ISABEL GÓMEZ (Curicó, Chile 1959): Ha publicado Un crudo paseo por la sonrisa (Ediciones MD, 1986); Pubisterio (Ediciones Literatura Alternativa, 1990); Versos de escalera (Ediciones MD, 1994); Perfil de muros (Ediciones Logos, 1998); Boca Pálida (Ediciones Logos, 2003). Este último libro es un homenaje a las mujeres detenidas desaparecidas; Dasein (Ed. Cuarto Propio, 2006). Su obra ha sido incluida en diversas antologías y divulgada en revistas de México, España, Argentina y Francia. En 1997 recibió el premio Pablo Neruda otorgado por la Fundación Neruda. Cursó estudios de Pedagogía y Licenciatura en Educación en la Universidad de los Lagos, donde hoy realiza un Magíster. Actualmente se desempeña en la biblioteca del Colegio York. Ha sido directora de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech).
De Un crudo paseo por la sonrisa (Ediciones M.D. 1986)
LLAMADO DE SOMBRA
Antes, yo creía que mi sombra
era un río esfumado en el silencio,
un idioma triste
tumbado en las aguas de la lluvia.
¿Quién adivinará que fuiste
mi nombre en los ponientes?
Gritaremos que jamás tuvimos mundo
cuando la noche
empapaba de galega
nuestro secreto
y los peces fueron el sexo
de las aguas.
Entonces,
se evaporó el sol de mis rodillas
y supe que eras tú
quien clausuraba mi adiós
en las ventanas
mientras te ibas haciendo invisible
en mi conciencia
cuando la vida indicó tu sur
adolescente.
ANTI-MUNDO
Dios dirá que fui peregrina
que amalgamaba lluvias
en el corazón pretérito de las formas
y me arrastró el viento
en su remolino de llantos esotéricos.
Nos predecían todas las cosas
cuando la lámpara del mar intersectó mi risa
con infantiles noches venidas de tu vientre.
Pero estoy aquí, liberando ideas, olvidándome,
desafiando a las aguas con el mar de mi sangre.
Voy masticando lunas asoleadas
alargando alamedas siderales en tus ojos,
enterrando mi edad bajo los eucaliptos,
allá donde las gaviotas jugaban ajedrez
en las terrazas del infinito
mientras la tarde podaba muertes equivocadas.
Ahora, ya no quedan pueblos que me esperen
bajo la mesa triste de los días,
ya no desafía al viento mi voz lejana e ilógica.
Dime quién selló la hora desconocida,
quién se llevó la tarde que amaba
y esperaba mi paso por el mundo.
Dime en qué lugar del mundo mi voz será mentira.
IDIOMA TRISTE
Debo entristecer ahora,
ahora que las palabras
tocan las sienes de mi sangre
y se eleva el idioma
de mi última alegría.
Debo continuarme,
escondida de eternidad y de silencios;
continuarme,
cuando las pulsaciones del tiempo
no encuentren dirección en el olvido
y el sol destruya
las polvorientas lluvias de mi sombra.
Debo oscurecerme, renunciar,
salir de adentro
con un desfile de tardes anunciando
mi recorrido pausado por el tiempo.
Debo decir algunas cosas,
aquello que el recuerdo
mantenía intruso en la inconsciencia
y de pronto cruza huracanes
y golpea ventanas y estrangula días,
mientras nos íbamos alejando
en el invisible holocausto de la noche.
SOLILOQUIO
Tendrás aquí los siglos que me unen,
esa mirada apenas perceptible
en el solitario diván de los silencios.
Éramos posible entonces, largamente posibles:
mi gran miedo y tu miedo
mi propio ser aún no descubierto.
Éramos el espejo cilíndrico
que nos fue guardando
cuando tu evidencia de mundo solía perturbarnos
tras mi auxilio de voces y de ausencias.
Sin embargo,
pido la neutral llanura del olvido
para que detrás del destino
las horas continúen
amalgamando soliloquios
de esperma en los sentidos.
