Federico J. Silva
(Las Palmas de Gran Canaria, 8 de marzo de 1963)
Es Licenciado en Filología Hispánica y profesor de Lengua Castellana y Literatura en Secundaria. Ha publicado nueve libros de poesía. Ha obtenido el Premio Hispanoamericano de Poesía “Dulce María Loynaz” 2004, concedido por la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias y el Premio Literario de Poesía “Tomás Morales” 2004, otorgado por el Cabildo de Gran Canaria y la Casa Museo Tomás Morales.
Poemas suyos han aparecido en las revistas Zeta News, Rivista Internazionale di Poesia e Ricerche, Espejo de paciencia, La Página, La Fábrica, Cuadernos del Ateneo de La Laguna, Clave Orión, Turia, Aula de Poesía de la Universitat de Barcelona, Ultramar, La Plazuela de Las Letras, Doxa, Papel Mojado, Al margen, Tiresias y Al-Harafish. Asimismo, ha leído en las Feria del Libro de 1991, 1996, 1998 de Las Palmas de Gran Canaria y en las de La Habana y Madrid en 2005.
Ha sido jurado del Premio Literario de Poesía “Tomás Morales” 1996, y del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria”, en dos ocasiones.
De 2000 a 2003 ejerció de profesor de español en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y de mayo de 2004 a octubre de 2006 trabajó en los medios de comunicación, primero en el periódico El Mundo-La Gaceta de Canarias, donde fue jefe de sección, y posteriormente en la Agencia Canaria de Noticias (ACN Press).
Obra poética
Sea de quien la mar no teme airada, ilustraciones de Rogelio Bautista, Las Palmas de Gran Canaria: El Museo Canario, col. San Borondón, 1995.
La luz que nos hiera, Islas Canarias: Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, 1996.
Aun amar adverso, Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1996.
Ultimar en tus brazas, Las Palmas de Gran Canaria: Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, 1998.
Bestiario de la implicitación, Las Palmas de Gran Canaria: Las veladas de Monsieur Teste, 2000.
El crimen perfecto, prólogo de Alicia Llarena, Las Palmas de Gran Canaria: Anroart Ediciones, 2005.
Donde menos se piensa salta el gatoliebre, Tegueste, Ediciones Baile del Sol, 2005.
Este hombre que está junto a ti al borde extático del precipicio (Premio Hispanoamericano de Poesía “Dulce María Loynaz” 2004), Santa Cruz de Tenerife: La Página Ediciones-Voces de la Frontera, 2005.
Era Pompeia (Premio Literario de Poesía “Tomás Morales” 2004), Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria-Casa Museo Tomás Morales, 2005.
Era Pompeia, prólogo de Pedro Conde Parrado y Javier García Rodríguez, Madrid: Ediciones Vitruvio, 2012.
Carta a un joven poeta
yo celebro las veces poeta
que seas proscrito
por profanar los votos del recinto
sagrado por asaltar verso en mano
los templos ecuménicos
yo no comparto
necesariamente -se advierte-
los versos por ti escritos
pero celebro tus heridas
que son las heridas mías
nada humano te es ajeno
clavado a esta roca
asaetar intentas al filantrópico
heracles que no te arrebaten
tu derecho al dolor
el sabor de la sangre propia
las derrotas que se transforman en victorias
la eterna fidelidad de los enemigos
de todo ello necesitas
yo te celebro
me dicen que tú no vives del cuento
que no estás hecho una novela
que no desenvainas la espada si no
piensas usarla odiseo amarrado
al mástil declamas tus versos
con labios sin coturnos
he allí el tinglado de la nueva farsa
eh los fantoches
los cantos de sirena
los arroyos murmuradores
yo te celebro
tú serás inmortal mientras vivas
cancela los alquileres y a escribir
qué son tres días
me gustará oírte
verte hablar discutir alzar
la mano jaque
al rey y tiro porque
me toca
sólo las pisadas descalzas
desnudan los caminos
nada grande se ha creado
sin pasión
-aun amar sin límite
causa dolor pero
déjalo que crezca
las grandes enfermedades
no se curan con agua de rosas
y almizcle-
que el poema
no sea una tabla de salvación
que la poesía
no sea tu clavo ardiente
no te detengas no
mires hacia atrás
aunque yo me quede ahí
no me sigas
si acaso acompáñame pero
atrévete
a marcar el paso
Del poemario La luz que nos hiera
Con destinatario
Mujer el mundo está amueblado por tus ojos
V. Huidobro
Yo miro tus ojos como se mira un índice
a ti estoy destinado
aliterada clandestina de mis versos
amotinada en la bibliografía de mi piel
obstinadamente tintinean
-te quiero es la onomatopeya- mis huesos
te quiero es la onomatopeya de mis huesos
sin ti
nada es
guillotina de los relojes
plenilunio sin retinas
tinieblas tinieblas tinieblas
sin ti nieve soy
sin ti niebla soy
sin ti náufrago voy
patinadora de mi sangre
salvo tus ojos todo es ilusión
Del poemario La luz que nos hiera
Incendiaria
We only live, only suspire
Consumed by either fire or fire.
