Biografía:
Odia Ofeimun nació en Iruekpen-Ekuma, Nigeria, en 1950. Trabajó como obrero en una fábrica, y como reportero de noticias. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Ibadan. Ha sido Secretario General y Presidente de la Asociación de Autores Nigerianos. En 1989 fue miembro del Comité Editorial de The Guardian, en Lagos. Desde 1995, ha sido Presidente del Comité Editorial de los semanarios The News y Tempo. Ha publicado varios libros de poesía, entre ellos A Handle for the Flutist and other poems, A Feast of Return Under African Skies y Dreams at Work and other poems.
Rap anti-texto
En el brebaje del shaman
que hicieron los generales
los muslos se deshacen
en la algazara de los carnavales
tatuando las calles
con turbas alquiladas
y circos
el halcón voló
con el halconero a remolque
Rotando y rotando
en giras forzadas
hasta que la razón dió un salto mortal
y la oscuridad desatada
los muslos se deshacen
los generales aparecieron
los muslos se deshacen
y el General voló
a un matorral de fantasmas
mientras de mareas de sangre envanecida
surgieron nueve perros que gruñían
y las vacas dejaron de dar leche
los cerdos se revolcaron
en pantano y petróleo
mientras la inocencia se ahogaba
cesaron todas las convicciones
las ceremonias ardían centelleantes
de pasión enceguecida
la intensidad extinguida
bajo ahogadas filas
hasta que el presente incoloro
produjo un sol despiadado
un destino punzante
esculpió en oro la muerte
Lo peor se hizo lo mejor
en el brebaje de nuestro shaman
mientras los dragones retumbaron
y los barones desfilaron
sus redadas falsificaron la luz
del alba sus bayonetas hablaron
en nuestros intranquilos callejones
sometiendo a prueba los motines
desafiando las calamidades
su guerra mostraba los dientes y lloraba
en una mueca de sepulcros blancos
sus profecías proclamadas
ante un relámpago.
No más látigos
los escorpiones la próxima vez
no más halcones
el láser la próxima vez
y el mundo entero esperaba
y el ancho mundo lloraba
hasta que los sueños del General
enmarcaron un completo funeral
Después del golpe
(Para Chinweizu) Están aquellos que no tienen
gracia de la cual caer sepultados ya en derrumbes
de tierra luna y sol
de pronombres colectivos:
“nosotros el pueblo” fertilizamos el día
para sembradores cuyas manos se llenan del maíz
del silo de la hambruna del mañana
nosotros somos aquellos que no tienen gracia de la cual caer
atrapados por el tiempo y sobrepasados por las turbas alquiladas
“nosotros el pueblo”, llevados en andas a través del humo de los fusiles
por las transmisiones matinales
nosotros consagramos las plazas públicas para dar la bienvenida
a Generales que se inclinan lejos
de las lluvias que germinan en Julio,
el silo de la siega de mañana,
y las reservas del destino en oraciones no escuchadas
somos aquellos que no tienen gracia de la cual caer
bombardeados por ¡VIVAS! a caminos nunca hechos
por viejas calles renombradas en donde volver a nombrar
es abrir la historia para almacenar y embarrilar
que deberá ser reinventada de nuevo para seguirnos la corriente
“nosotros el pueblo”, viajando sin mapas
viajamos hacia mapas
ensangrentados por Generales en tanques
en un nerviosismo de lo inolvidable
“nosotros el pueblo” fertilizamos el día
para sembradores cuyas manos se llenan del maíz
del silo de la hambruna del mañana
nosotros somos aquellos que no tienen gracia de la cual caer
atrapados por el tiempo y sobrepasados por las turbas alquiladas
“nosotros el pueblo”, llevados en andas a través del humo de los fusiles
por las transmisiones matinales
nosotros consagramos las plazas públicas para dar la bienvenida
a Generales que se inclinan lejos
de las lluvias que germinan en Julio,
el silo de la siega de mañana,
y las reservas del destino en oraciones no escuchadas
somos aquellos que no tienen gracia de la cual caer
bombardeados por ¡VIVAS! a caminos nunca hechos
