Alejandro Cortés González
Nació en Bogotá, Colombia. En el dos mil seis participó en El alma en un bolsillo, una antología de nuevos poetas auspiciada por la Casa de Poesía Silva de Bogotá. En el dos mil nueve ganó el Concurso Nacional de Novela Corta de la Universidad Central, con la novela Notas de inframundo, que fue publicada y lanzada al año siguiente en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. En el dos mil once ganó el Concurso Nacional de Cuento de la Universidad Central, con el cuento Él pinta monstruos de mar, que le dio título a una antología publicada por la Universidad Central. En marzo de dos mil doce, lanzó el libro de poesía Pero la sangre sigue fría, que contó con el prólogo de Roberto Burgos Cantor y la presentación de Álvaro Miranda. Es creativo publicitario, docente universitario, egresado de Publicidad y de la Especialización en Creación Narrativa de la Universidad Central. Poemas y cuentos suyos han sido incluidos en publicaciones independientes.
Pronóstico de lluvias
Cuando los océanos se enfurezcan
la tierra se llamará cubierta,
su norte, proa,
y el testimonio de los antiguos terrenos del hombre
solo serán mapas
mojados de mar.
Cartografía del agua
El que desde el ojo de buey contempla la lluvia,
se va con el galope del agua.
Sus ojos, agrietados de relámpago,
recorren los mapas que las gotas trazan sobre la ventana.
Aprende a esperar sin esperanza,
a recibir sin ansiedad la calma.
El que desde el ojo de buey contempló la lluvia,
entiende que hay un país perdido
en la cartografía del agua,
y busca en los cielos grises,
el galope que lo haga regresar.
Pronóstico de tormenta
Quiero que alguien pinte una postal del mar
cuando espumea rabioso sobre la quilla;
cuando la piedra y la rompiente se cincelan con relámpagos,
y las gaviotas muertas en cubierta,
son señales ominosas
de que hay que crear dioses
para que tenga sentido rezar.
Deberé provocar más tormentas,
a ver si alguien, durante una de ellas,
pinta postales de furia
y no dibujos de mar.
LA NOCHE PRESENTIDA
El reptil sabe que su estela mesozoica
tiene la edad del poema;
el poema no olvida que por la osamenta de sus letras
crece la agrura del reptil.
El saurio,
el lagarto,
el monstruo rara vez emergido
de las catacumbas de mares e inframundos,
advierte en sus pisadas la tinta del poema.
Desde el primer día carga el llamado a la extinción.
Escapista de paso discreto y ausencia estrepitosa,
un puñal y una huida.
Conspirador de recuerdos,
coleccionista de olvidos.
El poeta es una herida abierta en el tejido del mundo,
un ciudadano de la memoria que siempre está de paso,
un reptil que construye, sobre la ruina de los días,
su mórbida perpetuidad.
Presiente la noche.
Deberá disculparse por sus silencios,
y cruzar mares,
para grabar de banderas su epitafio.
LA NOCHE PRESENTIDA
El reptil sabe que su estela mesozoica
tiene la edad del poema;
el poema no olvida que por la osamenta de sus letras
crece la agrura del reptil.
El saurio,
el lagarto,
el monstruo rara vez emergido
de las catacumbas de mares e inframundos,
advierte en sus pisadas la tinta del poema.
Desde el primer día carga el llamado a la extinción.
Escapista de paso discreto y ausencia estrepitosa,
un puñal y una huida.
Conspirador de recuerdos,
coleccionista de olvidos.
El poeta es una herida abierta en el tejido del mundo,
un ciudadano de la memoria que siempre está de paso,
un reptil que construye, sobre la ruina de los días,
su mórbida perpetuidad.
Presiente la noche.
Deberá disculparse por sus silencios,
y cruzar mares,
para grabar de banderas su epitafio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario