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martes, 1 de marzo de 2011

3378.- JORGE SANTIAGO PEREDNIK


Jorge Santiago Perednik
Nació en Buenos Aires en 1952. Publicó como poeta Los mil micos (1979), El cuerpo del horror (1981), El shock de los lender (1985), Un pedazo del año (1986), El fin del no (1991), Variaciones padin (1996), La desconocida - Circo macedonista sobre "Adriana Buenos Aires" (1998), El gran derrapador (2002), El todo, la parte (México, 2005) y La querella de los gustos (2006). Publicó también varios libros de ensayos y traducciones de escritores de habla inglesa entre los que figura E.E. Cummings, Charles Olson, John Milton, William Carlos Williams y Jonathan Swift. En 1980 fundó la revista Xul y desde 1995 codirige la revista Deriva de la literatura.




LO QUE SE CONOCE NO SE CONOCE

Lo que se conoce como poesía
se asocia a veces con el contenido
Yo lo asocio con la forma
Dicen que el contenido es lo importante
y que está adentro
o detrás de la forma
Sin embargo ningún microscopio lo detecta
es una suerte de vacío
A partir de este vacío la forma nace
no para enfrentarlo
sino para refrendarlo:
el vacío del vacío
es la obra de arte
Puse cuatro poemas sobre la vereda
y puse una piedra sobre cada hoja
Al mirarlos desde el piso 16
las piedras desaparecieron
y las hojas fueron manchas blancas diminutas
¿Qué decían? Decían lo que eran
formaban lo que decían
eran lo que formaban
La poesía es un arte de hacer
con las palabras
una combinatoria de segundo grado
que involucra asociaciones que se cruzan
Llamarla significante es una expresión del deseo
llamarla significable es hablar hombre mediante
A los que dicen "las palabras son el fin"
confirmo que las palabras son un medio
y no hay más que medios
y los fines son su cancelación
Viví durante ocho años
en un piso 16. Desde allí
las personas eran apenas más grandes que hormigas
Decir que una hormiga es un creador
es hablar de los poetas
También las letras son hormigas
y los caminos que forman sobre la página
se llaman versos o poema
Hay otros caminos, ya fuera de la página:
la búsqueda del hormiguero la emprende la metafísica...
de la construcción del hormiguero se ocupa la estética...
la poética es sólo un borde exterior...
Resta decir que está todo por decir
Mediante esto quiero decir esto:
Que lo único diferente es que no todo es igual
La poesía es el arte de no decir diciendo
y de decir no diciendo y viceversa
La atracción de lo que falta
La falta y la tracción que mueven el proyecto:
Que haya un vice
que la ausencia esté presente
y que gobierne lo real





EL TODO, LA PARTE

Uno, bajo un arbusto de números
desnudos, multiplicamos y dividimos
sin poder sumar o restar
en un diluvio persistente
que los árabes llamaban el cero.
Cero es eros
uno es error
dos equivocación.
Bajo ese arbusto estabas vos
y yo no podía acercarme.
Bajo ese arbusto estaba yo
y no me reconocía.
Dos, detrás de un árbol silencioso
a su sombra, desnudos
como aprendices de amantes cartesianos
anotamos la aritmética del mundo
aritmeticae mundi, las medidas de la bola terráquea
y soplamos nuestros alientos
y movemos nuestras caderas
tibi
la tibia gimnasia que tienta
a que el mundo se haga.
Es extraño hablar en plural y en primera persona
y en esa extrañeza de uno mismo está lo siniestro
de un poema de amor, el yo plural.
El sexo no es la verdad
no requiere de velos
sí de artificios, que no requieren ser velados salvo que...
La guerra entre los sexos no existe
sino la guerra entre tal o cual persona
contra este o aquel sexo
tu guerra en contra de algo
que no es yo pero me pertenece.
La guerra entre las personas y los sexos como abstracción
es una fase preliminar
calculada, de la guerra entre el adentro y el afuera o
sociedad perfecta.
Según la ley
de las pequeñas equivalencias nada es igual a su inversión.
Me decís que la parte es igual al todo
sesenta y nueve igual a infinito, o mejor
que sólo existe el todo, lo que sería cierto
si la sociedad fuera una masa mística.
La perspectiva desde una plaza circular
en Buenos Aires
muestra que no lo es
nos hace ver otro tiempo, compartir la charla
con filósofos que sueñan que existimos
desnudos detrás del arbusto
practicando la pequeña muerte sin prisa.
Tres, mirando el cielo arranco al arbusto un número
y tengo un cifra.
¿La atribuiré al cielo? ¿Al arbusto? ¿A lo que sumamos?
Tengo una cifra.
Tengo un sí.
Sólo así puedo decir, en lenguaje cifrado
que odio significa amor
y que si te odio
te amo y no puedo. Que amor no significa odio
como tortuga no significa perro
como techo puede significar piso
y que si te amo no te odio.
Por la ley de las grandes simplificaciones
tu camisa de seda puede quitarse
y lo que sigue se puede callar.
Tengo tu camisa en la mano
y me la pienso poner
operación dudosa
que obedece a una ley distinta.
Las leyes no pueden obedecerse
porque una ley es menor que uno mismo
salvo que la ley sea uno mismo
y uno mismo seas vos, en cuyo caso...
Una ley no es una regla y las reglas te pertenecen.
Entre la ley y la regla está el abismo de tu persona
y a la vera del abismo, desnudo
termino ladeado por una tradición ajena
en la que estoy inmerso, detrás de los matorrales
mirando tu nombre mientras quiero mirar la cosa
y no soporto lo que permitiría
que éste no fuese un poema de amor.
Cuatro, vos y yo nos reconciliamos
en un tercero, porque el todo no puede
existir sin las partes.
Los dos ancianos están dormidos, están durmiendo
y ambas cosas significan lo mismo.
Roncan en su sueño el ruido de la pequeña piedra
que cae por la ladera sin provocar avalanchas.
El milagro del uno que avanza
y no arrastra a muchos.
Esa paz en sus rostros indica que la guerra
llegó a su fin y hubo una victoria:
sentir que no hubo guerra.
Devenimos ellos para alcanzar
eso a raíz de lo cual estamos
desnudos detrás del arbusto
con tus cejas agresivas y tus ojos que calculan
si somos partes en esto
y el todo lo autoriza.
Cada vez que miro tu parte olvido el todo.
Pero recuerdo que sin ese todo no habría partes
no habría número
no existiríamos.





