BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

martes, 24 de agosto de 2010

905.- HOWARD NEMEROV

Howard Nemerov (Nueva York, 1920-Saint Louis, 1991). Escritor estadounidense. Estudió en la Universidad de Harvard y fue, a su vez, docente en varias universidades de EE UU. Es autor de ensayos (Poesía y narrativa, 1963; Who will never learn, 1987), de novelas (The home coming game, 1957) y de una abundante obra poética, cuyos títulos más relevantes son La imagen y la ley (1947), Espejos y ventanas (1958), Las golondrinas azules (1967), Sentences (1980) y War stories: poems about long ago and now (1987).




El Consenso

A fines de noviembre, en solo una noche,
que ni siquiera heló, los árboles de ginkgo
se desprenden del todo de todas sus hojas.
en un consenso, no con la lluvia o el viento,
sino con el tiempo: las doradas y verdes
hojas cubren hoy el césped, aún ayer
aleteaban como abanicos de luz.

¿Qué signo de las estrellas? ¿Qué sentimiento
en ellos influyó? ¿Qué en esos maderos
decidió sacudir sus hojas y botarlas,
rebelión o rendición? y si esto acontece
así, qué estirpe podrá estar exenta?
De qué sirve aprender lecciones del tiempo,
si un astro al azar puede decir: Ahora.


en "The Western Approaches" , 1975
- Traducción Eduardo Arancibia Diaz -






Homenaje a Diane Arbus por Howard Nemerov

(PARA D- MUERTA POR SU PROPIA MANO)

Mi querida, me pregunto si antes del fin
Pensaste en aquel juego de niños
Al que seguramente jugaste, en el que
Corres por encima del estrecho muro de un jardín
Imaginando que es la cima de una montaña
Con insondables precipicios a ambos lados
Y cuando sentiste que perdías el equilibrio
Saltaste, porque temías caer, y pensaste
Sólo un instante: Es ahora cuando muero.
Eso fue hace una vida. Ahora ya no estás,
Te negaste a seguir jugando en juego de los adultos
En el que, manteniendo el equilibrio en la cima
que corona la oscuridad
Se sigue corriendo sin mirar hacia abajo
Y nunca se salta por temor a caer.

[Nota del Editor:
Diane Arbus (Nueva York, 14 de marzo de 1923
- Greenwich, Nueva York, 26 de julio de 1971)
fue una fotógrafa estadounidense.
Es hermana del poeta Howard Nemerov.
En 1971, después de una larga depresión,
Diane Arbus se suicida. Un año más tarde su trabajo
es seleccionado para participar en la Bienal de Venecia,
siendo la primera fotógrafa estadounidense
en ser seleccionada, y el MoMA de Nueva York
organiza su primera gran retrospectiva.]







EL GORRIÓN EN EL ZOOLÓGICO

No hay barrotes tan estrechos, ni malla tan fina
que me mantengan alejado del águila y del león,
a quienes los guardianes alimentan
para que yo pueda comer libremente.
Esto viene a demostrar que si se tiene el ingenio
de ser pequeño, corriente, cuco y de vivir
sobre mierda,
aunque la jaula inquiete a los reyes,
uno puede aprovecharse de ello.

Traducción: JORGE ORDAZ







Una cartilla para la rutina

A pela una manzana, mientras B se postra
ante Dios, C telefonea a D, quien tiene su mano
en la rodilla de E, estornuda F, escarba G la tierra
para la tumba de H, no comprendo nada Yo
pero J está disparando a un plato
mientras K propina un golpe en la cabeza de L,
y M toma mostaza, conduce por el centro N,
se va a la cama O con P, y cae muerta Q,
R miente a S, mas sucede que es escuchada
por T, que se lo cuenta a U para que no despida a V
y así ésta tenga que prometerle a W
que X está ahora engañando a Y con Z,
a quien le da ahora por recordar a A
pelando, muy lejos, en algún lugar, una manzana.






UN CUADRO ANTIGUO

Dos niños, luciendo ropas cortesanas,
cruzan una habitación ricamente ornamentada.
Él porta un cetro, ella un libro;
intercambian una mirada seria.
Frente al amor que se prodigan,
fruncen sus ceños personas serias en la alta galería,
y más allá, tras el biombo de seda,
susurran el obispo y la reina.
Ellos tienen las riendas del futuro,
que será como lo han predestinado:
el tálamo ya está hecho,
la cripta, ya preparada.





EN EL AEROPUERTO


Por la puerta que se abre a la nada y la noche
entran de pronto unos cien y se dispersan
en el salón de espera atestado y caliente.
Otros cien más van hacia la puerta
y esperan pacientes que los dejen pasar
a la nada y la noche, mientras una voz recita
la intermitente letanía de números
y los nombres sagrados de distantes destinaciones.
Ninguno de los que sale está seguro de llegar.
Ninguno de los que llega está seguro de ser amado
lo bastante. Pero son metidos en el tubo plateado
y levantados, para ser arriba mimados y servidos
mientras su celda acolchonada de calor y de luz
desgarra la tiniebla aunque ni aquí ni allá.




No hay comentarios: