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domingo, 8 de agosto de 2010

715.- ELENA ANNÍBALI

Elena Anníbali nació en Oncativo, Provincia de Córdoba. Argentina. Estudió Letras Modernas en la U.N.C, Facultad de Filosofía y Humanidades. Publicó dos libros: Las madres remotas (Ed. Cartografías; 2007) y Tabaco mariposa (Ed. Caballo Negro; 2009).



150509

me enamoro de ud. señor juan gelman, me enamoro,
como las maestritas lo hacen del reader’s digest
y de corín tellado,
como las azafatas, de la luz violeta y las postales
de rodolfo valentino
como las adolescentes de ellas mismas cuando,
desnudísimas
se miran en los espejos nebulosos de sus baños
me enamoro de ud. señor juan gelman, desde este
pueblo enfermo
donde hiede la costra de los muertos
la fiebre de los vivos
mientras preparo el café de la mañana
y lavo el orinal de mi padre enfermo
y más tarde trabajo y a la noche escucho
big bill broonzy
poniendo en orden el huerto, quemando
las alimañas
haciendo que lo perdido valga
que la tía escolástica labore sus telares
si supiera señor juan gelman cómo los ojos de ud.
me parecen así de bonitos
y contando sus trapos, sus fulgores,
considerándolo a la luz amarga de mi amor
me veo no tan joven, no hermosa,
pero sí verdadera, y ya no me alcanza
el pudor mentiroso de los desnudos ante sí
o ante los otros
para callarme, señor juan gelman
para callarme

(Inédito)




LOS ALBAÑILES ME GUSTAN

los albañiles me gustan
llegan en bandada, un día,
al terreno baldío, al gran hueco,
con su música de cuarteto
en las radios
llegan gritando, llegan
puteando al trompa,
codiciándole la mujer que nunca vieron,
llegan para lastimarse,
para caerse de los andamios,
para romperse la médula jugando
a los angelitos,
llegan para ponerle el hombro
al asunto

y el asunto es acarrear tierra,
arena, agua, cemento,
el asunto,
lo que los cogotudos de la zona
dirían business, es
hacerlo 8, 10, 12 horas seguidas,
con el sol bravo de la siesta,
hacerlo, con el viento sur
del invierno,
hacerlo cansados, poner
ladrillo sobre ladrillo,
sin llorar histéricos por ninguna
cuestión metafísica, porque el tiempo
que les sobra del día
-y siempre son miguitas-
hay que usarlo
para comer,
para bañarse,
para hacerle el amor a la mujer y mirar
cómo crecen los hijos

me gustan, los albañiles,
me gustan
porque todavía tienen tiempo
de gritarnos obscenidades a las mujeres,
de sonreírnos en la vía pública,
de hacernos saber que nos ven,
que nos escuchan el taconeo,
que se fijaron
en el brillo del pelo

me gustan porque cuando se van,
donde había un vacío,
de pronto hay una casa,
una casa armoniosa y a prueba
de tormentas,
es justo recordar de quién fueron las manos,
es justo

(Inédito)




EVA O EL SILENCIO

Torpe.
Torpe Eva de dientes podridos.
Buena perra de mala vida.

Madre:
en tu seco pezón no hay trigo.
No luz, sombra.
No pájaro, garra.
No ángel, cuero de ángel.

Amo, sin embargo,
la costilla de la que no participo,
costilla dura, vieja,
palo sobre palo,
silenciosa, no más.
Hueca.

Por tu costilla entra un aire de Dios.
Y el aire de Diso hace música.
Melaza honda de sexo,
carbón ardiendo
en la boca.
Cuando me enciendo,
me voy por ahí a gritar,
a decir algo.
A veces también gimo.

Soy yo, y estoy rota.
No digo,
gruño.
Soy una orilla. Y la otra.
La corzuela ciega.
Y el león.
La sed y el agua.
Me veo venir. Y me destrozo.
Me persigo.
El músculo que muere
alimenta al músculo que goza.

Soy yo.
A veces lo soy en serio.
No como esta noche,
no ahora.
Buena perra de mala vida.
Puta perra de mala leche.
Poesía,
hato de hambres.
Silencio.

(Las madres remotas, Ed. Cartografías; 2007)




281209

1-

de noche
la brasa del cigarrillo ilumina
lo poco

a intervalos, está lo que se alumbra
pedazo de lo todo,
lo que no se ve

así de pequeña es la verdad
así de pobrecita

¿qué esperabas?

2-

otra es la belleza
y está en la sombra
en lo que oscurece
en lo que la pulpa
de la intimidad
resguarda

3-

yo no he visto, no,
que la carne de los hombres
retenga la luz

la he visto en el río,
en el vaso de agua,
y aún
en el charquito triste

después del temporal
alguien señala y dice:
mirá, el sol está ahí

y es verdad





230909

en algún lugar, donde todavía es
el invierno de 1987, se levantan
las fogatas de la noche de san juan, en algún lugar
aún
las mazorcas de maíz
chillan y revientan
contra lo oscuro del mundo

en el rastrojo hay pequeñas víboras
tiernos nidos de ratas, y mi cuerpo
sin pechos, sin ira
sin nada
acostado entre los perros

en algún lugar, todavía
los peones terminan la jornada
asan su carne
y un pájaro rasga el silencio




Ariadna

Hermosos, Ariadna, los cordeles que nacen de tu ombligo.
Hermosa la forma de dejarnos tu rastro y tu olor,
tu sombra como de violín, retenida en las cuevas.