Aquí, el apio de la soledad enmudece el estío
mientras la lluvia introduce sus pasos por el mundo.
EXILIO DE PÁJAROS
Dame la cordillera invisible del instinto
cuando me recoja la herencia de las aguas
y nos sustituya el mito de creernos
bajo el disfraz equivalente del recuerdo.
He de fundar aquí los sentidos del viento,
pleno refugio de mis olas
indagando el mar cansado de tu huella.
Yo tuve el idioma primero de la lluvia
conjugando la razón extraviada de los sauces.
Dibujaban las ventanas
jeroglíficos de esperma
en la anatomía rebelde de una hoja,
mientras buscaba mi boca la herradura del tiempo
tras la razón gastada de una piedra.
De Pubisterio (Ediciones Literatura Alternativa. 1990)
RITUAL DE PÁJARO
Alguien rompe mi trono caliche
Orfeo vaga por las calles
su ritual de pájaro
En Singapur
una muchacha me niega
Las sirenas piden hostia
Y yo aquí
en mi butaca de silencios
menstruo siglos
hasta el mito de mis senos.
GINECOCRACIA
No quiero tu gesto fálico
abortando caricia
Danzaré desnuda
ante el himen secreto de la historia.
PRELUDIO PARA GORRIÓN Y FLAUTA
Dime cuál es la estación
donde los astros nacen insolentes
Preludio alquimista
blasfemando tus dedos
Actitud de duende rencoroso
que me sabe a tristeza entre las sábanas.
.G
Cada huérfano
fabula mi boca
Desorden y abrazos
pariendo infinito.
ÓSCULO MUTANTE
Volverás a ser
caricia ilegal
baile que no llega
a cubrirme de otoños
Lágrima anexa al calendario
donde transito
unida a tu silencio.
De Versos de escalera (Ediciones M.D. 1994)
I
La primera palabra
persiste entre los hombres
Lo blanco del lenguaje blanco
la hondura haciendo frases en el silencio
donde todo ha logrado ser
historia
pegada a los ojos.
Yo sé que hay muertos
sin palabras
esperando en las esquinas.
IV
Como si la quietud del pensamiento
fuera un ángel atrapado en la neblina
una certeza de siglos al final de los ojos
Como si los tejados alzaran sueños de costumbres
y huyera el reverso de tu mano
con palabras que suben por tu rostro
y amanecen
Como si no importara el tiempo nos morimos
entre abrazos fortuitos
y algo que sucede más allá de nosotros
Como si de lo impalpable
cayera tu diversidad
tu desarrollo de segundos
en esta voz que me traduce
Como si no importara el tiempo.
IX
Temo la palabra oculta
huyendo de ti
a medianoche
Palabra impune
acuñada al vicio de abrazarte
festiva como entonces
festiva.
X
La palabra más nombrada
la sociable
la solitaria
la única carta no contaminada
la veterana del barrio marginal
-memorable frase que olvidamos -
La niña sin biografía
desnudando los últimos sueños
con la mirada perdida
en el acuario invisible de las hojas.
XVII
No me queda más
que ser la bruja del barrio
La última hermana sin fotografía
la saltimbanqui de tus juegos ecológicos
la envenenada de siempre
No me queda más que ser la bruja
el muro de alguno que otro sueño
la tibia soledad de los pájaros
derramando oscuras palabras en mi boca
No me queda más
que largarme
sacudir mi vestido
limpiar la rabia del último día
proteger mis alas
y empollarme.
XX
La sonrisa es un gesto
que me calza bien
a esta hora de la tarde
Aunque a veces el llanto es otra sonrisa
que resbala por mi blusa
hasta el ombligo de los doce años
Alguien decidido a vivir
es el intruso que lava sus manos
y recorre las partes sombrías de mi cuerpo
en milenario intento de límite.
