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lunes, 30 de agosto de 2010

1012.- ANNE HÉBERT

Anne Hébert (Sainte-Catherine-de-la-Jacques-Cartier, a 25 km de Quebec, 1 de agosto de 1916 – Montreal, 22 de enero de 2000) fue una escritora, poetisa y guionista canadiense en lengua francesa.
Pasó su infancia en Quebec. Publicó en 1942 su primer libro de poemas, Los Sueños en equilibrio. Su segunda obra, que se publicó en 1950, fue El torrente. La tumba de los reyes aparece en 1953, es una obra en la que había trabajado durante diez años. Fue contratada como script en el National Film Board of Canada en enero de 1953. Trabajó a continuación en Montreal como guionista hasta el otoño de 1954. Se trasladó a París en 1965, tras la muerte de su madre. La novela Habitaciones de madera se publicó en 1958 y Anne Hébert es elegida miembro de la Royal Society of Canada en junio de 1960. Tras la publicación de su segunda novela, Kamuraska, alcanza por fin el éxito hacia 1970. Los hijos del sabbat, una tercera novela, aparece en 1975. En 1978, el primer ministro de la provincia de Quebec, René Lévesque le ofrece el puesto de teniente gobernador de Quebec, cargo que rechaza. En 1982, tras la aparición de su cuarta novela, Eloísa, la escritora se convierte en la cuarta canadiense francófona y en la segunda quebequesa que obtiene un gran premio literario. En efecto, consigue el premio Femina por su quinta novela, Los locos de Bassan. En 1983, es nombrada doctor honoris causa por la Universidad de Laval. Este título se agrega a los obtenidos anteriormente, por la Universidad de Toronto en 1969, Guelph en 1970, UQAM en 1979 y por último, Universidad McGill en 1980. En 1988 publica su sexta novela, El primer jardín, homenaje a las mujeres fundadoras de Nueva Francia. Una séptima novela, El niño cargado de sueños, aparece en 1992. En 1995, a los 70años, publica Aureliano, Clara, la señorita y el teniente inglés, una historia a medio camino entre la poesía y la prosa. Su quinto libro de poemas, Poemas para la mano izquierda se publica dos años después. A principios de 1998, Anne Hébert, que llevaba 32 años viviendo en París regresa a Montreal. En 1999 publica la que será será su última novela, Un traje de luz. En efecto, muere unos meses más tarde en el hospital Notre-Dame de Montreal el 22 de enero de 2000. Tenía 83 años.
Poesía:
1942 : Los sueños en equilibrio ("Les Songes en équilibre")
1953 : La tumba de los reyes ("Le Tombeau des rois")
1997 : Poemas para la mano izquierda ("Poèmes pour la main gauche")


Canto de campanas

Un canto de campanas
En la hondanada del valle
Sube como una humareda oscura
Atraviesa la montaña
Se mezcla con las nubes
Da la vuelta al mundo
Herida mi alma adormecida
En un pliegue del sueño






El corazón escardado

El corazón escardado
A pleno sol
Este amor que es preciso
Arrancarse de entre los costales
A mediodía
En medio del fuego del verano






Bello verano

Sol a rabiar
Sobre la mar a mediodía
Flechas de oro
Encendida locura
Me arrojo bajo el agua verde
En busca del alma del fuego
Que brilla entre las algas







Encierro el agua

Encierro el agua como un lecho
Extiendo el agua lisa sin arrugas
Sueño con la euforia del nadador
En la velocidad de su fluido corazón
Del otro lado del mundo
En el desperezarse de su alegría
La vida extraña refulge en sus cabellos
Blanca como la sal





Misterio de la palabra

En un país tranquilo hemos recibido
la pasión del mundo,
espada desnuda sobre nuestras
dos manos posada

Nuestro corazón desconocía el día
cuando el fuego nos fue así entregado,
y su luz hizo un surco en la sombra
de nuestros rasgos

Era ante todo flaqueza,
la caridad estaba sola adelantándose
al miedo y al pudor

Inventaba el universo en la justicia primera
y éramos partícipes de esta vocación
en la extrema vitalidad de nuestro amor

La vida y la muerte en nosotros recibieron
derecho de asilo, se miraron con ojos ciegos,
se tocaron con manos precisas

Unas flechas de olor nos alcanzaron,
atándonos a la tierra
como heridas en nupcias excesivas

Oh estaciones, río, alisos y helechos, hojas,
flores, madera mojada, hierbas azules,
todo nuestro haber sangra su perfume,
bestia olorosa en nuestro flanco

Los colores y los sonidos nos visitaron en tropel
y en pequeños grupos fulminantes,
mientras que el sueño duplicaba nuestro encanto
como la tormenta eléctrica cierne el azul
del ojo inocente

La alegría se puso a gritar,
joven parturienta de olor salvajino
bajo los juncos.
La primavera liberada fue tan hermosa
que nos tomó el corazón con una sola mano

Los tres golpes de la creación del mundo
repicaron en nuestros oídos,
vueltos iguales a los latidos de nuestra sangre

En un solo deslumbrar se hizo el instante.
Su relámpago nos recorrió el rostro
y recibimos la misión del fuego y de la quemadura

Silencio, ni se mueve, ni dice nada,
se funda la palabra, levanta nuestro corazón
para asir el mundo en un solo gesto de tormenta,
nos adhiere a su aurora como la corteza al fruto

Toda la tierra vivaz, el bosque a nuestra derecha,
la profunda ciudad a nuestra izquierda,
en pleno centro del verbo,
avanzamos en la punta del mundo

Frentes de cabellos ensortijados
donde se corrompe el silencio en pelambres
almizclados,
todas las muecas, viejas cabezas, mejillas de niño,
amores, arrugas, alegrías, duelos, criaturas,
lenguas de fuego en el solsticio de la tierra

Oh hermanos míos los más negros,
todas las fiestas gravadas en secreto;
pechos humanos, calabazas que son músicas
y donde se exasperan voces cautivas.







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