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viernes, 7 de diciembre de 2012

PILAR ALBERDI [8835]



Pilar Alberdi (Argentina, 1954). Reside en Málaga, España. Licenciada en Psicología por la Universitat Oberta de Catalunya.Terapeuta de Constelaciones Familiares. Realizó estudios de dramaturgia, interpretación, guión cinematográfico y dirección de cortometrajes en la Sala de medios escénicos y audiovisuales de la Universidad de Alcalá de Henares y en la Sala La cuarta pared en Madrid. Ha publicado obras de poesía, teatro y narrativa. Entre las distinciones recibidas: Premio Ciudad de Segovia, 1997; Premio Lazarillo (teatro de cámara y ensayo), 2000; II Premio de Relatos —Feria del Libro de Madrid—, Plaza & Janés Editores, 2000. Finalista del premio Felipe Trigo de novela breve 2010; Internacional de Microcuento Fantástico miNatura,2010; Juan Martín Sauras, 1999;Ciudad de La Laguna de Cuento, 1998. Finalista del XI Premio de Novela Breve Casino de Lorca, 2011. Obras suyas en Amazon: «Los cuadernos de la señora Bell»,«Escribir»,«Isla de Nam», «La niña que no quería nacer», «Alas de mariposa», «Las fotos del inglés»... Participa en el Circuito del Libro Infantil y Juvenil que organiza el Centro Andaluz de las Letras.


EL SONETO

Al arte del soneto me dispongo,
buscando enfebrecida el blanco prado;
con encorvado gesto renovado,
cuento sílaba por sílaba, pongo.

Quevedo, Góngora, servil impongo;
repitiendo anónimo el severo hado;
suplico a aquéllos, sus limosnas dado,
fiel al soneto, su paz recompongo.

No me dejo caer por la palabra.
Ni me pierde la apuesta de los sesos.
Con medida ejecuto el duro juego.

Juego a que en oscura cueva, luz se abra.
Sumisa espero: versos como besos.

Acepto al soneto alimentar su ego.







Tu misión no es: vender, especular,
desafiar con una guerra, movilizar
las masas, crear un holding...
Tu trabajo es modesto, pequeño,
insignificante: vivir
en una ciudad antigua,
y al pie de sus murallas...
ver llegar días azules con cigüeñas.
¡Reconócelo! Sobre rojas amapolas con sus prados;
al margen de autopistas, consorcios,
maquinarias, vanidades...
Acéptalo:
tu misión de hoy era
-simplemente-
escribir este poema.

del libro "Carta abierta a una mujer de futuros siglos...". 







NO LO DERRIBEN LOS SIGLOS

En el tiempo de los dioses
éramos dos gotas.
Dos anunciaciones.
La vacilación del deseo.
El beso, insinuándose,
en otro beso.
No teníamos tristezas,
ni mentía nuestra sombra.
Venían de otra época, los días.
Las neblinas, de montes azules.
Los abrazos, de ríos impetuosos.
Se abstinaban nuestros ojos
en levantar un templo;
de nuestro amor, memoria.
Luego yo escribí aquello:
"Sólo un hombre amé
que fue verdad".
Y lo sostuve en el tiempo
sobre invisibles fronstispicios,
para las generaciones futuras.
No lo derriben los siglos.

del libro El pórtico de la luz. 




INSIGNE POETA

Se ofreció como lector oficial
de libros abandonados.
De uno solo, o de todos
los posibles libros.
Ni el más exquisito
de los políticos
aceptó su nombramiento.
El hombre se llama
Emilio A. Westphalem
y es poeta.
Evidentemente, es bueno:
cree en los milagros,
en el pan de cada día;
en esas cosas...





ACUSE DE RECIBO

Recibí su interpretación del poema.
Usted me habla de un río, una luna, unos pinos.
Yo lo único que hice fue
dejar un papel en blanco sobre la orilla.




LA CONSTRUCCIÓN DE LA MURALLA

Hacia el atardecer
de la última piedra colocada
se posó una mariposa.
Fue un instante.
Después de ella,
milenios.





SI LLUEVE Y HACE FRÍO...

Si llueve y hace frío...
Si la idea del jardín
era crearlo de la nada;
calcular las estaciones,
la caída de las flores, 
y las hojas; el espacio
que al paso del tiempo
robaría la enramada.

Si llueve y hace frío...
Y el jardinero, también tenía
calculado el roce,
de la mirada viajando
por las sombras, revoloteando,
detrás del vuelo de una 
mariposa, piando con
los pájaros, alegrando el nido.

Me pregunto, si entre todas
las cosas calculadas, el jardinero
contuvo el aire de su pecho, al sutil
paso de las nubes; o las gotas
de lluvia, resbalando por
las hojas; o la oscura amenaza
de la noche; me pregunto...


Cuando viene el jardinero
y me salva; exclamando...
"¡Ah, pero quien dice noche,
dice mucho!" Y me toma
del brazo, y me aleja de su reino,
mientras yo, sólo recuerdo:
que es otoño, llueve, y hace frío.

Citas:
"Si llueve y hace frío..." Vicente Aleixandre.
"¡Ah, pero mucho dice quien dice noche!" Hugo Van Hofmannsthal

Del libro de poesía "Oda al tiempo".



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