EL GRAN DERRAPADOR

los tres pajaritos subidos sobre un alambre
decían "tu amor, tu amor"
o quizás "tu est mort"
el de la izquierda sosteniendo unas hierbas en el pico
el del centro diciendo éste es el alambre de la verdad
el de la derecha preguntando qué pasa cuando el alambre termina
pensé que eran los tres chiflados
y también la santísima trinidad
el padre y el hijo chiflados y el espíritu chiflado
riéndose a coro del gran derrapador

en el nido la madre es lo único cierto
entonces el hijo no existe,
o el hijo es lo único cierto
entonces la madre se disuelve en
la certeza inalcanzable
la corteza, el barro, las ramitas
se disuelven tras el temporal
el poema se incompleta
si la muerte es femenina y la vida neutra ¿la nada es
Eva, el poema, no tuvo madre ¿la borro
o el nido no es un nido,
o nunca vi los ojos de una madre,
siempre cerré las ventanas a esa comedia de enredos

derrapo
derrapo
derrapo
derrap

nido nivenido
en el lugar no hay nadie
los autos frenan y miran
se deslumbran
la muerte
la mujer desnuda que llama la atención
chocando
maneja la penúltima palabra
distrae y pierde

la poesía es el monólogo
la negación del entredós
o la poesía es el alambre
la exigencia de tránsito
o el monolagambre
un nido vacío
una hembra con
un hombre sin identidad
cuyo movimiento
da la identidad

las banderas flamean al viento decorado
flap flap flap
cualesquiera sean sus colores
llevan como última palabra
en el ángulo superior izquierdo
la cosa del acoso
el verdadero infierno
una hoz y una ruleta

la definición diabólica dice
derrapar es quitar la rapa y la rapa es
el delirio burgués sobre las manzanas podridas del gran derrapador
el infierno es lo contrario del fierno y el fierno es
el sueño de todas las banderas con la eternidad del despertar
la arena es la negación de la rena y la rena es
ese mamífero lumpen que nunca llegará a existir
más acá de los delirios y los sueños

cuando se muere a la evidencia de que no se muere
¡zas! se renace a la condena del instante
el hermano fue herido por mi mano
la mano que corté y es ahora de ella
cortésmente le digo: es el mundo, no nosotros
el que está puesto patas para arriba
¿puede ser de otra manera?
mi hijo me abandonó para mirarme
sentado patas para arriba
de allá lejos
me abandonó porque tuvo miedo
¿significa que yo lo abandoné?
leo
por qué lo abandoné
o
por qué me abandonaste, por qué me abandonaste

derrapo
derrapo
recuerdo la anécdota:
porque me abandonaste
puse un bandoneón sobre la barra
para no tocarlo
un amuleto
para no tacharlo
me hice mula
escuché los murmullos y grité ¡no, no, no!

la pregunta de San Pedro:
¿cómo se le dice a un poro pequeño?
¿y a uno más pequeño todavía?
¿hay algo más pequeño que un poro más pequeño todavía?
y dije que no había, que no,
y sonriendo
debí taparme la boca:
había contraído la deuda
había negado la ínfima infinitud

embisto

reboto

contestando a la pregunta trinitaria:
hace mucho que estoy muerto

salgo

los tres pajaritos sobre el alambre:
fiu: volaron:
no hay eternidad:
hay accidente:
un rezo y una orden:
si nada se cumple todo se cumple
¿cumplimos?
dije no, que no había que, que
la coincidencia
es decir, que no
y dije no, no, no
dije: no






EL RUISEÑOR DE ONITSURA

El ruiseñor del poema de Onitsura
parado en una rama
hace caca en vez de cantar.
Recuerda que la naturaleza y el arte
se persiguen y se cruzan, precisan uno del otro:
las deyecciones buscan el piso para completar su caída
el piso necesita de la caída para poblarse.
La naturaleza no es un arte escondido
es un escenario; su disfraz, no disfrazarse
pasivamente quiere mostrar
que el arte más que realidad es elección:
el vuelo de las aves asumiendo que el poniente
es un lugar de reposo lleva a la máxima actividad
la insistencia del que talla
convencido que sin él el horror se desencadenaría
hace de sus esquirlas piedras preciosas.

El horror se disuelve en la risa
el cansancio de la risa devuelve el horror
Ella la mujer que no puedo amar
pasa bajo la rama leyendo un poema
y recibe el don del ave;
la pequeña mancha blanca cubre una letra;
donde decía "amor" dice "amo";
Señor Ruiz de Onitsura, grita el loro:
alguien pasa, alguien posa
alguien escucha un silbido y mira
es él

ahora
el ave metálica bombardea los huertos
es un ave
riega una lluvia que no moja lo sembrado
el que la ve no la avé
grita que sabe o que es ave
para que el piloto lave lave todo el tiempo
un polvo interminable
tras la risa y el horror está el colaboracionismo
los amantes deciden terminar
tercamente minar
todo posible aterrizaje
y donde se leía "un poblado" se lee "destrucción"
y donde se lee "destrucción" se leerá "limpieza"

[ahora]
el espacio traza el contorno de las aves
permite el vuelo, la lectura
ojos que bombardean manchas blancas que dicen
[ ]
el vacío soñará el sentido del sueño y
el sueño vaciará el sentido del vacío
O los adentros de una
o herida donde las aves picotean
(También las esquirlas tallan la forma del mundo
y donde había desesperación hay desesperación
y donde no se leía ahora se lee:)

la palabra sagrada:
primero no hay luz
después empieza la oscuridad
el gusano asoma la cabeza para cantar al ave
y mira hacia el horizonte:
dame muerte
suuuu, suuuu, ciii
el ave acude al llamado
esto es el arte
transformaciones en el etcétera
lo que vuelve al ave terrestre
al gusano un ave
y a lo que separa
piso de qué, techo de qué

borla, medronio
Las aves negras revolotean en la distancia
señalan
¿con qué?
(ala derecha, ala izquierda)
por aquí los errores del mundo
por allí
el cruce imposible de la naturaleza y la historia
el cruce posible mediado por el arte
esta cruz que perdió la e

un breve papel en la escena:
lo que toca sin ser deseado:
el loro y el ruiseñor abren el telón y desaparecen
Atención atención a los papeles breves
Un bebé que ve el futuro
quiere marchar a su encuentro
Atención atención a las imposibilidades
Se cierra el telón.

Vaticinen vaticanos
desde la platea
ustedes cuya voz es la voz del Autor
observen el vuelo de las aves
descifren sus vísceras
aplaudan
La vida querrá convencer al arte
sobre los beneficios del poema
para que el poema
y no

El telón baja
ellos abandonan el teatro
Onitsura, mi despedida:
tu ruiseñor hace caca y mancha
refuerza con sus arrojos la única ingenuidad, el azar;
su deyección cada vez que roza los ojos los despeja
pone en escena una obra
donde el arte es un detritus de la naturaleza
y la naturaleza una muestra colectiva de arte.
Mmira
el verso es cucha:
desde cierta rama las palabras del loro
son tan azarosas como las del mesías:
mmmira
el verso es criba:
poéticamente ninguna hez de ruiseñor
es más importante que su canto o viceversa:
una conducta guiada por los ojos ingenuos:
el ave que no voló de su rama escribe
que el mamífero que vuela
escribe sometido a su ley






