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sábado, 30 de abril de 2011

3967.- MARINA CENTENO



Marina Centeno nace y radica en Progreso Yucatán México. Poemas de su autoría se encuentran en las Antologías: “Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana”, “Antología Mexicana” y “Poesía Femenina” compiladas por el poeta de origen peruano Leo Zelada y Lord Byron Ediciones de Madrid, España. Su trabajo poético ha sido traducido al Catalán, Inglés , Rumano, Frances y Húngaro. Ha publicado en la Revista bilingüe multicultural “Contemporary Horizon” de la cual es colaboradora y que dirige el escritor rumano Daniel Dragomirescu. Parte de su trabajo se encuentra en la edición "CONTEMPORARY HORIZON’S ANTHOLOGY” compilado por Daniel Dragomirerscu. En la página virtual “Arte Poética” del Poeta de El Salvador, André Cruchaga; “Mis Poetas Contemporáneos” del Poeta Argentino Gustavo Tisocco y “Botellas en el mar”del Poeta mexicano Irving Berlín.




Breve para Julia

para Julia Palma

La primera razón de la existencia
entre la gravedad de lo imposible
en el grito de un pueblo
que desde el hambre
y la leve mirada del que implora
es caricia en los nopales

Ahí -Julia- con la perseverancia
que emprende la aventura entre la tierra
se embellece el polvo y la ceniza

como el simple crecimiento de las flores

porque aún hay estaciones que precisan
del azul infinito

y del polen








De árboles

Hay árboles varados al camino
solemnes
taciturnos
cubiertos de quietud
y aún así
pueden hablar de campos y de noches
de invierno y de insomnio

Los árboles observan
como cae el otoño en la naranja
y el verdor del verano en la maceta
la textura del polvo
cuando llega la noche por sus cuevas


porque saben –los árboles-
que de la soledad nace el poeta







De pájaros

Los pájaros tienen la destreza
de acampar en el aire sus costumbres

Saben de la continuidad de las nubes
cuando la tarde atropella con las sombras


Permanecen cerca de los techos
de la jaula y los ruidos
del poema y la flor







Del olvido

La forma intrínseca de aspirarte
por ese laberinto que rasga los papeles
de tu nombre a la tinta
de tu eco a mi voz

Se declaran las sombra
en la quietud de los espejos
para llenar los huecos de la habitación

y pensar que el reflejo
es el halo de viento que se juega la risa
al beber la distancia que nos sobra
en las horas que aturden la conciencia

para luego mojarnos el olvido
tú el faro que urge en la neblina
yo la espuma que arroja su dolor








Desconstrucción

Los gatos tienden el sopor junto a la luna
y el otoño arrasa con las plantas

Hay una autonomía en el teclado
donde la soledad
hace caer su tinta en el cuaderno

De ayer a hoy me torno entre lo espeso
amenazo con vaciar el gris sobre la falda

La olla que hierve -me recuerda-
que no sólo el hambre es lo que mata








La sombra que debilita la luz

Se van quedando ciegos los umbrales donde hiende la muerte

Quise ser eterna
rasgando el aire con las uñas
protestando por las agujas que se clavan al cuerpo

Camino entre sombras que apuran el descenso
de los relojes que dan la espalda
a impenetrables dioses
que arrastran la carne por la calle
para dejarla morir a sus pies como los perros -entre festín de moscas-

No más historias
en esta mansedumbre de los años
que se vierte a la espalda que se encorva
y a la distancia que crece entre los dientes

El hilvane de letras se anuda al borde de la cama
donde muero de muerte en agua
por vacío de rostros y palabras

Tengo frío

Todas las sombras llegan a la vacuidad de la noche
para hacer callar al verso
sólo al verso









“Pudimos haber sido estos árboles
estas flores blancas amándose en el revés de los días”
–Just Gafar-


Pudo ser

Pudimos haber sido estos árboles
hundidos en la penumbra
con la nota de Chopin enredada a la brisa

