Waly Salomão (Brasil, 1.943 – 2.003)
A.C.: Cómo comenzaste a escribir?
Cómo fue que comencé a escribir...creo que desde chico siempre me vi como un posible escritor, entonces, cuando vos en una fase cualquiera de tu vida vas encontrando lo que querés hacer, la conformación que querés darle a tu vida... la mía fue siempre se ser escritor. Ahora, yo comencé... generalmente la primera fase es una fase pasiva, de lectura, de impregnación de diferentes autores, de lectura lo más asistemática, leer todo como un devorador, leer Dovstoievsky, leer novela brasilera regionalista, Jorge Amado, los poetas brasileros del modernismo, principalmente Manuel Bandera -el primero de los poetas brasileros modernistas que me llamó la atención, el primer poeta brasilero con quien tuve una plena identificación- Y es un proceso lento, gradual, de ósmosis, de diferentes identificaciones... y posteriormente viene una fase en la que comencé a "soltar" el material que comenzaba a producir y donde, sin duda, la figura que presidía mi atención, la figura modelo era Oswald de Andrade, un gran poeta del modernismo brasilero. El poeta más radical, más extremo de nuestro modernismo, que fue hasta el fondo, rompió con los cánones del imperio de la literatura brasilera e intentó llevar nuestra literatura hacia una sintonía con los movimientos de vanguardia europeos, el dadaísmo, todo eso. Él era la figura modelo que yo tenía en el momento en que produje mi primer libro que se llama "Agarrame que me da un ataque" (Me segura que vou dar um troço). Es un libro de prosas poéticas. Algunas cosas de mi último libro son todavía territorios intermedios entre prosa y poesía, es el intento de llevar los ritmos de la poesía al terreno de la anécdota, de la broma, a veces. Es como la experiencia de un viajero que ve clichés lingüísticos, grafittis, proverbios y todo eso. En ese primer libro, mi voluntad no estaba sólo vinculada a hacer poesía escrita, sino que tenía que ver con la oralidad, con el habla de las calles, de lo cotidiano... entonces yo decía que mi oreja se había transformado en un "orejón", que es como se les dice a los teléfonos públicos. Como si hubiese una expansión de mis oídos que me permitiera oír conversaciones, extraer palabras de lo cotidiano, frases hechas, clichés, formas del lenguaje, para recortarlas y darles un nuevo marco poético. No es lo que hago hoy. Estoy refiriéndome a otras fases, y especialmente a mi primer libro. Porque hoy mi pretensión en ese libro "Algarabías" no está ubicada en la poesía oral ni nada parecido. En Brasil la música popular es muy hegemónica, muy fuerte y muy absorvente. Yo mismo soy letrista de música popular, tengo canciones compuestas en conjunto con las más diversas personas, con Caetano, con Gil, con Lulú Santos, pero al mismo tiempo lo veo con simpatía y con sospecha...porque es algo realmente poderoso. El mundo de la música popular brasilera es muy absorvente. Hegemónico como cultura, en los espacios de los diarios y en todo. Y mucha gente se vuelve autocomplaciente con eso, y pierde de vista otras ambiciones. Mi ambición hoy es no ser letrista de música popular. Es poder realizarme en el espacio del libro, con una poesía autónoma, una poesía dueña de su lenguaje, sin que sea sierva y esclava de otros medios. Es decir: una poesía entera en la hoja de papel. Esa es mi pretensión actualmente. Desde "Armarinho de Miudezas" está esa búsqueda que se hace plena en "Algarabías", y que preside mi búsqueda poética en lo que va a ser mi próximo libro. Lo que domina mi esfuerzo es eso: que la poesía se realice plenamente en el libro. Que sea una poesía que no precise de música para ser eficaz, fuerte, poderosa.
Cámara de ecos
Crecí bajo un techo sosegado,
mi sueño era un pequeño sueño mío.
En la ciencia de los cuidados fui entrenado.
