MARIZEL ESTONLLO. Nació y vive en Buenos Aires (Argentina), poeta,farmacéutica , psicoanalista.
Publicó los libros de poesía: EL ESPACIO DE LA SOMBRA 1994; UNA LETRA ARROJADA AL FUEGO 1997, EL ENIGMA DE UN PÁJARO EXILIADO 2000 y ESTOCADA 2006 que recibió el Primer Premio de Poesía Juninpais2005 con el auspicio de Secretaría de Cultura de la Nación .Es primer premio de Poesia Ilustrada en 1998 por la SADE, finalista en Letras de Oro 2002,entre otros premios y menciones.Dirigió trabajos de interacción entre la poesía y las otras artes:plástica ,danza ,música y teatro, ciclos y programas de radio.Integra antologías y participa de asociaciones y encuentros poéticos. Prepara su nuevo libro de poesia , también un libro de arte y poesía”Coincidencias”y una performance con coreografia y música sobre sus textos . Colabora en publicaciones de arte y psicoanálisis, gráficas y electrónicas
Danza
Un gesto atraviesa el espacio, hace nacer la forma.
La forma se entrama con el tiempo
Y lo extraño de nosotros nos danza.
Del temblor al estremecimiento los lugares surgen del espacio.
Giros y piruetas para descentrar al vértigo.
Inhalación del movimiento en el pliegue.
Espasmo del dolor vertebrado en el arco de la angustia
en el latigazo del lamento.
Acariciar lo inefable.
Entrever en la extensión de la mano el roce de la piel de Dios.
Elevar los pies con la elocuente amplitud de la fe,
con el coraje del salto,
las diagonales del tedio que fuga,
las espirales del asombro y la pasión,
el desafío de la dicha en el vértigo del infinito.
Planos y densidades en los torbellinos de la furia y el pánico,
languidez que cae haciendo lluvia en la tristeza...
Un cuerpo es el soporte... Un columpio entre cielo y tierra.
La excitación de un vacío que gravita en el crepúsculo.
Pausa
Entre la inmanencia y la trascendencia:
la gran metáfora humana,
esa pausa abierta en el suspenso de la travesía.
Nos apoyamos en los símbolos,
nos rodeamos de imágenes
y soportamos el diario coloquio de lo cotidiano
en el escenario donde espía el más allá.
Cuerpos, fantasmas , sueños , recuerdos ...
Convivimos entre una y otra vida,
entre una y otra forma,
entre una y otra situación,
en el frágil albergue del momento,
en esa pausa donde late lo infinito .
Después
En el cuerpo del amor ,el revés ,el giro ,la compensación.
Entre la fuerza de la gravedad y su resistencia.
El pie del equilibrista tantea,
ni antes ni después ,
pisa el puro instante.
En la esgrima del tiempo ,
pasado ,porvenir ,
son sólo imágenes que fugan
en los andenes de una memoria translúcida.
Siempre que el viento y la fuerza de una decisión
hagan emerger lo inevitable,
ese camino irreducible del deseo
esa atracción del sol como la ética del propio paso.
Ser tocada por el profundo detalle singular
Amanecer naciendo al pie de la confesión,
sobre todo en invierno
cuando se es indiscutiblemente , responsable.
Entonces, después del estoque,
Y por él mismo,
fortalece la amarra a lo eterno
imanta la vida en la doble llama violeta del crisol.
AUTORRETRATO
El fuego quema hasta purificar la llama
en el espacio de las palabras
Deseo ser una brasa en el deseo.
IMPERMANENCIA
¿Qué trama es ésta del será del y del fue?
¿Qué río es este por el cual fluye el Ganges?
Jorge Luis Borges
La edad de los relojes tiene
la impermanencia de las imágenes
como el latido de un deseo en una playa vacía.
Tanto nos cuesta comprender que un niño
es el reencuentro de un hechizo
golpeando la luna en los árboles de la noche.
Ese fino tacto del misterio en la búsqueda
de lo que encontramos por casualidad.
Tanto nos cuesta comprender la muerte.
Ese dolor que revela nuestro rostro verdadero.
Y ese eterno sitio
El cuerpo solamente
Como una pira quemándose en la eternidad
Van Gogh
Danza
Un gesto atraviesa el espacio, hace nacer la forma.
La forma se entrama con el tiempo
Y lo extraño de nosotros nos danza.
Del temblor al estremecimiento los lugares surgen del espacio.
Giros y piruetas para descentrar al vértigo.
Inhalación del movimiento en el pliegue.
Espasmo del dolor vertebrado en el arco de la angustia
en el latigazo del lamento.
Acariciar lo inefable.
Entrever en la extensión de la mano el roce de la piel de Dios.
