Teatro de operaciones de Liliana Lukin pone en escena un cuerpo –árbol o persona– tocado con la lengua vivificante y castradora de la poesía.
DE TEATRO DE OPERACIONES:
CAMPO QUIRÚRGICO
1
La sierra eléctrica trabaja
sobre los troncos peligrosos.
Mi estancia entre los pinos
se ha vuelto literaria:
en la trepidación del sonido
contra el cual despegar
mi escena de escritura,
escribo con temor y temblor.
Haber leído el testamento
de Rilke, esas cartas urgentes,
cuando no había en mí urgencia
ni pinos, no mejora este momento.
Pero la memoria de una sierra
mortificando al poeta cada día,
hace de estos árboles cayendo
sobre mi cabeza otro peligro:
soñar sólo con maderos,
no soñar más que ruidos
en un sueño sin gente.
El aire blanco de la quemazón
es un himno entonado suavemente
que se levanta de los muñones
incrustados bajo tierra,
aún cuando todo ya ha cesado
como en el paisaje después
de una batalla.
Mi estancia aquí en la niebla,
entre el deseo y la voluntad,
es una prueba de resistencia,
un trato con la vigilia
en el que llevo las de perder.
INGENIERÍA NATURAL
5
Del susurro de los textos procedo
al alarido, el protocolo debajo
del concepto: no habrán tenido
de mí ninguna cosa salvo
el resplandor.
Como un perro en una
camilla de laboratorio perderé
todo menos la cicatriz:
lo que no hay no merece
instrumento.
Animal del templo de la voz, caligrafía
oral, reino de lo inútil: en el centro
difuso y pleno de las simultaneidades,
una enorme boca tragará
nuestra incomodidad.
RETÓRICA ERÓTICA
Si él se quedara ahí, así, adentro,
ella no se caería nunca.
Lo dice y balancea su peso sobre él,
sobre el vacío, sobre la frase.
Y él, que trabaja para el placer,
pero alimenta la tristeza,
apretando su carne habla.
Ella ríe de lo que él habla: come
de lo que él pone entre sus dientes.
SÍ él cortara sus cabellos ella no tendría
de dónde sostenerse, y él avisa
que los cabellos son una materia frágil,
mientras le acomoda
el pelo en la frente, lo quita
de sus hombros, despeja las curvas
de la oreja para hurgar,
como si nadie
viera, como si nadie se diera
cuenta de nada.
Como una canción...
XVIII
Como una canción
tocada por la orquesta
del club social del barrio
desafina pero es ésta
la única cuestión
así destemplada
rítmica
y deseosa de una
alegría de vereda
ella sentía el poder
de expandir su melodía
y que se oyera
como una canción.
(De: Construcción comparativa, 2003)
CARTA XVI
mi querida: los hombres nos envidian el penetrante
juego de intimidades sucesivas: los ensordece
el murmullo de palomas que cambiamos
insomnes y ligeras por sobre toda obligación
envidian la obscenidad de nuestros juegos:
contar y llorar como hijas de la misma madre
(que hubiéramos compartido los baños y las camas)
o como madres a punto de parir (casi desnudas
y hablando de un dolor parecido)
los hombres es sabido nos envidian
el impenetrable clima de las risas oblicuas
(como de amiguitas a la siesta en el zaguán)
y esa falta de vergüenza al mostrarnos las llagas
o hacerse vestir o acariciar el alma una por otra
ellos no saben cómo hacer para podernos
distraer de nosotras llamarnos la atención
es su pasión y su calvario: tan fuertes
somos en nuestro pacto el motivo de su deseo
desesperan de nosotras pobrecitos
y amados como el otro de nosotras sospechan:
la insuficiencia de ese modo de amar
ellos quisieran ser una más y nos envidian
lo impenetrable (el resto de adolescente que se deja
tocar sin perder nada) ese poder de ubicuidad
que nos concilia con el infierno en un salón del paraíso
en esta lucha por el amor de cada día
ellos no saben de nuestra necesidad y nos envidian
y aunque les juremos que nos son imprescindibles
sabrán que en esa frase hay una trampa:
ser el otro de nosotras es poca cosa
y ellos siempre querrán ser una más
CARTA XI
mi querida: ¿ qué sería de nosotras sin ese hombre
su lugar preciado tan cerca que no nos deja ver
o tan lejos que se ama la ausencia ?
el teléfono la línea el hilo delgado de la voz:
nuestro secreto de cada lado del aire
y en el centro del aire las palabras que ríen
nuestro secreto: ese hombre viéndonos reir
así las cosas: ¿ qué sería de nosotras sin nosotras
tan cerca aún cuando los niños ocupen lugar
y ese hombre preciado su cama ?
semilla
Madre ha sabido dejarnos solos
y nada que yo escriba ahora
será como habernos sabido dejar
(lo suficiente es siempre escaso
no colma la sed un solo vaso
cuando lo difícil es beber)
Madre ha podido con nosotros
y del montón hizo nuestra soledad
De "Carne de tesoro", Editorial Sudamericana, 1990
(textos escritos entre 1983 y 1990)
CARTA V
mi querida: aquí dando vueltas por la casa
( yo que no hago tortas)
como los colores de un trompo
suelta y en estado de fricción
toda abstracción tiene un precio a pagar
y ahora los domingos pasa esa mujer con niños
que se dedica a mi basura
(ahora bien: cuando el precio visita tus residuos
y ya has salido con la materia envuelta
a cancelar cuotas en tu puerta de entrada
¿qué hacer?)
