Rodolfo Hinostroza Clausen (Lima, Perú, 27 de octubre de 1941 - ) es un poeta, narrador, ensayista, dramaturgo y excéntrico astrólogo peruano es hermano de la reconocida chef Gloria Hinostroza.
Pertenece a la generación del 60. A comienzos de esa década, Hinostroza, ingresó a estudiar medicina, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima, carrera que abandona inmediatamente por la literatura. En 1962, parte a Cuba, con Javier Heraud, Edgardo Tello entre otros a estudiar literatura. Luego retorna a Perú, antes de viajar a Europa, donde se establecerá por un largo período. En Europa Hinostroza se desempeñó, durante varios años, como periodista. Durante su estancia en París, participó activamente en los acontecimientos de Mayo del 68. En Francia ejerció de locutor en una radio cultural y como profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Orleáns. También es traductor. Entre otras obras, tradujo dos novelas de Jean-Marie Le Clézio para la editorial Seix Barral. En 1984 regresó definitivamente al Perú.
Poesía
Consejero del Lobo (1965)
Contranatura (1971)
Poemas Reunidos (1986)
Memorial de Casa Grande (2005)
Nudo Borromeo y otros poemas perdidos y encontrados (2008)
Consejero del Lobo (1965)
Contranatura (1971)
Poemas Reunidos (1986)
Memorial de Casa Grande (2005)
Nudo Borromeo y otros poemas perdidos y encontrados (2008)
Novela
Aprendizaje de la Limpieza (Barcelona, 1978)
Fata Morgana (1995)
Aprendizaje de la Limpieza (Barcelona, 1978)
Fata Morgana (1995)
Cuento
Cuentos de Extremo Occidente (2002)
Semblanza
Publicado en 1965, Consejero del lobo, de Rodolfo Hinostroza, fue un libro mítico, difícil de hallar; sin embargo, ese libro fue suficientemente leído por ávidos lectores, pues daba una pauta de una poesía verdaderamente diferente. Hinostroza, por sus variadas lecturas, dejaba que en sus versos penetrasen otras tradiciones diferentes a la castellana. Su verso de largo aliento recuerda algunos de Pound, a otros de Saint John Perse. El poeta pertenece a la estirpe que ha sido llamada heredera del simbolismo. El verso de su libro inicial no tiene aspereza alguna. El conflicto para Hinostroza está fuera de la página literaria: allí hace declaraciones adánicas y estridentes. El verso, no importa que describa situaciones difíciles o tristes, es un lugar de magia y de exorcismo y produce el efecto de un encantamiento.
En el libro Contranatura (1971), que mereció el premio internacional Maldoror en España, Hinostroza llega a un gran nivel de su potencia verbal. En el aspecto formal hay tardías influencias de la vanguardia en la utilización de los espacios en blanco, pero también una influencia del estructuralismo entonces en boga, sin dejar de lado la voz rectora de Octavio Paz.
Contranatura aparece cuando se inicia un reflujo del espíritu de mayo del 68; en cierto sentido expresa el individualismo que afloró mezclado con la actitud pacifista de los "hippies". Esa yuxtaposición de códigos que la crítica ha advertido en la escritura de Hinostroza, sacaban al libro de la vertiente central de la tradición poética occidental. Era, como es natural, muy difícil para su autor continuar una exploración con los mismos recursos. Llevó una averiguación hasta un extremo y más allá sólo queda la música de la página en blanco.
La original poesía de Rodolfo Hinostroza
Poesía
HORACIO
Se han detenido, Horacio, las flechas en medio de su vuelo.
El lejano prestigio de la luna levanta nuevamente
a las doncellas
y las teje y las enreda en un delgado sonambulismo.
Los adolescentes apócrifos comparan el brillo de las charcas
con el de sus sortijas.
Te pedimos, Horacio, que nos digas
cual será en adelante la morada de nuestras almas de albúmina
y de hierro y de silencio.
Dínoslo, Horacio, y si quieres llamar en tu consejo
a tus amigos
-los de los grandes belfos, los de los eructos-
Y si quieres llamar a tus amigas
-las de los vertederos axilares, las de la fidelidad a toda prueba-
hazlo, y reparte nuestras bebidas como trozos de hierba.
