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martes, 21 de mayo de 2013

ENRIQUE DELGADILLO LACAYO [9934]


Enrique Delgadillo Lacayo

ENRIQUE DELGADILLO LACAYO nació en León, Nicaragua 1988. Fue miembro de la desaparecida revista Voces Nocturnas.Escribió junto al filósofo Johannes Kranz el libreto “Noche para bailar un sueño”, puesto en escena por la Ópera Reggaetón de Granada (proyecto de arte multidisciplinario). Coguionista del cortometraje “De donde fue el infierno”. Autor del poemario «La casa detrás del tiempo» (Centro Nicaragüense de Escritores 2012). Escribe en el portal iberoamericano www.elnocturnodiurno.com donde publica su columna “La silla del caminante”. Ha colaborado en revistas como: Deshonoris-Causa, revistasoma.net, El Hilo Azul, Carátula.net, así como en medios de circulación nacional. Es licenciado en Derecho por la Universidad Centroamericana. nrqdelgadillolacayo@gmail.com

Website
http://www.pro-letrario.blogspot.com








MANUAL PARA DESHACER EL CUERPO

Fumando junto al tanque de gas 
colgado de un letrero 
que dice así:
Apiádese de sus ojos que observan:
Tolvanera de hielo en la pantalla 
nieve en los bolsillos 
desaparezco/ sólo mi lengua
brinca y retuerce roja su piel; 
ciega al despeñadero
cuyo fondo emerge en mis piernas
atoradas en el bolso de una prostituta.
Iré con una linterna a pintar de amarillo ese trecho 
que la radio escupe 
con ratones mordiendo elefantes,

no seré yo el que está conmigo; 
pecho trasegado
con alcaloides 
ordenes de arresto
detenciones furtivas 
en los escombros de un manual
para deshacer el cuerpo;
envolver el cadáver 
hacerlo migajas
con un martillo 
que pulverice el esqueleto
y después cobre la forma 
de una mujer inalcanzable.

De un calendario 
se atan el cordón y la placenta 
para no ALEJARSE con el viento 
como esos incorruptibles meses 
empozados en las paredes y los monitores y los cuadernos; 
se abrazan excitados viendo llegar sus compromisos.
No estoy muy lejos
pero no llevo mando
porque no estoy conmigo 
en la madrugada 
no hay  terror 
que no intente fundirme 
rozarme
botar el florero que gira en la neblina.

Doce doncellas botellas centellan 
diez cigarrillos bolillos 
mi cuerpo sempiterno que no conoce 
el diccionario de los ritos suicidas,
y prefiere huir del inodoro pedaleando 
un triciclo de caricaturas obscenas.






ELLA & LOUIS

A Ella Fitzgerald y Louis Armstrong

No tengo un pecho
tengo una caverna
repleta de animales
cansados de extrañar la noche.

Más adentro, 
llevo olvido como martes o diciembre
como se lleva el tiempo;
The nearness of you.

El viento está penetrado
por un sombrero 
que se despide de la sal y de las rocas.

Las miradas 
afligidas o erectas,
que colecciona mi reloj;
pretenden arrancarme la mano.

No importa. 
liado a mi condición
propongo mis palabras 
destinadas a no ser
la escopeta de un salvaje.

No suele pasar,
que Ella y Louis 
lleven en los ojos
The nearness of you,
no suele pasar
que todos mis animales 
encuentren: 
trompeta
luna
y miedo a no estar
asidos a nosotros.

En este poema 
yacen  harapos y colillas invencibles,
cada vez que puede
esta tumba se cambia el epitafio.






SOLES PARA EL INVIERNO

(Poema en 3D)


También el cuerpo
Que se tendió a tu flanco te busca en esta nada.
CESARE PAVESE

23°C

Si cambias de forma
me cambio los ojos
para que se repita la misma historia:
un árbol apaga y enciende el sol con su ramaje asido al viento.

No cambies nunca en invierno
me vienen invitados que no respetan la casa
y las hormigas me toman el pelo.

La casa se quema
no hay nadie afuera
todos adentro.
Crece una choza de agua
que se hace vapor y llueve oscuro donde nunca llueve.

Estaremos ahí
sintiendo el barro fresco de tus manos.
Por ahora café y chocolate
antes de soñar
que cambias de forma y yo de ojos.

— ¡Despierto!
el frío de tu boca
me cambió la vida
…te busco…


SIGLO XII

18°c

—Aquí no vienen los comensales, Lil.
—Seremos pobres, amor…
—No, seremos solitarios.

Déjame con la muerte
aunque tome los cuchillos,
ella no se acostumbra a mis ronquidos
ni yo a su pereza.

El sol quiere marcharse,
Tráele tu forma y enciéndelo.
Haz también que el árbol nos escriba un cuento.



12°C

Tengo esperanzas que conmigo toman cerveza, pierden el bus y se quedan dormidas.

