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domingo, 5 de febrero de 2012

5925.- MAGDA PORTAL

Magda Portal nació en el distrito limeño de Barranco el 27 de mayo de 1903, hija de Pedro Pablo Portal Ortega y Rosa Moreno del Risco. Ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en pleno auge del movimiento reformista universitario que fundó las Universidades Populares «González Prada». Pronto destacó como escritora. En 1923 obtuvo el primer premio de los Juegos Florales promovidos por la Facultad de Letras sanmarquina con su poemario Ánima absorta. Durante la ceremonia de premiación en el Teatro Municipal de Lima se negó a recibir el galardón de manos del presidente Leguía, en acto de protesta por la fraudulenta reelección y el viraje dictatorial de dicho gobernante.

Magda Portal (en el centro de la foto) con los principales líderes del aprismo en 1931. La rodean, de izquierda a derecha: Luis Heysen (con bigote), Manuel Seoane, Víctor Raúl Haya de la Torre, Carlos Manuel Cox y Manuel Vásquez Díaz (con cartapacio en la mano). Al extremo derecho está la hermana de Víctor Raúl, Zoila Victoria Haya de la Torre.

Magda Portal se vinculó al núcleo más leal a las ideas y las inquietudes políticas de Haya de la Torre (deportado en octubre de 1923) y viajó en 1925 a Bolivia a promover los lineamientos del naciente movimiento aprista. De regreso en el Perú en 1926 fue partícipe del grupo editor de la revista Amauta. En 1927 publicó su innovador poemario Una esperanza y el mar, mereciendo elogios de intelectuales de todo el continente, incluyendo a Gabriela Mistral y Blanca Luz Brum. Ese mismo año sus actividades políticas provocaron que fuera detenida y deportada a Cuba junto con otros militantes apristas entre ellos su compañero sentimental, el poeta y narrador Serafín Delmar (seudónimo de Reynaldo Bolaños).

Entre 1927 y 1930 Magda cumplió una destacada labor promoviendo y relacionando los nacientes comités apristas en México, Cuba y América Central. Esta actividad mereció el elogio de Haya de la Torre, del cual dejó constancia en el artículo «La misión admirable de Magda Portal en las Antillas», firmado en Ginebra, agosto de 1929 y publicado en el libro Construyendo el aprismo (1933).

Cada vez que Haya de la Torre debía trasladarse de América a Europa, Magda Portal tuvo sobre sus hombros la conducción de todo el movimiento aprista de la zona comprendida entre México y Perú. Ejercía como dirigente partidaria, conferencista, periodista y organizadora de comités femeninos en toda esa amplia región del continente.

Magda Portal regresó al Perú para participar en la fundación del Partido Aprista Peruano apenas fue derrocado el dictador Leguía. Ella estuvo entre los 56 firmantes del acta de fundación del 21 de setiembre de 1930. El I Congreso del PAP (agosto de 1931), realizado con presencia de Haya de la Torre, la eligió al Comité Ejecutivo Nacional, encargándole la secretaría de asuntos femeninos.

Durante la severa represión dictada por Sánchez Cerro cumplió una notable labor vinculando los comités departamentales. Finalmente fue detenida en Chiclayo en noviembre de 1934 y pasó 500 días en la cárcel de mujeres de Lima. Mientras era procesada por un tribunal del gobierno de Benavides logró escapar a Bolivia y luego a Chile, donde tuvo que hacer frente a las estrecheces del exilio y los altibajos impuestos por la sucesión de gobiernos de distinto signo político. Al recuperar el aprismo la legalidad en 1945, Magda Portal expresó discrepancias con la línea política desarrollada entre 1945 y 1948 (sobre todo en los aspectos relacionados con los derechos de la mujer), alejándose finalmente del partido luego del II Congreso del PAP (1948). Poco antes había sufrido la honda tragedia del deceso de su única hija.

Fuera del aprismo su actividad intelectual perdió tanto la audacia como el perfil innovador que la caracterizó. Tuvo un activo desempeño como gestora cultural y ejerció durante 12 años la representación en el Perú del Fondo de Cultura Económica de México. Fue presidenta de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas entre 1980 y 1986. Falleció en Lima el 11 de julio de 1989.

Obras de Magda Portal

Publicó los siguientes libros de ensayo:
El nuevo poema y su orientación hacia una estética económica (1928);
América Latina frente al imperialismo (1929, 1931 y 1950);
Frente al momento actual (1931);
Defensa de la revolución mexicana (1931);
Hacia la mujer nueva (1933);
Mensaje a las mujeres apristas de Cuba (1934);
Flora Tristán, la precursora (1944 y 1983);
El partido aprista frente al momento actual. Quiénes traicionan al pueblo (1950).

