Ethel Barja Cuyutupa (Concepción- Junín, 1988)
Licenciada en Literatura Hispánica por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), se dedica a la poesía, la crítica literaria y la docencia. Ha participado como ponente en diversos congresos de literatura. Asimismo, su poesía ha aparecido en Creación literaria 2007 editado por la PUCP y en la Revista TXT. Poemas suyos aparecerán en la Revista de Creación Ónice No 5 y en la compilación del Premio Juvenil de Poesía 2011 editado por la Secretaría Nacional de la Juventud.
I
quédate callado, la presa aguarda
tiene el hermano mayor el hacha afilada
una pieza para cuatro manos
Desciende la luna sobre la hoja de esta hacha
en una chispa de furia que prende fuego sobre el trigo
cortadas ensayadas sobre el viento enmarañado
lanzan un afilado grito que clama por la presa
casi ha pasado rosándome el rostro, acariciando mis párpados
recordándome su olor sus dimensiones
soy la carne encendida que aguarda el filo de tu lengua
negra morada que lleva en el pecho la promesa del reposo
la palabra que quisiste engullir a media noche hasta quemarte los labios
tú mismo perdido y encontrado
una y otra vez
ella atravesará el monte y las flamas dispersas por el campo no la tocarán
II
será mejor que no me encuentres
que tu mandíbula se extienda
cansada y maloliente
por el borde de mi paso
y no sepa contenerlo
será mejor que no me encuentres
que pases de largo entre tu rezo
con tu medio pelo de coraje
y vayas a sudar a otro cuerpo
mejor que no me encuentres
y me confundas con otra presa
desgarrada en otra hacha
perdida para siempre
mejor que no me encuentres
escombro entre tus escombros
nombre desierto lacerando tu garganta
De: Trofeo imaginado entre dientes
Feria
miles de globos en desfile
golosamente enrojecidos
con líquidos sagrados y calientes
eufemismos
algodones derritiéndose en las lenguas
huida definitiva
eufemismos
un payaso guarda sus pastillas de la felicidad
en sus bolsillos rotos y sonríe
eufemismos
una caricia sobre el listón
una mano que se desliza
eufemismos
De: Trofeo imaginado entre dientes
Hay un monstruo en casa
alimentado por nuestros párpados que lo esperan
detrás de la puerta en el verano
un monstruo en casa
que viene disfrazado
a mordernos las manos con dulzura
¡cómo ha crecido este monstruo!
que sus dos piernas no pueden ya sostenerlo
¡cómo hemos dejado que engorde!
a veces siento que camina detrás de mí
viene como recordándome mi nombre
como recogiendo no sé qué despojos
por ahí deja un pedazo de sí mismo
viscoso y maloliente
para sortear los días en que despierte temprano
y sea algo que no sea exactamente él mismo
y sobre él llega la tarde y nacen de sus ojos
pensamientos abismales colmados de amapolas
hoy nos hemos levantado contra ese monstruo
aprisionándolo contra la pared en la oscuridad
recordándole a sus vivos y a sus muertos
hasta que todos quedamos en silencio
tú y yo somos ese monstruo
De: Trofeo imaginado entre dientes
El peso de tus años aplastan las sospechas
llegas desde donde sea hacia el centro de tu cráneo
eructas un pensamiento
y otro con prolijidad y costumbre
tu mano sobre la tela húmeda
acercas el oído y la boca
y está allí sin secretos
un trapo mojado
estropajo tal vez
o sólo el lugar aún caliente que sabe y calla
te digo ¨mira bien el excusado¨
y tu cara enrojece
como si los adioses entre paredes blancas fueran menos terribles
imperturbable delimitas tu campo de estudio, exacto e impecable
como un campo de exterminio
te veo y me pregunto ¿Qué será para ti pelear con estos piojos?
Llega hasta mí tu lengua fría como una moneda
y me despierta
alineo mis pensamientos
la mancha roja se reproduce en la yema de mis dedos
crece la sombra del cuchillo
late su hoja entre mis párpados
De: Gravitaciones
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