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miércoles, 14 de julio de 2010

602.- ANTONIO MARÍN ALBALATE



Antonio Marín Albalate (Cartagena, 7 de febrero de 1955)
Es coordinador y coeditor del libro homenaje al poeta José Agustín Goytisolo, Goytisolo, veintisiete voces (Nausícaä. Murcia, 1999); coordinador y editor del libro homenaje al poeta José Hierro, Trazado con Hierro, (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2003). Antólogo y coeditor del libro Josefina Soria: memoria y voz, (Editora Regional de Murcia, 2003); antólogo y editor del libro Diversos (7) Demuestran (Áglaya / CAM, Cartagena, 2004); compilador y coordinador del libro homenaje a Carmen Conde, Las Letras (Ayuntamiento de Cartagena, Consejería de Educación y Cultura, Murcia, 2006); compilador y coordinador del libro Tributo a Serrat (Ramalama Music, Madrid, 2007); compilador y coordinador del libro 4 y Cantares conversan (Asociación Cultural Diván / Nausícaä, Murcia, 2008); coordinador y editor del libro Bosque de palabras. Voces para Carmen Conde (Asociación Cultural Diván / Huerga & Fierro Editores, Madrid, 2008).

Premios:

Juan Bernier (2002)
Pedro Marcelino Quintana (2001)
José de Espronceda (1999)
Ciudad de Purchena (1997)
Emma Egea (1997)
Ernestina de Champourcin (1995)
Ciudad de Hellín (1993)
Murcia-Joven (1984)


Libros:

Oscura voz (Grupo Barro, Sevilla, 1992)
Hasta encontrarme a mí (Estío Libros, Miranda de Ebro, Burgos, 1996)
Estación de la nieve (El árbol espiral, Béjar, Salamanca, 1996)
Opúsculo (Vizland & Palmart, Málaga, 1996)
Barcaiar / cuarenta poemas y un día (Diputación Foral de Álava, Vitoria, 1996)
Escalera de palabras para bajar (Fundación Emma Egea, Cartagena, 1998)
La memoria del viento (Huerga & Fierro Editores, Madrid, 1998)
Un mal día lo tiene cualquiera (LF Ediciones & El Sornabique, Béjar, Salamanca, 1999)
Donde acaba el horizonte (Nausícaa, Murcia, 1999)
Todavía la nieve en la palabra (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2000)
Hebra de viento tibio (Áglaya, Cartagena, 2001)
Ángel de tierra (Colección Provincia, Diputación de León, 2001 y Ediciones Vitruvio, Madrid, 2004)
Serrat, en set cançons (Nausícaa, Murcia, 2001)
Que nada importa (Emboscall Editorial, Vic, Barcelona, 2002) Cebollas azules para un Blues (Ediciones Tepemarquia, Arucas, Gran Canaria, 2002)
La nieve toda (Editora Regional de Murcia, 2003)
Bajo whisky (Diputación de Córdoba, 2004)
En claro oscuro (Nausícaä, Murcia, 2004)
La bella y la palabra (Áglaya, Cartagena, 2005)
Del humo de los días (Alla pasticceria del pesce, Milán, 2006)
Sombra de lo siniestro (Huerga & Fierro Editores, Madrid, 2007)
A Serrat con diez cañones por banda (Huerga & Fierro Editores, Madrid, 2007)
Caligrafía de la nieve (Tres Fronteras Ediciones, Murcia, 2009)



UN POEMA ESPERA

Sufro por estas
manos mías
que nunca
tocaron
el fondo azul
de todas
las palabras
presas
bajo el peso
del agua
contenida
en los oscuros
estanques
siempre
herméticos
de la Idea.




INVITACIÓN

Muerde, mujer
-ahí donde crece-,
la punta del poema.

Su oscura semántica,
su dureza obscena,

muerde y mata tú.



PIENSO en mis padres;
hasta ayer no más
me llamaban
por mi nombre.

Pienso en ellos
con la amarilla amargura
que, bajo el recuerdo,
el tiempo deja.

Y pienso en el barro
con que toda historia
se escribe.
En la amordazada voz
de los muertos, pienso.

Pienso en Juan Cartagena
y su destino de tierra.

Y ya no sé si llorar
o reírme de la rima.



CANCION TRISTE

Y no volver a tocar
Nunca más
Esos cuerpos de oro
Que se incendian con la tarde,
Sabiendo
Que ma va la vida en ello.

Dios,
Qué tragedia,
Haber perdido
Lo que tanto amo,
Tiempos de años de gloria,
Todo lo que alguna vez
Besaron
Estos
Locos
Labios
Míos.


PARA LAS NIÑAS Y EL CONDE DRACULA

Me pertenecen los corazones femeninos de la noche en sombra
Por donde levita una luna cómplice.

Llamadme facineroso.
Soy el viento vilano que hipnotiza a las niñas con su párpado inmóvil.

Mi alma raptora de labios y sueños,
Es hermosa como la fascinación de contemplar
Al Conde Drácula succionando el cuello de una doncella.



POLVO DE ORO

Detenidas en el tiempo
Con sus miradas amarillas
De quince años.
Sagradas y prohibidas.

Son, el misterio hondo,
En el vértice del milagro.
La ternura y la belleza,
Y el agua de las estrellas.

Polvo de oro:
Ellas.




