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domingo, 14 de noviembre de 2010

2077.- JORGE TORRES ULLOA


Jorge Torres Ulloa. Nació en Valdivia (Chile) el 25 de septiembre de 1948y murió en Valdivia, el 3 de octubre de 2001. Fue un poeta, editor, director teatral y actor chileno.
De profesión Profesor Normalista. A comienzos de la década de los ´70 estudió teatro en la Escuela de Teatro de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Austral de Chile, hasta su cierre tras el golpe de Estado de 1973. Publica, por primera vez, el año 1975 el libro de poesía Recurso de Amparo, Valdivia, Edición Privada. Aparentemente, la primera publicación de poesía tras el golpe militar. Luego le seguirían Palabras en desuso, Edición Privada, Valdivia, 1977; Graves, leves y fuera de peligro, Ediciones LAR, Concepción, 1987; Poemas encontrados y otros pretextos, Ediciones Paginadura, Valdivia, 1991. Éste último, un libro de poesía más bien experimental desde el punto de vista del lenguaje y sus formas. Escrito con técnicas como el collage, a partir de fragmentos como recortes y fotocopias de la prensa escrita, definiciones del diccionario, tratados civiles, una entrevista a una enferma mental, etc. son construidos textos literarios.


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(Poemas Encontrados y otros Pre-textos, Ediciones Paginadura, Valdivia, 1991).

Luego vendría Poemas Renales, Ediciones Barba de Palo y El Kultrún, Valdivia, 1992; Nierengedichte, edición bilingüe alemán-español de Poemas Renales, Editorial Barba de Palo, Valdivia, 1997. En 1996 publica, gracias a un proyecto del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, la compilación La escritura y sus tatuajes. Testimonio de hombres de palabra, Ediciones Barba de Palo, Valdivia.
Su último libro de poesía fue La Dicha Vacante, Editorial Barba de Palo, Valdivia, 2000, publicado poco antes de su muerte. Tras éste, vendría el texto póstumo, Origen, Fulgor y Vigencia del Valdiviano, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Valdivia, 2001; suerte de ensayo histórico-literario culinario acerca de un plato típico del sur de Chile.
Además de su nutrida obra poética, ejerció el oficio de actor y director teatral. Dirigió talleres literarios y fue director del sello Barba de Palo, bajo el cual se publicaron algunos de los más importantes libros de poesía del sur de Chile de los últimos 15 años del siglo XX. Su interés por la música popular latinoamericana lo llevaron a interpretar boleros, primero, y tangos, después. En ambos géneros editó cassettes y realizó giras artísticas por Colombia y Estados Unidos. Además, dirigió la revista de literatura y humanidades Pluvial (cuyo editor fue el también poeta, Adán Méndez), hasta poco antes de su muerte.
La mayor parte de su obra estuvo atravesada por una circunstancia vital de la que da cuenta un libro en particular; Poemas Renales. Víctima de una insuficiencia renal crónica, vivió la mitad de su vida entre un deteriorante tratamiento de hemodiálisis y un transplante renal que le permitió vivir sus últimos años. Poemas Renales (Premio I. Municipalidad de Santiago 1993) nos habla de esta experiencia límite entre la vida y la muerte. En este sentido se hermana con libros como Diario de Muerte, de Enrique Lihn yVeneno de escorpión azul. Diario de Vida y de Muerte de Gonzalo Millán. Con un lenguaje arcaizante y complejo, el hablante describe de manera dramática e íntima la cotidianidad del enfermo: la agresiva manipulación de la que es objeto el cuerpo, la experiencia del dolor físico, el misterio de la muerte, una problemática relación con Dios, todo con una extrema conciencia de quien padece. Falleció a los 53 años en la ciudad en donde siempre vivió, Valdivia, el 3 de octubre de 2001, a consecuencia de la enfermedad crónica que padecía desde hace poco más de dos décadas.

Obras:
Recurso de Amparo, 1975. Edición Privada, Valdivia.
Palabras en desuso, 1977. Edición Privada, Valdivia.
Graves, leves y fuera de peligro, 1987. (Poesía), Ediciones LAR, Concepción. Inscripción No. 68.343
Poemas encontrados y otros pretextos, 1991. (Poesía), Ediciones Paginadura, Valdivia.
Poemas Renales, 1992. (Poesía),Ediciones Barba de Palo y El Kultrún, Valdivia. Premio I. Municipalidad de Santiago 1993.
La escritura y sus tatuajes. Testimonio de hombres de palabra, 1996.(Compilador), Ediciones Barba de Palo, Valdivia.
Nierengedichte, 1997.(Poesía), Edición bilingüe alemán-español de Poemas Renales. Traducción de Reiner Kornberger, Editorial Barba de Palo, Valdivia.
La Dicha Vacante, 2000.(Poesía), Editorial Barba de Palo, Valdivia.
Origen, Fulgor y Vigencia del Valdiviano, 2001. (Ensayo-crónica), Ediciones Dirección Nacional de Bibliotecas, Archivos y Museos, Santiago / Valdivia.




Recado para eventuales lectores y a todos aquellos que de él fueron
Puesto en el trance de tener que reconocer
que aquel, el de la imagen de solapas de este libro
soy yo, recurro a la solicitud del poeta
Labrunie, frente a similar evento y
Ruego a mis amigos:
Decid a todo el mundo que es un retrato
parecido pero póstumo...
Yo soy el otro,
ese que las argentinas sales aún no animan.
Aquel que no logrará revelar la noche del fotógrafo.
Y ahora, en la cómoda situación de este paréntesis
y siempre con el buen Gérard, afirmo:
Mi situación es buena,
pero todo pertenece al futuro.