T. S. Eliot
Cuando mi cuerpo arde miamor
algo tuyo se quema
tuyas son las brasas exhaustas
tuyos los parpadeantes rescoldos
incandescente pirómana mía
tuyos los tizones redivivos
y tuyo es el tierno reguero de deseos
calcinados
sólo tu amor puede ser el combustible
que como una bandera me haya de inflamar
yo te invito a incinerarme
y a calentarte en mis cenizas
préndeme acercando la boca
tus lenguas de fuego
colmarán de desmedidos fulgores
y trémulos destellos
mis ramas sin aliento.
Del poemario La luz que nos hiera
La pregunta
... mujer: soy tuyo, tuyo, tuyo, despedacémonos
la médula gozándonos y ¡qué reviente la estúpida
tierra!
PABLO DE ROKHA
Por qué digo yo no acabamos
con todo ahí se quedan
hacemos de tu habitación
una pirámide y nos emparedamos
para toda la santa eternidad
encogidos en forma de cuchara
adornados adecuadamente
nuestros miembros con brazaletes
y collares
y como amoroso ajuar
unos recipientes llenos
de comida salada y fría bebida
antologías bilingües
películas en blanco y negro
biografías de escritoras
junto a unas paredes cubiertas
de bajorrelieves
con escenas deshonestas
y columnas coronadas
por cálices de loto extremadamente
abiertos.
Del poemario Ultimar en tus brazas
La respuesta
Tómame ahora que ya es tarde
y llevo secas siemprevivas en el pecho
tómame ahora que ya es clara
esta taciturna cabellera mía
ahora que calza mi pesada planta
la sandalia muerta del invierno
ahora que en mis labios repica la sal
como una campana tocando a muerto
ahora y no más tarde
después ¡ah no sé
si algo de eso más tarde tendré!
si entonces será tu deseo inútil
como ofrenda puesta en el interior de un mausoleo
amor que llegas tarde
tráeme al menos la guerra
Del poemario Ultimar en tus brazas
Ínclitas razas ubérrimas
claro
que después
pues fueron cien raros pabellones
la policromía pues de todas las banderas
la encrucificada internacional
la tricontrinentralidad tricontrinentral
la permanente fe ría en el atlántico
oro parece plata no es
la españa tropical o dorada
la macaronesia
la máscara necia
la más cara necia
el caam caam
la idiosincrasia
la idiosingracia
los idiotas sin gracia y
los bandama
la culturita de
certificada en la estafeta
los desfiles de pendones
el corpus christi
el derecho amén
tratados
modernos de historias
que
con el vencimiento
aquellos
ternían necessidad
de reçebir las leies
quel vencedor pone al
vencido
pues
claro
DE Sea de quien la mar no teme airada
La última cena
cuántas veces cuántas no
habré decidido -¿qué cara se
me pondrían para cenar?-
pero siempre hay que
contar uno
dos o tres meses
con el servicio
de correos
-¡qué buena elección
la del vino!-
y el estado de avanzada
composición
de cada uno de los adioses
de cada uno de los que dios lo guarde
de cada uno de los su afectísimo
de cada uno de los su siempre seguro servidor
de cada uno de los a su disposición
de cada una de las posdatas
a la familiaridad
con que al despedido distinguieron
¿qué cara se pondrían?
sin embargo
entre pensarlo coger la agenda
-¡hacedlo en conmemoración mía!-
sonreírme levemente
por el pedazo que a cada uno
iba a enviar
por las partes que les corresponderían
por los méritos
contraídos
o dejados de contraer
he
cambiado de opinión
no soy digno de entrar en sus casas
y ninguna palabra salida de sus bocas
bastará para sanarme
además
de cada
a lo más
sólo dos
o sea
los mejores deseos
que en paz descansen
ellos
of course
DE Sea de quien la mar no teme airada
Apología del bombardeo
no el que conectó
el mar rojo con el nilo en tiempos del faraón
no el que transcurre
bajo el puente lánguido de rialto
por antonio da ponte construido
pintado por canaletto
no el que el mediterráneo
armoniza con el mar rojo
durante el aria de aida
no el interoceánico que enlaza
el atlántico y el pacífico a través del istmo
no el que el báltico confunde
con el mar del norte
bombardead aquél que comunicaba
tu mirada atlántica
con mi antiguo natural pacífico
DE Este hombre que está junto a ti al borde extático del precipicio
Crótalo
eurídice te has creído
que querré resistirme a los encantos
de las ménades eternamente
danzan desnudas en torno a mí
y amenazan con crudeza devorarme
DE Este hombre que está junto a ti al borde extático del precipicio
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