Ahora, entre mi ser y el ser ajeno
la línea de frontera se ha roto.
Anti-viaje
Todo viaje es inútil,
medito a la vera del estanque.
¿Para qué abandonar su albergue,
largar su caparazón de tortuga
y ser impelido catarata río abajo?
¿Para qué esa suspensión del lecho
de la vida corriente, si en seguida
el globo se desinfla velozmente y todo
suena aún peor que antes pues entra
ahora en comparación y descrédito?
Ningún habeas corpus
es reconocido en el Tribunal del Jurado del Cosmos.
El ir y venir libremente
no consta de ningún Bill of Rights cósmico.
Al contrario, la espada de Damocles
pende para siempre sobre la esfera del mapamundi.
El Atlas es un compás de hierro
demarcando longitudes y latitudes.
Quien viaja arriesga
una tasa elevada de laxitudes.
Mi cobijo es lo cercano,
lo conocido y reconocido,
lo que está desnudo de espanto
pues está a mi alrededor,
lo que prescinde de consulta
al archivo cartográfico.
Lo familiar es una camada viscosa,
protectora y tibia
que envuelve mi vida
como un paragolpes.
Nunca mas playas ni islas inaccesibles,
no me atraen más
los jardines de bancos de coral.
Medito a la vera del estanque
justamente yo que me creía amante
ardoroso y fiel
de lo distante
y creía en el proverbio de Blake que dice:
EXPECT POISON FROM THE STANDING
WATER.
O sea:
AGUARDE VENENO DEL AGUA PARADA
AGUA ESTANCADA SEGREGA VENENO
CARTA ABIERTA A JOHN ASHBERY
La memoria es una isla de edición — dice
un pasante cualquiera, en un estilo nonchalant,
e inmediatamente apaga la tecla y también
el sentido de lo que quería decir.
Agotado el yo, queda el espanto del mundo no ser
llevado así de golpe.
Dónde y cómo almacenar el color de cada instante?
Qué trazo retener de la translúcida aurora?
Incinerar el leño seco de las amistades chamuscadas?
El perfume, quizás, de aquella rosa desvaída?
La vida no es una pantalla y jamás adquiere
el significado estricto
que se desea imprimir en ella.
Tampoco es una historia donde cada minucia
encierra una moraleja.
La vida está llena de sitios de desove, fiambres,
liquidaciones, quemas de archivos,
divisiones de captura,
supresiones de fragmentos, desapariciones de originales,
grupos de exterminio y fotogramas reventados.
Qué importa si las cenizas se enfrían
o si aún arden calientes
si no es seleccionada urna alguna adecuada,
sea griega sea bárbara,
para depositarlas?
Antes que el mañana se desplome aquí
aún hoy será olvidado lo que trae
la marca de agua de hoy.
Hienas aguardan en la emboscada del monte mientras
los perros de la fila del tiempo hacen un archipiélago
de hilachas del traje de la memoria.
Islotes. Imágenes en harapos de los días idos.
Numerosos cráteres de ozono.
Los lazos de familia vueltos lapsus.
Hueco y carie y cavidad y prótesis,
así el mundo va pariendo el difunto
de su sinopsis.
Sin ninguna explosión final.
Nulla dies sine linea. Ningún día sin un trazo.
Uno, sin nombre y con la voluntad aguada,
yergue este lema como una represa
anti-entropía.
Y los días se suceden y es firmada la intención
de transmutar todo veneno y óxido
en pedazo del paraíso. O viceversa.
El placer de estar a gusto,
como quien aprieta un botón de la mesa
de una isla de edición
y un dios irrumpe al final para rescatar el humano
fardo.
Corrigiendo:
el humano destino.
MEDIA ESTACIÓN
para SUSANA DE MORAES
Presagios en la flores abiertas de los junquillos;
abiertas, justamente, esta mañana.
El arco iris y su sortilegio,
justamente, esta mañana.
hojas de higueras levitantes, aéreas.
