Samantha Barendson
Escritora española (Vilanova i la Geltrú, Cataluña, 1976). Reside en Lyon (Francia), donde trabaja en una librería-casa editorial. Después de haber hecho estudios de literatura hispanoamericana en la Facultad de Lyon 2, se dedicó a trabajos de traducción con el taller de traducción hispánica de la Escuela Normal Superior.
Libros publicados:
*Los delitos del cuerpo/ Les Délits du corps, Revista Verso, 2010
*Des coquelicots/ Amapolas, Revista Écrit(s) du Nord, 2010
*nfants d’Italiens, quelle(s) langue(s) parlez-vous ? Editorial Géhess, Toulon, 2009
*Voix argentines - revista 141 Maison de la poésie d'Amay, Bélgica, 2008
*Art le Sabord 81, Québec, 2008
Los delitos del cuerpo
(fragmentos)
A las cosas
Para que existan
Se las nombra
Dijo
Y se olvidó nombrarla
A las cosas
Para que existan
Se las nombra
Volvió a decir
Y desaparecieron
Las noches de hoteles fugaces
Paseos al borde de un río sin olas
Millones de versos hundidos
En corazones de sombras sin velo
Se desvanecieron
Las borras del café
Y los montevideanos
Los mates lavados compartidos
En alfombras de pisos sin tejado
Se esfumaron retratos
De muertes prematuras
Mujeres de pieles oscuras
Desnudas en lechos carmines
Cigarros sin filtro fumando
Y cuando todo se borró
Sólo permanecieron
La huella de un recuerdo
Y los dientes clavados en la piel
A las cosas
Para que existan
Se las nombra
Insistió el hombre
Y se derrumbaron las montañas
En terremotos de papel
De la mujer urbana
Sin túnel para alcanzar
Las laderas imposibles
Y se derribaron edificios
De color a nube triste
Que cayeron entre ríos
Como puentes improbables
Para cruzar el tiempo
Se acostaron como niños
Tocándose los pies
Mirando las estrellas
De un mundo en ruinas
Que había que nombrar
HUNDIDA EN LA NOCHE
Huelo tus versos
Huelen a cigarrillo
A luz apagada
A sudor caliente en sábanas frías
A sexo de hombre y de mujer
A pinos y a sol
Vino y sobremesas
Huelen a tiempos pasados
A noches de jazz
en pisos con humo
A güisqui
acompañando a Bach
Huelen a ti
A tu piel helada
De no estar aquí
A texto desenfrenado
A orgasmo de papel
A luz prendida
para ver tus ojos
Huelen tan fuerte
que no se me despegan
Aquellos versos tuyos
escritos para otra
Leo tus versos
En la noche hundida
Apago la luz
EN LA (TI)NIEBLA
Tus abrazos llenos de lluvia
Se evaporan
Bajo el sol ardiente
De mi primavera
En la tormenta
El fragor de tus besos
Afloja
Aunque yo resista
Mi corazón armado
Tomaré un café en un sitio de otros tiempos
Y con el sabor de la soledad que me persigue
Escribiré los versos hundidos del vientre
Pensando en aquel café que tomaremos juntos
Caminaré por las avenidas grises de un París radiante
En búsqueda de aquella librería (española)
En búsqueda de aquel libro (agotado)
Que nunca he de hallar
Tomaré un mate en el café argentino del bulevar Saint Germain
Miraré hacia un lado, hacia atrás quizás
Y estaré de nuevo en mi Buenos Aires perdido
En mi Buenos Aires herido
Caminaré por las calles las plazas las iglesias el río y lo demás
Deteniendo la mirada y el zapato en las casillas de mi vida
Esbozada con la tiza de colores en la acera
Y alcanzaré el cielo
Tomaré una copa de vino tinto y con un viejo tango
Deslizada entre las sombras de un diván oscuro
Me olvidaré la hora el lugar el tiempo
Me olvidaré de ti que jamás estás
Caminaré por fin hasta la madrugada
Escucharé mezclarse pájaros y estrellas
Mi corazón colgado de tanto caminar
Y tomaré un café el último del día
Recogiste la arena entre tus manos
Y se escapó el tiempo
¿Que haré de mi deseo
Si mata?
Busqué tu cuerpo
En callejuelas porteñas
Al son del paso
De un bailador de tango
Entre las manos
De un marinero pasado
En los lechos
De inocentes maridos
Estabas peregrinamente
Al pié de un campanario
Esperando con paciencia
que viniese a besarte
Me enamoré de ti hace treinta años
De aquellos poemas que escribías
Cuando yo apenas nacía
Me enamoré de aquella foto tuya
Con la pinta del momento
De aquel cabello largo
Y de tu barba
Y de repente
Con este abismo
Entre nosotros
Con tu vida
Dos veces
Como la mía
¿Qué hacemos?
Paso las noches despierta
A buscarte entre las líneas
Paso los días despierta
A esperar aquellas cartas
Donde aprendo
A conocerte
Donde entiendo
Cuánto te quiero
¿Por qué no me has esperado?
¿Por qué te has fumado todos esos cigarrillos
en noches blancas
de París
escuchando discos rayados
en alfombras polvorientas
de un pasado
sin mí?
Me enamoré de ti hace treinta años
Abrazo la noche
Y pregunto
¿Dónde estás?
Paulatinamente
acaricio
las curvas
de tu cuerpo
que no existe
sino
en mi mente
La sombra de tu piel
en sábanas de olor
despierta mis entrañas
Desasosiego
en noches de insomnio
Soledad de la cama
y terciopelo oscuro
Salgo a la terraza
El viento me acaricia
Me hacéis el amor
Clandestinamente
aprieto
el bulto
de tu cuerpo
Sudario
entre almohadas
empapadas
de ti
La noche te ha tragado
en labios de papel
Es un juego de papel
Que terminará quizás
En la cama
O quizás
En lechos de papel
Como aquellos que tú escribes
Habíamos hablado
De aquel cantante
muerto de haberse quemado
las alas
en alcoholes
desamores
y poesía
Habíamos hablado
De cine
Películas en blanco y negro
Actrices que despiertan
erotismos
con guantes
y pestañas
Habíamos hablado
de aquellos versos lejanos
que partían el cielo
y nos dejaban
a la merced
de la tormenta
empalabrados en la sangre
Habíamos hablado
de un paseo
bajo los olmos
de un París
que ya no existe
En búsqueda de un paraguas
perdido en otros tiempos
No has venido a la cita
En la sala
en la oscuridad de la tarde
estamos sólo yo
y unos cuatro señores
Nostálgicos
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