(Oh, canícula, canícula. En el centro de tu corazón
habitan los hombres voluntariosos, los entusiastas del músculo y
la flecha, los que desdeñaron los vahos siderales. Esos
que aman aún, y que respiran despaciosamente, como sombras de plantas.
Esos que llegaron a ser, prefigurando
lo que luego seríamos, nuestra flagrante debilidad en los dedos.)
Horacio, mirando al cielo vi a un pez anciano
removiendo hueveras luminosas. En el lecho soñé
que todos los habitantes de la tierra, uno por uno,
venían a verme, por que yo era un cachalote varado y
todavía poderoso, que sólo obedecía a órdenes de dioses,
las que nunca llegaban. Soñé, Horacio que de pronto
yo era un camaleón y con mi larga lengua
me lamía las llagas incoloras y el alma albuminoide.
Y eran tantos los hombres como estatuas salinas
que sepultaban continentes enteros.
¿Me dirás si una premonición, como una joven viuda
ha transitado la acidez de mi sueño?
¿Me dirás si el espíritu posee las curvas de un espejo?
(El que va a intervenir en la batalla
tiene que despojarse del silencio,
tiene que conocerse los brazos y las piernas,
tiene que temer mucho a la muerte. El que va a intervenir en la batalla
orina, come poco, y besa a su mujer si es que la tiene).
Se detienen las flechas en medio de su vuelo. Hay una calma tensa
como el techo de un hongo.
Todavía un consejo, Horacio, amigo.
Cuentos de Extremo Occidente (2002)
Semblanza
Publicado en 1965, Consejero del lobo, de Rodolfo Hinostroza, fue un libro mítico, difícil de hallar; sin embargo, ese libro fue suficientemente leído por ávidos lectores, pues daba una pauta de una poesía verdaderamente diferente. Hinostroza, por sus variadas lecturas, dejaba que en sus versos penetrasen otras tradiciones diferentes a la castellana. Su verso de largo aliento recuerda algunos de Pound, a otros de Saint John Perse. El poeta pertenece a la estirpe que ha sido llamada heredera del simbolismo. El verso de su libro inicial no tiene aspereza alguna. El conflicto para Hinostroza está fuera de la página literaria: allí hace declaraciones adánicas y estridentes. El verso, no importa que describa situaciones difíciles o tristes, es un lugar de magia y de exorcismo y produce el efecto de un encantamiento.
En el libro Contranatura (1971), que mereció el premio internacional Maldoror en España, Hinostroza llega a un gran nivel de su potencia verbal. En el aspecto formal hay tardías influencias de la vanguardia en la utilización de los espacios en blanco, pero también una influencia del estructuralismo entonces en boga, sin dejar de lado la voz rectora de Octavio Paz.
Contranatura aparece cuando se inicia un reflujo del espíritu de mayo del 68; en cierto sentido expresa el individualismo que afloró mezclado con la actitud pacifista de los "hippies". Esa yuxtaposición de códigos que la crítica ha advertido en la escritura de Hinostroza, sacaban al libro de la vertiente central de la tradición poética occidental. Era, como es natural, muy difícil para su autor continuar una exploración con los mismos recursos. Llevó una averiguación hasta un extremo y más allá sólo queda la música de la página en blanco.
La original poesía de Rodolfo Hinostroza
Poesía
HORACIO
Se han detenido, Horacio, las flechas en medio de su vuelo.
El lejano prestigio de la luna levanta nuevamente
a las doncellas
y las teje y las enreda en un delgado sonambulismo.
Los adolescentes apócrifos comparan el brillo de las charcas
con el de sus sortijas.
Te pedimos, Horacio, que nos digas
cual será en adelante la morada de nuestras almas de albúmina
y de hierro y de silencio.
Dínoslo, Horacio, y si quieres llamar en tu consejo
a tus amigos
-los de los grandes belfos, los de los eructos-
Y si quieres llamar a tus amigas
-las de los vertederos axilares, las de la fidelidad a toda prueba-
hazlo, y reparte nuestras bebidas como trozos de hierba.