por viejas calles renombradas en donde volver a nombrar
es abrir la historia para almacenar y embarrilar
que deberá ser reinventada de nuevo para seguirnos la corriente
“nosotros el pueblo”, viajando sin mapas
viajamos hacia mapas
ensangrentados por Generales en tanques
en un nerviosismo de lo inolvidable
II
ah! queridos Generales soñando con manifiestos
ustedes convierten una era de maíz en un campo de banderas
verdes y blancas banderas que flamean al humo de los fusiles
ustedes convirtieron el campo en abalorios de palabras,
palabras que chillan y patalean plantadas en la estridencia
de cascos de hierro que crecen más que el trigo o el ñame
queridos Generales más elocuentes que manifiestos
ustedes son ovejas leonizadas por pastos suplicantes
donde sus articulaciones mentales custodian nuestras moradas del hambre
antes del canto del gallo y antes de que hablen los yunques,
rasgando los taparrabos de los sueños de la carne inspirada,
tus pliegues mentales trenzan una danza más allá del muezin
-centinelas de la noche cuyas huellas son slogans
-centinelas de la noche cuyos acres prohiben los silbidos
-centinelas de la noche cuyos pájaros no vuelan
tus madrugadas hablan de mascaradas que regresan
ancestros que vuelven como abikus seducidos por mendalions
tus madrugadas bullen con estandartes y fábulas temerarias
empapados de grasa para empalar los estómagos en los muros húmedos
tus madrugadas ejercitan la amnesia en fiestas y hogueras
donde nuestros sueños se enfrentan al humo de los fusiles para fertilizar el tiempo
La nueva ciencia
en el nombre del mercado, ellos necesitaban
un pueblo sin la indisciplina del río
que se introduce al mar en un delta; ellos dijeron,
un río debe sostenerse en contra de los arroyuelos;
en el nombre del mercado, ellos necesitaban
rehenes de los pantanos y del cieno antiguo
que superasen los axiomas de los sabios
en busca de un delta que fluye y confluye
en el nombre del mercado ellos necesitaban un pueblo
que se inclinase antes de que el viento hiciese de ellos sauces
o los pusiese fuera de combate, ellos dijeron, si no van a servir
derríbenlos en el nombre del mercado
bajo los arcos triunfales de la nueva ciencia
la paz ofrecida sólo a ciudades reducidas a polvo
por fuegos amistosos en el nombre del mercado,
ellos necesitaban un pueblo que creciese en inercia
ellos necesitaban un pueblo que creciese en aceptación
y se postrase en el nombre del mercado
al sino primitivo de oro negro fluyendo
hacia los desiertos de cuentas bancarias extranjeras
ellos necesitaban un pueblo cuyas calles en silencio
tuviesen la alquimia suficiente para convertir el rugido
de los estómagos y el llanto de los niños muriendo de kwashiokor
en una música de baile más allá de las silbantes ventiscas
ah! ellos necesitaban de la música en el nombre del mercado
para poder probarlo, necesitaban de vidas enteras
más allá del caminar y del anhelo; tenían que probarlo
probar que su ciencia funciona -que su ciencia en verdad funciona-
Traducción de Raúl Jaime
_________________________________________
SIENTO NECESIDAD DE GRITAR
Siento la necesidad de gritar en el papel
la decadencia del aire
roza el pétalo de hierro
mi voluntad para sobrevivir
urdimbres de días irremediables
soles sin despertar
Siento la necesidad de gritar
mis pulmones secos
hasta que las arenas se enciendan en mis venas
hasta que el rebelde que me habita pruebe los pólenes de otra
sabiduría
Siento la necesidad de gritar
las pesadillas cortantes como tijeras
escondiéndose tras máscaras
ancestrales de ilusiones,
tallaron el deseo de escapar
así fuese por un día
del beso-cuchilla–de-segueta- de la realidad
¡Gritar! Deseo gritar
mi rechazo a permitir que la infamia ácida
de estos días sea aplastada bajo mi fe
en las huellas de la aurora por venir
Y la Tierra
en la oscuridad de sueños incinerados
rebosa mi copa con pólenes
de exaltada sabiduría
