Juan Carlos Lemus, GUATEMALA 1966
Ganador del Premio “Los que escriben”, la producción de Juan Carlos Lemus es, ante todo, de poesía, como los títulos:
-La Era del Moscardón (1997)
-El mago (1998)
-Un rayo desordenado de mariposas (2000)
-Yo, Fauno (2002)
Sin embargo, este periodista de Prensa Libre también escribió un libro de cuentos llamado Y que siga la chingadera (2002).
Entrá
servite café
hay una sábana
entre mi corazón
echate a dormir que hace frío
angustia puta
De tanto cabalgar y caer del caballo
y caer del perro
y subir al asno
brincar la gallina y aplastar cucarachas
yo ya no sé quién soy
de todos los vicios
me quedan pocos por elegir
el viejo que llevo dentro ladra
asoma por mi retina
y apunta colérico con su bastón
y la gruta por donde voy perdido
tomo en mis manos mis textos
y digo papá
a vos y al mundo qué importan
los versos que escribe juan carlos lemus
Mi hermano descubrió la gravedad
la ley del hipopótamo engañado
con un vaso de azúcar
mi hermano manosea cabras
ausculta momias vírgenes y luego
muestra sus manos a la muchedumbre
pinta bisontes en Altamira
y escribe te amo en el autobús
la muchedumbre arremete contra él
es policía
y poesía
vendió por treinta denarios a un primo
y está sentado a la derecha de marx
No tengo horizonte
Necesito tener un margen de incertidumbre
y sospechar que puedo estar engañado
para que la vida no se la pase
dándole talegazos
A mi hocico reposante
Derrame cívico
Duende corro por las calles de mi cabeza
tiembla mi sangre y orino al pueblo
pido
la palabra:
soy solamente un nieto que ha heredado ruinas
Dónde holgaban los Abuelos cuando la conquista
Dónde está Hunahpú
dónde Ixabalanqué
Ya se sabe
el primero afeminado y sordo
el segundo carecía de testículos
Fueron poco menos viles que los sanitarios públicos
el k’iché pleitista
y el anárquico kaqchikel. Aboliré
del calendario el mes de octubre
Bullicio de camaleones nos han testado
nuestros revolucionarios del 44
y almanaques y dÌas festivos
y actos sociales
La balanza se ha encabritado y seguirá cayendo
la lluvia aunque no dance más el indio en la montaña
Pero no hemos sido del todo engañados:
las plagas de dios fueron creadas para los edredones
y la vida sigue siendo como la grabó
el primer hombre con muérdagos en el rostro:
un tieso toro que pasta en Altamira
Yo legaré a mis nietos iguales o peores ruina. Amadme
amadme que yo, no soy hipócrita y os amo
Mi ayer crea herrumbre
raspo la medalla
limpio mis muelas
baño con pómez mi cuerpo
nada elimina
la fuerza de tu sexo
Siempre amé las tempestades
el miedo
las dificultades
no sé por qué
Silvia Estela
jamás te pude amar
Pude haberme casado con Irinoshka
pero tenía un defecto en el corazón
era idealista y sensible
como son las señoras
de diecisiete años
pude meterme a herrero
ser futbolista
macho soberbio
un maricón del Opus Dei
pero elegí un corazón
simpático y por lo demás
tiene bonita letra
es con la que escribe
mi amor en su lista negra
Una margarita de aquí para abajo
Señores, sean bienvenidos al ciclo de la nueva era
es hora de acostarse conq uien les plazca
y de irse a los golpes con una monja
Es hora de continuar con el conformismo
y de contar con las cacofonías
Es hora, señores, de cantar una balada cósmica
de escuchar a las estrellas
las ilusiones
en bolas naturalísticas
llegó la hora de que renazcan los primeros destructores
Es necesario redescubrir
el agua azucarada
a Jimmy Hendrix
a las moléculas
Me estoy desnudando, lo sé, en un mundo que ya está desnudo
llegué muy tarde
pero llegué subiendo en espiral
vine de punta, pero en espiral
para apoderarme de los espacios
porque yo, señores, trasformaré en tiempo todos los espacios
y me importa un bledo descubrir algo nuevo.
Mis vecinos
Un italiano vulgar que golpea la puerta de otros
viejos italianos
Ayer se pasaron tres negros al cuarto vecino
y a qué negro no le gusta gritar
mientras baila cuando en la madrugada
yo intento dormir
Ahora viven frente a mi cuarto
dos novios
putean de noche
y este hotel de mierda se pone cada día peor
mientras en otros cuartos gimen
yo estoy chingándome los pulmones
este amanecer
haré solo mi propia fiesta y mañana
tendré un gran día
cualquier cosa me complacerá
no estaré en desacuerdo
ni me iré echando pestes de ninguna parte
seguramente
la felicidad que busco no está en este cuarto
en ninguna habitación del mundo
sino en la turbulencia que deja en mis labios
en todo mi cuerpo que tiembla hasta el amanecer
por la resaca de los amores perdidos.
Los minutos buscan su propia hora
Atan sus cabos y arman
A duras penas
Un día
Cada ladrillo es la estructura de un siglo
Y yo, todo huesos
No acabo de armar de una vez por todas
Mi gran escultura triste
Las Quince Del Meridiano
soy un álgebra confusa
un sabio tirado en la esquina
bebiendo su química de
quemadura
soy el espectro, alado
que hiere las hojas con una punta
(es
el AVISPÓN
AZUL
que ama las margaritas
como loco
y suspira en su triste embudo
invocando
a musas y duendes para el verano)
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