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domingo, 14 de noviembre de 2010

2084.- OLGA BERNAD


Olga Bernad. (España). Licenciada en Filología Hispánica.

“Caricias Perplejas”, mi primer poemario, se publicó en Siltolá en septiembre de 2009. Mi primera novela, “Andábata”, se ha publicado en febrero de 2010 con el sello Paréntesis Editorial. Algunos de mis poemas aparecen en la antología “YIN. Poetas aragonesas (1960-2010)” que la editorial Olifante ha publicado en noviembre de 2010, con edición, selección y presentación de Ángel Guinda y prólogo de Ignacio Escuín. Mis poemas han quedado recogidos también en otras bitácoras como “Las Afinidades Electivas” de A. Calvo, la página cultural de Antón Castro o “La Nave de los Locos” de F. Valls, en su sección dedicada a la poesía española actual. He formado parte de los "Cuadernos de la Cigale nº 2", que recogieron las lecturas organizadas en Barcelona durante la primavera de 2009 bajo la coordinación editorial de J. Salido-Vico y Álex Chico, junto a J. M. Macías, Efi Cubero, A. Bolaños y Eduardo Moga. He colaborado en varias publicaciones digitales, entre ellas la página Web de DVD Ediciones o la Revista KAFKA.

WEB DE LA AUTORA



DESDE EL PUERTO

Parecías un lento petrolero
ensimismado bajo un sol de escarcha.
Y el corazón atado tras el buque
se mecía aún más lento sobre el agua;
y el descampado gris y azul del agua
otro mar de metal oscurecía:
mar negro sobre el mar en mi mirada.








SEMPER FIDELIS

La sed, escandalosamente pervertida
por la necesidad brutal de ser saciada
cada uno de los días de tu vida.
La esclavitud del cuerpo que pretende
su parte del dolor, la primavera
y el ajusticiamiento inmoral de las espigas
con la excusa poética del pan.
El tiempo alegre de las recolecciones
no es más que el escenario del placer,
su sabor a condena y a derrota.
Créeme, yo quería,
pensaba ser estricta primavera,
muerte ideal del alma atrincherada
en la flor del cerezo que la lluvia arrancó.
No dejar de ser flor, morir sin fruto
y siempre sin placer; morir sin dudas,
sin nada más, contigo en la memoria.

Te imagino
buscando como yo la luna negra,
con la misma imprudencia de otros hombres.
Y sólo te prometo que solamente tú
tendrás de mí ese no de tu mirada,
el ciego no de ti,
el que me hace llorar y me despierta.

Pero estoy viva y junio
desespera esta noche mi alegría:
en la fiesta pagana de las recolecciones,
nocturnas hadas bajo los cerezos acarician mi amor
y tú no vienes.
Lo siento.
Ningún ángel me mira cuando espero
ese beso caliente
en el rincón más tuyo de mi cuello
y la nostalgia en junio
de cada escalofrío y del rubor.








MILICIANA

Voy a quemar el pueblo y sus iglesias.
Voy a descerrajar todas las casas,
los cofres, las malditas celosías
por donde llueve luz sobre las celdas.
Y voy a ajusticiar a los soldados:
los pondré de rodillas y de bruces,
los amaré hasta que se acabe el día
y les haré creer nuevas mentiras.








INSENSATOS RELOJES ESPERANDO

El tiempo se vuelve a veces
una suave guitarra melancólica.
Intocada y serena, incomprensible como
la sonrisa en un sueño,
el misterio tremendo,
la terrible dulzura
que trae de no sé dónde cada recién nacido.
Y mis ojos mirando hacia tu casa.
Todo lo que en el fondo jamás entenderemos.
Los ríos de estupor, horas de piedra
que se parecen tanto a tu silencio.
Que importa lo que hagas:
tú no eres lo importante.
Pues mi amor es más terco que la forma
de un cuerpo de mujer que se repite
en cada mujer nueva; en cada hombre
veo un pequeño dios desde que callas.
Mi amor gotea sobre los relojes,
cada gota de arena, cada segundo en cada
grano de tempestad
martillea tejados que no existen.
Lo ingobernable siempre, lo esperado,
lo que gasta la vida, lo que espera,
y un vago presentir
y un desconsuelo.

Publicado por las afinidades electivas - España








PECADOS DE SEPTIEMBRE

Siempre echaré de menos la inocencia.
Sólo con la inocencia es nuevo el mundo:
el viejo sol le alumbra la mirada
y el horror de los ojos de los hombres se borra,
pues ella no lo mira y nunca entiende
la hermosura vibrante de la sierra del diablo.
Y sin embargo escucha
las palabras de amor en el otoño,
los primeros pecados de septiembre
que envolvían en fuego las caricias más torpes.
Cuando aún no sabemos
si son nuestras las calles, si los mapas
dibujarán los viajes infinitos
o si todos los trenes acabarán volviendo
a su ruta terrestre y melancólica.
Cuando no comprendemos.
Son nuevas las sonrisas y la lumbre
del deseo en los labios; me acarician
los pájaros alegres de alas largas,
los pájaros del brillo, los cautivos
futuros de las noches estrelladas.







MAPAS Y HOMBRES

Si no existiera el mapa,
¿dónde dibujarías la frontera?
Si hubieses heredado
la tierra entera para dominarla
y enmudecer los llanos impensables,
el fiel rumor del mar en las mareas
y el infinito cielo.

Liberar el espacio de su inmensa
perdición sin fronteras es un juego
de locos o de niños o de dioses.
Pero el hombre ha podido hacerlo sin vergüenza:
llenó el aire invisible de poderosos muros
que hablaban siempre y sólo de victorias.
Vomitando su orden inventado,
llegó al libro de Historia y a los mapas
que yo heredé y me libran de pecado
(o me incluyen en uno que no es del todo mío).
Y en sus ojos sombríos se confunden
fidelidad y ladrido:
la belleza del hombre y la mirada
que vigila las puertas del infierno.

Y no sé si le amo o le desprecio.

[http://nalocos.blogspot.com/2009/05/olga-bernard.html]

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