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lunes, 26 de julio de 2010

651.- ÁMBAR PAST



Poeta de ascendencia polaca y cherokee. Nace en 1949 en los EUA; emigra a México a la
edad de 23 años y adquiere la nacionalidad mexicana en 1985. Radica en Chiapas desde hace más de tres décadas, principalmente en parajes rurales donde aprende el tsotsil maya. Fue becaria del poeta chiapaneco Jaime Sabines y participa en los talleres literarios de los Maestros Juan Bañuelos, Raúl Garduño, Francisco Álvarez y Joaquín Vásquez Aguilar.

Su obra poética ha sido traducida y difundida en japonés, inglés, francés, italiano, portugués, tsotsil, polaco y serbocroata.

LIBROS PUBLICADOS: Slo’il chiltaktik, cuatro vidas tzotziles, 1978, Bon, tintes naturales, 1980, Yayamé, con presentación de Jaime Sabines, gobierno del estado de Chiapas,1981, Mar inclinada, Rodrigo Núñez Editores,1985, The Sea on its Side, traduducido al inglés por Jack Hirchman, Post Apollo Press,1986, Nocturno para leñateros, Casa de la Cultura de Juchitán, Oaxaca, El bosque de colores, Casa de las imágenes, 1992, Caracol de tierra, con prólogo de Elena Poniatowska, Universidad Autónoma de Tlaxcala, 1994. Conjuros y ebriedades, cantos de mujeres mayas, con presentación de Juan Bañuelos, Taller Leñateros, 1998. Almanaque de los leñateros, Taller Leñateros, 2000, Directorio de los leñateros, 2002. La fe, Galería de la Kocina , 2003, Dedicatorias, Galería de la Kocina , 2003, La Señora de Ur / The Lady of Ur, Galería de la Kocina , 2004, Cuando era hombre, Universidad Autónoma de Chiapas, 2004, Incantations by Mayan Women, Taller Leñateros, 2005. Huracana, con presentación de Elena Poniatowska, Coneculta 2005.


POEMA

Dedico este poema a los hombres que nunca se acostaron conmigo
a los hijos que no tuve
a los poemas que nadie escribió

Dedico este poema a las madres que no amaron a sus hijos
A las que murieron en hoteles
sin que nadie les acompañara

A los poetas que viven olvidados en alguna antología
Al poeta en su velorio con la boca cerrada para siempre

Lo dedico al autor de las pintas en los muros
Al torturado anónimo
Al que nunca dijo ni su nombre

Dedico este poema a los que gritan de dolor
y también a las parturientas
Lo dedico a los suicidas
Al que lava cadáveres
A las mujeres que se acuestan con todos
A los que siempre duermen solos

Dedico este poema a los que no frecuentan cafés
ni piscinas ni saben hablar por teléfono
A los que no entran en los bancos
ni salen en la tele
A las de la primaria vespertina
que reciben declaraciones de amor con faltas de ortografía
A los poetas que nunca empiezan a escribir
A las que no se atreven a opinar
ni a levantar la voz
A las que no pueden estar felices sin el consentimiento del macho
A las que duermen con sus delantales puestos
y piensan en el quehacer mientras sus maridos eyaculan prematuramente
A las que tortean en jacales
y no tienen sillones

A los que arrullan a sus hijos en tsotsil
y traen mugre bajo las uñas
A los pepenadores
A los que chaporrean
siembran nopales y comen tortilla con sal
Al sereno que también trabaja de día
A la de la chancla rota que tiende cien camas cada mañana
Al viejo sin dientes que merca chicle en la playa
A los que viajan parados a la tierra del cacao
A las que traen las caras negras
y la cicatriz del llanto en su sordera

A la que da el pecho a su hijo en el cañaveral
A los que buscan el arco iris en el aceite de los charcos
A la que chapotea en las cascadas y se moja el pelo con
[agua de lirios
A los remeros que inventan el canto con sus brazos
A los que lavan el nixtamal bajo la lluvia
A las que acarrean el agua en cántaros
y caminan por la carretera

A la niña viendo luciérnagas
A la niña con el candil en la mano
A los chamacos que saltan con el rastrojo en llamas
A los que corren sobre el fuego
entierran a sus muertos en la cocina
y cantan entre los escombros

Al que engaña a su muerte en la cama de los moribundos
Al que baja de los cerros para no quemarse con las estrellas
Al que agarra la mano de la muerte y baila con ella

A las que tienen muchas nueras y cargan iguanas en sus cabezas
A los colochos que venden nieve en tierra caliente
A los camaroneros divisando el co de madrugada
Al que arremanga su camisa y pide un hacha
A la que vende tamal de bola, de mumu y chipilín
A los que cortan elote tierno para comerlo crudo
y amarran la pata del perro que roba pollo
A los que hacen las maracas
y matan por amor
Al que se avienta al hoyo en el entierro de un amigo.
Al poeta que no puede bajar del techo por estar tan enamorado

