como una mujer muy espiritual, su abuela fue una curandera. En muchos de sus trabajos ella invoca su devoción a la Virgen de Guadalupe, divinidades Náhuatl/Toltecas, y la mitología Yoruba Orishás Yemayá y Oshún. En sus últimos escritos, ella desarrolla un activismo espiritual para describir como los actores sociales contemporáneos pueden mezclar la espiritualidad con la política a fin de hacer un cambio revolucionario.
Anzaldúa muere el 15 de mayo del 2004 en su casa en Santa Cruz por causas de complicaciones diabéticas, a a pocas semanas de terminar su disertación del doctorado en la Universidad de California, Santa Cruz.






NO BASTA

No basta con
decidir abrirte.

Debes hundirte los dedos
en el ombligo, con las dos manos
agrietarte,
derramar los lagartos y los sapos
las orquídeas y los girasoles,
virar al revés el laberinto.
Sacudirlo.

Sin embargo, no te vacías del todo.
Quizás una flema verde
se esconde en tu tos.
Tal vez no sabes que la tienes
hasta que un nudo
te crece en la garganta
y se convierte en rana.

Te cosquillea una sonrisa secreta
en el paladar
lleno de orgasmos diminutos.

Pero tarde o temprano
se revela.
La rana verde croa sin discreción.
Todos miran.

No basta con abrirte
una sola vez.
De nuevo debes hundirte los dedos
en el ombligo, con las dos manos
desgarrarte,
dejar caer ratas muertas y cucarachas
lluvia de primavera, mazorcas en capullo.
Virar al revés el laberinto.
Sacudirlo.

Esta vez debes soltarlo todo.
Enfrentar el rostro abierto del dragón
y dejar que el terror te trague.
—Te disuelves en su saliva
—nadie te reconoce hecha charco
—nadie te extraña
—ni siquiera te recuerdan
y el laberinto
tampoco es creación tuya.

Y has cruzado.
Y a tu alrededor espacio.
Sola. Con la nada.

Nadie te va a salvar.
Nadie te va a cortar la soga,
a cortar las gruesas espinas que te rodean.
Nadie vendrá a asaltar
los muros del castillo ni
a despertar con un beso tu nacimiento,
a bajar por tu pelo,
ni a montarte
en el caballo blanco.

No hay nadie que
te alimente el anhelo.
Acéptalo. Tendrás que
hacerlo, hacerlo tú misma.
Y a tu alrededor un vasto terreno.
Sola. Con la noche.
Tendrás que hacerte amiga de lo oscuro
si quieres dormir por las noches.

No basta con
soltar dos, tres veces,
cien. Pronto todo es
tedioso, insuficiente.
El rostro abierto de la noche
ya no te interesa.
Y pronto, otra vez, regresas
a tu elemento y
como un pez al aire
sales al descubierto
sólo entre respiros.
Pero ya tienes agallas
creciéndote en los senos.





Les decimos grasas [Fragmento]


Los encontré aquí cuando vine.
Cultivaban maíz en sus pequeños ranchos

[...]

No estaban interesados en mejorarse:
ni siquiera eran dueños de la tierra
sino que la compartían.
No costó trabajo ahuyentarlos,
cobardes eran, sin coraje.
Yo les mostraba un pedazo de papel
con unas palabras escritas
les decía que debían impuestos

[...]

algunos hasta tenían concesiones de tierras
y recurrieron a las cortes.
Fue cosa de risa:
ni siquiera sabían hablar en inglés

Aún así, algunos rehusaban moverse,
inclusive después de que les quemábamos las casas.
Y las mujeres; bien, recuerdo una en particular.
Yacía debajo de mí, lloriqueando

[...]

lo oía plañir como un animal salvaje

[...]

Después me senté sobre su cara hasta
que sus brazos dejaron de sacudirse

[...]

Caminé hasta donde había atado a su hombre
al árbol
Y lo escupí en la cara.
Línchenlo, les dije a los muchachos.


Traducción: Dr. Rolando Costa Picazo





[Fragmento:]

Vivir en la frontera significa que tu
no eres hispana india negra española
ni gabacha, eres mestiza,
sorprendida en el fuego cruzado entre bandos
mientras llevas cinco razas sobre la espalda
sin saber a qué lado recurrir, o de cuál escapar;
Vivir en la frontera significa saber
que la india en ustedes, traicionada durante 500 años,
ya no les habla a ustedes,
que las mexicanas las llaman rajetas,
que negar lo Anglo dentro de ustedes
es tan malo como haber negado lo indio o lo negro;
Cuando vives en la frontera la gente camina
a través de ti, el viento te roba la voz,
eres una burra, un buey, un chivo expiatorio,
precursora de una nueva raza,
mitad y mitad–tanto mujer y hombre, ninguno de los dos–
un nuevo género;

[...]


Para sobrevivir en la frontera
debes vivir sin fronteras
ser un cruce de caminos.


Traducción: Dr. Rolando Costa Picazo








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