ah querida aquí dando vueltas a la idea yo
(que no hago bordados) como un ábaco: numerosa
y golpeando mis cuentas entre sí
absorbida en la nada que precede a la nada
el tiempo se me va sobre el cuerpito de los hijos
ni escritura ni escritura: hueca y numerosa
prolifero en la carne mientras
sufro imperceptiblemente
en estos pasillos esta calle esta ciudad
la abstracción es una deuda infinita
contra un paisaje de bolsas revueltas
y ellos hacen puentes cruzando mi vereda
como de lo extranjero a lo extranjero
ah querida mía en la idea de la casa estoy
dada vueltas doméstica cansada
y ahora los domingos pasa esa mujer.
CARTA XVII
mi querida: una extraña a la otra
y más amor hay cuanto más cartas
(extraño el amor que nos tenemos cuando no estamos
ese cultivo del lugar del otro en la estimación)
una extraña soy una mujer extraña
que extraña todo el tiempo encontrar
caras que den felicidad
cuanto más cartas más motivo
para el amor y el secreto: escribir para inventar
motivos de amor escribir para saber escribir
(extraños que aprenden a tocar la cuerda del otro:
caras extrañas que dan felicidad)
una extraña soy que se desliza seriamente
por las aristas de la alegría de estar
y como más amor hay cuanto más cartas
escribamos extrañemos vayamos al encuentro
querida mía y que nos dé felicidad
CARTA XIX
mi querida: este hombre no tiene ganas
de hablar
¿ha renunciado al camino oblicuo
que lleva hacia mí
o ha renunciado simplemente a la palabra?
a la palabra no se renuncia
así nomás:
en el camino quedan los mejores deseos
ah, cómo decirte: este hombre no quiere
hablar pagar ese precio por el acto
(y yo resisto como un combatiente derrotado
a esa falta de estrategias
a esa estrategia de viejos conocidos)
por la palabra doy la vida:
un buen juego de palabras es para mí
juego de manos juego de villanos
y aunque este hombre me diga que no
sé que haré hablar al silencioso:
volverá por sus fueros a mí
CARTA XX
mi querida: una es una mujer equívoca:
se equivoca y es ésa su falta ("estar en el lugar
equivocado es a veces una provocación inútil")
una es una mujer provocadora que insite
en la provocación: frases equívocas lugar equivocado
el hombre que no es en el lugar del que no ha sido
claro que es lo equívoco lo que seduce
el error la persistencia en la fragilidad
de confundirse
de dirección de parecer de argucia
la persistencia en la seguridad
mi querida: una nunca es lo que parece o nunca
parece lo que es: ¿astucias? ¿provocación para que el otro
caiga en el error la confusión el pozo?
¿o falta de habilidad distracción inevitable gozo?
una es una mujer provocadora
que cuando menos se equivoca más equívoca parece
y si además está el hombre que es
en el lugar del que no era
la provocación no se perdona
De "Cartas", Ediciones de la Flor, 1992.
(textos escritos entre 1990 y 1992)
4
¿girando detrás de un pensamiento
como una perra que muerde su cola
algo del pensamiento se hará claro y potente
como un ladrido o un celo de animal?
¿algo de la perra que hay en mí
dejará de girar detrás de sí dejará
de morder de hacerse daño
si esa luz hace claridad?
¿girar no es una gimnasia ridícula
que saca de lugar confunde
cielo y suelo y vuelve
cada cosa algo que se mueve
y algo que se deja de ver?
¿es posible así entender algo?
¿habrá que tener un pensamiento de perra
para hacer una pregunta donde se vea
cómo una mujer muerde el hueso
tras una idea de mujer
y eso la lleva a ver con otra claridad?
De "Las preguntas", Ediciones de la Flor, 1998
(textos escritos entre 1992 y 1998)
Como una esclava
en el tobillo
de una mujer libre
adorna y sólo marca
el contorno del brillo
pero es
el cuchillo del deseo
para el dueño
de un deseo de tobillo
así ella
dueña de su contorno
brilla en el adorno
y en la doble
esclavitud
de su ajorca y su tobillo
está su libertad
como una esclava.
De "Construcción comparativa", Ed. Alción, 2003
Mudanzas
a S. Szwarc
para que estés más cerca de tu preocupación
decidí cambiarme de lugar:
tu preocupación
merece que duermas a su lado
una luz (como en tantos poemas
hay) una luz fraccionada en la idea
del poema:
cae sobre tu rodilla o sien
y cae sobre el lado claro de tus plumas
que tu almohada añade al preocuparse
para que estés
más cerca de quien merece
hay un lugar:
cambiar estas palabras
hacer un edredón con las ideas del poema
apoyar sobre él la triste la cansada
cabeza.
Que duerma.
Destapado de mí.
(Carne de tesoro)
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