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domingo, 21 de noviembre de 2010

2217.- BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ

Bernardo Rafael Álvarez (Áncash, Perú, 1954) estudió Cooperativismo y Ciencias Administrativas en las universidades Villarreal y Garcilaso de la Vega, y siguió cursos libres de Lingüística en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado Aproximaciones & conversaciones (1974), Dispersión de cuervos (1999), Toro de trapo y algunas otras deudas (2003) y Los bajos fondos del cielo (2007). Figura en las antologías Hora Zero, la última vanguardia latinoamericana de poesía (Venezuela, 2000), Un canto por Sierra Maestra (Lima, 2000), Yacana/51 poetas (Lima, 2005) y Poesía peruana contemporánea, 33 poetas del 70 (Lima, 2005). Ha publicado también poemas en diversas revistas y periódicos. Conduce la asociación Cactus, Cultura contra el Desierto.




de
Los bajos fondos del cielo


Merdre

Tierra de baldones y racionamiento
De insurgencia canina y vaginal/
Este paisaje rasgado de carcajadas vegetales
Y desaparecidos que duelen
Horizonte cuadrado incombustible/
Qué es lo que pasa aquí:
La miseria genera su propia ideología y color/
No es la materia purulenta que me obsede
Sino la carne y la queresa de mi malvada parálisis
Mi marxismo sensorial y luético
Vaya la metafísica lírica del cardo y la coliflor
Humectada en timolina
En el salmo de los geranios y el agua consagrada
Este cielo ah este cielo
Donde el alma abandona al cuerpo
Y retorna a su afán y hedor y es la
Palabra negada por filosofías antropologías
y semiologías
Edificios derretidos
Su ombligo su humedad amniótica
Este cielo sí hablo de este cielo de trapos
y chatarra
Trabazón gordiana en la dignidad del cerdo
y sus escrúpulos
Vómito adverso a los ojos y la eternidad ubuesca
del doctor Faustroll y su Reinado Vegetal
Más esta épica de las tripas y los flujos
Donde no soy más que una anécdota
Quiero decir un pretexto una sesión de absurdos
Es que somos animales somos animales
Merdre!










Mercado de frutas

La corrosión pútrida casi fragante de las palabras
Sucede a la náusea bautismal de los virtuosos
Que navegan ebrios de mar y catecismo
El secreto venal embozado por la hoja de parra
Y el examen de conciencia
Denuncia una alegría escarlata y coagulada:
Una multitud de desharrapados
Defeca sobre esta desgarrada
Caricatura urbana de seis millones de narices
Como feto expulsado
contra la voluntad de los parques
Y su sorpresa de geranio
Digo es un decir que
Escupe contra el siglo y sus vergüenzas
el oprobio nuestro
Que corroe la memoria turbia de los gallinazos
Dibujados con pétalos de cardo y mucosidad
En las pizarras cuarteadas de los cabildos /Ciudad

Oh gran ciudad de héroes hechizos
Y saltimbanquis desfachatados y turbios meones
Arqueología de la pasión y la embriaguez
Circo rotoso en el paradero inicial de la pobredumbre
Y la ilusión desencantada en un vaso de leche

Camino tortuoso hacia la limpieza de la memoria
Desde el silencio el extravío
Y la confusión de los balcones
Los edictos
Y la chirimoya triturada en las patas
de una carreta sin fe/

Finalmente una nube de aserrín
Oculta el registro insidioso
De la transparencia moral: el
Incorregible rito de los dioses menores
Ebrios de castidad y lujuria
Que consagra la indigestión
Y la incertidumbre de sus ministros
Como penitencia de los cadáveres
Untados de oración y uña de gato: piadosa
Quimera que seda y edulcora acarameladamente
Las convulsiones de la necesidad
Y la melancolía
De la necedad y la tropelía
El sol se pudre y hiede Sí pues todo se pudre
Como la lacerada memoria
De estos borrachos estampados
En la erumnosa noche que tose esputa y vomita
Junto al semáforo tornasolado
Que extravía el aroma resbaladizo y macerado
Del mercado de frutas/