Las flores habían crecido en el laberinto:
se enredaban en los cables, en las antenas,
en los huesos blancos de los que no llegaron.
El mismo olor a muerte, siempre.
La misma historia.

Sólo que esta vez -como cada vez-
hombre y minotauro coincidieron
en la misma carne:
se comieron las frutas,
los dulces pájaros,
tu dócil aura de virgen.

Luego hicieron un dogal para tu cuello, Ariadna,
suavísimo pero inexpugnable,
con los lazos de tu pelo y tu cintura,
y tiraron fuerte de él, muy fuerte,
las dos mitades de la misma bestia.



ANTÍGONA

Baja la voz, Ismene, que amanece.

Ambas sabemos lo que significa:
yo saldré de esta casa en ruinas,
descalza,
el mustio seno trasluciéndose
a través de la negra túnica;
saldré pisando los tiernos caracoles de la huerta,
el espectro gravoso de los guardias,
la maleza atónita de los jardines.

Saldré, de cualquier modo, a hacer lo mío:
apartar los cuervos,
enterrar los hombres,
ahorcarme con el lazo de la cintura
que, de tan usado,
no asegura la muerte de nadie.

Ya no es, hermana, adolescente mi carne,
y no es mi temperamento tan dócil,
ni Hemón tan hermoso,
ni la línea de las tragedias tan puras.
Es esta una farsa repetida hasta el asco,
un carrusel de los parques fantasmas.
Le regalo a otra, Ismene,
este papel gastado.





260610

en el fuego de la cocina calenté un ladrillo

lo llevé a la cama, del lado
donde yo no duermo

le dije: amor mío
cuánto te parecés al anterior
la misma mudez, la misma
carencia de ideas,
el mismo virgen corazón
de no haber sentido, nunca,
nada




160610

atrás de la puerta no hay
la cruz
el lobo
el chorreado damasco de la gloria

hay un patio donde corren
los caballos
la niebla baja del sur

es de noche y
se mueve, con el viento, el farolito

parpadea el angel de la muerte
una rosa se abre
se cierra
y yo respiro aquí mi pobre
pedazo de eternidad




050510

muchas veces fuimos pobres
no había dinero para ropa o música, pero
el taladro magnífico de dios
caía contra la mañana

las palomas se desbandaban
como si vieran
la comadreja o el halcón

un pedazo de mí entraba en la amargura
como en el pozo del molino
donde la serpiente infectaba
el agua de beber

yo tenía pocos años y ya era
rigurosamente anciana

sabía que el altísimo podía aplastarme la cabeza
enfermar nuestras ovejas
quitarnos el verano, la poca dicha

pero igual miraba siempre para arriba
y bajito decía
que sí, señor, venga a mí la destrucción
lo que deba venir
soy tu surco, señor,
soy tu surco




020510

1-

¿alguien fue por la mañana?
¿alguien abrió su cuerpo
a la venida de la paloma?

estamos en la noche
y en la noche pasta
la torpe bestia
ocurre
su sedoso trance

va y viene por la casa

su aliento
empaña los vidrios
los ojos

algo azul viene por nosotros
y no es el ángel

2-

nos cruza el látigo de la sombra

aquí y allá los hombres encienden la radio
intentan el sueño, orillan
la casa prohibida, dicen
el nombre del monstruo

3-

en mi cuarto, de noche
respira un animal

abre su fosfórica boca
al hambre de mi corazón

a veces la sangre corre y yo no sé
dónde
porqué

ambos crecemos en el odio
crecemos en la flor del odio
en los rumores dulces
de esta primavera invertida




170410

metí la mano en la olla de la vida:

estaba la carne oscura del cordero
su sangre entre alambrados
y más grande el pueblo que prodiga
en el agua su veneno

estaba el padre enfermo, el hongo
que pudre y alucina al árbol joven

no estaba mi pureza, pero encontré el asco
la rabia
el tristísimo oro de la rabia
su luz entre tinieblas




220310

bien administrada, una lata de pintura
dura dos días, y el mismo tiempo
un paquete de 20 cigarrillos

afuera graniza, llueve, hace viento

sobre este aparador, al que devuelvo
el color rosa
mi hermanito puso sus manos, olvidó
sus caramelos

a este mueble, viejo ahora,
subió en simulación del cielo

allí andaba, muy alto, cuando vino
ese ángel o cuervo a buscarle los ojos
-un plato de largo aliento-

vino y se fue
por el mismo arco de pureza




080310

que fue un empujón del diablo
dijeron

que fue la roca
y el mar de un azul abundoso

que una virgen castísima me confió
un secreto y una duda

con una brasa en cada mano
yo caí, fue
por mis razones

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