Marlene Ramírez Berrocal
Periodista.
Licenciada en Producción de Medios Audiovisuales.
Gerente General de M.R.PRODUCCIONES
Nació en San José. Costa Rica. Febrero 1962
Egresada de la Universidad San Judas Tadeo. Costa Rica
En la política costarricense, Marlen Ramírez, representa al Partido Acción Ciudadana (PAC) como Concejal del Distrito de Mata de Plátano, Goicoechea. 2010-2014
Colaboradora de imagen, de la agrupación internacional “ Club # 7 de Mujeres Profesionales y de Negocios, sede en Costa Rica”.
Integrante activa de la agrupación literaria Poiesis, dirigido por Ronald Bonilla, escritor costarricense
Vice presidenta de la Asociación Costarricense de Escritoras (ACE) 2012-2014
Representó a Costa Rica en el Congreso Internacional en Oaxaca, México, País de las Nubes. 2000
Escribe para periódicos regionales: Mujeres emprendedoras, La voz de Goicoechea.
Participante de diversos recitales a nivel nacional.
En radio:
Dirigió su propio programa de radio “Escuela Hípica” por dos años
Participa en el programa “Hoy es para todos” una revista con enfoque de género.
En la sociedad activa, es integrante del grupo de “Mujeres Lideresas” del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU)
Audiovisuales:
Participó en el XIX Congreso Internacional de Literatura Centroamérica
- CILCA2011 Antigua Guatemala.
Documentales:
"Costa Rica desde mis ojos"
“Colección literaria de escritores y escritoras costarricenses”
Expuesto en la Sala de Cine del Congreso
“Coloquio Carmen Naranjo 2012” Asociación Costarricense de Escritoras (ACE).
“Celebra la vida”. Escritora costarricense Teresita Aguilar Mirambell
Poemarios:
“Pedazos del alma”.
“Anclado a mí. La casa de mi madre”. Editorial Mirambell:
Crónicas inéditas: “El otro lado de la línea”
Mail: marleneramirezberrocal@gmail.com
www.grupoliterariopoiesis.com
Facebook: Marlene Ramírez Berrocal
Poemas del libro La casa de mi madre.
La casa de mi madre
¡Ah, la casa de mi madre!
hurtada de palabras cariñosas,
silente de amores pequeñitos,
donde nadie quiso eternizarse
a cambio de sueños escapistas.
Sí,
la casa de mi madre está en pie…
cuando a todos nos tuvo de rodillas.
Tú, me abandonaste
Claro es muy fácil decir ahora lo que sientes,
pero como siempre... ¡mientes!
Eres engañosa
y falaces son tus palabras,
filosas,
se clavaban en la espalda y en la boca,
saeta que mata y roza
lengua puntiaguda,
ojos con espinas,
manos sucias que dicen lo que la mente siente
pero que la boca calla como una
sepultura hedionda.
Tú, me abandonaste,
me tiraste al abismo y no sucumbí
para desgracia de tu dicha.
Madre, mi hermana,
que miro desde niña como madre hija,
hermana madre que arrastro tu desdicha
sobre la espalda, una montaña y
un valle juntos.
¡Madre nunca!, como nunca desde
que nací me viste,
me tiraste de la casa vientre
sin haber visto ni siquiera la mañana.
Tetas secas de odio por mi vida,
llanto de odio por mi vida
¡Sí, agonicé!
Pero
¡Hoy Vivo!
muerta, muerta,
vivo,
condenada a esperar
mi epitafio que reza en la memoria
“Aquí yace una niña feliz”
Déjà vu
Da miedo adentrarse
en la ciénega de la vida, la casa
me persigue sin descanso.
Soy la salvaje que deambula,
llevo la cueva en la cabeza,
esta cueva que perfila rostros sin cara,
pájaros negros con manos que vuelan
y me asustan,
tapan mis ojos sin pedir permiso
para que los espíritus no me abandonen,
encuerran la oscuridad en la casa.