VOYEUR

Mi momento más erótico
Acontece en la calle,
Cuando, confabulado el aire
Con mi más íntimo deseo,
Levanta faldas adolescentes
Para que de nuevo me sorprenda
El ruido de unas piernas.



CUALQUIER MUCHACHA QUE SE LO PROPONGA
PUEDE COMETER UN CRIMEN A PLENA LUZ DEL DIA
Y EN LA MAS ABSOLUTA IMPUNIDAD

Con minifalda seductora,
Tirándome su aroma animal:
Un cuerpo fresco de
muchacha
Pasa junto a mí.

Casi me mata.



HUMANAMENTE HABLANDO

Tú,
Grandísima puta.
Mi mejor manjar
Esta noche.



PARKING DEL AIRE

Estoy con el sol, en el corazón de la mañana,
Donde estallan amarillos los caballos de vapor
De unos ojos.

Este es mi sueño en connivencia con el viento.

Vengo de la noche pasada entre estrofas de amor
Y regaderas.

Dejo mi auto de escarcha, con su chasis brillante,
En el centro del aire.



FIGURAS

Saber que estáis ahí, oh púberes
Y amado cuerpos, indolentes y alegres
Como un tren expreso (precisamente) de
Vivos colores, quemando el tiempo
De un cigarro en vuestros labios, o
Chupando la mañana en un caramelo.

Saber que estáis ahí, en esos portales
Donde tiendo, sin vergüenza, mi sueño,
Parece que así, (geométricamente sentadas
Como tranquilas palomas cubistas
Desde cerca), os contemple a mi paso.
Despacio, muy despacio...



BELLEZA PROHIBIDA

Mira la tarde delgada y redonda
De sus rotos y ajustados jeans,
Por donde respira la carne
Sensual y palpitante.

Mira, hermano, esas formas rotundas
De adolescente fatal, y siente
Sobre tus ojos todo el peso
De su belleza prohibida.



LA MAÑANA

La mañana es un banco de piedra,
Con una muchacha sentada y cierta.
Unos ojos negros de fuego y de agua.
Una mirada fija que se clava.
La sospecha dura y clara
Del alma que, atormentada
Y sola, sabe que no es ella
A quien tan dulce dama espera.



COSTUMBRES

Nada nuevo,
Satisfecho ya el instinto animal
De quienes se amaron en esa habitación.

La mujer que habitó, desnuda y soluble,
La cama (ahora deshecha), duerme,
Como una bestia dulce, cubierta de amor.
Lejos de ella,
Un hombre escribe
Acerca de lo efímero de la dicha
Que ha creído alcanzar.

(De “Escalera de palabras para bajar”)





UN DESTINO

De nada sirve huir del mar muerto de un espejo.

Ese es tu rostro.
Ese tu cuerpo.


Acéptalo así o zambúllete ciego en sus aguas
De dudosa geometría
Y algología quebrada,
Para romperte infeliz contra tu propia imagen
Como un kamikaze.


(De “Escalera de palabras para bajar”)



VERSOS PARA UN DÍA JUEVES

Los nombres propios y, sin embargo, comunes
Al fuego y a la tierra.

Eufrasio, por ejemplo.

Los pájaros y los astros.

El ruido de las vocales en el agua,
Cayendo.

La temperatura del aire.

Y en el mundo:
El hombre.
La vida y la muerte,
Girando.


(De “Escalera de palabras para bajar”)




INVIERNO SIEMPRE

Pequeñas explosiones de nieve
En los ojos,
Y cordones del Bernesga
Anudando el sollozo frío
De una polla de agua.

Y un horizonte de piedra y humo,
Muro en la noche muerta
Del alma mía,
Cerrando caminos.


(De “La nieve toda”)




PUDO NO SER UN SUEÑO

Ardía agosto en tu piel
Como una marmita de oro.

Lejos, la nieve cierta de los montes.
Su invierno.
La niebla y la herrumbre
Que pone su acento en la piedra.
Los rebaños de un crepúsculo escarlata
Salpicando el horizonte.
Y el humo que a veces despiden esas tardes
En el Norte.

Pudo no ser un sueño tu cuerpo hirviendo.
Esa marmita de oro.
Vivir,
Entonces.

(De “La nieve toda”)




POÉTICA DEL SOLITARIO

No mojará la oscura rosa
De tan blando vientre,
Su boca amarga y dura.

Fatigado por el óxido
De las herramientas
Que duermen a la intemperie
Su fajina negra:
Pasará,
Sin rozarle siquiera,
El fantasma de la belleza.

Y así,

Lejano,

Al fin,
Y muy borracho,

Beberá en cuarto creciente
La luna vegetal y fría
De un corazón desierto.


(De “Bajo Whisky”)





Y EL DESEO CRECE COMO VINO MUERTO

Qué color tan hermoso el del vino
Cuando cae
A la copa,
Para llenarla
De vida hasta el borde, Ruth,
Hasta el borde.


Qué color tan lindo, entonces, mordiendo
Tu boca (delirio) que es cauce de un río
Lento de blues
Y de fuego
Y de raíces.

Mira la copa ahora, Ruth.
Mírala
Bien, y a fondo, antes de apurarla.


Mira su incendio a punto de prender,
Como gas, tu corazón de esponja.

Y ahora bebe lenta y entra en ella,
Como si entraras de pronto en el mar
Rojo de toda mi sangre contenida.

¿A que te gusta, Ruth, a que te gusta?


(Inédito de “Yo tampoco y tú ángel”)


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