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martes, 24 de agosto de 2010

892.- CARMEN BERENGUER

Carmen Berenguer (1946). CHILE. Recibió el Premio Neruda 2008; al finalizar su discurso en La Moneda, deslindó responsabilidades: “Hoy mi querido Pablo…En su nombre se aplaude a un salvajismo sin precedentes, después de los asesinatos que maldijo en vida. En su nombre se criminaliza al pueblo originario. Así es la muerte querido poeta Pablo Neruda: Un mito”. La precedieron: José Emilio Pacheco (2004), Juan Gelman (2005), Carlos Germán Belli (2006) y Fina García (2007).

Carmen Berenguer evoca sus influencias: “Crecí literariamente con las obras maestras de los autores mayores en Chile, cada uno ingresa de maneras diversas en mis textos, en Ruinas las citas de Huidobro se incorporaron requeridas por su ácida lectura sobre el provincianismo chileno (…) Leo toda la poesía contemporánea, pues es riquísima, le nombraré algunos en los que me he detenido: Marosa di Giorgio, del Uruguay; Juan Luis Martínez, de Chile; Adrienne Rich, de Estados Unidos; Tamara Kamenszain, de Argentina y José Emilio Pacheco, de México.

Es autora de: Bobby Sands desfallece en el muro (1983); Huellas de siglo (1986); A media asta (1988); Sayal de pieles (1993); Naciste pintada (1999); La gran hablada (2002); Mama Marx (Lom, 2006) y Las razones de mi vida (2008); habla de su identidad mapuche y el respeto que siente por Neruda (el 10 de diciembre de 1971, recibió el Nobel de Literatura); consecuentemente, Carmen Berenguer hizo un desagravio poético contra quienes administran el legado de Neruda y en su nombre criminalizan al pueblo mapuche.



Vampiro

Mi carne para su goce
Mi orgullo para su látigo
Mi protesta para su cárcel
Mi infierno para su edén
Mi amuleto para su suerte
Mi locura para sus sueños
Mi muerte para su vida




A Media Asta

El ojo vigila y comparte el conjuro
de las seminales trompas
esculpidas en la frontera:

La difama

Contra el diáfano suspiro
el monte la monta
montándola la flamea:

A media asta percal




Afuera Sobre Los Llampos

Marcial lamento de las horas
transito por un rostro
sin marcas ni pliegues
simulando tus labios
ese gesto

Los ojos vueltos
en el viento escrito: Ondas
La mar pues bramando: Llama
al ojo que le sonríe
por el ojo que dice
al otro ojo
porque los ojos fueron sacados
mamita
para que nunca vieran





Huellas De Siglo

1.

La química sirve para todo,
hasta para borrar manchas históricas

2.

Si Dios me dice ¡Hola!
Yo le contesto:
¿Y dónde estabas tú,
antes que el infierno lo devorara todo
dándose un opíparo festín?

3.

Y al séptimo día
creaste al hombre
a semejanza tuya
y son millones de ediciones.

4.

Los héroes están en las plazas
para no dejarnos tan solitarios
frente al pasto.

5.

Todos hablan de persecuciones.
A mí no me persigue nadie.
Ni un enamorado. Me sigue

6.

Una señora de doscientos años,
a horcajadas orina en un bidé
con una flor en la mano.

7.

Cópulas Cúpulas
Cúpulas Cópulas
Y yo siempre debajo.

8.

El androide llegó a Isla de Pascua.
Sentóse en el totem
a esperar el próximo diluvio.

9.

Qué gran maraca es la guerra
Obligada a fornicar:
El hombre es el que paga.

10.

Marilyn, la más hermosa
Dice un joven
Lanzándose al vacío
a lo Superman.

11.

Janis Joplin dejo una nota:
El orgasmo es la flaqueza del siglo.

12.

Dios eres dueño de todo,
millones de almas: errabundas





Las Falenas Con Sus Pubis Al Alba

Desnuda la maldecida
nosotros sangrante vulva: Mueca
Mimética la rojita
se acerca

sangrantecercadalasangran

Eran hartos
me lo hicieron
me amarraron
me hicieron cruces
y bramaban
como la maldecida






Loba

De dónde esta mueca
Esta boca este rostro
Esta máscara este abrigo
De dónde esta locura
De acompañarte por las noches
Con este negro y este rojo
Esta bufanda que es una bufonada
Y esta vitrina que devuelve esta pirueta
Esta artesanal pinta hecha a la medida.
Y esta lengua de loba despistada
Que te lame.




