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jueves, 31 de julio de 2014

MERERID HOPWOOD [10.801]


Mererid Hopwood 

(Cardiff, GALES 1964) estudió español y alemán en la Universidad de Aberystwyth (Gales) y obtuvo un doctorado en literatura alemana en la University College de Londres. Fue profesora de alemán en la Universidad de de Swansea, y tutora de Escritura Creativa en el Departamento desde 2002. Después de pasar muchos años impartiendo conferencias en las universidades de Londres y Swansea se unió al Consejo de las Artes de Gales como directora regional. En 2001 ganó la prestigiosa cátedra de los bardos en el National Eisteddfod, un histórico festival de literatura que se remonta al Siglo XII. Posteriormente ha ejercido como profesora de español en la escuela Bro Myrddin en Carmarthen hasta enero de 2010 alternando sus labores como profesora, poeta, y presentadora de televisión. Actualmente es profesora en la Universidad de Gales, en el campus de Carmarthen. Galardonada con la Medalla del Eisteddfod por su obra O Ran (2008)

OBRA:

Sarah Kirsch (1997)
Singing in Chains: Listening to Welsh Verse (2004)
Seren Lowri (2005)
Plentyn (2005)
Ar Bwys (2007)
O Ran (2008)





Invierno

Escucha el clic de los dedos de hielo abrir
el cerrojo, el sol a su lado levanta la tapa
del mundo, escucha, oye el clic y a la noche rendirse

cinco rayos débiles giran despacio
la llave hasta aplastar las cadenas del suelo
escucha, oye los dedos abrir

las ventanas, clic, es hora de levantar el techo
y abrir otra vez las puertas del jardín al perfume
de todas las flores del mundo, clic y  se rendirá la noche
las manos empujan el invierno y el hielo que mordió
se rinde, el calor gana la partida
escucha, oye, el clic y a los dedos poderosos abrir

la noche, a pesar del miedo empujan el verano, no podemos evitar
el poder del empuje como cuando se da luz a un bebé y el día
llega, oye el clic y la noche se rinde

todos los cerrojos se abren de golpe y los fríos dueños huyen
y hay vida y habrá vida y estallá el día
escucha, oye, el clic de los dedos de hielo abrir
el mundo entero en un clic. Y a la noche rendida.



Y ésta es la versión que prefiere Mererid:



Invierno

Escucha el chasquido  de los dedos de hielo abrir
el cerrojo, el sol a su lado levanta la tapa
del mundo, escucha, oye el chasquido y a la noche rendirse

cinco rayos débiles giran despacio
la llave hasta aplastar las cadenas del suelo
escucha, oye los dedos de hielo abrir

las ventanas chasquea tus dedos, es hora de levantar el techo
y abrir otra vez las puertas del  jardín al perfume
de todas las flores del mundo, un chasquido y se rendirá la noche

las manos empujan el invierno y el hielo que mordió
se rinde, el calor del día gana la partida
escucha, oye el chasquido y a los dedos poderosos abrir

la noche, a pesar del miedo empujan el verano, no podemos evitar
el poder del empuje como cuando se da luz a un bebé y el día
llega, oye el chasquido y la noche se rinde

todos los cerrojos se abren de golpe y los fríos dueños huyen
y hay vida  y habrá vida y estallará el día
escucha, oye el chasquido de los dedos de hielo abrir
el mundo entero en un chasquido. Y a la noche se rendida.


Mererid Hopwood, inédito
Versiones: Marina Kohon




Winter

Hear the click of the ice fingers unlocking
The bolt the sun on this side lifts the lid
Of the world, listen, hear the click and the night gives in

Five weak rays turn slowly
The key until they destroy the chains of the ground
Listen, hear the ice fingers unlocking

The windows, click, it is time to lift the roof
And open again the garden doors to the perfume
Of all the flowers of the world, click and the night gives in

The hands push the winter and the ice that bites
Gives in, the heat of the day is gaining round
Listen, here the click and the strong fingers open

The night, despite the fear they push the summer, we can’t avoid
The power of the pushing like giving birth to a baby and the day
Will come, hear the click and the night gives in


All the bolts burst open and the cold masters flee
And there is life and there will be life and dawn will break
Listen, hear the click of the ice fingers unlocking
The whole world click. And the night has given in.


Mererid Hopwood

http://oghamirlanda.blogspot.com.es/2013/10/mererid-hopwood-dos-versiones-de-un.html






Comenzamos con la traducción de Mererid Hopwood de los poemas “Desnudo” (Las briznas: poemas para consuelo de Hugo van der Goes, 2007) y “Un elefante en la tela de una araña” (Poemas perplejos, 1995). Por último, y por anticipado, quisiera disculparme si en la transcripción de la fotocopia que me hizo llegar David Morgan de la traducción de Meredid Hopwood he cometido algún error del que solo yo soy responsable.

Juan Carlos Friebe

http://geometriadeldesconcierto.com/cuadernos/juan-carlos-friebe/poesia-traduccion-y-poemas-1/





DINOETHWYD / DESNUDO

Daw dyn i´r fynachlog, ond un arall wedyn
sy´n gwisgo clogyn y mynach diaddurn
er mwyn edrych ar Dduw o´i gell,
neu er mwyn dianc rhag y byd hwn a´i erchyllterau sych
ac er mwyn ei wynebu´n well,
neu er mwyn osgoi´r wyneb sy´n ceryddu´r drych.
Daw yn wylaidd, ac mae gwyleidd-dra´n ei weddu,
ac eto, chwilied a fynno, mae unigrwydd yn ddwfn,
ac mae dyfnder yn brifo, oni ddaw yn sydyn
rhyw fath o deimlad.
Daw dyn, ac yn y fynachlog
tawelwch sy´n croesawi ei gyrraedd,
yn barchus, amheus, yn weddus ddrwgdybus,
a chydag ef mae´n cario llwch y weundir llwyn,
mwd o lonydd cefn tywyll,
mwd ei wendid a´i fai,
er bod dyn da yn byw dan ei fron.
Mae´n dadwisgo´r carpiau a´r pechodau
wrth glirio ffordd drwy´r clos a thynnu´r dillad brwnt,
fel pe bai´n dweud mai´r hyn sy´n ein gorchuddio ni
yw gwir gnawd ein cig ni, ac nid y mwgwd,
yn yr un modd ac y mae amlinell y wyneb
yn ddim ond canol y masg. Ac yntau´n noeth
mae brychau gofid a chythrwfl arno,
golosg ei orffennol, a chreithiau diweddar.
Dyma´r pileri sy´n cynnal y mynachdy,
coed y clos, y pren afalau sgleiniog a gaethiwyd,
ac felly hefyd y palm sy´n llawn blodau bach
yn dangos eu hun drwy´r tail. Mae´r llewod
yn rhuo yn y bwâu, tra bo´r adar yn trydar
gan goroni´r llechi uwchben,
eu calonnau´n newynog, a´u gyddfau´n brifo
gan leisiau´r seraffiaid sy´n methu byw
fan hyn ar y ddaear, ac sy´n ymestyn mewn un côr,
ac os yw´r côr yn deilwng o´r nefoedd, nid yw´n deffro dduwioldeb.                                                                                      







Entra un hombre en el claustro. Otro más
escoge el hábito de monje austero
para mirar a Dios desde su celda,
o para huir del orbe y sus horrores;
para verle de frente, cara a cara,
o no enfrentarse al rostro que reprocha el espejo.
Viene con humildad, que le conviene,
pues busque lo que busque, la soledad es honda
y hondo daña, si no halla pronto algún
sentido. Entra un hombre y en el claustro
un silencio recoge su llegada
con respeto y recelo, obligada cautela:
trae consigo el barro de la ciénaga,
lodos de callejuelas tenebrosas,
fangos de su flaqueza y de su culpa
aunque en su pecho habite un hombre bueno.
Se despojó de harapos y pecados
al franquear el patio, su mugriento vestido,
como si aquello que nos cubre fuera
la verdadera piel de nuestra carne
y no el disfraz, igual que el perfil es tan sólo
la mitad de una máscara. Aun desnudo,
en su mirada hay tormento y mácula,
brasas de su pasado, cicatrices recientes.
Estos son los pilares que sustentan
el convento, los árboles del patio,
sus lustrosos manzanos condenados,
igual que los arriates mimados de verónicas
se abonaron de estiércol. Los leones
rugen en las arcadas mientras gorjean aves
coronando los ábacos, hambrientos
corazones, gargantas lastimadas
de voces serafines que no pueden vivir
aquí en la tierra, y se alzan en un coro
que si merece el cielo, no le mueve a piedad.






YR ELIFFANT AR EDAU´R PRY´COP / UN ELEFANTE EN LA TELA DE UNA ARAÑA

Edmygaf ddyfalbarhad y corryn
wrth iddo ganolbwyntio ar ei dasg
o greu magl mewn mosaic bendigedig,
nid ei ddysgeifarwch wrth lafur yr hela sy´n mynd a´m bryd.
Pan mae´n synhwyro perygl y glaw,
mae´n tynnu mewn ei waith helaeth
gyda dawn wyrthiol;
ac os daw´r gwynt a´r tywydd mawr i niweidio ei waith
mae´n ei ail-greu, mae´n dal ati, yn nodwyddo´r
edau trwy´r tyllau´n amyneddgar,
â doethineb mwy na gwyleidd-dra, ac mae´r trwsio´n
creu deunydd tryloyw o´i rwyd.
Deunydd sy´n gallu gwrthsefyll,
sy´n fygythiad mwy fyth,
a deallaf mai patrwm nid hynafol
ond cyn-oesol o fodoli ydyw;
a bod trachwant yn arwain y reddf
sy´n ei wthio i gyflawni´r campwaith
brau –yn frodwaith gorwych eithafol-
nid y ffug frwydro heintius a ddaw â syniad
deallus, neu ysgogiadau´r dychymyg.
Ac nid wyf heb wybod mai ei dechneg
yw techneg goroesi,
tric cach-gi a gaiff ei berffeithio
â gosgeiddrwyd erchyll
gan ei wendid athrylithgar a thraddodiad.
Mae rhywbeth ynglyn â manylder siarp
y symudadau didostur 
sy´n fy rhyfeddu ac yn fy arswydo,
rhywbeth gwrthun yng ngwead perffaith
y magl marwol sy´n fy nhroi
yn erbyn braint ei ddiogelwch fe fel heliwr.
Ond y sawl a fynn garu heb gael ei frifo,
sef marw yn nwylo´r un a gerwch,
dealled ddysgeidiaeth natur,
a pheidied â thaflu ei hun i´r byd heb darian,
na strategaeth datoded yn ofalus
ei we pry cop ei hunan, ac os daw´r gwynt
neu´r tywydd mawr i´w malu, dalied ati,
ac os na chaiff garu, o leiaf caiff oroesi.






Admiro la tenaz entrega de la araña
a su sobria tarea, que convierte
en mosaico bellísimo una trampa,
no su astucia en el arte de dar caza.
Cuando intuye el peligro de la lluvia
recoge su trabajo prodigioso
con tanta habilidad que es milagro;
si el viento o el tiempo dañan su labor
la reconstruye, persevera, enhebra
el hilo en sus agujas con paciencia
antes sabia que humilde, y su remiendo
devuelve resistencia y transparencia,
acaso aún más, a su red inclemente.
Entiendo que se trata de una forma
no antigua, primitiva, de existencia;
que la voracidad guía el impulso
que impele a ejecutar la delicada
obra –casi suntuosa de primor tan extremo-,
no el febril simulacro de una idea
inteligente, o el ímpetu de una fantasía.
No ignoro que su técnica consiste
en una táctica de subsistencia,
cobarde ardid que su debilidad
ingenia y la costumbre perfecciona
con elegancia pavorosa.
Hay algo en la afilada exactitud
de sus inexorables movimientos
que me fascina y me estremece, algo
perverso en la perfecta ejecución
de su trampa mortal que me rebela
contra su impunidad de cazadora.
Pero quien quiera amar sin ser herido,
que es morir a manos de lo amado,
aprenda la enseñanza de la naturaleza,
y no se arroje al mundo sin escudo
ni estrategia; despliegue con cuidado
su propia telaraña y, si el viento
o el tiempo la destruyen, persevere;
y, si no ame, al menos sobreviva.



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