FÁBULA
... Un gran ruido en la horda que vino
a hundir bravías pasiones en el mar;
él se entregó a vientos que llevaban al estuario
y le hablaban fuerte a nuestra historia
él doblegó la tormenta, pretendiendo adivinar
el comportamiento de las olas en batalla
para el control y la domesticación del tiempo;
él juró que estaba destinado a superar la sabana y la selva
y a conquistar la laguna y los pantanos putrefactos
Él cabalgó el caballo de la temeridad
hacia altos pastos y la nube de polvo del harmattan*
rechazando la advertencia de los ríos inflamados
con el cuerpo de los sueños flotando vientre arriba,
él cabalgó para conquistar, para sostener; él juró
que no sería devorado por la furia de las tormentas
que medían el tamaño de su mirada
él le hablaría al océano hombre a hombre, decía él,
en acentos que entendiese el tiempo, y así,
vencería todo destino;
... hasta que las lianas y las plantas trepadoras
urdieron sus días a costillas de su voluntad y nublaron sus ojos
hasta que descubrió que las selvas se apoderan de aquellos que osan apoderarse de las selvas, hasta que el miasma de los mangles y los pantanos,
y las noches del delta, incendiadas de gas, lo expusieron
proyectándolo sobre el cortinaje del alba impaciente, esfumaron la puerta de entrada, enceguecieron al Sol
hasta que la carcajada que hizo de nosotros una nación
explotó su rostro en mil estrellas
Oh entonces las risas de los harems se convirtieron en veredictos
que flameaban a la altura de su orgullo
y sollozos de niños tatuados en sus visiones
con sueños no soñados trepando en cuatro patas
hacia las vigas del techo, sus certezas destechadas,
hasta que su cabeza alguna vez inflamada de victoria
abrevó en valles de total derrota-
gobernada por oscuras fortunas, sus pasiones desenmascaradas
mientras la laguna se mecía alegremente
*Viento africano
LA BOMBA HINDÚ
No puede ser más oscuro en el Este
que en el Oeste
la lógica del fuego infernal
es la misma en todas partes
Así se hunda la tierra
en un estallido bioquímico
o se viole la desfigurada paz del mundo
en medidos brotes de terror
el lenguaje es el mismo
aunque varíen los significados
la lección es la misma
aunque los credos puedan ocultar dragones
la lección amanece antes de la puesta de sol:
-un nuevo dispositivo contra las viejas bombas
-o contra otros aparatos aún por surgir
arados vencidos por espadas
deben alimentar con guijarros a millones
tanto en Delhi como en Nueva York
La lógica del fuego infernal
es la misma en todas partes
CANCIÓN A LA MADRE II
Madre tú eres más que oro
sin miedo al vuelo
hacia lunas y arboledas
o a través de muros de piedra
para trenzar nuestra risa
danzamos para ti
madre tu amor es intrépido
una compañía que traza su vida
deseo floreciendo interminable
en el coraje de los sueños
para curar la sangre ciega
con los ojos de la aurora
Danzamos para ti
danzamos para tus ojos
ojos que colorean
las lilas montañosas
ojos de ternura desesperada
nombrando nombres que atan
nuestros cordones de plata
al dedo índice de Dios
danzamos para ti
tu pecho enfundas es nuestro refugio
tú que diste a tus hijas
las antinomias de llamas
para domesticar la salvaje virilidad
que incluso el sol recela
danzamos para ti
Danzamos para todas las madres
siempre más fuertes que la fábula
ustedes son cantos que nunca se marchitan
así nuestros labios estén llenos de llagas
tú forjas nuestra voluntad para vivir
cuando no hayan más arco iris
que nos hagan danzar gozosos
Danzamos para ti
Poema Bantu- Odia Ofeimun
Hemos viajado lejos
en las entrañas del tiempo
con pies de millones de años
abatiendo las venas de las montañas,
sosteniendo valles contra mares de arena
que todavía persiguen la fértil cima
de nuestra tierra. Preguntamos
como el primer pájaro volando sobre el agua
pregunta a las olas por la sal
Preguntamos, nosotros que viajamos,
¿cuándo llegaremos?
¿Cuándo,
llegando de donde salimos?