(Oh, canícula, canícula. En el centro de tu corazón
habitan los hombres voluntariosos, los entusiastas del músculo y
la flecha, los que desdeñaron los vahos siderales. Esos
que aman aún, y que respiran despaciosamente, como sombras de plantas.
Esos que llegaron a ser, prefigurando
lo que luego seríamos, nuestra flagrante debilidad en los dedos.)
Horacio, mirando al cielo vi a un pez anciano
removiendo hueveras luminosas. En el lecho soñé
que todos los habitantes de la tierra, uno por uno,
venían a verme, por que yo era un cachalote varado y
todavía poderoso, que sólo obedecía a órdenes de dioses,
las que nunca llegaban. Soñé, Horacio que de pronto
yo era un camaleón y con mi larga lengua
me lamía las llagas incoloras y el alma albuminoide.
Y eran tantos los hombres como estatuas salinas
que sepultaban continentes enteros.
¿Me dirás si una premonición, como una joven viuda
ha transitado la acidez de mi sueño?
¿Me dirás si el espíritu posee las curvas de un espejo?
(El que va a intervenir en la batalla
tiene que despojarse del silencio,
tiene que conocerse los brazos y las piernas,
tiene que temer mucho a la muerte. El que va a intervenir en la batalla
orina, come poco, y besa a su mujer si es que la tiene).
Se detienen las flechas en medio de su vuelo. Hay una calma tensa
como el techo de un hongo.
Todavía un consejo, Horacio, amigo.
Gambito de Rey
Y continué P4AR
"Jugada peligrosa", dijo el Maestro, "de la escuela romántica. Andersen
sale así en La Inmortal. Cuide Ud. 4T y tal vez haga tablas"
Y salieron mis escuadras imprecisas
transparente mediosueño bajo el canto del pájaro campana
y el árbol que todo lo sabe desplegando sentencias en románicas. PxP
aceptó el Negro. Y yo C3AR.
Y por entonces la Realidad era
una impetuosa fantasmagoría / cierto impulso
en la materia del ánima humana la conduce a negar el pasado.
"Eh!", insistí otra vez "Cómo voy a seguir?
Qué decir de la Historia si es licencia poética
decir que se repite, que eI incesante error
de los vencidos se repite, que el Poder del Imperio se repite? "
Algo hay, yo te diré
que te conduce a afirmar el pasado y a repetir un acto equivocado
para sentir que existes /porque eres desdichado por ejemplo/
y es inútil el acto, pero no obstante obligado
de repetir, pudiera ser que en el siguiente ciclo se abran las puertas de la justicia
o de la paz
Ah! Esa repetición spengleriana! /Espanto lúdico
perdido en sus orígenes.
Gigantesca esfera de leyes implacables
Nunca nadie jugó dos partidas iguales: así creer
en la repetición histórica es. pura necedad. Mira bien:
ahora el Negro
llevará el Alfil a 2D, y esa es
Defensa Cunningham
de largas consecuencias.
-Supuse que volviendo
agradaría a todos si es que hablaba de amor y alegría
aunque malditas las ganas que me quedaban, pero aquí
huyen
del melancólico como del apestado en el s. XIV
y todo se ha perdido, aunque haya bautizado este regreso
con un sonoro nombre griego: NOSTOS
Extraño
en
Ecbatana, como dice
Mc Leish. Adiós, culeados sueños, adiós tu pulso, tallador de brillantes
el regreso no significa nada, la miserable comunión de los cielos
con cualquier otra cosa jamás se ha producido, y hay algo
que acelera la fuerza de las cosas: una quieta barbarie de los tuyos
oculta entre palabras y unos gestos ambiguos. Nostos:
destierro del amor. Adiós gran árbol que ibas a florecer y te quemaste;
adiós frutas enanas, parábola de Anteo, cte. que las gentes
echan tierra a tus ojos, y esa es toda la tierra que te han dado.
Cuídate del ridículo.
Cuídate del epíteto.
Cuídate de la verdad en boca de los niños.
"Audacia, más audacia, siempre audacia", recordé
haciendo A4AD. El Maestro insistió.- "4T está desamparada".
