Anne Vegeter nació en 1958 y ha escrito poesía, prosa, libros para niños y obras de teatro. Ha publicado, entre otros, los libros de cuentos Versiones impúdicas (Ongekuiste versies) y La puerta principal de Harries (Harries hoofdingang) y el libro de poesía Acciones y obligaciones (Aandelen en obligaties). Ha recibido diversos premios de teatro y poesía como el Premio de Teatro de la Asociación de la Lengua Holandesa. En 2008 obtuvo el Premio de Poesía VSB por su libro Spamfighter. También ha escrito el libreto para la ópera Cuna vacía (Lege wieg), una producción turco-holandesa, que se estrena en abril de 2010.
ACTUAR Y VIAJAR
Hace falta profunda dicha dentro de este vestido para mirar con ternura
a los vecinos que a medianoche sacan al contenedor la basura.
Hace falta profunda dicha dentro de este vestido para parar un taxi que es
reacio a conducirte a las afueras donde germina a su albedrío la maleza.
Hace falta profunda dicha dentro de este vestido para lanzar un reclamo
que acalle a los animales y capte la atención de una reina maquillada.
Hace falta profunda dicha dentro de este vestido para llevar borrachos e insomnes
a un espectáculo, y a ciegas encontrar una puerta por la que dejar el teatro.
Hace falta profunda dicha dentro de este vestido para asimilar algo, construir
un globo y mirar el mosaico de tu país como un ingrávido astronauta.
Hace falta profunda dicha para volverse infeliz con un tiempo radiante.
Afinar, gritar, decir mortaja en lugar de vestido.
De: Spamfighter (Querido, 2007).
Traducción española: Eva Navarro 2009.
NUEVE
Tuve que cumplir, mis amigas y yo cumplimos nueve[1]
antes o después, pero yo dije negra, una palabra
que podía pronunciar, me hago negraaaaaa. Mi hermano me susurraba
que me hacía mayor y que bajo el pelo de los grandes
artistas hay pequeñas orejas y que las orejas crecen
al volverte mayor pero las de los artistas se quedan pequeñas
y por eso se mueren tan pronto, una barbaridad. ¿No te parece? ¿Qué?
Déjalo. Mi hermano tenía los ojos sin color, increíble,
oí yo, que podría convertirse en algo. Olvidé el qué.
Once y luego doce, catorce y me volví morena, me puse al sol
e irrumpió otro tiempo. Mi hermano no vino más a casa.
En la seguridad de una serie de preguntas sin solución
inicié una vida en blanco en una ciudad de gente grande,
en la seguridad de una serie de preguntas sin solución.
De: Spamfighter (Querido, 2007).
NUEVE
Tuve que cumplir, mis amigas y yo cumplimos nueve[1]
antes o después, pero yo dije negra, una palabra
que podía pronunciar, me hago negraaaaaa. Mi hermano me susurraba
que me hacía mayor y que bajo el pelo de los grandes
artistas hay pequeñas orejas y que las orejas crecen
al volverte mayor pero las de los artistas se quedan pequeñas
y por eso se mueren tan pronto, una barbaridad. ¿No te parece? ¿Qué?
Déjalo. Mi hermano tenía los ojos sin color, increíble,
oí yo, que podría convertirse en algo. Olvidé el qué.
Once y luego doce, catorce y me volví morena, me puse al sol
e irrumpió otro tiempo. Mi hermano no vino más a casa.
En la seguridad de una serie de preguntas sin solución
inicié una vida en blanco en una ciudad de gente grande,
en la seguridad de una serie de preguntas sin solución.
De: Spamfighter (Querido, 2007).
Traducción española: Eva Navarro 2009.
OTRAS NOTICIAS
Un entorno urbano, un paseo en bicicleta
alguien conduce desde un pontón al río, muere
hablas con él de lo que has visto
fue un accidente
te pronuncias sobre la conveniencia de la palabra destino
te pronuncias sobre las circunstancias en casa, el amor por un hombre
la despedida preparada pese a todo, léase: dinero, hijo y bienes
te acuerdas de la foto en ‘Noticias del puerto’ el día después
exhausta, irreconociblemente hinchada,
le preguntas a tu hijo qué ve
es masculino o femenino, pregunta él, una bolsa de basura,
una pequeña bañera, una cama de aire, un maniquí
él ve muchas cosas, pero qué es, quiere saber,
tú alimentas la complicidad
Señalas algo que se parece a un manillar, una muñeca, dedos, cuerda
dices algo sobre la muerte que viene cuando menos se espera
dices algo sobre la dejadez de tu hijo
ahora que su reloj se ha perdido,
el jueves extravió su abrigo de piel
como si no amaras tus cosas, dice ella,
él sonríe, acaricia su mejilla
y todo va cobrando sentido
hablas sobre el deseo de obediencia
quieres hacer un viaje sin que nadie te guíe, como una autómata
dices que no sabes quién lleva aquí las riendas
hablas de fumar compulsivamente,
de que ojalá todo fuera diferente
lograr la meta exige gran pericia, dices,
y voluntad para seguir.
Aparecido en la revista literaria Het Liegend Konijn
(El conejo mentiroso) en octubre de 2009.
Traducción española: Eva Navarro 2009.
PARAÍSOS DE LO COTIDIANO
PARAÍSOS DE LO COTIDIANO
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