Como poeta publicó los siguientes libros:
Ánima absorta (1924);
Vidrios de amor (1925);
El desfile de las miradas (1926);
Una esperanza y el mar (1927);
Costa sur (1945);
Destino del hombre (1948); y
Constancia del ser (1965), poesías;

Y como narradora es autora de:
El derecho de matar (1926), que incluye cuentos suyos y de Serafín Delmar; y
La trampa (1957), novela que ilustra su testimonio crítico del aprismo.









[Del libro Una esperanza y el mar -1927]


frente a la vida
recojo este grito desgarrado
ancha ola que se estrella en
la playa de mi corazón


NO TENGO PROCEDENCIA


amo la tierra
porque vengo del seno de la Tierra
pero tengo los brazos
tendidos al Mar


el sol castiga mis espaldas
y la sonrisa de la mañana
tiene besos salobres


abre sus rejas la ciudad
para los esclavos del hambre
donde el hombre tatuado de tristeza
muerde el pan cotidiano:


«todos los días son iguales»


gran argolla
ojos de ajusticiado
manos que arañan las ideas oscuras
nubes alegres
alegría del campo
alegría del cielo
alegría del mar












Quisiera perderme de mí misma


Quisiera perderme de mí misma
limbo de mi pensamiento
y haber perdido la mirada angustiosa
de mis ojos
para los pasos arrebatados por la muerte


Perderme de los hilos tensos
que el corazón tiende a los cuatro
puntos cardinales de la vida


Saltar el círculo que me aprisiona
y en el que se debate
serpiente cercada de llamas
mi juventud inútil


Perderse! Tendido vuelo
por sobre las agujas de las ciudades
más altas por sobre el mar
como un globo cargado de oxígeno
que sueltan a merced de los vientos


Lejos Más allá de todas las distancias


Lejos de mí











Posesión (p.24)


La sombra
cómo va poseyendo
la estancia vacía…
Silenciosamente


Las siete
Callamos Yo admiro
cómo hunde sus dedos en la sombra
en los raros objetos…
sin hacer un ruido


Afuera vocear de chiquillos
misérrimos
Adentro
silencio


La sombra me palpa los ojos
me palpa la frente
tiene suavidades de seda
su mano
tan tenue


Inmóvil contemplo
la sombra
que tiene la audacia
de tomarlo todo
Me despierta
mi aliento


Y hablo despacio
el amigo que se hunde en lo oscuro
y mira en silencio…


¡Cómo
va poseyendo la sombra
mi cuerpo…!


-De Anima Absorta.












Anhelo (p. 80)


Amplíame oh dios los horizontes
alúmbrame los mares y los vientos
estoy hundida aquí como entre muros
de obscurdad y de silencio.


No quiero más ser yedra ni ser musgo
ala yo siempre fui ala ligera
que mi dolor no pese sobre mis hombros flacos
que no me entraben más cadenas.


Desnuda fui desnuda soy de todo
y canto más desnuda más sin pena
que me baste saber que soy la que ama
la que ama y nada espera.


Regando voy mi sangre por la tierra
amaneciendo sobre cada surco
muriendo renaciendo
con mi lámpara a cuestas.


Que nadie vea mi costado herido
ni mis manos mordidas por las fieras
mientras no olvide el corazón su canto
sembrando iré mi estrella.


- De Costa Sur.












Miedo (p. 154)


Miedo de decir miedo de que fluyeran en río incontenible
las palabras dulces y extrañas unas veces con sabor a sal
a yodo a olores profundos otras siniestras y terribles como
sangre recién vertida otras ay! como el agudo grito
que de salir podrá taladrar la noche


Pero estabas cerrada en tu silencio de piedra mientras
te bullía en el corazón en los ojos en los oídos todo
el tumulto de las palabras esa música jamás gustada
con tonalidades de infierno y trémolos de muerte


¿Por qué no te darían otra boca otras manos tal vez?
otros pies para ir por los caminos del mundo nueva Niobe
perseguida por el aguijón cruel de todos los deseos
cantando tu dolor diciendo tu inesperanza vertiendo a
raudales tu voz enloquecida?


En tus ojos lejanos se reflejaba el sol con los oros
temblorosos del atardecer


- De Constancia del Ser.











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