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domingo, 30 de junio de 2013

WILIAN NOÉ ORDÓÑEZ ZÚÑIGA [10.193]


Wilian Noé Ordóñez Zúñiga 
(Asunción Mita, Jutiapa Guatemala. 9 de Enero 1965)
Es Sacerdote Católico y poeta guatemalteco. Al año 2013 reside en Caracas,  Venezuela donde presta sus servicios espirituales y pastorales. 
Estudió en la Universidad Rafael Landivar, Filosofía. (1994-1996),  En la Universidad Francisco Marroquín, Teología.  (2000-2002). En la Universidad Nacional “San Carlos” Idioma Maya K’iche. (1994-1996).

Ha publicado los poemarios: Sueños Humanos (1997); Nada mas una palabra (2004); Costumbre de Soñar (2007); Amando la vida (2012)





En algún lugar…

En algún lugar me piensan
A distancia vendrán a desterrarme
El pensamiento encrespado
Se deslizará sobre mi piel
O ese pensamiento se apaciguará
Al pensarme en la lejanía
Ya que en esta controversia
El amor esta a la orilla de la marea
El pensamiento me borra con su oleaje
Me pisa con su energía
O me saca de las tinieblas
 A la luz admirable.





Bajo la tecla del piano

Me siento extraño dentro de mí mismo
Frías sensaciones divagan
Como procesión que deja su lamento
En la interioridad del mudo
Las quiero agarrar con mi pensamiento
Pegarlas en las paredes del confín
Fluye el aguijón
Bajo la tecla del piano
Que esconde en su sonido
Mi llanto quejumbroso.






Ha sucedido

Hoy ha sucedido…
El amor llegó a mi puerta
Revestido de todos los trajes
Con su capa pluvial de rey del cielo
Con desaliñada prenda
Con sus cristales de acero
Con los vestidos que la naturaleza viste
Una vez ha pasado el haber amado
Irrumpió y quedo plasmado
En los mármoles  del amor que pasa
Una vez su respiro vino a mí
A que animara su soplo reducido
El amor vino escondido en una semilla
Que contenía los torrentes de la gracia
Contenía la fusión de dos gotas
Y el altar al amor sublime





Estoy en mi momento

Estoy en mi momento
En la fuga de los opresores pensamientos
Con las siluetas danzarinas
Que les tocó sus sombras
Estoy en mí, en mí, envuelto
No a pausas, ni a milenios cercenados
Soy yo mismo con la fachada enfrente
Y si vergüenza de roer
Y rumiar mi discernimiento
Acá he venido todo
Con formas y deformes
Con duras pesadillas
Que abren la puerta a otro mundo
Soy yo despejado de apariencias
Desnudo sobre la cima del Everest
Con la tierra fértil
Y la cara dispuesta a no fruncir el entrecejo
Dispuesto para que el omnipotente
Haga de de mí, antorcha que lleve luz al firmamento






La palabra “Guerra”

Escuché la palabra “guerra”
Pensé que era un juguete
Con el que Dios modelaba su sonrisa
Cuando me ensimismé en su contenido
Caí desmayado conmovido
Era una lepra derramando odio
Una caja de sorpresas
Que contenía la acumulación de la avaricia
Era la oscuridad expandiéndose
Sobre el rostro del niño
Y me dije:
Esta bola de muerte
Que no tiene compasión
Merece toda mi repugnancia
Altos mandos y frivolidades en el alma
Tienen que salir del sentir humano
El verbo de la palabra “guerra”
Tenemos que paralizarle su energía
Que sea un sustantivo que nombre la belleza
E invalida enviarla al confín del universo
Su significado enamoraba a los facinerosos
Convirtiéndose en el adulterio del mundo
En las piezas de ajedrez que el mal empujaba
Me levanté del desmayo
Y huí perseguido por una bala.





La hoja seca

¡Oh! la hoja seca 
que perseverante servicio:
ha dado vivacidad a la naturaleza
se ha unido a la hojarasca
dándose indefensa al suelo
se desprendió de su Señor
hoy duerme, solo espera ser abono
para no perderse en el tiempo

Hojarasca, no es que estés marginada
Tus elementos fugaces te han adormecido
Pero el pacífico verde
Y la purificación santa que ejercitaste
Te ha perpetuado
En el que respiro la pureza
Al pasar una ráfaga de viento
En la que trabajaste
Y sintió así, la presencia del omnipotente
En la silenciosa hoja hacendosa.





Buscando

Cuando con el trémulo miedo de la incertidumbre
Me lance con mis alas tímidas
A buscarte en el desierto  del infinito
Temeré no alcanzarte
Porque te has esfumado
Entre los espacios de mis dedos

Iré siempre a ti, con esta mácula ingrata 
Escondido entre la polvareda
De ese remolino que no encuentra sosiego

Iré a levantarte
Entre el polvo de la escoria
Te traeré a nuestros aposentos
Acompañada del viento
Cantándote su susurro





Epístola a los profetas

Sacad la sombra que se adueña de la luz
Profetas consagrados a la verdad
Descubrid el núcleo
Que todo está al descubierto

Denunciad el estado putrefacto 
La muerte del árbol
Rescatad la agazapada flor
El oscurecido lucero
El reprimido sentimiento
Mostrad las dádivas
Escondidas atrás de la materia
Dad el salto a la fe
Todo tiene sentido

Escudriñad el vaho del horizonte
Las llagas de la piedra
Dadle alegría a la melancolía
Porque la fama de la miseria crece
Los caminos son tenues

Mirad el torbellino ululante
Que arrasa con filosa hacha
El suspiro del amor

Sed historia, espíritu y vida
La luz devorando las tinieblas
Ponedle nombre a lo ignorado
Con retórica y energía explosiva
Y que no arrastre su voz la pereza.




