BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

sábado, 15 de enero de 2011

3013.- JUAN CERVERA SANCHÍS


Juan Cervera Sanchís nació en Lora del Río, Sevilla, el 24 de octubre de 1933. En 1968 llega a México, donde reside. En su país publicó desde muy joven en revistas literarias de Andalucía y de otras regiones de España. Ejerce el periodismo tanto en España como en México.
Juan Cervera posee un gran dominio de las formas tradicionales y clásicas de la poesía (soneto, décima, lira) que le convierten en una voz original y auténtica dentro del panorama poético actual.
BIBLIOGRAFÍA:
Canciones de un muchacho que veía venir la muerte. Agem, Madrid. 1960.
Dejadme hablar de amor. Arrecife. Cádiz. 1960.
Desesperado amor. tina. Jerez de la Frontera. 1961.
De par en par. Río del Sur. Sevilla. 1961.
Extraño amor. Tarayal. Cádiz.1966.
Por la piel de mi sangre. Carabela.Barcelona.1967.
Coplas proverbiales. Candil. México. 1971.
Agonía de azúcar. Caja Rural. Lora del Río. 1973.
Juegos de Alquimia. Gobierno del Estado de México. Toluca. 1976.
Inventando el olvido. Candil. México. 1976.
Siete cantos a Eloísa y después. El colibrí. México. 1976.
La gloria del poeta. Ediciones el jilguero Niño. México. 1977.
Muriendo o lo que sea. El colibrí. México. 1977.
El prisionero. Ediciones Rialp. Madrid. 1978.
En don de carne y hueso. Ediciones azur. México. 1979.
Coplas proverbiales. Candil. México. 1979
Profecías del polvo. Tonatiuch. México. 1979.
Pueblos. Colección Poesía. Gobierno del Estado de México. Toluca. 1979
Papel de Soledad. Candil. México. 1979
Contraseñas. 1ª edición, Delambo. México. 1980.
En las nubes ( Premio Internacional de Poesía Azor. Barcelona. 1981.
Contraseñas. 2ª edición. Colección Aceña. Lora del Río. 1981.
Contraseñas. 3ª edición. Papel y Tinta. Guadalajara. México.1982.
Los ojos de Ciro ( Relatos ). Katún. México.1984..
El prisionero. 2ª Edición Ilustrada con dibujos de Antonio José Trigo. Editorial Villicaña. México. 1986.
A la alegría de estar vivo. Editorial Amigos. México. 1986.
Testimonios. Universidad Autónoma del Estado de México. Colección Biblioteca.1986. 2000 Ejemplares.
Señora y niña mía. Ediciones A. L. Durán. México D.F. 1988.
Tiempo de Lora. Colección Aceña de Poesía. Agrupación Cultural Amigos de Lora. Loradel Río 1989.
Letanía Solar. Ediciones Sol. México D.F. 1998 Esta edición consta de 3.000 ejemplares.
Carcajadas. Excmo. Ayuntamiento de Lora del Río. 1998.
La Realidad no es Nuestra. Universidad Autónoma del Estado de México.Editorial La Tinta de Alcatraz.1998.
Sonetos del amor, de la vida y la muerte. Diputación de Sevilla. Área de Cultura y Deportes. España - Andalucía - Sevilla 2005
Obra Poética ( 1960-1985 ) Tomo 1. Bohodón Ediciones 2006

www.juancervera.com






TRIANA

Triana de los barcos y las puentes.
Triana de los altos miradores.
Triana de las rejas y las flores
y de los torerillos impacientes.

Triana de los aires transparentes.
Triana de las nubes de colores.
Triana de los viejos cantaores
y los cantes más viejos e imponentes.

Triana oliendo a yunque y a herrería,
a pan duro de debla, a minadares
traspasados de sol y de poesía.

Triana junto al río, en flor de mares
y llenado a diario su alcancía
de lágrimas de amor y de cantares.


Del libro "Agonía del azúcar".
Caja Rural Provincial de Sevilla, 1973.






TRIÁNGULOS 1

Ganar
Perder
Jugar

Saber
Creer
Dudar

Mirar
Sin ver
Y viendo

No ser
Y ser
No siendo

La mesa
El pan
El hambre

El ave
El aire
El cielo

Que nada
La nada
En nada

Que ignora
El Todo
Que es Todo

En Dios
Por Dios
Con Dios

El sol
La sed
El agua


México D. F., 17 junio 2010







MIS MUERTOS

A mi hermana Marieta
con quien comparto la veneración
por nuestros amados muertos

1
Mis muertos son más que míos.
Adonde quiera que voy
vienen y viven conmigo.
Mis muertos, ¡ay, sí!, mis muertos,
instante a instante más vivos.