XXI
Me quieres espontánea
lúcida
verso lárico que en la boca se cierra
Me quieres regresando
casi atardecida
en los retratos de otras risas
mientras el sueño que fuimos
cicatriza páginas
lanza años a esta fuga exacta
y ya no hay astros
que nos enseñen a morir.
XXVI
No me hablen de biografías
en desuso
de noticiarios al amanecer
No quiero que los ciegos
conduzcan mi vergüenza
Alguien debe responder por mí
No más ángeles
oliendo sombras sin regreso
- No hay infierno que alcance mi delirio -
A veces
sólo a veces
corro por el mundo
y le pinto caderas al amanecer
para que nunca más reconstruyan mi origen
y tus blancas ataduras
me sepulten.
XXX
Nosotras
las de fin de siglo
compañeras nocturnas del desvelo
autoras del amanecer
Nosotras
contemporáneas de la magia
desnudamos el sueño para no deprimirnos
cuando la vejez invada los gestos
y reconstruya el cuerpo
de nuestro próximo fantasma
Nosotras
cogemos los hijos pensativos
para que no nos crezcan sombras en el cuello
y la soledad sea un juego improvisable
Nosotras
todavía nosotras
XLIII
El país de los parlamentos difusos
donde nadie regresa
a cubrir la memoria de los muertos
El país de los abecedarios inconclusos
para que el silencio destile su juego solitario
El país de las epopeyas imprecisas
El país de los oficios relámpago
en pleno encantamiento de la verdad
El país de las ambigüedades clandestinas
El país donde los hijos que no fueron
disparan nombres a granel
para que la posteridad los imagine
como la última desgracia
de los héroes que faltan
en este pedazo de sur indefinido.
XLV
Esta negación de manos en el aire
lo ilícito que somos
Blake
cuando se repta la duda de lo posible
y vienes a mi encuentro
con todo el peso del otoño en la garganta
Llueve en los rincones de mi casa
y tengo un frío gramatical
que deja inconcluso este poema.
LII
Qué haremos con tanto río
desbordando las hojas de la muerte
Los santos atrapados entre vuelo y vuelo
compartiendo las cartas que nadie envía
Qué haremos con tanto deambular
definiendo fábulas de otros horizontes
Alguien transita este sueño
y acurruca mi tristeza entre los árboles
Luego
levanto mi cabeza de otras manos
y tengo un frío con sabor a cieno
en este desnudo para siempre.
De Perfil de muros (Ediciones Logos. 1998)
Esquina del dolor
Pon tu cabeza sobre el mundo
miremos hacia abajo
ahora que el miedo es hermoso
y de buena gana
dejaría de contar estrellas en el vacío
Los números calzan plenamente con la historia
sólo las calles asumen nuestras sombras
como un mero recuerdo
Por años fuimos invirtiendo la risa
hasta desaparecer
La culpa envejeció las palabras que guardábamos
Somos inocentes
de tanta nostalgia golpeándonos el rostro.
La esquina del dolor nos sobrevive
el ojo de cierra
No hay llanto que no sepa regresar
Aquí todos nos quedamos inconclusos
El tiempo salta el muro
y es lenta la neblina de los cuerpos
La escritura atraviesa otra vez
el hueco de la noche
La esquina del dolor
La esquina del hombre me sostiene
Fragmenta la memoria
se echa al final de mi rostro
y se abandona
como un animal de espaldas al mundo.
***
Acaso ya no existas
cuando te encuentre
y seamos una tristeza ilícita
cayendo de esta casa
Un amuleto que oculto
entre mi ropa
Ciudades
apenas perceptibles
al amanecer.
***
Bien podría sentarme
al fin del mundo
y darle una forma
a este anonimato
Podría empezar de nuevo
Ocultar las frases de los viejos amigos
y acariciar los sueños que dejaron
Acabaré observándome
en otros espejos
y esta sombra
será mi desnudez.
