En el invierno de 1969 nací en Cortegada de Baños, un pueblo de Orense rodeado de bosques en los que, algunas mañanas de invierno, la niebla baja y el color y espesura de la vegetación, te hacen soñar con Elfos, Nomos y Hadas. Imágenes, colores, olores, sonidos... que acompañan mi alma y se hacen almohada para mis noches de morriña en la llanura castellana. Desde siempre, sentí la necesidad de expresar a través de la palabra escrita todo lo que mi cuerpo acumula en el silencio.
Estudié en Salamanca, donde vivo (soy licenciada en Filología Hispánica y Portuguesa). He publicado dos manuales didácticos y habitualmente diseño material didáctico para ELE. Participo en recitales poéticos y en asociaciones culturales, y próximamente se publicarán poemas míos en obras conjuntas: Homenaje a Luis Eduardo Aute y Homenaje a Pablo Guerrero (libros coordinados por mi querido Antonio Marín Albalate). En 2010 vio la luz TRÍPTICO DE MÁRMOL (Ed. Huerga y Fierro), mi primer libro de poemas publicado, con prólogo de Luis Eduardo Aute y poema dedicado de Antonio Marín Albalate.
(Mi blog: http://montsevillar.blogspot.com/ )
DE TELONERO Y DE SOMBRA
Soy el telonero de tu sombra,
la Melibea de un Calisto sin deseo,
la espalda de la silla en que te sientas,
la invisible vigía de tu espejo.
Soy el punto y aparte de tus palabras,
el espanto de tus sueños,
el mundo inimaginado de tu infancia,
el ardor olvidado de un encuentro.
Soy Calisto,... soy Melibea
esperando a que llegues para empujarme
hasta la ausencia del pudor
entre la humedad de nuestros cuerpos.
Soy la sombra que no imaginas, para que
tu cuerpo se estremezca en esas madrugadas
sin darle nombre a un orgasmo
que se fragua en la nada.
Soy esperma que se pierde
mientras recompongo mi falda,
después de quererte angustiosamente
sin que ya recuerdes quién te ama.
Soy el telonero de tu sombra,
cuando ignoras que te existo,
protagonizando un nuevo acto, sin esperar
que yo me refleje en tu mirada.
HACE 20 MINUTOS
(repasando la primera mitad de mi vida)
Hace 20 minutos mi cuerpo de 20 años
se disuelve entre tus manos
agotado de sudor, creciéndose
para intentar besarte.
Hace 20 minutos recuerdo que te quiero
insistiendo en la ternura de años
en que vi tu pulular en mi mundo de niña
sin que pudiera tocarte.
Hace 20 minutos, soy feliz porque te tengo,
y, aunque preñada de tus dudas, de mis dudas
nos mecemos al ritmo de estas olas
resbalando entre ancianos recuerdos.
Te quiero, sudor y espuma,
ausencia, reencuentro.
Te quiero ideal y persona
así, dudas y sueños.
Hace 20 minutos, me dibujo en tus ojos
mirando el primer desnudo de mi cuerpo,
me busco en tus palabras, tus susurros,
me arrulla tu deseo.
Hace 20 minutos el sol quema la piel
del sueño que descansa en tu pecho
y soy yo, deseando quererte en cada rayo
en cada uno de estos veranos.
Hace 20 minutos llaman a mi cabeza
las razones que me clavas en la memoria,
aplastando con nuestro peso la leve eternidad
de estos momentos.
Hace 20 minutos se transforman las verdades
y soy yo, ante este mar roto en mil cristales,
vomitando 20 años de un pueril dolor
que no he querido recordarte.
Te quise, sudor y espuma,
ausencia, reencuentro.
Te quise ideal y persona
allí, dudas y sueños.
AUTILÍZAME II
Hace 20 minutos mi cuerpo de 20 años
se disuelve entre tus manos
agotado de sudor, creciéndose
para intentar besarte.
Hace 20 minutos recuerdo que te quiero
insistiendo en la ternura de años
en que vi tu pulular en mi mundo de niña
sin que pudiera tocarte.
Hace 20 minutos, soy feliz porque te tengo,
y, aunque preñada de tus dudas, de mis dudas
nos mecemos al ritmo de estas olas
resbalando entre ancianos recuerdos.