Renovamos nuestros ojos en frescas leyendas
contra las tormentas de arena que cubren las nubes
donde no hay lluvia que empape las arenas ardientes
Preguntamos: nosotros que hemos cruzado golfos y acantilados
buscando siempre grandes mesetas
y mayores libertades para encontrar el cielo más grande
bajo cuyo sol nuestros brazos se abren
para abrazar el sueño más grande
Preguntamos: nosotros que viajamos
¿cuándo llegaremos?
¿Cuándo acogeremos el cálido
regreso a casa? Nosotros
que hemos seguido el rastro eterno
–orgullo de los uBantu– desde la costa de Guinea
y los tantos ríos debidos
al Futa Jallon y al Kilimanjaro,
nosotros que hemos unido los grandes flujos de las eras–
el Nilo y el Níger,
el Zambezi, el Mjolozi y el Congo
Nosotros que hemos seguido al antiguo conocedor
que pidió sitio para la danza
antes de que ellos levantaran sus pies
Nosotros no deseamos ofender la tierra
en cuyo pecho debemos descansar,
Preguntamos: ¿cómo llegaremos?
¿Cuáles vientos
cuáles silbidos
cuáles canciones?
¿Cuáles las flautas, las sonajas, los fuetes
cuáles las baquetas
para llevar a nuestros guías a la arboleda
donde los ancestros de todos los climas
todos los clanes y las naciones a la vez
juntaron su sangre con el juramento
de la esencia de la tierra?
Nosotros que viajamos: en nuestras muchas idas
y nuestros regresos sin fin
preguntamos: ¿cuándo llegaremos?
donde el mundo comienza
en la palma de la mano
donde los conocedores desearon que terminara
con el lirismo puro del grito de amor de la mujer
encrestando la vacilante virilidad de la soledad
para juntar a todos los niños bajo el sol,
en un solo pecho, una canción de muchas voces
atravesando desde el centro de la tierra
hasta la estrella más lejana
(de The Feast of Return)
Traducciòn de Marìa Baranda
en las entrañas del tiempo
con pies de millones de años
abatiendo las venas de las montañas,
sosteniendo valles contra mares de arena
que todavía persiguen la fértil cima
de nuestra tierra. Preguntamos
como el primer pájaro volando sobre el agua
pregunta a las olas por la sal
Preguntamos, nosotros que viajamos,
¿cuándo llegaremos?
¿Cuándo,
llegando de donde salimos?
Renovamos nuestros ojos en frescas leyendas
contra las tormentas de arena que cubren las nubes
donde no hay lluvia que empape las arenas ardientes
Preguntamos: nosotros que hemos cruzado golfos y acantilados
buscando siempre grandes mesetas
y mayores libertades para encontrar el cielo más grande
bajo cuyo sol nuestros brazos se abren
para abrazar el sueño más grande
Preguntamos: nosotros que viajamos
¿cuándo llegaremos?
¿Cuándo acogeremos el cálido
regreso a casa? Nosotros
que hemos seguido el rastro eterno
–orgullo de los uBantu– desde la costa de Guinea
y los tantos ríos debidos
al Futa Jallon y al Kilimanjaro,
nosotros que hemos unido los grandes flujos de las eras–
el Nilo y el Níger,
el Zambezi, el Mjolozi y el Congo
Nosotros que hemos seguido al antiguo conocedor
que pidió sitio para la danza
antes de que ellos levantaran sus pies
Nosotros no deseamos ofender la tierra
en cuyo pecho debemos descansar,
Preguntamos: ¿cómo llegaremos?
¿Cuáles vientos
cuáles silbidos
cuáles canciones?
¿Cuáles las flautas, las sonajas, los fuetes
cuáles las baquetas
para llevar a nuestros guías a la arboleda
donde los ancestros de todos los climas
todos los clanes y las naciones a la vez
juntaron su sangre con el juramento
de la esencia de la tierra?
Nosotros que viajamos: en nuestras muchas idas
y nuestros regresos sin fin
preguntamos: ¿cuándo llegaremos?
donde el mundo comienza
en la palma de la mano
donde los conocedores desearon que terminara
con el lirismo puro del grito de amor de la mujer
encrestando la vacilante virilidad de la soledad
para juntar a todos los niños bajo el sol,
en un solo pecho, una canción de muchas voces
atravesando desde el centro de la tierra
hasta la estrella más lejana
(de The Feast of Return)
Traducciòn de Marìa Baranda
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