GABRIEL BERNAL GRANADOS (México DF, 1973) ha sido becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, el Centro Mexicano de Escritores y la Fundación Rockefeller. Ha publicado varios libros, entre los que destaca el reciente Historia Natural de Uno Mismo . Colaboraciones suyas se han publicado en revistas y diarios de México, Estados Unidos, España, Uruguay, Argentina y Perú. Actualmente colabora con las revistas Crítica y Letras Libres, y los suplementos Laberinto de Milenio y Confabulario de El Universal . Ha impartido cursos, lecturas y conferencias sobre narrativa y literatura en diferentes países: México, Inglaterra, Francia e Italia.
El eco | Crepúsculo del alba
A no ser que tú seas ella.
* * *
Seguiré tus pasos, vigilaré tus días y tus sueños
Como un arcángel visible y testarudo, visitado por la lluvia
Te querré por siempre, a pesar de mi derrota
* * *
en dónde: en el fuego en el templo en el aire en el agua en las papilas gustativas en el alma en la casa en el infierno incierto en la noche eterna en la cocina impura en el viento o la ficción de viento en la estrella sedentaria en mi mano y su constante nervadura en el sueño ennegrecido en la lujuria en su alma indelicada en la negación del amor por el amor mismo en su cuerpo anestesiado en la negación de su cuerpo en el humo del café en el olor del tabaco: en dónde
* * *
No hay por qué temer a la expresión del sentimiento, que contiene dentro de sí un núcleo bifronte de sentido adverso: Hoy lunes 2 de enero descubrí una cana plateada en mi cabeza. El color amarillo y el heno están entremezclados a tu nombre y tu presencia; ¿de modo que anidas en mí, en el nicho sin sombra de la experiencia espiritual mundana?
* * *
Tus hijos llevarán mi nombre
Sus verbos estarán conjugados con los míos
Su habla dará frutos similares a los míos
Su mirada, como una magnolia putrefacta, abarcará la mía
Seré su ciervo y su ulterior destino
En mí, como en ellos, habrán de madurar tus dones
* * *
Mis respuestas, con el tiempo, negarán sus interrogaciones
abatirán intentos
externos al binomio
del Blanco y el Negro
—como en una composición mística de Rothko,
donde lo uno significa el amanecer de las pasiones,
y lo otro su cancelación postrera
* * *
Seré el camino | el alfanje
la luz y la piedra
el polvo y la montaña
la risa altanera
el sínodo | el rabí
el bufón | el constructor
el eco
Nada podrá escapar a mi influencia
Por más intentos que hagas
de disolver los vínculos | las ramas
Vivirás en mí
Tu disolución será la mía
tu sueño su perfume /
su olor condimentado al alba
siempre al alba
(su olor baudeleriano /
indelicado al alba)
≈
Tu sangre manifiesta por mis venas
Tu respiración distiende mis pulmones
Y caminas erguida por mi tronco
[sigiloso carmín
tu piel rosada]
Olvidarás mi nombre en una noche
que supondrás eterna
pero volverás resucitada por su fuego
al mudar el alba
≈
Contigo será inútil
esta navaja de dos filos
Que cortará en dos mitades parecidas
mi cuerpo | su esplendor
Una vagará de día,
la otra deambulará en las noches
Esos párpados perfectos
a la orilla rasante de dos atardeceres
Ellos sabrán de mí por el oficio
de hilar palabras con palabras
Y recordarán mi nombre
—asido a la distancia con el tuyo
* * *
Señor de las Moradas
Enceguecido por la rabia
En su adoración mística del Otro | eterno
Deviene ajeno a sí el rostro de ella
Y la muestra
enquistada en su caparazón de lágrima :
* * *
Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado / sobre un árbol do abrió sus brazos bellos, / y muerto se ha quedado asido dellos / el pecho del amor muy lastimado. [San Juan]
* * *
En soledad de páramos extintos | En frutos tenues de retórica yerma | Crucificado en aquel árbol elevado sobre el suelo | Amorosamente atado de los brazos a los brazos | La presencia mística del Otro: fango, muladar, osario | Pienso de días y de horas | Ojos cansados renovados | Emerger del verde a la superficie azul del agua | Por su contrario, el Cielo. ···
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