PESCANDO EN EL RÍO

sentados
uno al lado del otro
pensando
quién de los dos es el otro
pescando
pensando
si alguno pescará a alguno
acordamos que pensar es pescar

las olas del río
no hacen espuma
y la mente

pasan nubes
como novios
inscriben formas
cambiantes
las ideas

a ambos lados muchos pescan
cadáveres
pocos piensan
vivazmente
los ahogados preguntan
qué es la vida
acordamos que pescar es pensar

los peces muerden el anzuelo
y mueren
las ideas sueltan la carnada
y mienten
nosotros somos
y nos ahogamos
sólo se pesca a sí mismo
el que está en su propio cielo

sobre el hambre de los peces
y el hambre de los hombres
decidimos hacer las paces
sentados junto al río
uno junto al otro
pescando y pensando y saciando
el ímpetu de la corriente
mientras la mente

nadie pesca
y nadie deja de hacerlo
el agua corre detenida
los ellos de nosotros piensan

al preguntarle sobre el hogo
a los ahogados
al preguntarle a los ahogados
sobre el hogo
en la orilla de este mundo
sentados uno junto al otro
los vivos pescan
ahogados
el ahogo pesca
a los vivos
muchos imaginan
bastantes quieren
pocos intentan
algunos tratan
todos piensan






NO HAY POESÍA

un hombre lleva su casa sobre su cabeza
una mujer lleva su casa sobre el corazón
una niña lleva su casa cuando va de caza
un anciano lleva su casa como el que cesa
yo no llevo nada, no me caso
hay un poema que no pude escribir

una época presupone las demás épocas
las épocas de una novela presuponen otras novelas
yo estoy allí y no aquí
salvo que la hoja se rasgue
y eso hiera mi piel
en cuyo caso yo estaría aquí
y habría un poema que no podría escribir

yo estoy aquí y no es su poema
no tengo casa y eso presupone otras casas
son las 8 de la noche y este lugar
está donde debe estar
en su debido lugar a su debido tiempo
estaba el poema que no pude escribir

los sonidos pueden ser inmorales
yo llamándome a mí mismo
soez, soez, yo llamándote a ti
una voz que no obtiene respuesta
beldad, beldad, una respuesta que no tiene voz
un poema que debió haber sido escrito

si una parte de ti queda allí
cada verso te incompleta
no hay allíes sino aquíes, puros, diversos
si nada es yo nada es tú nada es poesía
cualquier cosa puede serlo;
hay una efímera eternidad
donde el poema pudo haber sido escrito






BALADA DE LA OVEJA FUERA DEL REBAÑO

El final del affair siempre es su muerte
y el principio es.
Decir "sucedió" antes de haber aprendido cuál es el papel
cómo ejecutarlo, ensayo, estreno y despedida
sin quitarse siquiera el sombrero.
¡Hola, irreparable!
Esta es la escuela, ése su ceder.
El ojo descubre que no puede observar lo que mira,
el oído quiere escuchar el aliento de otro
y escucha el del que está. Horror es una palabra
con demasiado pocas letras, que significa broma.
A los que están cerca mío ¡salud! Se los desea el entrehombre.
A los que están tan tan lejos, buen provecho.
(Y ella está al lado. Proceder.)

Dedo a dedo, ahora
la copa de la campana es un tajo
y la mano un proyectil.
Algo repica
tirando de la soga
y el proyectil rasca.
Los dedos quedan húmedos.
Inclinado en el sillón donde tantos y tantos la montaron
el cuerpo pide un desplazamiento hacia la excepción
tomarla prestada por detrás
sobre la manta de flores.
Se respira la música del horror,
su cederá. Se oye una respuesta inquisitiva.
¿Quién suena? ¿Quién sueña a quién? ¿Cuántos?

Comparar a un hombre valiente con un león.
Comparar a una mujer de manto encendido con la aurora.

Desabotonar la blusa, desabotonar la bragueta
permitir que dos paisajes inconexos se entremezclen.
Siempre uno es el cuerpo del horror, el otro
el cuerpo de la broma. Siempre repica la campana
y no se sabe cuál es cuál, quién es qué.

El lenguaje humano tiene 100.000 años
la literatura 10.000
el poema de amor es todavía nonato.


El mapa de las relaciones incluye
a todos los continentes
a ninguno de los contenidos.
Quienes estamos adentro tuyo
sin hermanarnos
estamos afuera del mapa
cuyas formas indican movimientos
sucesiones discontinuas
accidentes
tu cuerpo y mi cuerpo
lo tuyo y lo mío indistinguibles.
Que detrás de la playa está ésta
y detrás de la montaña la otra
cuál, cuál
suena la campana:
la playa y la montaña se hacen una
y el monstruo de la superposición
desintegra los engranajes.
La máquina amorosa, morosa, nunca funcionó
tiene la incertidumre de una letra menos
pero en un esfuerzo final, estruendoso
los cuerpos habitados saludan el alba
con sus particulares modos:
consultando los libros
el uno pasa a estar adjetivado
cerrando los libros
aun los adjetivos más bellos son insultos:
el otro empieza a ser una persona
y bala el amor al desamor.




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