Memorias en desuso
Dormir bajo estos muros
empapados de ira
Pobres
como recién rozados por el tiempo
como una leyenda a ras de suelo
socavando la tristeza
Bajo sombras precarias me deslizo
- No puedo fabular estos programas -
Simulo volver de los rincones
levantarme
coger la sangre de los signos
la sangre que se rompe
y me distancia
por calles maltratadas
sumergidas en la palidez del viento
Entonces
miro hacia atrás
y me detengo ante la utopía
nuevamente
mientras los cuerpos juegan
con el idioma
y sabemos que no somos más que lenguaje
Domesticados silencios
ordenando el mundo
otra vez
Santiago fin de siglo
En fin de siglo
veremos una película del cine mudo
Santiago se levantará anónimamente otra vez
inventaremos personajes que se nos parezcan
y no habrá testigos que memoricen tanto silencio
En fin de siglo
alguien se colgará de mi sombra
y jugaremos
los días se pegarán al cuerpo
como una nueva memoria
que amenaza desertar hacia otros rostros
En fin de siglo
caminaremos oscuros
por calles que imaginamos diferentes
rodeados de gentes que ya no existen
En fin de siglo escribiremos
y este oficio minúsculo nos devolverá al mundo
La casa donde los cuerpos
moldean la historia nuevamente.
***
Los demonios me abrazan
son mi propio abismo
persiguiéndome sucios y mortales
Los demonios parpadean
de espaldas a mi sombra
hablan a solas
En las noches me besan
y ya no sé qué hacer
con su nostalgia.
***
Éramos tan lejanos
descendíamos hasta simular días semejantes
Los recuerdos se mantenían al margen de la historia
y las inevitables sombras
bajaban otra vez hasta nosotros
Ahora me oculto
en los rincones del siglo
Leo poemas sobre rostros perdidos
en el frío de la noche
Te escribo otra vez
- es la única forma de morir -
Los fantasmas me pertenecen
hay trazos de días acostándose en mí
Bajo esta oscuridad somos semejantes
como un gran dolor que nos cuelga del labio
Los duendes bailan en la casa
se recubren el rostro
con el polen de mis sueños
Los veo alejarse
como una noticia más
en el reciclaje de la historia
Pareciera que esta ciudad
no evitará que estrelle mi cuerpo
contra los muros.
De Boca pálida (Ediciones Logos. 2003)
Fragmento (Poema de homenaje a las mujeres
detenidas desaparecidas)
Me distancia la quietud
de estar dormida
Los silencios son el duelo
que arrastro
No encuentro a Dios en ninguna parte
tendré que abandonarlo
y ceñir la memoria
al ritual de otras manos
Desde cuándo he muerto
desde cuándo escribo este poema
He tendido mi imaginario sobre las piedras
y ya no puedo regresar
La inexacta luz de la verdad me devuelve
tu violencia
Tendré que proteger mis pasos
para no caer
He equivocado todas las palabras
la complicidad del mundo
deteriora aún más el silencio
Madre
simularé que vuelvo
de tu cansada sangre
al final de esta piel el miedo me sepulta
me deja a orillas de tu voz
en el rebrote de cualquier pereza
Madre no dejes que arrastre
más muerte a mi sombra
Las voces envejecen sin escucharse
las voces envejecen
sin escucharse
Voy a dejar mi rabia lejos de ti
Chile
he guardado en tu alma mi nombre
para que no sangre
No dejarás que este charco de olvido
cubra mis sueños
Los huesos de la libertad
me sepultan
bajo este pedazo de tierra
que comienza a crecer de mi cuerpo
Madre
pon tus labios sobre mi corazón.
Arrojaremos tumbas
Hacia dentro de nosotros
Tal vez veas mi corazón
Dejaré que mis muertos
Liberen todo lo que soy
Es otra la historia que escribí.