Te quiero, sudor y espuma,
ausencia, reencuentro.
Te quiero ideal y persona
así, dudas y sueños.
Hace 20 minutos, me dibujo en tus ojos
mirando el primer desnudo de mi cuerpo,
me busco en tus palabras, tus susurros,
me arrulla tu deseo.
Hace 20 minutos el sol quema la piel
del sueño que descansa en tu pecho
y soy yo, deseando quererte en cada rayo
en cada uno de estos veranos.
Hace 20 minutos llaman a mi cabeza
las razones que me clavas en la memoria,
aplastando con nuestro peso la leve eternidad
de estos momentos.
Hace 20 minutos se transforman las verdades
y soy yo, ante este mar roto en mil cristales,
vomitando 20 años de un pueril dolor
que no he querido recordarte.
Te quise, sudor y espuma,
ausencia, reencuentro.
Te quise ideal y persona
allí, dudas y sueños.
AUTILÍZAME II
Haz caer un ángel puro de mi pensamiento
que acaricie la ternura de mi alma
y la cubra con tu voz.
Que roce el suelo que yo piso
y sus pies comiencen a teñirse
del color que tu pincel derrame.
Cúbrelo del manto de la piedra:
ángel caído del mar de la memoria.
Modela esa nívea roca del pasado,
autilízalo con tus cálidos acordes,
mécelo hasta el sueño inexorable
regrésalo, eternamente, a mis recuerdos.
TRÍPTICO DE MÁRMOL
Editorial Huerga y Fierro, año 2010
Mundo de mármol
LOS ojos de la muerte nos dan a desgana
los buenos días.
Pululan entre nosotros, seres de alabastro
que creen estar vivos.
Nos miran, nos hablan, nos abrazan
fingiendo amor.
Nos llevan cada día un poco más cerca
de la rabia y del dolor.
Hacen despertar en nuestras entrañas
el odio y la amargura.
Se comportan como seres humanos
de frío metal y dañan.
Si los observamos, reconocemos a unos cuantos,
a unos cuantos más cada día.
Y seguimos viviendo en la esperanza de
encontrar nuevos seres como nosotros,
hombres de alegría y caricias.
Y continuamos esperando y engañándonos
diciendo que la vida nos juega
malas pasadas.
Sólo al final, veremos, decidiremos
que nosotros éramos los imbéciles
en este infierno. Anhelantes
de vivir como ángeles en un mundo
de muerte, un mundo de mármol.
La primera vez
Un travestí
se ha echado a la calle
por primera vez.
Su mujer y sus hijos
lo miraban desde el balcón
retorciéndose de dolor
y pensando en los vecinos.
“Ella” ya tenía 50 años
y su alma
estaba en pañales.
Ellos, tenían la edad infinita
y sus cuerpos
no presentaban arrugas.
Mundo de mármol
LOS ojos de la muerte nos dan a desgana
los buenos días.
Pululan entre nosotros, seres de alabastro
que creen estar vivos.
Nos miran, nos hablan, nos abrazan
fingiendo amor.
Nos llevan cada día un poco más cerca
de la rabia y del dolor.
Hacen despertar en nuestras entrañas
el odio y la amargura.
Se comportan como seres humanos
de frío metal y dañan.
Si los observamos, reconocemos a unos cuantos,
a unos cuantos más cada día.
Y seguimos viviendo en la esperanza de
encontrar nuevos seres como nosotros,
hombres de alegría y caricias.
Y continuamos esperando y engañándonos
diciendo que la vida nos juega
malas pasadas.
Sólo al final, veremos, decidiremos
que nosotros éramos los imbéciles
en este infierno. Anhelantes
de vivir como ángeles en un mundo
de muerte, un mundo de mármol.
La primera vez
Un travestí
se ha echado a la calle
por primera vez.
Su mujer y sus hijos
lo miraban desde el balcón
retorciéndose de dolor
y pensando en los vecinos.
“Ella” ya tenía 50 años
y su alma
estaba en pañales.
Ellos, tenían la edad infinita
y sus cuerpos
no presentaban arrugas.
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