Elevar los pies con la elocuente amplitud de la fe,
con el coraje del salto,
las diagonales del tedio que fuga,
las espirales del asombro y la pasión,
el desafío de la dicha en el vértigo del infinito.
Planos y densidades en los torbellinos de la furia y el pánico,
languidez que cae haciendo lluvia en la tristeza...
Un cuerpo es el soporte... Un columpio entre cielo y tierra.
La excitación de un vacío que gravita en el crepúsculo.
Pausa
Entre la inmanencia y la trascendencia:
la gran metáfora humana,
esa pausa abierta en el suspenso de la travesía.
Nos apoyamos en los símbolos,
nos rodeamos de imágenes
y soportamos el diario coloquio de lo cotidiano
en el escenario donde espía el más allá.
Cuerpos, fantasmas , sueños , recuerdos ...
Convivimos entre una y otra vida,
entre una y otra forma,
entre una y otra situación,
en el frágil albergue del momento,
en esa pausa donde late lo infinito .
Después
En el cuerpo del amor ,el revés ,el giro ,la compensación.
Entre la fuerza de la gravedad y su resistencia.
El pie del equilibrista tantea,
ni antes ni después ,
pisa el puro instante.
En la esgrima del tiempo ,
pasado ,porvenir ,
son sólo imágenes que fugan
en los andenes de una memoria translúcida.
Siempre que el viento y la fuerza de una decisión
hagan emerger lo inevitable,
ese camino irreducible del deseo
esa atracción del sol como la ética del propio paso.
Ser tocada por el profundo detalle singular
Amanecer naciendo al pie de la confesión,
sobre todo en invierno
cuando se es indiscutiblemente , responsable.
Entonces, después del estoque,
Y por él mismo,
fortalece la amarra a lo eterno
imanta la vida en la doble llama violeta del crisol.
AUTORRETRATO
El fuego quema hasta purificar la llama
en el espacio de las palabras
Deseo ser una brasa en el deseo.
IMPERMANENCIA
¿Qué trama es ésta del será del y del fue?
¿Qué río es este por el cual fluye el Ganges?
Jorge Luis Borges
La edad de los relojes tiene
la impermanencia de las imágenes
como el latido de un deseo en una playa vacía.
Tanto nos cuesta comprender que un niño
es el reencuentro de un hechizo
golpeando la luna en los árboles de la noche.
Ese fino tacto del misterio en la búsqueda
de lo que encontramos por casualidad.
Tanto nos cuesta comprender la muerte.
Ese dolor que revela nuestro rostro verdadero.
Y ese eterno sitio
El cuerpo solamente
Como una pira quemándose en la eternidad
Van Gogh
“Pero iguales son luz y sombra
que van y vienen con música infinita”
Rabindranath Tagore
Encontré una inscripción que decía:
-Aquí yace Van Gogh
no pude creerlo
porque no existe lugar posible para condenar el delirio
hacerlo es solamente otro delito
como condenar un verano que estalla en Arles.
Cuando se diluyen los bordes de la figura ninguno se atreve a juzgar.
Nadie puede verse en el hueco de un espejo.
Cuando termino de rezar
Ahí quedó el puente
Un silencio plano recorre el laberinto
Se aquieta toda vacilación
El ser respira
Los demás se acomodan en sus sitios
Y permanecen serenos
Puedo verlos
Cantan en semitonos
Con una cadencia ancestral
Cesó el presente, cesó el tiempo
No hay nada
Solo la continuidad de un vacío
Y la nota vibrante del silencio.
Objeto perdido
“No hay nada mas difícil que abandonar un sueño”
Atilio J.Castelpoggi
Lee el poema El Cisne
Observo su rostro,
superpongo el de Baudelaire a su entrecejo fruncido.
Y descanso un ensueño en sus hermosas manos.
Aquel día tuve un resplandor de felicidad.
El cisne era amado como tal
en la lectura vigilante de una angustia sutil.
Un poema.
Una somnolienta tristeza que resiste a despertar.
La interpretación melancólica de un cúmulo de resonancias .
El gesto de un búho atormentando la noche
hasta la vacilación de un argumento.
Un dedal de plata cae por la arista de una roca de ónix
en su filo,
donde el espíritu se aísla
como el alarido de la sangre.
Lo perdido no regresa.
Partida
Igual a la herida que hace esta lluvia en el cristal
Como si la ventana partida por este rasguño
abriera en su grieta
una nueva ventana aún en sombras
y la lluvia
con esa cualidad de humedecer recuerdos,
ese peligro de agitar cenizas
y de encontrar aún
alguna pequeña braza encendida
restos embriagados por el licor del fuego.
Ahora he levantado las persianas
ha cesado de llover
Del cristal herido emerge
una esperanza.
La acróbata da el salto,
el trapecio aguarda sus manos nuevas.
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