De negra invención

Día brumoso e indeciso martes
Miércoles sábado qué sé yo/
Luz indefinida que hiede
A pesar del sol y la luna
Sol de soledad
Luna de agua
Y desorden vehicular
Flor que envejece desmayada
Víctima de la caridad y las miradas autistas
Cebiche y chanfainita
Invaden la panza de la urbe
El gobernante no asume su extravío
Debajo del solemne excremento
De las palomas y la filantropía
Un niño come pan con pescado
Y aún no comprendo
Por qué y para qué escribo
Por quién y para quién borroneo
Cuervos y tornasoles guturales
Partos incestuosos bla bla bla sin gemido
Ni truenos de moldes
Tal vez para que mi cadáver
No hieda: asno que escupe desde el capullo
De un geranio la saliva
Es mi resurrección e indulgencia
La palabra y sus vergüenzas expuestas
Al sol de la noche






Bajo el puente

Lo obvio
-Ciego que palpando no escucha
el aroma de la acidez-

No se condice con la ansiedad
Del diazepán y la valeriana
Tiende a frustrar eso que llamamos esperanza
Esperanza esperanza
Esperanza esa rama débil en el acantilado
Que soporta el peso de los pecados
Como una prohibición grotesca del suicidio y la perversión
Es un sueño de santos
Lúcida es la ceguera y vidente
La soledad un tropiezo prolongado
Sombrío y torpe a veces
Y yo te espero debajo del puente
Como desperdicio engendrado por un vómito místico
El río de escoria fluye múltiple brillante y desquiciado:
Pájaros trozados zapatos impares
Evacuaciones hospitalarias
Flujos menstruales fetos
Marías que se van sin un cristo en las manos
Un libro inoportuno de Proust un extravío
¿La danza de la vida? Ah caracho
Nunca un desliz fatuo de metáforas:
Fluye fluye fluye
El paisaje sublime convulsiona oh fiebre de perros
¿Por qué ponerles trabas y traiciones
A nuestros rápidos y meandros?
Esto es solo un vals olvidado compañera mía pse
La vida que rechaza las tranqueras/
Nada más nada más uff





Quise ser dueño del horizonte
Y alzarme sobre mi sombra
Como una montaña
Yo venía siempre de muy lejos
Vengo siempre de muy lejos
Nada hay más distante que nuestro propio cielo
Y el vaho que lo escuda
Y mirar la cara oculta
De la sonrisa de todos
Crash plaf puaf un sueño de cantuta cae
Desde mis párpados:
La piedra del camino/
Sobre el mar navegan las alucinaciones
Solo logré mantener
El dominio ni siquiera absoluto
De mi silencio
Y no llego y siempre me espero siempre
Mi mayor virtud es tener todos los defectos
De un cristiano impuro
Metáfora construida con hojalata
Un moscardón sobrevuela
En mi vacío Solo produzco hedores
Riqueza
De tontos
Y una flor en mi canto
Canto canto canto
Que me lancen a los cerdos
Como un pétalo de cardo
Prueba de amor más allá del sol
Casi nada
Desde muy lejos






Que me entiendan
Pse!
Yo no quiero que me entiendan
Que me lean pasado mañana
No me importa que me lean las
Palmas de mis manos
La niebla de mis ojos/
Ve ciego lo que puedas ver
Dice mi hijo Igor/
Anclar en tu corazón
O en tu hipocondrio
El laberinto de mis sueños
El estiércol cubre la ciudad
Bucólica de palabras
Palabras
Palabras
¿Qué es el entendimiento?
Sigue tu ruta decreta
Eres dueño de tu escritura
Mientras escribes /
Las bestias el pasto
El papel de agua
Mi piel de ostra se la traguen los gusanos
Sus raíces
En las horas del sánset y su melancolía
Me tiendo como el mar y miento
Es una cosa de vísceras el poema
Las escamas palabra del cielo
Las desinencias y su soledad
Etcétera

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