Álvaro Pombo García de los Ríos (Santander, Cantabria, 23 de junio de 1939) es un poeta, novelista, político y activista español.
Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid y Bachelor of Arts en Filosofía por el Birkbeck College de Londres, donde vivió desde 1966 a 1977.
Desde que en 1973 se publicó su primer libro de poesía, Protocolos, Álvaro Pombo se ha considerado una voz personal y única en la literatura española. Sólo cuatro años después de la publicación de aquellos versos, Pombo ganó el Premio El Bardo con su obra Variaciones en 1977. Ese año regresó a España, publicándose también su primera colección, Relatos sobre la falta de substancia, que contenía un gran número de historias cortas protagonizadas por personajes homosexuales.
En 1983, ya instalado en Madrid, ganó el primer Premio Herralde de Novela con El héroe de las mansardas de Mansard, inaugurando así la colección Narrativas Hispánicas de Anagrama, donde ha publicado casi todas sus novelas y a la que se ha declarado públicamente fiel.
A pesar de considerarse a sí mismo como poeta, siempre ha sido más conocido como novelista, ganando varios galardones por sus obras. Su estilo, único y original, a pesar de ser clasificado dentro del realismo subjetivo, lo ha situado siempre como una figura crucial en las letras españolas. La maestría con la que usa el lenguaje, propia de un poeta verdadero, y el uso chocante y contagioso del humor en todas sus novelas dan forma a una prosa única, elogiada por críticos y escritores de toda índole.
Aficionado a la historia medieval y la filosofía fenomenológica, en todos sus libros se mezclan la investigación psicológica y la preocupación filosófica. Él mismo define su método literario como psicología-ficción.
Sus primeras obras pueden considerarse pesimistas, presentando siempre situaciones, argumentos y personajes sin esperanza, pero su narrativa da un giro con la publicación de El metro de platino iridiado (1990), quizás su obra maestra, ganadora del Premio Nacional de la Crítica. En esa novela Pombo empieza a ejercer lo que llamó "la poética del Bien", donde la ética, la humanidad y, en definitiva, el Bien, parecen ser el objetivo de su trabajo. En una de sus últimas novelas, Contra natura, Pombo expresa sus críticas hacia una excesiva "mercadotecnia" y "trivialización" de la homosexualidad que, en su opinión, está llevando a cabo una parte del colectivo.
Álvaro Pombo ingresó en la Real Academia Española el 20 de junio de 2004, propuesta su candidatura por Luis María Ansón, Luis Mateo Díez y Francisco Rico, ocupando el sillón j que dejó a su muerte Pedro Laín Entralgo. Su discurso de ingreso en la Academia se tituló Verosimilitud y Verdad; en él, Pombo reflexionó acerca de la reserva del término "verdad" para el razonamiento y "verosimilitud" para lo narrativo-contemplativo.
El 16 de octubre de 2006 se le proclama ganador del premio Planeta, el más popular de cuantos existen de literatura en España, por la novela "La fortuna de Matilda Turpin".
Poesía:
Protocolos (1973).
Variaciones (1977) Premio El Bardo.
Hacia una constitución poética del año en curso (1980).
Protocolos para la rehabilitación del firmamento (1992).
Protocolos, 1973-2003 Poesías completas (2004).
Los enunciados protocolarios (2009).
Tres poemas de "Los enunciados protocolarios"
Playas de blancas pulgas de playa y jibias que exaltan la copiosa infancia
de los maganos y de los esquileros
en las acantiladas costas de plomo y de lápice
calcopirita atardecida de estos ávidos ojos de almagre
Ahí te amo ahora y siempre y también hoy sábado veintiocho de octubre
Desde el tren vesperal que anónimamente malteado atraviesa el Mar Báltico
he entrevisto el fugaz lapislázuli de la piel de las orcas gigantes!
Una sola tarde de octubre en Lund es de sobra
con mi amado y mil días de ausencia
Una sola tarde de domingo en Lund con niebla y bicicletas
Biencultivadas enredaderas luteranas variopintando la severidad de las fachadas de ladrillos rojos
Uniformemente grisáceos edificios públicos y las calles de atrás con jardincitos de pueblo
y las dos desnudas calles adoquinadas de las dos sucesivas casitas sin visillos de Strindberg
Si en ti los ojos los capturados frutos de los dados del mundo
Si en ti mis ojos se arrebujaran miopes y présbitas miraran y te vieran vestido haciendo fotos y
arrebatadamente me cayera yo por la escalera qué gran día!
Entre Copenhagen y Malmöe entre Malmöe y Lund durante todo un instantáneo trayecto
he amado a un chico de dentadura irregular y gruesos labios
rubias rodillas visibles a través de las rodillas rotas de los descongelados vaqueros azules
Oh adrede Carrefour y todas las grandes superficies de mi inservible corazón!
• • •
El olor de mimosas ocupa la memoria
como un primo segundo
Mediodía en el Muelle
Los señores en casa
En el cuarto de plancha el ramo de mimosas
cortadas que parecen
todo el jardín diciembre
tamarindos rompientes de Piquío
y La Granja en el Alta
o el turrón de Jijona
Oh amor subsumido en el bolsillo derecho de nuestros pantalones cortos
Ah memoria del mundo como un gato pequeño
como un adolescente que se encorva al andar
y juega mal al tenis
Mi dulce amor nos corriéramos juntos
• • •
Es mayo y ganará Barack Obama
De antemano celebro su elegante victoria
y su cool negritud sus dos hijas con sus vestiditos
su nobilísima esposa sus mítines bailados
Y en el celuloide inmortal abruptos dioses del oeste pielroja conmigo
celebran también su victoria
Y Walt Whitman confuso y despierto y vibrante renace y celebra también su victoria
Y también Wallece Stevens que precipitadamente reescribe sus Credences of Summer
Me fío de esta luminosa mañana libre de ventoleras
Reconciliado con todos los mortificantes insectos y avispas de mi diminuta terraza
cuyos bocados circulares devoraron lo más tierno de las tiernas hojas del lilo abrileño
que nos dio en abril lilas blancas
Yo celebro de antemano la universal victoria de Obama
.
(Los enunciados protocolarios, Vandalia, 2009, 114 págs.)
POEMA
El fallecimiento de todos los pájaros tuvo lugar según dicen
una primavera sombría plateada inquieta a causa de la luna
Aves desconocidas se desplomaron sobre los puentes
aletearon en las moribundas solanas en los balcones de los geranios
incomprensibles multiplicándose aún
descuartizándose cuando ya diluidas callejuelas habían dejado de ser
y los inmóviles gatos ni siquiera dormitaban
Recuerdo que el último instante del horizonte es un pájaro
indefinido que cruza mi conciencia perenne
El último instante de la conciencia es un bulto siendo transportado
El último instante es una conciencia inmutable
cuyas aves desiertas vuelan lejos copiando
las espirales de un horizonte insomne
o palabras feraces que ya no se pronuncian
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