El mar hermafrodita y su baba epiléptica:
macho lambiendo la arena de la playa abierta;
hembra singlada por navíos duros,
de hierros y aceros,
y su muestrario-monstruario de mástiles.
Tarda en llegar el otoño este año,
el verano no quiere despedirse.
Un viento caliente pasa y despierta
los hechizos y las promesas del verano entero.
Escribir así es romantizar el viento caliente
que pasa sólo para recordar
que es el viento caliente y desaforado
pasando una gruesa lija
sobre la ciudad, los seres y las cosas.
Viento embriagado de amnesia y desmemoria,
incapaz de verano-otoño tener por nombre propio
transitando indiferente a nuestra tradición ibérica
que para todo exige registro y certificado,
pago de estampillado o sello del tesoro,
aval y avalista,
reconocimiento de firma
por notario en escribanía.
Además del estilo — imperativo categórico —
de nuestro arquetipo
de notario superfluo
(pariente lusitano-brasilero del literalista pedante
de Miss Marianne Moore)
cuyo breviario reza:
"Labro y doy fe... es verano."
O
"Labro y doy fe... es otoño".
UN LEGADO DE WALLACE STEVENS
Así como quien
-agnóstico, escéptico, sarcástico incrédulo-
esparce ristras de ajo por toda la casa,
para espantar los malos augurios.
Así como quien plurifica
la ferocidad de la mente,
cela por el aura, aurora de cada palabra,
con ritmo penetra, sexualiza el habla,
pinta con finura, matices de papel de seda,
el globo del pensamiento
volviéndolo todavía más chiaroscuro, espermático;
y con cerote de vidrio molido, cola de zapatero,
afila, templa el lazo mágico
que mueve a la suerte, compele al futuro
y e provee un canto, un giro distinto para cada acto.
Un rectángulo de monte /
un recorte rombo de cielo azul-turquesa /
el teatro gestual-masturbatorio de las manos /
lineas y lineas y lineas /
el movil rompe nubes,
rasga nuevos dibujos sobre el mapa celeste.
Cumplir una receta ancestral,
de prístina pureza:
empapar a lo largo de todo el poema
del principio hasta el fin,
metáforas, metáforas, metáforas.
Metáforas a manos llenas:
un pez chico
queriendo
ser dios entre los dioses.
TARIFA DE EMBARQUE
Soy sirio. Qué es lo que te asombra,
extranjero, si el mundo es la patria en
que todos vivimos, paridos por el caos?
Meleagro de Gádara, 100 a.C.
No te decepciones
cuando pises con tus pies el polvo
que cubre el camino real de Damasco.
No descorras cortinas fantasmagóricas
láminas de hojaldre
-agua de flor de rosal
agua de flor de naranjo-
que goloso tragabas,
gravados de aldeanas portando ánforas o cántaros,
postales del templo de Baal
y de las ruinas de Zenobia en Palmira,
fotos de Alepo, Latakia, Tartus, Arwad
que de niño hojeabas en las páginas de la revista Oriente
en la edad de oro solitaria y febril
entre las pilas de fardos de tejidos
de la Tienda Samira;
arabescos, aljibes, atalayas, alminares, almuecines, curvas
caligrafías quemaban tus pestañas, tus retinas
en el vano afán de erguir una fuente y origen y lugar al sol
en la moldura apretada del mundo.
Siria ninguna iguala a la Siria
que guardas intacta en tu menta regia.
Nunca viste el narguilé de oro que tu abuela paterna
-Kadije Sabra Suleiman-
exhibía y fumaba y burbujeaba en los días festivos
de la isla fenicia de Arwad.
Retira de la pantalla tu imaginario hinchado
de hijo de inmigrante
y sereno deambula y deambula desasosegado
y deambula agarrado y desgarrado deambula
y deambula y deambula y deambula.
Deambula
- esta es la única dote que las fatalidades te ofrecen.
Deambula
- las divinidades te dotan de este único talento.
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