Walberto Vázquez Pagán
Nació en San Germán, Puerto Rico (1970). Escribe desde la adolescencia. Él mismo se dice que “soy poeta aficionado y pensador profesional”. En la actualidad estudia Pedagogía en la Universidad Metropolitana. En un proceso resolución vivencial y espiritual, decidió incursionar en el importante peregrinaje del Camino de Santiago (Galicia); proceso que afirma le ha invitado a dar un giro en su vida y entrar en la aventura de las palabras. Vive en San Juan, siempre en busca del rincón más sereno para continuar el cabalgar perpetuo sobre las imágenes auditivas, según dice.
Ha sido publicado en la Revista Boreales y recientemente obtuvo mención honorifica el certamen literario de Grito De Mujer auspiciado por AIPEH capítulo de Puerto Rico. Ha participado en múltiples lecturas de poesía y en el Festival Internacional de la Poesía en Puerto Rico.
Entierro sin fecha
“¿Qué tengo de despedirme
de ver al Tajo Dorado?
¿Qué ha de quedar mi ganado
y yo triste he de partirme?
¿Qué estos árboles sombríos
y estos anchos verdes prados
no serán ya más mirados de los tristes ojos míos?”
MIGUEL DE CERVANTES
Hilandera de viaje
aúlla tu voz .
Te suicido
sobre el puente
Tajo Dorado
Ama mantador
de los árboles
que no florecen.
Te pinto sin pincel
el silencio
borra tu imagen
te dejo vagar
en los valles de Toledo.
Me sumerjo en sus venas
fragmento su cuerpo
me salvo.
Encauza tu saliva
en otros surcos
doy muerte a tu voz
sin fecha
peregrino
con nervios de barro
te entierro.
Epitafio:
Mi silencio es otro
Cuando a no verte vuelvo
Calavera dersértica
Rojo como el Sol
olor a madera
ato el cáñamo
lo lanzo ala tierra
una y otra vez.
Su púa
baila debajo
de la luna que cuelga
del naranjo
arrancando de mi
pedazos de vida
pedazos de poesía.
El trompo desdobla
los huesos del bufón
el sepulturero
reconoce en mi memoria
el valle
de cuerpos rotos
en las claveras
desérticas.
Hemingway 1961
Manos en los bolsillos
señalan
huellas perdidas
bajo el ritmo de una campanada
beso el ladrillo andado.
Confuso por una tecla blanca
camino bajo lluvia
de teclas negras
me alumbra la mirada lobotizada
reflejo de tu presencia
dentro de una copa de vino
Hemingway 1961
diciéndome
como el verdadero amor
le da tregua
ala muerte
cuando el hombre templado
se mira en las uvas secas del muerto
y empuja
el carrusel de caballos de acero
vendiendo sueños
ala
inocencia.
Octavo día
Empuño el armazón
de una palabra ciega
aprieto mis muelas
inoportunas
entrada de un cabello dorado
por mi sien derecha.
Tres de la madrugada
de un octavo día
la sien izquierda
cae en sabanas
ríe
besa sus últimos pétalos.
Huésped de una cama
tambor de sombra
él martillo
clava
los relojes biológicos.
Es noche de los feos
no prenden las luces del cine
- se establece un acuerdo -
ella no me persigue
no huyo de ella
un día nos encontraremos
ya no lo veo.
Ego Sum Sacerdos (Sacerdote no soy)
Confieso que tu vientre fue el mejor bar para este bohemio
que deshoje la vagina de mi madre por quinta ocasión.
Confieso que deseo morir por donde nací.
Confieso que soy infiel por imitación ancestral
que cedo mi cuerpo
al mejor placer de la vida.
Confieso que estoy compuesto
por muchas pieles
que ya casi no existo y poco vivo.
Confieso que soy un forastero desamado
que prefiero el humo muerto de mi piel
explorando el enigma de la resurrección.
Confieso y anhelo
que el Sol salga de noche
y la Luna reciba todos los días
balas blancas
y aúlle como el lobo que me acecha.
Confieso que veo sombras caminar
en sus vestidos favoritos
los huesos.
Confieso que sacerdote no soy
más le doy la absolución
a mis pecados.
Confieso que todo lo expuesto en este papel
es verdad
y yo
una ilusión.
http://www.enlaorilla.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario