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sábado, 1 de enero de 2011

2919.- JESÚS LIZANO


Jesús Lizano (Barcelona, 23 de febrero de 1931), licenciado en Filosofía, poeta y pensador libertario que defiende lo que el denomina "Misticismo Libertario", la evolución desde el Mundo Real Salvaje donde se encuentran todos los animales excepto la especie humana, que ahora se encuentra estancada en el Mundo Real Político, en su camino hacía el Mundo Real Poético, la acracia. Publica periódicamente "la columna poética y el pozo político" en la revista libertaria Polémica editada en Barcelona.
Actualmente está preparando la edición de los siguientes libros:

LIZANIA, edición definitiva.
VISIÓN DE LA ACRACIA.
CARTAS ABIERTAS AL PODER LITERARIO.
EL INGENIOSO LIBERTARIO LIZANOTE DE LA ACRACIA, ANTOLOGIA
CARTA AL HIJO (AUTOBIOGRAFÍA)

Bibliografía

Poeas de la tierra (Col. Atzavara, 1955)
Jardin botánico (Instituto Iberoamericano, 1957) Premio Boscan.
Libro de la soledad (Ed. Barna, 1958)
La creación (Ed. Occitana, 1963)
Tercera parte de la creación (Ed. Occitana, 1964)
La creación humana (Ed. Marte, 1968)
Fin de la tierra (Ed. Marte, 1972)
Ser en el fondo (Ed. Occitana, 1974)
Veinte poemas desesperados y un canción de amor (Ed. del autor, 1981)
Mi mundo no es de este reino (Ed. del autor, 1982)
Labios como espadas (Ed. del autor, 1983) Firmada por primera vez como Colectivo Jesús Lizano.
Sonetos del miserable (Ed. del autor, 1984)
Misticismo libertario (Ed. del autor, 1985)
Camino de imperfección (Ed. del autor, 1987)
Lo unitario y lo diverso (Ed. Lumen, 1989) Firmada por primera vez como Lizano de Berceo.
La palabra del hombre (Ed. Adonais, 1990)
La selva (Seuba ediciones, 1991) Premio Ciutat de Martorell.
Sonetos (Ed. Lumen, 1992)
Héroes (Ed. Libertarias, 1995)
Lizanote de la Mancha o la conquista de la inocencia (Ed. El Ciervo, 1997)
Lizanote de la Mancha o la conquista de la inocencia, segona part (Ed. El Ciervo, 1998)
Lizanote de la Mancha o la conquista de la inocencia, tercera part (Ed. El Ciervo, 1999)
Lizania. Aventura poética 1945-2000 (Ed. Lumen, 2001)









Las personas curvas (Jesús Lizano)

Mi madre decía: a mí me gustan las personas rectas

A mí me gustan las personas curvas,
las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo
y la tierra es curva
y el movimiento es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos;
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
la alegría es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
las naranjas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños; curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva.
El día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
(en las que puedes contemplar las curvas
y conocer la tierra);
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas,
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;
los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
detrás de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
a mí me gustan los maestros curvos,
las maestras curvas.
No los dioses rectos:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!
El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas.
Vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.
A mí me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas.






CABALLITOS

Que instalen caballitos
en todas las calles,
que llenen de caballitos las ciudades.
Siglos
llevamos con el invento de feria en feria
sin descubrir su humanísima aventura.
Que celebren los novios
su viaje en los caballitos,
de caballito en caballito.
Que cada familia tenga sus caballitos,
¡todos en los caballitos!

Que los amigos
hablen y sueñen y discutan
dando vueltas en los caballitos.
En ellos celebren sus consejos los ministros,
mientras queden ministros,
y en ellos se reúnan los señores obispos,
naturalmente, revestidos
de señores obispos,
mientras queden obispos.
Los pobres subirán para reírse del mundo
y los ricos
¡que suban los ricos a los caballitos
mientras todos los aplaudimos!

¡Y los señoritos!
¡Que suban los señoritos!
Y que acudan todos los solitarios, todos los vagabundos.
Y el congreso de los diputados
será el congreso de los caballitos.
Y los empresarios ¡qué risa, los empresarios!
Que suban los empresarios con los asalariados,
mientras existan salarios.
¡Los salarios del miedo!
Y, venga: comités centrales,
mafias, sectas, castas, clanes, etnias:
¡a los caballitos!

Y los músicos con los guardabosques
y el alcalde y los concejales
con las verduleras y los panaderos.
¡Viva! ¡Viva!,
gritarán los niños cuando vean
que suben los Honorables.
¡Venga, Honorables!:
¡A los caballitos!

Vamos a la ciudad a subir a los caballitos,
dirán los monjes a sus abades.
Y los académicos:
que se reúnan los académicos en los caballitos
y que se cierren todas las academias.
¡Ah, si todos los filósofos hubieran subido a los caballitos!
Que instalen caballitos en las cárceles,
en los cuarteles,
en los hospitales,
en los frenopáticos
y que se fuguen todos
montados en los caballitos.
Y todos los jueces a los caballitos,
¡venga! ¡venga!: ¡A los caballitos!
¿Y nada de procesos y de sentencias!
¡Ya vale de juzgar los efectos y no las causas!
¡A los caballitos!

Y que todos los funerales
se celebren montados en los caballitos
al paso silencioso y tranquilo de los caballitos.
Es la nueva ordenanza,
es el nuevo precepto:
¡todos a los caballitos!
¡La cabalgata de los caballitos!
¡Hacia la confederación de todos los caballitos!
Hasta que todos fuéramos niños…








MAMÍFEROS

Yo veo mamíferos.
Mamíferos con nombres extrañísimos.
Han olvidado que son mamíferos
y se creen obispos, fontaneros,
lecheros, diputados. ¿Diputados?
Yo veo mamíferos.

Policías, médicos, conserjes,
profesores, sastres, cantoautores.
¿Cantoautores?
Yo veo mamíferos…

Alcaldes, camareros, oficinistas, aparejadores
¡Aparejadores!
¡Cómo puede creerse aparejador un mamífero!
Miembros, sí, miembros, se creen miembros
del comité central, del colegio oficial de médicos…
académicos, reyes, coroneles.
Yo veo mamíferos.

Actrices, putas, asistentas, secretarias,
directoras, lesbianas, puericultoras…
La verdad, yo veo mamíferos.
Nadie ve mamíferos,
nadie, al parecer, recuerda que es mamífero.
¿Seré yo el último mamífero?
Demócratas, comunistas, ajedrecistas,
periodistas, soldados, campesinos.
Yo veo mamíferos.

Marqueses, ejecutivos, socios,
italianos, ingleses, catalanes.
¿Catalanes?
Yo veo mamíferos.

Cristianos, musulmanes, coptos,
inspectores, técnicos, benedictinos,
empresarios, cajeros, cosmonautas…
Yo veo mamíferos.

del libro Novios, Mamiferos y Caballitos






POEMO

Me asomé a la balcona
y contemplé la ciela
poblada por los estrellos.
Sentí fría en mi caro,
me froté los monos
y me puse la abriga
y pensé: qué ideo,
qué ideo tan negro.
Diosa mía, exclamé:
qué oscuro es el nocho
y que sólo mi almo
y perdido entre las vientas
y entre las fuegas,
entre los rejos.
El vido nos traiciona,
mi cabezo se pierde,
qué triste el aventuro
de vivir. Y estuvo a punto
de tirarme a la vacía...
Qué poemo.
Y con lágrimas en las ojas
me metí en el camo.
A ver, pensé, si las sueñas
o los fantasmos
me centran la pensamienta
y olvido que la munda
no es como la vemos
y que todo es un farso
y que el vido es el muerto,
un tragedio.
Tras toda, nado.
Vivir. Morir:
qué mierdo.






Cantando al mundo

En amor se transforma cuanto hacemos
todo lo que tocamos y sentimos,
lo que soñamos y lo que vivimos,
cuando nos vemos, cuando no nos vemos.

Ebrios de amor las alas y los remos
sólo para esas horas existimos,
abrazando los ramos, los racimos,
lo que tenemos, lo que no tenemos.

Saltan las olas, bañan las espumas
y se funden los oros con los plomos
y en la tierra final nos encontramos.

Y así unidas las luces y las brumas,
héroes por lo que somos y no somos,
cantando al mundo por el mundo vamos.





La Belleza

¿Y si os dijera que la belleza
se encuentra en todas las cosas,
que ilumina todos los mundos,
que alienta todos los cambios,
que se deshace y recupera
sus formas, sus alianzas,
que se funde y solidifica,
se extiende y se recoge,
se esconde y se manifiesta,
baila en una partícula,
se paseo en un astro,
despierta en todas las voces?
¿Y si os dijera
que no esta en la imagen sino en el impulso,
en la atracción que nos envuelve,
que la belleza
está naciendo continuamente,
que basta diluir se en ella
para olvidarse de nuestra finitud,
de nuestra esencia escindida,
confusa,turbulenta?
¿Y si os dijera
que la fuerais llamando,
que abrierais las ventanas de los sueños y de las cosas?
Qué cosa no fue antes un sueño
y qué sueño existiría
si no existiera la belleza.
Ella la que sufre,
la que grita, la que proclama
la libertad de las cosas,
la libertad de los sueños,
atraviesa los ojos,
atraviesa las manos
se confunde con las lágrimas,
emerge de todos los movimientos,
engendra nuestro deseos.
¿Y si os dijera
que morir es diluir se en la belleza,
transformarse en mundo,
que el mundo solo es belleza transformándose,
que vivir es transformarse en belleza?
¡Habría conquistado la inocencia!





Descubrimiento de la inocencia
Jesús Lizano

Una vez desvelada
la oscura noche de la Razón
–aquella
famosa noche oscura
del alma…–
rota para siempre
la tela
de araña, la invisible
red de la Razón impura,
una vez salvada
la mente, dolida,
herida el alma,
pero sintiendo libremente
las cosas,
luegos de tantas aventuras
para lograr su conquista,
aspiración máxima
del sentir poético
en la vida humana,
la inocencia aparece
entre nosotros.

Aquella tierra descubierta,
aquella tierra nueva,
cuando nacía mi sentir
y mi vuelo,
eras tú, inocencia.

Vencidos los delirios
de la Razón, qué claras
aparecéis entre nosotros,
ante nosotros,
vosotras, claves del mundo,
tragedia y belleza
de los seres. Porque
descubrirla es conquistarla,
rescatarla de su silencio
llegar a comprender el mundo,
a entender lo esencial,
a sanar de aquellas
enfermedades de la Razón.
A ver que la inocencia
es la esencia…

Llegar a la humana
soledad, al humano
abrazo.
Y así salió Lizanote
de la Mancha ¡A la conquista
de la inocencia!
¡A la Mancha! ¡A la Mancha!
¡A la llanura sin límites
por donde no se va hacia el dominio
sino a la libertad! ¡A la intensa
vida interior, en donde
edificar el alma para hacer humano
el mundo construido
por el empuje de la Razón,
a la vida exterior
en donde somos víctimas
de su locura,
de su miseria!

Cuántas cosas
en aquel “he descubierto tierra”
al comienzo de mi aventura.

No hay otra aventura
que pueda llamarse humana
frente al indescriptible
mundo exterior que nos enfrenta
y divide:
ideas petrificadas,
dominantes enloquecidos,
muros infranqueables,
sepulcros de la inocencia.

Desalojada del alma
y de la mente la Razón
emerge la libertad,
todo se aclara.
Aquella tierra descubierta
ya está explorada:
he descubierto la inocencia.

Desde el comienzo estaba aquí
esperando ser descubierta.
La inocencia y no el imperio
de la Razón es nuestra tierra
prometida, sí, prometida,
por el mismo vuelo de nuestra especie.

La soledad abierta
no la soledad cerrada,
su enmascaramiento,
nuestro abrazo a la tragedia
porque sólo así
abrazamos a la Belleza.

¿Es eterna
la lucha entre lo unitario
y lo diverso
y no iba a darse en el ser
más diverso pensable?
Cómo hacer de la Razón,
mente y alma inocentes,
vuestra compañera…
Cómo es posible desde la locura
descubrir la inocencia.
Y fue surgiendo Lizania,
la danza de todos mis versos,
de todos mis poemas,
mi llanto, todo mi llanto
abrazado a ella,
mi alegría
despierta en todos sus sueños,
mi vida
entregada a la trágica Belleza.

Qué es Lizania sino la tierra
interior convertida
en tierra poética.

La inocencia
es el alma perdida del mundo
porque para ser libre
hay que saberse prisionera.
Entonces, la libertad despierta,
vemos que la libertad
es la inocencia de la tierra,
el sentimiento de lo diverso:
la resistencia a ser destruidos
por lo mismo que nos crea.

Ah, Razón, mensajera
de lo unitario en nuestra tierra
interior, en nuestra
realidad secreta:
mira cómo se cumple mi aventura
y mi vida con ella.

Sea mi último grito:
¡He descubierto la inocencia!





NOVIOS

(Poema místico libertario)

no hermanos.
Si fuéramos hermanos
sólo existiría un mundo
y el mundo se divide, se desintegra
en incontables mundos.
Y cada uno es un mundo.
En cambio: ah, en cambio:
somos novios,
novios llamados a la boda única.
El poeta debe anunciar a todos
que todos somos novios
y que sólo existe una boda
a la que estamos llamados todos,
que yo soy tu novio
y tú eres mi novia,
que estamos solos, que nacemos solos
y moriremos solos
y que vivir es la boda única
y que nos volvemos locos
viendo extrañas raíces,
parentescos extraños,
en lugar de entregarnos a la ternura de los novios,
a la ilusión con que se miran,
a la alegría con que se abrazan.
¡Ah, si saliéramos a la calle y nos viéramos novios,
nos sintiéramos novios
y mis amigas fueran mis novias
y todas las bailarinas de El Molino mis novias
y todos los monjes de Montserrat sus novios!
¡Ah, si los monjes de Montserrat supieran
que son los novios de las bailarinas!
¡Ah, si las bailarinas
supieran que los monjes son sus novios!
(Tampoco el hábito
hace a las bailarinas).
Si nos viéramos novios,
mamíferos enamorados,
huérfanos que vamos a la boda única
cuando se liberan nuestros sentidos
de tantos padres terribles...
¡Ah, si supiéramos que somos novios!
Cómo dominarían en nuestro mundo
los cargos, los altos cargos, las esferas,
las más altas esferas,
¡ah, las más altas esferas!
qué sería de todos ellos
(¡y de todos los vigilantes!)
si todos fuéramos novios.
Vacíos
iban a quedar todos los parlamentos.
Los novios no necesitan parlamentos
ni nombres ni contratos. ¡Si se olvidan
hasta de sus nombres los novios,
los maravillosos novios!
Se acabarían todas las sociedades anónimas
(¡nosotros somos los anónimos!)
¡Pobre mundo,
lleno de sociedades anónimas y de comités centrales!
Cómo va a ser una novia
una sociedad anónima.
No imagino lleno de novios abrazándose
los comités centrales.
Un comité central
cómo va a ser un novio,
cómo va a entender a los novios.
(¡Eso! ¡Eso! ¡Cómo va a entender a los novios!).
Y todas las vecinas serían nuestras novias
y todos los vecinos serían nuestros novios
y todas las mujeres serían mis novias
y todos los animales
nuestros novios.
(¡Ya son nuestros novios!).
Porque somos un mundo condenado y errático
que acabará desintegrándose, un mundo raro,
único, distanciado, al que venimos
cumpliendo el nacimiento obligatorio,
cubriéndonos de leyes desde que respiramos.
Quién iba a atreverse, en cambio,
a imponer unas leyes, sus leyes, en la boda única,
en la entrega única.
Desde cuándo los novios piensan en las leyes
y cómo iban a existir policías:
irían besándose por las plazas,
encontrándose en los jardines
en vez de vigilarlos para sorprender a los novios.
Y se disolverían todos los ejércitos:
nos fundiríamos en un abrazo en las trincheras
y huirían despavoridos todos los generales
y las novias correrían a todas las cárceles
a liberar a los presos porque serían sus novios.
¿Y los dominantes,
tantísimos dominantes?
¡Pronto no habría dominantes!
(¡Ni vigilantes!)
¡El aire! ¡El aire!
¡Sólo dominaría el aire
en la boda única!
¡El aire!
En vano gritan desde sus púlpitos que nos unamos,
ridículos y fantasmagóricos todos los púlpitos
(¡púl
pitos!)
si no somos los novios del mundo,
si no avanzamos hacia la boda única.
(¡Historia de los monos que se transformaron
en políticos, historia
de los políticos que se transformaron en novios!)
(¡Vivan los novios!)
Mirad cómo los novios
acaban con el espacio y el tiempo
y cómo desaparecerían los poderosos
