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miércoles, 14 de noviembre de 2012

ANTONIO FERRES [8491]






Antonio Ferres
Antonio Ferres Bugeda, escritor español nacido en Madrid en 1924. Como novelista, pertenece a la generación del 50, compuesta por autores como Juan García Hortelano, Alfonso Grosso, Rafael Sánchez Ferlosio, Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Jesús López Pacheco, Armando López Salinas, Juan Eduardo Zúñiga, Luis Martín Santos, Jesús Fernández Santos, Ana María Matute y José Manuel Caballero Bonald.

Biografía

Nace en Madrid en 1924, donde vive hasta que en 1964 emigra a Francia, para trasladarse posteriormente a México y Estados Unidos. Ejerce diversos oficios, obteniendo el título de perito industrial, lo que le lleva a trabajar en los laboratorios del Ministerio de Obras Públicas, organismo en el que es compañero de Ángel González y Juan García Hortelano. En 1956 obtiene el Premio Sésamo por su cuento Cine de barrio. Colabora en revistas españolas, americanas y europeas, y escribe cuentos y narraciones cortas, como las publicadas en 22 narradores españoles de hoy, una antología preparada por Félix Grande en 1971. Publica en 1959 su primera novela, La piqueta, y como otros escritores denominados por la crítica como socio-realistas, sus primeras obras aparecen en la editorial Destino y posteriormente en la editorial Seix Barral. En 1961 su novela Al regreso del Boiras es prohibida cuando el editor Carlos Barral intenta publicarla, aunque aparece en 1975 en Venezuela (hasta 2002 no se reeditará en España). Es prohibida también Los vencidos, publicada en Italia por la editorial Feltrinelli bajo el título I vinti en 1962, y reeditada en España en 2005. En 1964 obtiene el premio Ciudad de Barcelona por Con las manos vacías. Ha sido profesor de teoría literaria entre 1965 y 1976 en universidades de Estados Unidos y México. Desde 1976 reside en Madrid. A partir de 1997 comienza a publicar poesía (La inmensa llanura, La inmensa llanura no creada y La desolada llanura) sin abandonar la narrativa. La primera parte de sus memorias aparece en 2002 bajo el título Memorias de un hombre perdido.

Obras

La piqueta (1959)
Caminando por las Hurdes (1960), con Armando López Salinas.
Los vencidos (edición italiana, 1962)
Con las manos vacías (1964), premio Ciudad de Barcelona.
Tierra de olivos (1964)
Mirada sobre Madrid (1967)
En el segundo hemisferio (1970)
Ocho, siete, seis (1972)
Al regreso del Boiras (1975)
El colibrí con su larga lengua y otras historias (1977)
Los años triunfales (1978)
El gran gozo (1979)
La vorágine automática (1982)
Cuentos (1983)
La muerte reincidente (1990)
Los confines del reino (1997)
En la inmensa llanura (1997)
La inmensa llanura no creada (2000), premio Villa de Madrid de poesía.
Memorias de un hombre perdido (2002)
La desolada llanura (2005)
El torito negro (2005)
Crónica de amor de un fabricante de perfumes (2007)
El caballo y el hombre y otros relatos (2008)
París y otras ciudades encontradas. (Gadir. Madrid, 2010)
La urraca y los días iluminados (Gadir. Madrid, 2012)




Las ciudades de la sed

Las aspas chirrían con el viento
Y el agua sube desde la tierra en sombra
Hasta el charco de luz
Donde apagar la sed
La siesta interminable
Mis ojos y yo mismo en el espejo
Ofreciéndome caminos
Hacia ciudades nuevas
Aún no nacidas
Relámpagos en el cielo nublado
De la tarde
Allá donde tú existías
-tan joven-
Llegada de otra parte
Como el recuerdo de otra vida
Donde andábamos sedientos.





Las ciudades de la sed

Las aspas chirrían con el viento
Y el agua sube desde la tierra en sombra
Hasta el charco de luz
Donde apagar la sed
La siesta interminable
Mis ojos y yo mismo en el espejo
Ofreciéndome caminos
Hacia ciudades nuevas
Aún no nacidas
Relámpagos en el cielo nublado
De la tarde
Allá donde tú existías
-tan joven-
Llegada de otra parte
Como el recuerdo de otra vida
Donde andábamos sedientos.