2
Quiero hablar yo con mis muertos.
Yo hablo todos los días
y noche a noche con ellos.
Que mis muertos señorean
vivos en mi pensamiento.

3
Jamás nunca ellos me faltan,
son las compañías secretas
que en secreto me acompañan.
Hablo de mis muertos, hablo
de mis criaturas sagradas,
de los verdaderos ángeles
de mi guarda.

4
Mis muertos siempre presentes
y llenos de amor y gracia;
mis amadísimos muertos,
que encantadores me encantan
y en silencio enamorado
incendian de Dios mi alma.


México D. F., 14 de junio 2010











PATRIA

Yo no tengo
más patria
que tus besos.

México D. F., 13 Junio 2010










MADRE NUESTRA

Madre Nuestra que estás en mi vida.
Madre Nuestra que estás en el aire.
Madre Nuestra que estás en la tierra.
Madre Nuestra que estás en mi sangre.
Madre Nuestra que estás en mi mente.
Madre Nuestra que estás en mi carne.
Madre Nuestra tan mía y por siempre.
Madre, Madre, mi Madre, tan Madre.

(Que sea, Madre Nuestra, glorificado
tu amado nombre; que reine entre nosotros
tu beatífica ternura. Hágase tu voluntad
en nuestros sueños y nuestras realidades.
Danos hoy, y mañana, tu esplendoroso amor
de cada día. Perdona nuestros gestos de desamor
y nuestros olvidos y ayúdanos, Madre Nuestra,
a amar a los que no nos aman. No nos dejes caer
en la negligencia y líbranos de la indiferencia
para con nuestros semejantes)

Madre Nuestra que estás en mi alma.
Alma Madre, muy alma y muy Madre.
Vida Madre que estás en los cielos.
Que estás en la tierra y eres raíz vibrante.
Madre Nuestra que estás en la lluvia,
que eres lluvia y sol, que eres pan y arte.
Madre Nuestra, mi Madre, Madre de mi vida,
que tú eres mi vida y eres adorable.
Madre mía, mi Madre dulcísima y tierna
y tierna y dulcísima y Madre muy Madre.
Que nunca, que nunca, tu materno aliento,
Madre Nuestra y tan mía, en mi vida falte.

México D. F., 8 junio 2010









DIOS MADRE

Dios Madre, Dios, mi Dios Madre,
Dios mío de cada día,
Dios, mi Dios de cada instante.
Dios invisible y visible,
Dios bellamente impalpable
y palpable y bello Dios.
Inalcanzable. Alcanzable.
Dios que siempre estás aquí,
compañero acompañante .
Dios Madre, Dios, Madre Dios.
Dios presente y vigilante.
Dios que no me olvida nunca.
Dios por siempre inolvidable.
Dios Madre siempre presente
y acción y presencia amante
del perpetuo y sumo amor
y amor sumo y suma Madre.
Madre suma y sumo Dios
y sumas de sumas Madres
que al callar todo lo nombras
y despejas lo innombrable
con la sencilla inocencia
de tu silencio insondable.

México D. F., 6 junio 2010








OPIO

Yo amaba a las amapolas que enrojecían los trigales
que, alrededor de mi pueblo, verdecían la voz del aire.
Yo en aquel tiempo ignoraba la clorofila y la sangre.
Yo era un niño saltamontes, un niño desconcertante.
Era un niño, yo era un niño experto en cirros y aves.
Que yo era un niño feliz y enamorado y amante
de las rojas amapolas y de los verdes trigales.
Todo lo inventaba yo y era todo cautivante.
Que era yo un niño, aquel niño, deslumbrado y deslumbrante,
que podía ver la poesía de la luz por un instante.
Un niño que no sabía; que no sabía y no sabe
que, entre las dos Oes del opio, en su alma de niño, cabe
el jardín de la Creación aromado de Dios Madre.

México D. F., 4 Junio 2010










EL ORANGUTÁN

El orangután dormido,
el orangután poeta,
soñaba que era león
con un lince en la cabeza.
Soñaba el orangután
con relámpagos y estrellas,
con brisas acariciantes
y lluvias de primavera.
El orangután soñaba,
soñaba sueña que sueña
que una orangutana niña
le entregaba su inocencia.
El orangután dormido,
el orangután poeta,
soñaba, entre sueño y sueño,
que era suya la belleza.

México D. F., 11 marzo 2010











SUSPIRO

No, que no, que no, que no.
Sí, que sí, que sí, que sí.