si no los tuvieran en sus manos.
Y el alma:
si no es una novia
qué es el alma
y qué es mi madre
y mi hermana.
Entregarse, olvidarse,
contener la tragedia entre los besos,
sostener el camino entre los abrazos.
Qué suspiros y qué sonrisas
en las fábricas, en las oficinas,
en las salas de espera, en los autobuses,
cuando todos fuéramos novios.
Y qué apoyo y qué ayuda
pasear solitarios por las noches
en silencio, con nuestros sueños.
Fantasmas, no: ¡sueños!
¿Y los Bancos?
¡Qué cambio! ¡Qué cambio!
¡Los Bancos serían nuestros novios!
¡Las Cajas nuestras novias!
¡Qué cambio!
¡Nuestros hijos
ya nacerían novios!
Y que llegara el cartero y anunciara:
¡Soy el novio cartero!
Y la portera:
¡Soy la novia portera!
Y los bomberos:
¡Somos los novios bomberos!
Y qué escuela, qué escuela
si los maestros fueran novios,
si no hubiera maestros ni maestras.
El mundo
sería una maravillosa casa de citas.
Nos citaríamos continuamente,
iríamos con el teléfono de bolsillo llamándonos
continuamente.
¡Qué hermosa es una cita!
¡Ah, los enamorados! ¡Ah, los novios!
No se preguntan, no cuestionan,
no reciben órdenes y contraórdenes,
no tienen dioses ni amos.
El mundo de los dioses
y de los amos
es el que acabaría
cuando todos nos sintiéramos novios.
Cómo puede sentirse un dios
un novio,
cómo puede creerse un amo.
Cuando creíamos que éramos hermanos,
cuando hablaba san Francisco a las florecillas
vinieron también los lobos.
¡Ah, las florecillas! Qué fácilmente
se transforman en lobos. ¡En colmillos
que nos destrozan!
Qué difícil lo pone el viejo mundo
para que seamos nuevos mundos,
para que seamos novios.
Cuando nacemos
¿no han pensado ya por nosotros?
¿no nos imponen sueños y aventuras?
¿no nos empadronan y clasifican?
Pero los novios
no saben de mundos dirigidos,
de leyes obligatorias, de padres únicos.
(¡Vivan los novios!)
Y sólo habría una fiesta:
el día de los novios.
Y una calle (ah, tormento de tantas calles
llenas de cárceles encubiertas):
el paseo de los novios.
Y el pensamiento volaría.
El pensamiento
sólo vuela en el alma de los novios,
como vuelan las manos y los ojos
(¡ojos claros, serenos!)
y los labios.
Y qué es un pensamiento si no vuela.
¿No es la más lóbrega de las cárceles?
Qué lucha por la libertad es esta
que no lucha por la boda única.
Y vivir abrazados
y morir abrazados.
Qué otra respuesta a la muerte indigna
que morir abrazados.
Organizaríamos viajes continuamente:
de novios, para hacernos novios
de todos los novios del mundo.
Los novios no saben geografía,
ignoran la estadística,
se saltan las aduanas,
hablan un sólo lenguaje.
¡Qué cambios, qué cambios
en las embajadas!
¡Cómo iban a conspirar los novios!
Y nos reiríamos de las banderas
¿o no se ríen de las banderas los novios?
(¡Y de las fronteras,
de todas las fronteras!)
¿Y la tierra? Contemplad la tierra:
¿no es una boda única?
No puedo llamar hermano a nadie
pero sí enamorarme de todo,
sostener la belleza entre mis sueños.
Si existe la belleza
es porque todos somos novios
aunque no lo veamos:
nace en el alma de los novios.
¡Sólo el amor no es ciego!
Hemos construido un mundo de falsos hermanos
y si no vamos a un mundo
en el que todos seamos novios,
decidme: a dónde vamos.
Amigos, viejos amigos míos:
sólo quiero recordar las novias que he tenido,
las cosas que he amado,
el poco amor que he recibido.
No he hecho otra cosa que soñar la boda única,
llorar amargamente por el amor perdido.
Qué puede hacer el poeta sino animaros
a la boda única,
al baile, sobre todas las cosas,
de los sentimientos y de los sentidos,
a soñar el día
en que todos fuéramos novios,
a la conquista de la inocencia...








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