Al que hace lo que puede

Dedico este poema al hombre encadenado
A los niños golpeados
A los hijos de alcohólicos
A las que cuidan a las criaturas de otros y ven a las suyas
[cada quincena
A la que trapea en el colegio y no sabe firmar su nombre
A las que comen en la mesa del hospicio
A los tullidos que se acurrucan junto al horno en alguna panadería
A los que atienden los baños públicos
y barren las calles al amanecer
A las que bailan en cabaretes
y están hartas

Dedico este poema al amasador de adobes que muere en la casa
[que construyó para otro
A los que se escaparon de noche cuando el volcán sepultó su iglesia
A los vecinos que ya enterraron a sus hijos
uno tras otro como los años que pasan
A los que han tenido que vender a sus hijos
su sangre y su sexo

A los que nada tienen que perder

Dedico este poema a los peones acasillados que invaden
[las tierras del patrón
A los que cavan túneles debajo del dinero
A los que prenden lumbre al ingenio
A los que no echan sombra y sin luna dinamitan los puentes
A los de trece años que se van a la guerrilla
y conocen mujer por primera vez en la montaña
Para los dos heridos
Para Las Pelonas
Al tacuazín de Olga
A los chuchos apaleados

A niños que nacen en países donde la verdad está prohibida por ley
A los que han adoptado otro nombre
y llevan años sin saludar a la familia
A los que nunca durmieron en la misma cama
y comparten la fosa común

Dedico este poema a la madre que busca a su hijo en el anfiteatro
entre otros poemas decapitados
A la que no puede decir cuál cadáver es el suyo
y se despide de cada uno con un abrazo




LA SEÑORA DE UR

Soy el museo más viejo del mundo
y me acaban de saquear.

Han quemado mis libros.
Estrellaron mi cara contra el piso.

Soy la mujer en la foto
a quien apunta el fusil.

Estoy tirada en el suelo,
mis manos esposadas atrás.

Quieren lo que nadie puede dar.

Alejandro Magno no ambicionó el petróleo.
Él alababa mis duraznos
cuando las huertas entre mis ríos
eran ya muy antiguas.

Soy el Jardín.
La primera mujer y el primer hombre.
Madre de la Escritura.
La primera ley.
La primera ciudad.
Soy el lugar a donde todos iban
El alba y el punto de partida
Yo inventé el pan.
Creé el trigo.
La lana, el vino, la miel.
Soy arco y bóveda,
cera perdida de la fundición.
Canto de todos los cantos.
Yo era la Fe.
Soy todas las religiones.
En todas las guerras me han violado.
De mis senos arrebataron a mis hijos.
Estoy tirada en las baldosas.

Soy la Tierra.

Durante horas
desde que me desperté
he estado mirando
lo rojo de los mosaicos.
Ya me acuerdo de dónde soy.

Soy la sed.
Ahí vienen.
Oigo el eco de sus botas.
MISS GUERRA

La Guerra nos llamó
para ofrecer un rapidín.
Dejó un mensaje en la contestadora,
una mancha de petróleo en la playa.
Le enviamos docenas de largos brazos.
Costales de uñas.
El rostro de una madre.
Un poema traducido del persa
te puede costar diez años
y medio millón.
La Guerra tira la casa por la ventana,
pero no le interesa curar enfermos
ni educar ciegos.
Miss Guerra no sabe leer.
Apenas puede firmar cheques,
pero le va muy bien.

Abre las puertas de su funeraria.
Hace negocio, pone una cadena
de sucursales.
¿Para qué preocuparte?
Lo importante es
estimular el clítoris del Dinero.
Hasta que te pague.
No empuje, joven, habrá Guerra para todos.
-Dame una libra de Guerra...
Dámela fiada, compadre,
véndemela al mayoreo.

¿Guerra civil?
¿Etnocidio?
-Lo que tú quieras, mi Reina.
Estamos a tus órdenes
para cualquier ocasión
en que se te ofrezca.

Alcánzame la Guerra, por favor, papacito. ¿Todavía hay?
¿Ya se acabó?
¡Compre más
y más y más!
¿Cuántas guerras necesitas, chulito?
La Guerra nos ofrece su nalga.
Le agarramos las tetas.
La biblioteca arde en llamas.
La escuela se vuelve cuartel.
El hospital es un necrocomio.

Sin embargo [aquí el General pone cara de orgullo],
sólo violamos a mujeres,
hispanos
y gays.

-Damas y caballeros: permítanme recordarles que estamos en Guerra.
Todo tiene su costo.

Un ejército obedece.
Los soldados compran
cuando se les ordena.
La Guerra fue elegida
democráticamente
por nuestros clientes.

Siempre tienen la razón.

Señoras y señores:
con nosotros
MISS GUERRA.



POEMA

(Me dolió dar a luz a mi madre.

Dice que nació muerta.

Dice que duele más de lo que dicen.



Estoy más y más ciega.

Ya no oigo gritar a sus sábanas.

No me duele.

Ya casi no me duele.)

ÁMBAR PAST (’Bajo seudónimo. Cartas que nunca mandó mi madre’, del libro ‘Huracana’, en el que se recoge la obra completa de esta poeta orgullosamente mexicana que vive en Chiapas, en una casa-árbol, fundadora del Taller Leñateros)

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