Despertad

¡Despierta de tu letargo!
Amanece la vida
Ruge con el rayo vespertino
Es una vela para cada uno
Esparce refrescando su murmullo
Habla con emoción temprana
Da su potencia gratuita en semilla
Es promesa que se abre a la espera
Es la vida que acrecienta tu vida
Quiere tu anochecer rebosante de alegría
Quiere tus manos modelando la arcilla
No quiere el desgaste loco que aniquila
Ni los proyectos colgando de la inconstancia
Quiere que queme tu fulgor
Y que tejas entre astros la sonrisa.


      



El cielo se une a la tierra

No podemos despertar con la daga en el pecho
Y negarnos el sueño de la vida
Es tan corto el dolor
Y tan extensa la eternidad
Que todo canto melodioso
Nos llama del centro del gemido
Para que el cielo se nos una a la tierra
Y así el pecho dolorido se asemeje al Crucificado




Tiempo envolvente

El tiempo es un guerrero que me desgasta
Y yo me quedo con mi jazmín quieto
Viendo como se devora mi lozanía

Hace que deje el traje de antaño
Que se lo cincelo a mi mundo
Para engrosar su cascara dura

¿Cómo le ganaré al tiempo?
Si soy un pez dentro de su océano
Es un rey invisible que me apresa

Esta batalla es sospechosa
Cuando la fantasía  me emborracha
Y me quedo embadurnado de espacio

Me siento, con alas inconformes
Topando  mi cara con el vidrio del tiempo
Tiempo grato, tiempo ingrato cuando desgasta
Y me posee con su acaparamiento

El toldo de su vejez, me silenciará
Y la herencia será
Telarañas colgando de un maniquí.





El río fluye

El arte de crear un río y mirarlo en la cabeza
Sentir su frescura en el desierto lejano
Sentir su crecimiento
Vivir ahogado en su profunda presencia
Sentir el río de mi providencia
En la soledad de mi sequía
Ser río o arte
O ser un pensamiento
Que fluye, en el río de la vida.







Me veo tendido

Me veo tendido
Necesario para un argumento
Necesario para argumentar resentimientos
Para dejar surcos hiriendo el agua
Haciendo próspero el drama cotidiano

Me veo tendido
Soy el abogado que no da veredicto
Aprisionado por lo que odia y lo que ama
No imagina fronteras mentales
Estoy tendido para ser distinto

Aunque tendido, siento que me quiero
Siento que no me doy lástima
Siento que no me odio
Siento que de niño 
Aprendí a estar de pie





El aborto


Yo te bautizo a tí “No nacido”
Tú que cuelgas del hilo trastornado
Oscilando entre el juicio y la derrota
Posando sobre la mano que mutila el nacimiento

Tu vientre lo hicieron cárcel de presidiarios
Mansión de horrendas tinieblas
Carga pesada en los activos financieros
Un fardo amenazante a tus progenitores

El recuerdo abortivo es la bala que sentencia
Es la sombra que persigue la espalda
Es el llanto regado que humedece el día
Es  el sueño criminal navegando en la conciencia

Los titanes te encadenaron a lo infecundo
Te atrincheraron con palabras sanguinarias
Rodearon de sufrimiento al recién engendrado
Desfigurando el embrión con sus hazañas

Del bisturí se arma el espíritu del populacho
Es su engendro implacable del desprecio
Que arrincona al niño en refugio doloroso
Vaciando el pesebre con su genocidio

El feto husmea su placenta temblorosa 
Su llanto agónico es como el de la crisálida
Apresada en su sueño de mariposa

¡Oh! niño eres un pez apresado
En la red de la prepotencia
Un embrión caminando
El desierto del abandono

La matanza inclemente viene masacrando
Ejércitos de bata blanca van al mando
Aniquilan el respiro florecido
Cerrando al cielo, la luz del nuevo día
Con bisturí, complicidad y agonía

Se ha desposado el abortista
Con las telarañas del envejecimiento
Con el útero minúsculo
Con el invierno demográfico decadente
Con la batalla perdida del incrédulo

Yo te bautizo a tí “No nacido”
Con agua bendita te acaricie Jesucristo
Te arrulle con la acción de gracias del infinito
El Santo Crisma aromatice tu frente nacarada
El óleo bese tu frente atormentada.






 El hombre débil


En debilidad rumea
Bajo el manto de colores
Cambia  el reino humano
Por el vegetal evolutivo
Torcido por llagas incurables
Practica infinidad de perfiles

Vierte agua en su vacío
Es su corriente humana
Rumea, su idiosincrasia
Acompaña su círculo
Sus huellas de vagabundo

Su rumbo es el vendaval
Yace en el túnel
No se apropia del mineral
Desecha el vegetal

La novedad duerme en su ambiente
Cuelga del péndulo su pensamiento 
Se marchita su cabellera
El hombre se debilita…








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