Y se siguieron una serie de golpes:
su A5T jaque (+) mi CxA y el suyo DxC y nuevamente jaque.
Así llegó la hora de velar al gran amor. Los manjares del banquete nupcial sirvieron
para el banquete de difuntos Hamlet, act 1, viceversa, y grité. "Eh? Quién ha muerto?
En esta casa no se muere nadie! Es la casa del amor, del olvido, de la re- conciliación!
" Eso dije y los pájaros picotearon mis rifíones y creo que el pórtico de una casa en mi
espíritu se derrumbó crujiendo como el hueso de un ave.
El Maestro
salmodiaba en un tablero lejano: "Hablemos de dialéctica
viviente, o alquimia del espíritu, como se llamaba
hace 8 siglos.- una fuerza que se opone a otra fuerza
actúa sobre la contradicción del enemigo. Enroque Ud.
consolídese/conózcase a sí mismo/no juegue ningún rol
sea Ud. todas las piezas del tablero/sienta la amputación
de un miembro cuando cae un peón. Un Yo compacto, un Yo
visible, si no revierte sobre la propia Historia es un poder desperdiciado, una pura
metáfora hedonista. Observe Ud. la armonía
de la Defensa India del Rey".
Pero quieren decirme de qué juego me hablan?
Los últimos cisnes cantaron con horribles aullidos de castrati.
Una mano indecisa sacrificó el P en 3C, y PxP, la
rápida respuesta D2R, y el Negro
siguió P7C, jaque descubierto.
Y todo fue arriesgado
y todo fue perdido.
Así ellos los audaces sobre un punto de una esfera bruñida
quisieron encender lo que se dice el fuego incorruptible.
Pero no hubo movimientos alados, ni ayuda, ni piedad.
Oh
descomedidos campesinos! Ah, las brutales manadas de los satisfechos
que imaginan tomar parte en el banquete! Mala peste al país
que abandona a sus héroes, que caen como una estampa bíblica
con la sal en el rostro.
Y un hombre
se apoya contra un árbol, disponiéndose a acabar su vida con dignidad:
escucha: K.550 entre el murmullo de las ametralladoras
el minuet se enfrenta al infinito
sabiendo de antemano que será derrotado
y así fue el canto
de la revolución, amor, amor.
Así pues
devoraron bellotas
haciendo lo que se llama el recuento de muertos.
Y siguió mi fatal RID y el PxT coronando
abrió la persecución implacable
crucé
mi D en IA.
"Sabes lo que jugamos?" preguntó el Negro
"Qué?" dije estúpidamente. "Tu fe. Y tu futuro."
Utopía se cae, se cae.
Los sueños ruedan a las alcantarillas
ángeles incoloros vagan
sin ruta y sin objeto entre las agujas de los templos
ruedas ardientes giran con los descabezados
Mi escuadra!
Mi orgullosa escuadra!
Mi querido Yo Mismo!
Entre la música de los escupitajos y los murmullos de los paterfamiliae.
DSC (+). Una fangosa eternidad de espera; luego
el lento movimiento al A2R. Y DTXD
"Mate!" aulló el Negro
derribando las sillas escarlata. / Act. V. Telón/
La implacable esfera
las leyes implacables. 64 escaques
y el universo se comba sobre sí mismo. No hay afuera,
no hay
escape hacia otra dimensión donde todo esto sea
la historia del reptil, la historia del anfibio, la pura prehistoria.
"Pero vuelva a jugar" dijo el Maestro "una partida
es sólo una partida. La especie humana
persiste en el error, hasta que sale
una incesante aurora
fuera del círculo mágico".
Entonces
a la partida siguiente
jugué en 3) A5C.
" ¿Ruy López?" observó el Maestro
"Usted aprende".
DIALOGO DE UN PRESO Y UN SORDO
George:
No nos alcanza el pájaro campana? Alinea el sueño
muertos y resurrectos sobre unas paredes pegajosas?
La mujer olía a lino.
Dime, escuchas ese rumor? Es como si trajeran a una presa? y ese
chirrido de cadenas es lo único que nos separa del mundo irreal.
La mujer olía.