(París y otras ciudades encontradas.
Gadir. Madrid, 2010.)






EL FUSILADO

Era finales de marzo, y hacía viento… Pasaba
una fila de prisioneros… Llevaban los monos rotos, con
las insignias arrancadas.

(De Los vencidos, Primera parte)

He llegado a la tapia
donde he muerto joven

marzo aún
y retoñan los árboles.

He llegado alegre
hasta la muerte

sin ser viejo nunca.

He llegado mirando
la calle donde tú naciste
el portal fresco de tu casa
donde te besé un día.

He llegado contento
como si la revolución triunfase
y ya fuéramos libres.

He llegado a la tapia
y he mirado los ojos de los otros
cerrados mientras disparaban
los fusiles.

He mirado sus párpados oscuros
y he visto a contraluz las torres
las campanas en las que se posan
los pájaros

marzo aún
todavía.

He llegado a la tapia
donde he muerto joven
he llegado pensando
otra vida que existe en otra parte
en otra ciudad contigo
como en el portal fresco y callado
de tu casa.





TE HE ESPERADO EN LOS CONFINES

A Isabel García

Te he esperado siempre
como leche o pan o agua

te he esperado
desde antes de que fueras tú

te he esperado
desde que me nace la memoria
y del cielo caían astros
y se estremecía la tierra.

Te he esperado
igual que en la avenida
donde oigo el temblor de los pasos
de las tropas enemigas

Te he esperado como los pájaros
que miran de perfil el mundo.

Te he esperado aún
cuando veo la tarde adormecida
en el espejo del café
que todavía existe como una estampa
antigua.

Te he esperado rezando
en un tiempo escondido en las partículas
y que a la vez se expande a los confines

un espacio que llega
hasta donde a lo mejor estás

donde te he esperado siempre
como leche o pan o agua.






EL INSTANTE

A Lana

En este instante
está deshaciéndose la nieve
en el tejado de este año

está tan tibio el sol
en este instante
que vienen conmigo hombres
como recién resucitados

y mujeres con sudarios blancos.

En este instante
canta un gorrión en el tejado
y está deshaciéndose la nieve

mientras la tierra brilla como fuego
en este instante

mientras hay caminos
con hombres iguales que nosotros

y ciudades donde aún no he nacido.

  





EL ALIENTO BRILLANTE DE LA VIDA

Estar en el aliento brillante de la vida
el tiempo inmenso de la tarde

donde aún somos jóvenes desnudos

estar cuando las sombras tiemblan
en la alcoba

cuando el viento agita los nogales
en un sueño de años como nubes

y se oye la alarma ronca del tornado
y no te importa otra vez vivir conmigo

otra vez otro año y otra vida

vivir en el aliento brillante de los árboles rojos
del verano indio

en el siguiente mundo y tu suave piel
en las praderas abiertas a los vientos.







LAS ESTRELLAS DESHECHAS

−Mira, nosotros somos esas hojas que caen..
−No, somos esto, sin más.
−¿Te refieres a todo esto, el aire,
las hojas, el sol en la arena..?
−Sí.
Miguel Ángel Bernat


Ha pasado sin ti el mundo
y busco aún la esperanza
el temblor del aire
el vacío que dejaron
las deshechas estrellas

y no sé cuándo nacerán
de nuevo los árboles
que nos cobijen
ni en qué montañas
encender un fuego.






HASTA LOS MESONES CON VINO Y DANZAS

Quizás haya un poema
una voz nacida detrás del fuego
de las estrellas
que cuente por qué es terrible el mundo

por qué lloramos o nieva

por qué ansío el camino contigo
cabalgando a lomos de caballos
que mueren

por qué devoramos la vida cada día.

Quizás una voz del Universo
que cuente imágenes temblorosas

el hambre interminable

leves seres que siguen
reglas nacidas del fuego
del átomo primero

hasta llegar al jardín de Melibea
a mesones con vino y danzas
hasta esta hora
cuando pienso en una voz
jamás nacida.

La urraca y los días iluminados (Gadir. Madrid, 2012)

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