(De Poemas Renales, Editorial El Kultrún, Valdivia, 1992)





Cuando llueve en julio

Cuando llueve en Julio
me preocupo por el bosque de mi infancia.
Ese bosque del que no recogí
ni moras, ni murtas,
del que no traje
ni el olor de los eucaliptos,
los sorpresivos hongos.
Ese bosque de dudosa fisonomía
en el que tal vez nunca estuve
y del que trato ahora de salir,
buscando algunas marcas en los árboles,
las piedras que guiaron mi posible entrada,
temeroso de sus aviesas sombras,
empapado de lluvia,
enterrado en el lodo,
soy un árbol más.






STATUS DE NÁUFRAGO

Cuando víctimas todos del mismo naufragio
Vosotros,
los que moristeis de muerte total
Vosotros,
Contumaces
ya no sois más mis compañeros deste juego.

Bien lo sabíais;
tratábase de una cuestión de palabras
(y de su fe irrenunciables en ellas).
Eso sí,
de mixtura y proporción exacta.
Ustedes,
los ufanos verborreicos
no bastáronles el desangre de esos días
en que campeaba la anemia
tanto y tan perniciosa.
Desatendísteis las palabras que importaban
dándoos con gula al festín parlante.
(Dilema de facultativos el atender
las veleidades de la semiología).

Recordaréis a las blancas susurrantes diciéndoos:

¡No le escuchéis!
¡Haced oídos sordos!
Guardia de mi propia vigilia
que es donde mora mi cordura
y este desvarío mío se consuela,
os dije:
¡Utilizad las palabras adecuadas!
¡No os desgastéis en las vacuas!
¡Utilizad las palabras pertinentes!

Pero, nada.
Bien sabíais que no se trataba de exorcismos ni taumaturgias.
Sólo alimentar el verbo.






SIMPLEMENTE ALIMENTAR EL VERBO.

Se explicarán ahora mis frecuentes ataques de mudez,
una cierta lentitud en el hablar:
Buscaba la precisión del adjetivo.
La conjugación cabal.

Y ahora,
que ya no sois más mis compañeros deste juego
junto a tácita convicción
yazgo
distrayéndome en nuevos ocios,
mementando vuestras vocinglerías:

YO

el dialítico

el dialéctico
especulando qué hacer
para cuando la barca de Caronte zozobre y
aferrado a la mísera condición destas palabras,
mantener el exiguo
status de náufrago
para, socorrido por las potestades, tener
libre acceso a la vastedad de todas esas playas.






ÚLTIMO LAMENTO DEL SPEAKER

Rasmilladura de aguja sobre el acetato.
soy el que anuncia la nostalgia del futuro
enfermo grave de lozanía y bisoñez
regalo un silbido para la ausencia
o la cancioncilla sonza con que
sorteamos los umbríos pasajes.

El que obsequia algunos segundos para que
los momentos rutilantes de vuestras
vidas tengan un poco de música estelar,
uno que otro salmo personal
en sordina.
Abrimos los días de esplendor.
Cerramos los días del fracaso.

Mi voz se cuela en el micrófono.
Canta mi voz adentro en la coraza
jovialidad y optimismo,
bronco silba el metal
de las palabras sin eco
prontamente consumidas y desgastadas
repetidas,
por la víctima amparada
por el victimario redimido
por el verdugo corrupto.

Los años tenaces le empatan al tedio.
Toda jovialidad se marchita.

Perdida la curiosidad :
se envejece.

Caricia del láser sobre el surco
hoy quiero anunciarles gentilmente
el próximo hit
para el olvido.






APUNTES PARA UN ENSAYO A PROPÓSITO
DE EL LUGAR COMÚN MÁS HABITADO

Granítica lápida la del sepulcro
que amorata los nudillos de la diestra.
oídos tardos para el urgido,
sordos para el que vehemente exhorta.

Se sabe por qué niega el que abatido yace:
es que asaltado por la triste edad de los lutos,
la acuciante hora de bustos y retratos,
con la implacable convino acuerdo en tiempo exacto.
Así pues, con-la-dulce-serenidad-de-los-difuntos-pintada-en-el-rostro
solitario navegante en la vastedad de esta comarca,
sólo acepta el abrazo de la hiedra que ya comienza
a cubrir su catafalco.

Por cierto, ya conoce los afanes del olvido,
su memoria se empobrece día a día,
su retrato es aureola en las paredes,
con el árbol en que amante inscribió esas
promesas, hoy féretros construyen.

Mientras, y pese a toda invocación
del que a sus pies se desgañita
preguntando plañidero lo sabido,
acepta la común circunstancia de su estado,






HA ELEGIDO EN PROPIEDAD EL PARAJE QUE LO HABITA:

cementerio es igual a caémeterium,
caémeterium es igual a koimeeteerion,
koimeeteerion es igual a dormidero,
dormidero es el esapcio de quien duerme,
el que duerme ha entrado en el letargo,
fragmentario letargo de otros sueños,
de otros sueños que se buscan en sus partes,
nostalgia del conjunto y del Todo,
fervor de pertenencia,
certeza de vestigio,
vocación infinitésima
y gozo
de ser consumido en lo Absoluto.




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