Edith Suyai Moncada. Poeta. Nacida en Santiago de Chile. Vive en Valparaíso. Es licenciada en Pedagogía por la Universidad de Chile. Ejerció en Melipilla, ( Mallarauco ), Peñaflor, Padre Hurtado, Puente Alto. Desde niña le gustó leer y escribir, escribía sus poesías que registraba en su diario y guardaba celosamente, para que no se rieran de ella. Ganó concurso de poesia en su colegio, cuando hacía sus cursos de enseñanza Media. Escribe en sus ratos de reflexión y conversación consigo misma.
OLOR A MIEL
Toda mi piel buscando el aroma de tu cuerpo,
sintiendo dentro mío; tu agitación.
Tiemblo, me estremezco.
Te recibo con olor a miel,
como si fuera la primera vez.
Mi pecho latiendo junto al tuyo,
mi boca mordiendo tu boca
en un loco desenfreno.
Tus manos tocando enardecido,
me hacen desfallecer.
Me dejo habitar como paloma sin nido.
Te tomo y te hago mío,
como playa a su mar,
como noche para el delirio.
Si esto no es real,
no quiero despertar.
CALLA
Calla, no digas nada, no hables,
besa, besa y acaricia
que tu cuerpo y tus manos
valen más que mil palabras.
Besa mi boca, estoy sediente
toca mi cuerpo, roza mi piel.
Cada beso tuyo equivale
a mil noches de soledad.
Bésame y sabrás el ansia que me has causado,
las noches en soledad que he pasado
esperando tu llegada,
tu sonrisa que se escapa después de caer una lágrima.
Calla amor, hoy no digas nada,
besa, besa que en este momento
sobran las palabras.
ÁMAME TANTAS VECES
Ámame tantas veces
como pueda tu cuerpo.
Ámame con sabor a tormento
a vicio,
a locura,
a deseo.
Arrebatame la cordura
que el amor no tiene pudor.
Déjame atada a tu alma
a tu noche,
a tu brisa,
a tu sol.
Átame con prisa a tu boca
que la cordura no tiene perdón.
Átame a tu piel
a tus besos,
carcome sin piedad
mis huesos,
tuya soy.
TARDE
Tarde dijo la voz indulgente
¡ No grité!
¡ Le amo!
No, no debes.
Pecado amarle dijo.
Se ha llevado mi piel en su piel,
mi corazón le pertenece.
Insulsa, amas lo que no puede ser.
Entonces ¡ morir quiero!
Loca, ya estás muerta.
Sedúceme.
Sedúceme
con tu lánguida
mirada.
Con un toque de
tu mano.
Con un beso
a la distancia.
Con un gesto
de tu cuerpo
cuando sutil
pasas,
altiva,ufana.
Sedúceme
con tu silencio
que arrebata.
Sedúceme
con un ¡ te quiero!
sin palabras,
sólo con la mirada.
Ámame
Quémame
con tu bravura
de hombre recio.
Acaricíame
con tu pecho
de hombre fuerte.
Envuélveme
en tus brazos,
anidando mi cuerpo.
Impide que mis manos
se alejen.
Bésame
enciende la llama
de un amor eterno.
Fúndeme
a tu cuerpo.
Vencida
me rindo
a tu piel
que eriza
la mía.
Déjame beber
la savia de
tu miel.
Cobijo
Bajo el ala
de tu alma
me has cobijado.
Dejando aprisionada
mi pasión,
mi calma.
Como una nube voy
que se agranda
danzando al cielo
cubierta de lavanda.
Me has llenado de luz
borrando tristezas lejanas.
Me acerco a tu pecho
depositando mi esperanza
me duermo cobijada
a tu dulce fragancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario