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sábado, 5 de enero de 2013

OLIMPA BRACHO [9092]



OLIMPA BRACHO 
Olimpa Bracho (VENEZUELA, 1965)
La poeta Olimpa Bracho, llega a la poesía siempre, desde su natal El Cardonalito, pueblo que la ha visto crecer y soñar, soñar y crecer, teje su palabra que cruza a veces las resquebrajadas tierra de la otra banda en medio de un sol que tuesta la soledad de las tardes y otras veces, cuando el río enfurecido toca las puertas de las ancestrales casas, navega su espejo inmaterial y ve el reflejo de su familia armar un lamento para desarmarlo en la noche entre susurros de espantos y luces de luciérnagas que le traen el advenimiento de la palabra, de un nuevo poema, de una voz que la multiplica más allá del asombro. 
Olimpa Bracho llega a la Casa Chío Zubillaga de la UCLA en el año 2007, sembrada de palabras; ya escribía poesía cuando se inició en los Centros de Creación Literaria específicamente al CCL “Las Últimas Máscaras”, y a la luz de la Teoría de la Abstracción de la Palabra Poética irrumpe con intensidad obteniendo una Mención Especial en el Concurso de Poesía José Numa Rojas (2007), premio que gana al año siguiente (2008) con el poemario “La Loba en su Laberinto”, de una poesía en la que un sutil erotismo confeso a través de la simbiosis entre la sencillez del verbo y la profundidad estética y lo sentimental vibran y hacen vibrar en las fibras de la piel y el alma. La poesía de Olimpa Bracho redescubre códigos perdidos, los endulza y devuelve con el atrevimiento de quien sabe donde están los derroteros del fuego, de su fuego. Articulista de prensa en el periódico “El Caroreño”, la poeta Bracho descarga toda su sensibilidad con escritos que abordan la realidad social, proponiendo un tratado de participación humana en los asuntos humanos. 





HUMO FATUO

Me esperas
en una esquina de la noche
para mostrarme el soplo de los soles
y tu abrazo
definiendo la curva del orgasmo 
me libera del naufragio
para pernoctar en tu roca lluviosa

Me esperas 
en una esquina de la noche
por encima de la copa de los pinos
Desnuda
paseo tus estancias
en el refugio de los amaneceres
sol calcinante
estallido silencioso
ceniza nostálgica rozando mis manos 
¿Qué me quedó de vivir 
al borde del miedo?...
tu placer impune
cumbre helada
humo fatuo.





AL OTRO LADO DEL SOL

Tú fuiste 
leve despliegue de lo eterno 
luz que alimentó a las crisálidas
y acarició mi sombra
el génesis...
Hoy 
solo me queda la incertidumbre de tus dedos 
sellando las estaciones
el recuerdo de tus piernas tensadas
como flecha en un arco
palpando el horizonte en pleno vuelo
al filo del asombro
Para reprimir el espasmo del deseo
he construido un cuarto sin ventanas 
para guardar mis anhelos 
y he tapado las rendijas 
para evitar el escape de esa bestia retráctil
mi ansidd exiliada
al otro lado del sol...





OLVIDO MORTAL

Aquí estoy
mordiendo esta nostalgia evasiva
que no alcanza a arropar mis días contínuos
con la soledad a cuesta
casi sin gritos, casi sin lágrimas
como piedra visionaria en el camino

Aquí estoy
sorteando ese vacío enrarecido
que enardece tu cuerpo
trozo de lejanía 
cayendo de mis dedos
la tristeza me pesa
y prefiero callar para que hable el silencio
mientras algas oscuras atrapan mis deseos
y se adhieren a tus huellas

Aquí estoy
flotando en burbujas de lascivia
luchando con mis fieras
casi esfinge, casi nada
con esa quietud de los bosques
poblados de sombras
la brisa me sostiene y tus labios rozan el contorno 
de esas noches remotas

Aquí estoy... y tú no estás...
tu olvido es mi muerte
¿Por qué duele tanto el olvido
si los muertos no sienten?...





ORÁCULOS DE PIEL

Detente sombra del cenegal del delirio
sofocada en las hebras del sueño
mientras se filtra la aurora de puntillas
y vibra el silencio temerario
en un gemido de aves sin descanso
Ha pasado la sombra 
y tu nombre cubrió la distancia de caricias derruidas 
busco atrapar tu cuerpo
petrificado de olvido
inaccesible en el tiempo
fugaz en tu piel de otoño
¿De quién es esta sombra?
persigo tus pasos de gato nocturno 
en la semipenumbra cubierta de hojas secas 
y esta ansiedad que penetra 
en esos árboles quietos 
llenos de dias perdidos
La sombra me abraza
y se rasga en el recuerdo 
del último verano
de ese beso salvaje que enredó mi boca
cual una enredadera
de huellas sin retorno
Por hallarte, soy pobre mortal que busca respuestas
en oráculos de piel.