Ven comer a las palomas
mientras las gotas van dejando atrás la vergüenza, salen de sus nubes acorazadas
de pensamientos: pastillas, cama, tus labios Lil, porque son mucho antes que la lluvia
y aun después
como los poemas que dicen alma y nadie quiere aplaudir con alegría.

No hace mucho brisaba, giraban lechuzas y los niños arrimaban el rostro
al mostrador de chocolates.

Desde entonces no duermo solo, un espejo está enamorado de mi sombra
y yo muero de celos.

Un amuleto cae en la rivera de los sonidos

Lil eres antes que el sonido y aun después
como los poemas que llegan una vez por semana impactando contra la puerta y tu perro los olfatea
y desprende su cálida orina para que tú no los entiendas.



0°C.

Quiero tener entre mis manos todas las palabras que fueron tuyas
darte (quisiera) la fe;
reunirlas en una barcaza de pendones árticos y volver la vista hacia la costa
y no verte (triste) transparentada y azotada por la ausencia.
Soles para el invierno
que sin pudor detiene las pelotas en el aire y deja las gaviotas
esperando inmóviles un rayo de aliento.

Ahora lo sé de lejos
divido momentos en el escaparate:
aquí los brillantes días de colmillos y vías dulces para llegar al dolor.

Allá los acantilados que deja un abrazo entre las cinco y las seis de la tarde.
El temblor es el maquillaje del miedo.
Dispongo esa esquina —donde sumergimos la luna en un sombrero para ilusionarnos—
para cerrar los ojos y volverlos a cerrar entre las ruinas de relojes cansinos.

Ahora lo sé, Lil,
soy un aviador de crepúsculos
un operador de manos centinelas
haciendo filigranas he pasado la vida, palabras
hechas de cumbres bruñidas
mares silentes.

Todo frío es un beso en la herida del verano.





ANTES DE LLOVER

Yo me soy y debes tener eso en cuenta al irte conmigo
no produzco lunas ni persigo a nadie y me muero cada día.
Yo me estoy mucho tiempo acompañado de un poema
una canción y varias a veces a ratos de una perra agonía
que ladra un chubasco cuando quieren tocarla
y se orina de felicidad cuando llegas bajo la lluvia.





SEIS MOVIMIENTOS NOCTURNOS


pero las sombras que tú creas no tienen derecho a la noche.
PAUL ELUARD


*



Allí estabas esta tarde cuando llegué amasando el olvido
y lo coloqué en tus manos.




*



Estás contenta porque el gato que admiras
lima asperezas arrumado en la noche
llamándote con un cascabel de gladiolas
ensañándose con tu ternura
recordándote cómo añoras volver a romper de un gemido la noche.




*



Cada vez que escucho los pasos del desierto
me como una planta y me bebo toda tu boca.




*


Pusiste olvido con un cubito de hielo en los vasos
y bebimos desconfianza.




*



Hoy escuché tu risa y fue escuchar el romper de las olas.
Quise volver al silencio
para ello tomé un puño de sal y otro de murmullo
y lo esparcí sobre mi fe.



*



Allí estabas cuando llegué a dejar el cascabel de gladiolas, el gato
y te ofrecí mi color
que sirve para adivinar la sombra que se esconde de tu nocturnidad.







BREVIARIO DE POETA CON GRIPE LADRANDO BAJO LA LLUVIA

En medio de nosotros hay una ciudad perdida
cuyo cielo se despeña.
En medio de nosotros crece un juguete
con una felicidad salvaje que lo sujeta del pecho.

De pronto habría que recoger una piedra
y ponerle nombre de fruta
porque está entre tus manos
de pronto habría que retoñar viernes en la noche
con grandes pétalos de manía silvestre
e ir de árbol con zapatos amarillos
reconociendo a la muerte
en el porche de la casa
subiendo el puente peatonal
acariciando a los perros de la esquina
o fumándose ansiosa la cajita de bombones.

En medio de nosotros duerme el silencio
donde inclinamos la ceguera
porque ser sin estar y tener sin saber nombrar;
es cosa de dos.

Sentado en la esquina hay un dolor perdido
lleva mi ropa de invierno y canta una canción
heredada a todos los hombres
que no pudieron encontrarte.

Como quien intenta ser el mismo día
te llené de aliento.
Era yo distinto
en aquellas estaciones donde soñé nuestra muerte
el árbol con su raíz invertida
la estepa con luz de naufragio.

María fue el nombre de la mujer que aprendí a querer para el invierno.
Su espeso nombre como la miel profunda en el ojo de la reina.

Si hubo otro poema
que hablara de amor
fue la vida llamándote con la rima del tiempo.

En el mástil violento de la noche
se volvieron mariposas las hormigas.

De la extraña marea del aire
llegó el tornado
y dijo pertenecer al invierno.
Yo llegué a cambiar mis ojeras por las tuyas
y no necesité del tornado
para inundar el cuartucho de estudiante
con libros del maní y otros demonios
o tratados para cazar oropéndolas sacando humo por las orejas.

Una tarde conocí el amor y firmé ausencia.

En medio de nosotros
la muerte se toma fotografías y sonríe.

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