Y voilà que se vienen
unas falsas sandalias caminando, y nos hablan de Europas
que no conoceremos, de pagodas ahora; esos rastros
indican que han pisado tierra roja, y dónde hay esta tierra roja, George?
Un desierto, seguramente, algo calcinado por el sol. El sol. Recuerdas?
Hay un sol afuera!
/Él dice que no hay afuera/
La mujer olía a mujer.
"Clang, clang" tañen las monedas sobre un plato de estaño, oyes?
No te duermas! Quieres
más sueño todavía? George? Cualquier cosa, ese clang clang idiota,
esa imaginación que va extinguiéndose, esas palabras que no quieren salir, nos acerca a la realidad.
Realidad, tu nombre escribo.
La mujer es ese ruido. El
universo es ese ruido,eh, Capitán? Las esferas oxidadas
producen ese ruido, Saturno gira sobre Escorpión y cris- pa los nervios;
hay un mar también, y la lluvia, y a veces se revuelven, quiero decir
que llueve sobre el mar, y caen rayos, y da ganas de ponerse a aullar
como un loco. Capitán?
Un cepo guarda unos huesos, los helados corredores
esconden barricadas de amontillado.
Realidad?
George?
El pájaro paro se para en las ramas del manzano.
La mujer olía a sándalo.
Has oído ese cuento
del hombre que cae dentro de un barril, y se va hundiendo, y al principio se aterra y hace intento de salir,
y luego advierte que ha retornado al vientre de su madre?
Ese hombre
volvió a ser puro, George.
Los catatónicos vagan por el centro de la ciudad. Una
multitud de estudiantes y gente de bien arman una pedrea.
Pero los simples siguen, exclamando, rezando:
"Son los santos, son los santos, oyes, mama?
Ella se sacaba el vestido
por la cabeza./ Pero por qué hablas de ella!
Ella te empujó con ambas manos
para arrojarte dentro del barril.
Pero olía a sándalo y a sopa de cebollas.
Esa sombra fue un pájaro, una mariposa,
el sueño de este sueño? Despierta, George!
Adminístrate. La ronda del sol
no se ve desde aquí. Imposible determinar el tiempo. El tiempo, esa
sucia palabra. Habla, George. Tú sabías de números
alguna vez,
con música: "Dos por uno dos/des por dos cuatroldos por tres seis" Realidad? Hay que
robar estacas y clavarlas
sobre una realidad que se deshace?
Ella.
/Él dice que no hay afuera/
Te mataría, George. Pero, no.
Yo también he dormido varios años,
intermitentemente. Tal vez duermo ahora mismo, y tú
eres el despierto.
Oh! Entonces sí te mataría, Capitán.
Ningún ruido. El pájaro tilín no suena tilín no suena.
Los sentidos se pudren, se pudren. Mafíana será el tacto,
los bellos ojos de cuarzo. George? Estás allí?
Que oiga tu voz,
un sonido vocálico, cualquier cosa
que no calle jamás.
Imitación de Propercio
Para arrasar el Poder
se precisa el Poder: yo buscaré el Tao & Utopía.
Oh César
no me sueltes a tus perros de presa
la otra margen quizás no he de alcanzar
quizás me turbe
la contemplación de la belleza
y que de detenido otra vez detenido por un cuerpo
sensible a la virtud de un río
qué fueron sino rocío de los prados
qué fueron sino verdura de las eras
y pasaron miserablemente sus días en la tierra
Mi amada me espera
en la Puerta de Lilas
iremos en auto-stop a Salzburgo
Mozart prende las estrellas
nos revolcaremos sobre campos de avena
una vez más hacer el amor será un milagro
entre dos o tres
y las suecas de largas piernas
el invierno nórdico
cantando cosas
lúbricas forever
descubriendo la dulzura del Oro de Acapulco
nuestra propia dulzura
la naturaleza bienamada
robando frutas
vendiendo baratijas hechas por nuestras manos
viajando hacia el verano
el otoño
los desiertos alquímicos
bellas palabras en idiomas extraños
Y acamparemos bajo las estrellas
ritos órficos/sueños
espuma de mares jóvenes y mortales
donde no lleguen tus gerifaltes
Oh César
a intentar que cantemos al Poder.
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