CICLO DE SOMBRAS

¿Qué sientes cuando me ves?
cruzo las calles de tu memoria 
rompiendo la penumbra imprevista
con gritos fraccionados y suspiros de placeres pasados
y por tan solo un momento
formo parte de esa planicie abstracta 
donde el deseo es lobo estepario que le aulla a tus ojos
mientras la tierra gira sobre una órbita alterna
y se precipita al silencio
en un jadear de amaneceres rotos y gemidos alados

¿Qué sientes cuando me ves?
huyo envuelta en los pliegues de la noche 
impregnando la ausencia perforada
de un rocío sin luces encallado en olvidos
Busco la calidez de tu abrazo 
esa liana que degolla mis sentidos 
envenenando las ansias conmutadas 
de quedarme contigo
aunque sea, en la más pequeña de tus células
para que nadie me vea y me señale
la almendra dual, la fruta dividida
prisionera virtual, en un ciclo de sombras.






PASOS EN LA LLUVIA

He trazado arcos pluviosos sobre tu orilla
A donde vuelan pájaros en fuga
Mientras subrayo tu nombre con trazos de nostalgia
Beso tus huellas
Y la ansiedad muerde el portal de la noche 
Como loba enamorada

Mientras duermo
Vienes desde la lluvia
Y traes plumas de pájaro en tu pelo
Y un canto primitivo en tus labios 
Te eriges ante mí como dios antiguo 
Que exige sacrificios
Viento, agua, selva virgen
Misterio, penumbra, selva virgen…
Despierto y existes
Legendaria sombra hecha de savia y sol
Volcada en mi cuerpo desde el silencio
Vienes a buscarme
Viajero inmemorial de tiempos infinitos
Huyendo de mí misma te espero
Mientras tu voz entona ese canto primitivo
Y llegas como el viento
Marcando pasos en la lluvia.






PAN DE CADA DÍA

Tu cuerpo se me ofrece 
Como un pan tibio al amanecer
Oloroso a trigo fresco
Mojado por la lluvia
Y yo lo como hambrienta
Con la avidez sin memoria del otoño
Llenando la piel intacta 
Con gritos subterráneos 

Tu cuerpo se me ofrece 
Como un pan tibio al amanecer
Trasmigra al infinito
Para nutrirme de pétalos ansiosos
Maná del cielo prodigado a mi vientre
Que alimenta mis ganas hastiadas en el desierto

Quién me alimentará cuando no esté tu sombra
Cuando en la enredadera solo cante el silencio
De mil amaneceres sin el pan de tu cuerpo

Qué culpa tengo yo que le des a mi boca
La miel, la leche, el vino… alimento oportuno
Desnudo eres un pan y desnudo te como






FÓRMULAS QUEBRADAS

Hemos quebrado las fórmulas
se nos durmió la espera
en un batir de alas hambrientas
ya no camino las calles
raptándole minutos
a un reloj de arena
el tiempo tejió redes de ausencia
sobre esas rosas rojas de primavera trunca

Hemos quebrado las fórmulas
se nos durmió la espera
ya no estás tú, ya no estoy yo
sentados en el banco
de la plaza dormida
besos, hojas, plenilunios...
tu cuerpo de unicornio desbocado
para esta noche imperfecta
Hemos quebrado las fórmulas
bebo tu olvido hasta la última gota
y sin embargo, me persiguen tus duendes
Al pasar
alguien me dice adios 
desde una esquina en sombras
y busco construir esa ecuación antigua
mientras despejo la incógnita para este silencio...






DESNUDO

Te quiero desnudo
para contar uno a uno tus lunares
mientras perturbo el sueño de las piedras
atrapada en tu equinoccio 
sobrevivo
allí los deseos ladran
en una esquina solitaria del tiempo

Aunque se que un día 
ya no tendré el nácar de tu cuerpo salado
y seré tan solo sombra detenida
en el reducto azul de tu memoria
te quiero desnudo
para velar tus ojos de gato montés
con los pasos del crepúsculo
¿Adónde fue tu placer primigenio 
de animal peregrino?
Silencio...
Los árboles viven su orgía vegetal sin pensar en la muerte
y yo
aunque sea en la eternidad de lo efímero
te quiero desnudo
como cuando yaciste entre mis piernas.



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