Sí -pudo ser-
que enero se extinga en la copa del árbol
y las hojas marchitas se devuelvan al aire
para hurgar en el viento la palabra concisa
que profese la huida de las flores caducas


Y también pudo ser
que al caer de la lluvia mi boca temblara
como la golondrina en el tapiz de la tarde
porque somos -aún- dos paisajistas

A cada pauta
surgirán otros signos que nos reinventen
en la cual las esquinas buscarán sus indicios
en estas flores blancas amándose en el revés de los días






Sobre la espalda

Si un día unimos tu soledad y la mía
y trenzamos la tristeza
-tú en mi pelo y yo suspirando entre tus dedos-

Dime qué piensas cuando mi presencia te alborota
y te crecen los pensamientos
hasta topar las mas soberbias metas

La noche es una impostora que se acuesta a tu derecha
y te soba la espalda con su lengua de hembra
hasta arrastrarte al centro del vacío
para que sueñes con albercas de seda
tornado entre mis piernas

Algún día haremos realidad los imposibles
mataremos carneros
destapando botellas de cerveza

En tus ojos el vidrio se difusa

si te tengo cerca soy un simple agujero
donde tropieza tu soledad

Al cerrar la puerta olvidarás mi nombre
como una imagen que se disipa en el agua






Encuentro

Algo se va
para cambiar el rumbo de los nombres
el índice que amortaja la historia en lo imperfecto

Algo se queda
con la rigidez que esculpe espacios en el dogma
antes de libertarse al tiempo

El amor –nuestro amor- es un designio
que traza su terreno sobre nada

se detiene
prosigue
se desata

Nos devolvemos uno al otro
porque bastan los ojos para besar al mundo
cuando la voz no alcanza su palabra


Entre página y página existe un punto de encuentro
que envuelve de renglones al silencio








“Por qué tocan levemente mis campanas
notas de niña arrebatada”
Marina Centeno


Cama.leona

Soy la que muerde los desiertos
cuando tiemblan esferas en la escarcha
la que tiende horizontes
en la soga que estiran las campanas

Saco a pasear
a las arrugas que innovan su metáfora
cuando el invierno pende telaraña
porque teje su historia menopáusica

El abismo es un punto
donde doblo los codos
y hundo la frente en cada página







Nuestra Casa

………………………………………………………a Manuel Centeno


Se aguarda el eco en la distancia
reclamándole edades a la risa
porque quedaron rotos los cometas
que gravitaron por toda nuestra casa

Aún se oculta la tarde en la palmera
y el gallo canta en la albarrada
donde tu abrazo es nudo
y el silencio se cuelga de la hamaca
cuando se mece el sueño en el asbesto
porque la lluvia canta su calandria

Del arcaico ropero del abuelo -zaguán de cucarachas-
surge el agorero son de la guitarra
y te espera el fantasma –me imagino-
presintiéndose solo sin el dote servil te tu mirada

nuestra casa es un cielo pasajero
con la triste senectud
que hoy alberga silencios y añoranzas

Si pudiera cortarle la tristeza
bajaría los gajos de la adelfa
para alfombrar el frío del mosaico
y juntar nuestras manos
acariciar paredes
agujeros
sacudir el rescoldo con el guano
desempolvar el odio
y que ladren los perros
al corretear los juegos que partieron
al caer las aldabas

Volverían -quizá- los buenos tiempos
aletear las cortinas y floreros
repartiendo alegrías a las tazas
y sacarle el brillo a la cuchara
con la sopa caliente
en repleto manjar del chocolate
que batiéndose está dentro del agua
con el pelo revuelto y las manos pequeñas
sosteniendo migajas de esperanzas

…pero el tiempo surca la inclemencia
y decora las líneas de la cara
se desdoblan las puertas
las llaves tiritan
se gotean los clavos por los huecos
para darle quietud a nuestra casa


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