Mala Piel

Piel que pora no podría ser otra piel
de durazno negro;
pigmento oscuro no otro, más
que oscuro, no otro.
Crin sufroso el sayo que lo cubre y tizna,

si aquél blanco horadara negro piel,
o la negrura espesa
el corazón tensara rojo piel blanca
y por blanca virgínea,
verrugosa la oruga sedara el silencio
de aquél vellocino.
Pigmento de sedas avienta la oruga.
Su brillo opacara así, empolvando
as estrías que trepana
la cintura hacia lo velloso; lamé cerrara
y abriera hondo.
Pígmea su lamé bellosida plateara la sien;
guante sintético
de la mano que el guante esconde,
vacilante al tacto.



Desconocido

Un hombre a quién no conocía
aparece en los diarios de todo el país.
Está tirado en la calle
tiene el cuerpo perforado:
Ahora todos lo conocemos.

De: Huellas de siglo






Poema Venid a Verme Ahora

Venid a verme como sufro
Venid a verme los malditos

Los gusanos abren sus mandíbulas
Esparcen mi cuerpo y yo gozo

Las luces llameantes del sol
Entreabren sus rayos los labios
Vertiendo el calor sobre mi cuerpo
Dejándolo vivir ardiéndolo de a poco

Venid a ver este arder.





LOS PASOS SIGUIENTES


MALL

Es cierto, un edificio sin fondo
Sin ruido, sin perfil.
Allí un mequetrefe asoma su nariz,
Inventa ser un Alfil.
Sin duda, en su redondez, se afana.
Y vuelve a caminar en revés,
Y nada.


Cómo se ha reinstalado Santiago

Conserva claramente su paisaje.
Atrás, siempre viva su esplendor en las rocas
y altas cumbres
como doncellas preñadas en edad de concebir.
Buena imagen convertida para una posible
y autoinflijida conversación.
Yo le hablo. Yo la hablo.
Y es todo lo que tiene.
Algo verde y algo melancólico.
Hay siempre una ventana que se abre.
Y una puerta que se cierra.
Es todo.


También quedan unos pocos patios.

El patio de la Escuela, que no es poco.
Un dulce garabato en la pared, que no es mucho.
El Rosedal en la memoria de mi abuela, que es harto.
Le agregaría una componenda en La Moneda,
que lo es todo.


Y sin embargo me llena de tristeza.

No piensen que me voy a convertir en un cadáver.
No se les pase por la mente, que voy a ser una mártir.
Ni lo uno ni lo otro.
Es un estado solamente.

Ni siquiera pienso en nada.
Puedo salir a dar vueltas, sin rumbo fijo,
a la manzana,
A la calle, al parque,
a mirar las fantasías de los otros.
Llego a pensar que es un estado solemne.
Quizás me queje futilmente de estar lleno o llena.
(Según quien sea el que hable.)
Podría ser la Soledad.
(Sabiendo que no son la mismas Soledades
de Góngora o Quevedo)
Qué más quisiera yo, que interpretar la Soledad.
Presiento, que es otra situación.
Una complejidad malconformada.
Tal vez llegar a una conclusión,
no da para ironías como sugerencias
de un Estadio. Las metáforas
no están a mi servicio actual.
El ritmo es de un caimán,
puedo estar quieto(a) días
enteros con la mandíbula fija.
A veces llega un sobre con dirección
y remitente.
Quizás de súbito me asalte la intención
de apartarme.
Amo este silencio.
Como una sorda en una mañana de Santiago,
Ciudad,
-Que no es gran cosa-, les diría-:

Auguro que ustedes esperaban más de mí.



Un día en una tarde de Otoño en el mítico Piedragógico,
el poeta Rodrigo Lira, protestó porque se recogían
las hojas y se botaban. El guardia no se inmutó,
y le dijo hágalo usted. Acto seguido Rodrigo
tomó la pala, juntó todas las hojas del parque
del recinto e hizo un enorme montón,
abrió un hoyo y las enterró.
(Esta cita es mía)


Sería mejor que se escuchara “Despiértense”
Sería mejor no creen. Me levantaría con energía,
saludable, tanto más, o tanto menos, como para
encender el televisor en colores.
¡Ah! No con el desparpajo de anteayer, sino con los
dioses que me levantan.
Y a rezar mi mantra urbano:
“Tú tienes fe en mí
yo tengo fe en ti”.

¿Porqué no puedo referirme a los dioses sagrados
como lo hace Kavafis?





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