Valeria Resenite
Nació en Esquel, ARGENTINA en 1975. Conforma el grupo de Escritores de Esquel desde el año 2001. Sus poemas han sido publicados en distintos suplementos culturales y paginas web. En el año 2002 publica en la Antología de “El Arca de Papel” junto a otros autores de su ciudad. En el año 2004 obtiene una beca para realizar Talleres de Creación y Corrección Literaria, a través de Espacio Hudson y con el patrocinio de Fundación Antorchas. También en ese año publica a través del Grupo “Celebriedades” de Neuquén su primer libro: “La Constelación del Caos”.
Temí a todos los ojos
hice demasiado ruido entre las piedras
cuando el golpe
busqué maneras
como de río y su estremecimiento
es que no puedo
dejar entrar otra vez el aire tibio
de la mañana
estoy acostumbrada a la noche
habito puentes sitiados
por algún ángel solitario
perros en celo
ellos meditan sobre mi
como si se tratara de algo importante
No quiero ser
esta suma de huesos moribundos
he partido en mi búsqueda
reconocerme al tacto
da sensación de lejanía
Desbordada
en algún precipicio
caeré
una y otra vez
aliviar
este silencio único
callarme
nunca
Cortada de cuajo la pupila
Resbala
en intromisiones
recibe
.......oblicua
aquella luz de la tristeza
se sabe sola
dentro de mis ojos
Esconderme detrás de la ultima
coordenada
temblar
irremediable
hasta la lluvia
que venga
a romper la vereda boquiabierta
debajo de mis pies
temblar
hasta el sigilo del sol
entre la ropa
que venga a verme
tiritar
como un amanecer golpeado por el viento
y me detenga
La constelación del caos
CAOS
Desorden
creer
que un día
algo de lo que fui
hará
el transplante
exacto
hasta dar
conmigo
Quien pudiera
reconstruir
los pasos
que siguen
a mis pasos
que a su vez
oyen pasos
de otros yo
que andan
deliberadamente
fuera de mí
Es música de otros
la guitarra
en los oídos
pero igual entra
astilla por astilla
en las hectáreas
transparentes
de mis huesos
¿Acaso alguien
puede hacerse cargo
de su propia ausencia?
Me acecha y no le basta
además se empecina
en echar raíces
sobre mi cara
De toda esta basura
podría reciclar
algunos nombres
dar con el tuyo
o inventar
otro menos
nocivo
En tus ojos
todo se vuelve humano
son como esos
lugares oscuros
que frecuento
para olvidar
el dolor
Todo tiene el sentido
de la helada
miradas simples
y
yo
tragada
por el viento
hago remolinos
en la calle
Diluyo inquietudes
del tamaño
de un nudo en el estómago
pesan como la muerte
y no me importa
Es necesario
salir al mundo
mas liviana
Peatón húmedo
migaja
hombre
apenas harapo
entre las sábanas
Si pudiera dormir
no escribiría
es evidente
que los ojos
se salen de sí
y recorren
tan cómodos
la noche
que mi cabeza
los envidia
y se los lleva
a la cama
sin opción
Constelaciones
Arriba
indiferencia
abajo
lo marchito
dúo de pétalos rotos
constelación
de rostros olvidados
Hace falta
una vuelta de paisaje
para poner
los barcos
varados en el patio
árboles suicidas
semillas quietas
en los gajos
del invierno
Atisbos de pájaro
flotando en la vereda
algo ha quedado
mudo
entre sus alas
Mariposas
en tu voz
otra boca
había matado
las palabras
Desde la oscuridad
una estrella
hace
sus intentos
de sol
emigra
a lugares
sin brillo
Cualquier esquina
puede ser el mar
lugar sitiado
reflejo áspero
de luna silenciada
suerte de charco
su inmensidad
de esquina rota
salpicada de luces
y su intención
de caracoles
La evasiva
construye artilugios
en la fatiga del día
marea lo nefasto de tu porte
deteriorado en las pupilas
gigante luz
que todo lo encandila
flaquea y deja ver
tu mitad miserable
La ruidosa soledad
de los bares
chorrea
en las botellas
vacías
persigue
babas
se emborracha
y cae
su exacto
viaje
húmedo
hasta la mesa.
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