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lunes, 29 de julio de 2013

INÉS MANZANO [10.280]




Inés Manzano
Inés Manzano nació en Buenos Aires, Argentina. Es poeta y maestra bibliotecaria. Organiza el ciclo “INTERIORES -poetas del país-", cuyo objetivo es difundir las diversas poéticas que se dan en todas las provincias de la Argentina. Paralelamente, se realizan encuentros especiales de “INTERIORES -poetas de América-", con los poetas del resto de Latinoamérica que están de paso por Buenos Aires. El empeño, el amor y la paciencia que Inés pone en estas actividades, son admirables.
Reside en Capital Federal pero conoce como pocos la poesía argentina más recóndita y necesaria. Su mirada es aguda, abarcadora. Su tarea se realiza desde la periferia e ilumina amplios senderos. Tiende puentes, conecta gente, ofrece espacios. Tiene dos hijas, Ana y Eva. Y coordina, junto a Lidia Rocha, el taller literario gratuito “El tren de la palabra”, de lectura y escritura de poesía.

Dice Gerardo Burton: “Los de Inés Manzano son poemas compuestos desde el desamparo, la exclusión, la marginación. Son la mirada del Otro, que observa desde una situación de indefensión estructural y estructurada, desde una palabra escamoteada y desde imágenes distorsionadas por exageración (hiperbolización) o por casi omisión (diminutivos). Las preguntas, los interrogantes suponen un monólogo que instala justamente esas preguntas en la interpelación ética (¿la justicia, la equidad, la solidaridad?). ¿Dónde está ese universo que se suponía común, que era “lo dado”? En realidad, es lo robado, lo saqueado: tanto el universo de la infancia como el de la familia, como el del amor.”



Estos poemas pertenecen a 
si es puñal que me mate (Papeles de Boulevard 2011)


Serie de la escuela                                                      




Sin tenerla

El ilford satinado no escapa a su congoja

Bruscamente
se ha salido de foco

Ya no sigue aferrado a la maestra
ni a la forma instintiva
en que ella
le cubre la cabeza con las manos

Diciembre
y su pecho es un ahogo de tristeza

Mi padre es ese nene

Huérfano de mi madre
se ha salido de foco

Bruscamente
se arranca el delantal

y se arranca

el aire que respira







Brian

Quisiera devorarme
este pan de los libros
y olvidarme el delantal
arrugado en un pupitre

ya que no tengo

el pan de tu ternura

ni arrugas en la frente
que me indiquen

lo que debo olvidar









Laila

Por favor no me mires
mientras yo me destrozo
la cabeza

o sí

mirame

llevame de la mano
a la terraza
para que yo me tire

       aquí están mis hermanas con
las muñecas rotas y las muñecas
rotas             

miralas
miralas

ah    y no me retes
si me olvido
el cuaderno
en la mochila

todo está en mi memoria

no te aflijas







Alejandro

Mi piel puede quebrarse como la tiza blanca
la merienda se astilla sin llegar a los huesos
la espalda no me alcanza
cuando cargo conmigo y las carpetas

los médicos afirman
que yo no tengo nada
y mi mamá
que ella sabe
lo que más me conviene

pero yo    sé

yo            que en 3º me canso de leer

yo sé

                mi ma má no me a ma






Manual

Debe haber un error
los cardenales no son pájaros

y el cinturón
no sostiene la ropa

sostiene la mano que castiga

Debe haber un error








Escuelita de La higuera

Padrecito
miranos

no tenemos manera
de trepar a los árboles
de arrancar
leche dulce a la higuera

los palotes
apalean la carne
no nos salen las cuentas
sin los dedos

no podemos
atajar la pelota ni las penas
sostener el manubrio    las palabras

hasta el puente
de Martín Pescador
se nos cae de la infancia

borramos la desdicha
con los codos

¿Cómo hacemos la ronda?

Cómo haremos
con tus manos ahogadas en el río de tinta derramada

Tus muñones golpean gravemente los sueños

Ay Padrecito    al menos
no dejes de mirarnos

no nos dejes







En el asombro

No era aún la estación de la sangre

Nosotros
no debimos saberlo
en el asombro del recreo

pero ellas tomadas de la mano
dibujaban
dolorosos rubíes por sus piernas

un camino de joyas
desprendido
del fruto lastimado

No debimos saberlo en el recreo


Todavía no es la estación de la sangre
y ya estamos perdidas en un bosque

Mamá       cómo decirte
que este animal que nos descorazona
es el mismo que enreda
tu corazón a un yugo
cada noche

y que en nosotras un día y otro
día y otro día
horada un desfiladero que nos duele
para ocultar su filo

Aunque no sea la estación de la sangre
él la hace restallar
en las paredes de los muslos

Mamá       cómo decirte
tu amor nos amordaza

La trampa está en sus besos
que bajan de la frente
desde el ombligo    bajan
y enhebran una hilera
de cristalitos rojos
ahogados en veneno
detrás de su saliva

Mamá       un padre
cazador
nos acorrala

y somos

animalitos ciegos

sangrando en el recreo







El padre

Ni esta agua en que navego
como el mar

tus ojos

Ni el aire en que voy a sostenerme
como un árbol

tus ojos

Ni en que reposo el lecho
pacífico 

tus ojos

Ni el agua    el aire    el lecho

Tus ojos como el mar
como un árbol pacífico 

Tus ojos
               van a ser
                               lo primero que vi





La victoria de la víspera

Este contorno 
que la distancia desmenuza
ni aún remotamente se parece
al perfil de la victoria
                                   perseguida en los sueños
pero guarda
un parentesco secreto 
con el rostro descarado
de una muchacha en La Matanza
                             en Samotracia
con los dedos en V

Bien que somos porfiados

Amanece 
y la distancia nos pisa los talones

Ignora
que al contrario de Aquiles
en ellos reside nuestra gracia

  -alas robadas a los dioses- 

Indefensos y frágiles    sabemos
que el único suceso que nos torna invencibles
es tenernos a mano

Nos bebemos el mar  

y la distancia 
se muda en filigrana 
traspasada de barcos               

Va cayendo en mi boca mientras digo

que yo me la devoro
como una jabalina vence
la copa de los árboles

De este modo burlada     
no puede con nosotros

Bien que somos porfiados
poderosos

Se deshace en el agua





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