Hay una mano sucia que me alcanza,
me torna un nido oculto
en el agujero del árbol.
Entonces,
el búho cierra los ojos
y la realidad no llega,
déjà vu
que permanece en la penumbra.
Zapatos
El humo se apodera de mis ojos,
reclamo a mis ancestros por mi vida,
luciérnaga sin noche
me envuelve entre sus alas
y me aplasta en la mañana.
Los dioses no recuerdan mis pisadas
me dejaron metida en una estría,
sin bailar,
colgaron mis zapatos
de una hoja…
al frente de la casa.
Un gigante
Detrás de los zapatos pequeñitos,
resoplaba…
Era un gigante…
Todos corrían por la casa
para esconder el miedo
debajo de la pila,
de los camones sin colchón de paja,
o debajo de la piel,
ninguno se salvo de la orgía destructiva…
mutilación de ángeles.
Como hormigas
Entre las hendijas
como hormigas sin destino
corrían desesperados,
peregrinos,
latentes del susurro en el oído,
de la mano,
del zíper del pantalón,
del cuarto oscuro,
del abrazo por la espalda
y la daga,
pederasta mortal,
pedófilia inacabable.
Con los ojos bien cerrados
Él abrió la puerta,
sentó a la nena
en su cama,
escurrió la mano bajo la falda,
como siempre… la poseyó.
Ella…
voló hacía la hendija
en la pared,
ahí se convertía en hormiga
cuando él aparecía.
Ella, con los ojos bien cerrados.
Él, con los ojos hinchados
y las manos, el hocico,
y la punta de la espada.
De mi libro de poesía erótica: Anclado a mí.
Anclado a mí
Empapadas de vos están mis manos,
mis labios, mis ojos.
En mí lengua, en mi aliento,
está tu olor.
Me dejé llevar por el sentir
sin restricciones,
sin pudores.
Nos moldeamos como expertos
acoplados sobre un lienzo,
soy vorágine que explota con un beso
el deseo contenido tanto tiempo.
Mi mente me abandona a mi suerte,
un roce
y enloquece mi vientre impetuoso
que me arrastra a tu piel.
Me visto contigo
en este fuego impulsivo…
estalla tu universo,
anclado a mí.
Asiéndolo todo
No fue una palabra de boca,
fue una palabra de ojo,
te hundiste en el cuero
negro de la silla.
Besé con labios sordos,
lamí tu lengua con mi lengua
y
fuimos los dos infieles.
Mi secreto
saltó a tú piel para hacerlo nuestro,
el aire se puso denso de mordiscos
ciegos que lo cortaron,
susurramos un deseo
sólo uno,
siendo miles que salían por los ojos.
Nuestros cuerpos como arena movediza
se tragaron uno al otro,
llamarada de parpados,
de manos,
tocaste enloquecido
los pezones que esperaban erectos,
como erecto estabas tú,
buscaste los labios húmedos,
tiernos, henchidos
penetraste la espada de Aquiles,
con la lira de Apolo llegaste.
Entonces
la palabra del ojo
ya era un diamante,
me contienes,
te contengo,
yergues con quejidos callados ,
callados los dos
hallados desnudos
mutilando el deseo,
desaparecidos juntos,
fuimos uno sin cara,
sin ojos, sin voz, ni párpado,
universo orgásmico
de lo verdadero,
anhelo del ojo,
agua y fuego
destruyéndolo todo…
Asiéndolo todo.
Mi tacto
Me encanta
derribar
el héroe
que levantas
con mi tacto.
Mi cuerpo
Ante los ojos
mojigatos de amigos y enemigos,
de lenguas viperinas
y otras dulces
me desnudo,
cansada de disfraces,
de la mentira social
que cubre
mi cuerpo,
me despojo
de la mortaja femenina
subyugada por la suela gigantesca
amoral y conveniente
para muchos,
me rebelo.
Mi clítoris…
no ha sido mutilado
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