Me distancia la quietud
de estar dormida
Los silencios son el duelo
que arrastro
No encuentro a Dios en ninguna parte
tendré que abandonarlo
y ceñir la memoria
al ritual de otras manos
Desde cuándo he muerto
desde cuándo escribo este poema
He tendido mi imaginario sobre las piedras
y ya no puedo regresar
La inexacta luz de la verdad me devuelve
tu violencia
Tendré que proteger mis pasos
para no caer
He equivocado todas las palabras
la complicidad del mundo
deteriora aún más el silencio
Madre
simularé que vuelvo
de tu cansada sangre
al final de esta piel el miedo me sepulta
me deja a orillas de tu voz
en el rebrote de cualquier pereza
Madre no dejes que arrastre
más muerte a mi sombra
Las voces envejecen sin escucharse
las voces envejecen
sin escucharse
Voy a dejar mi rabia lejos de ti
Chile
he guardado en tu alma mi nombre
para que no sangre
No dejarás que este charco de olvido
cubra mis sueños
Los huesos de la libertad
me sepultan
bajo este pedazo de tierra
que comienza a crecer de mi cuerpo
Madre
pon tus labios sobre mi corazón.
Arrojaremos tumbas
Hacia dentro de nosotros
Tal vez veas mi corazón
Dejaré que mis muertos
Liberen todo lo que soy
Es otra la historia que escribí.
De Dasein (Editorial Cuarto Propio. 2006)
e
Barajo estos nombres
a ver si adivinas
en qué hemisferio
los recuerdos me alejan
Acaso no sabes
que bajo esta larga espera
somos las mismas
que rechazamos vivir.
a
Casi me descubres
dibujando la pereza
de gestos que vuelven
y no reconozco
Nuevamente
la locura
me busca
en sus recuerdos
Yo acaricio sus cabellos
que caen desde mi falda
al mundo
n
No entiendo la libertad
insiste en dejar sus sueños
sobre el imaginario de mis manos
Mis manos tristes de río y de luz
No insistas le digo
acabaré creyendo en ti
en tu voz en mi voz
en estos pasos que dibujan una línea
entre tu hogar y mi hogar.
a
Temo confundir la forma
de estos signos
Artifician mi cansancio
y no me dejan leer las sombras
que caen al vacío
A veces reconozco mis silencios
colgados de los edificios de postmodernidad
y me diga
No deberíamos callar
Ahora que aprendimos la calma de la verdad
s
No debo quedarme en este lugar
he acumulado demasiada tristeza en el rostro
Tal vez debí volver aquí
conmigo
aunque ya no pueda escucharme.
n
Debo olvidar ciertas fechas
antes que amanezca
y el sol me robe
la escasa luz del tiempo.
in
Tal vez no te vea
en esta jaula donde mis lágrimas
forman un mapa
incrédulo de ti
Debí alejarme de este juego
donde los hombres inventan guerras
y verdades absolutas.
in
¿Qué busco cuando escarbo
en las tierras del alma?
¿Qué idea de mí se oculta
en estos brazos sin cielo sin agua?
La historia vuelve a escribirse
sobre paraísos de barro
y yo me oculto y me abrigo
con estas mentiras que aprendí a amar
ahora que el olor de mis sueños retorna
y es una fragancia más
que acaricia las estaciones de mi cansancio.
sn
Ahora que aprendí a vivir
entre estos muertos
me pides que regrese
pero es tarde
ni siquiera recuerdo
cómo ordenar mis geografías
Hemos dramatizado demasiado
estos vacíos
Continuaré excavando la tierra
Limpiando las palabras
del lodo de existir.
Dasein
tú lo sabes
Soy la misma que entibia tus manos
y te abraza
ahora que la angustia nos pertenece.
in
Ella dice mi nombre
con cierta tristeza
Me deja intactos lenguajes
letras enredadas en la infancia
Ella escribe
y las palabras la observan
Se ríen
La dejan en mitad de la nada
Ella escribe y las palabras
la condenan a volver
Ahora
me culpa por buscarla
mientras el tiempo retrocede
y la tranquilidad es un destino
bellamente tendido entre nosotras.
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