Manda el águila real,
enamora el colibrí
y, entre todos los rosales
del jardín,
como entre todas las rosas,
cautiva el pitiminí.

No, que no, que no, que no.
Sí, que sí, que sí, ¡qué sí!

México D. F., 5 marzo 2010








LE PEDÍ

Le pedí peras al olmo
y al chirimoyo grosellas;
al naranjo le pedí
apetitosas cerezas.
Le pedí a la higuera dátiles
y pedí a la datilera
que me diera en vez de dátiles
jugosas y dulces brevas.
Al granado le pedí
fragantes y suaves fresas
y al cerezo le pedí
edulcoradas ciruelas.
Le pedí al manzano moras
y le pedí a la morera
que como siempre y por siempre,
a más de moras, me diera
hojas verdes con que dar
de comer a mis gusanos de seda.

México D. F., 8 de Febrero 2010










UNOS TRAS OTROS

Pensando y sintiendo a mi tío
Pepe Sanchís Jiménez, quien
acaba de morir en Sevilla.

Sí, se me fueron muriendo
aquellos seres
que tanto me querían
y que yo quise tanto.
Unos tras otros
se me fueron muriendo.

Oh muerte cruel y dulce.
Oh muerte dulce y cruel.

Se me fueron muriendo
y cada vez más solo
y cada vez más cerca
de mi muerte,
mis muertos sonrientes
yo sé bien que me esperan,
que me están esperando
para al fin celebrar
la fiesta de las fiestas,
la gran fiesta
de la vida sin más
que es toda muerte.

México D. F., domingo 7 de febrero 2010










LOCO

Debo estar loco yo, desesperado,
acorralado y solo bajo el sol
y las estrellas solo, bajo la luna solo.
Solo, solo, muy solo, por lo que pido ayuda,
debo estar loco yo, a mis amados muertos.

Fervor absurdo el mío; inexplicable y primitivo
e irracional el fervor mío.
Ante la indiferencia de los vivos
recurro a mis difuntos.
Invoco la memoria de mi padre,
a quien veo en sus retratos,
y hablo con mi madre siempre cerca de mí,
siempre tan cerca como el aire que a diario respiro,
e invoco a mis abuelas, con mis abuelos hablo,
debo estar loco yo, nadie lo ponga en duda,
y les pido sin más que por favor me auxilien;
que me saquen les pido de estos oscuros pozos
en donde me debato con mi sombra.

No confío en los vivos, en verdad no confío,
y recurro a mis muertos
como de niño recurría al ángel de mi guarda
y a los dulces fantasmas del amor,
del amor invisible, de ese amor,
cuento de bellas hadas en que creía yo entonces
Ahora que ya no creo casi en nada
me ha dado por creer en la luz de mis muertos,
muertos que me iluminan y acarician.
Creo en mi padre, creo en mi madre
y creo en mis abuelas y en mis abuelos creo.
Creo en ellos y converso con ellos
a lo largo de mis largos desvelos,
y les pido y les pido que me echen una mano,
un ala enamorada
que enamoradamente me devuelva mis alegrías perdidas
y ese golpe de suerte que tanto necesito
en mitad de estos días y estas noches aciagas.

Sí, debo estar loco yo, loco de atar, sin duda,
a estas alturas del circo y del trapecio,
pues continúo buscando,
contra la contundencia de la lógica y el 2+2 son 4,
auxilio entre mis muertos.
De veras, ¡ay! de veras que habito en lo increíble
tratando de creer que hay un Dios que me escucha,
que la Creación me ve y me reconoce
y mis amados muertos están vivos
en la invisible fascinación del aire
y acabarán haciendo realidad, ¡oh bendita locura!,
el milagro que espero, la salvación que sueño,
mientras que digo padre y madre mía susurro,
convencido en el fondo de mi alma
que me están escuchando y no me dejarán
solo en el manicomio entre crueles loqueros.

Debo estar loco yo, qué duda cabe.
No cabe, no, no cabe la más mínima duda.
Yo estoy loco hasta el colmo de los colmos,
pues yo, loca locura, pese a todo,
creo y creo en la poesía
y no hay mayor locura que creer,
en este mundo nuestro, en la poesía,
cuando el único dios que impera en este mundo
es el salvaje dios de la rapiña
y las bestiales garras del dinero.

México D. F., 22 enero 2010











ENCABRONADO

Estoy encabronado hasta los tuétanos
con tantas chingaderas, así se dice en México,
como veo día con día por todas partes,
con los líderes del mundo a la cabeza,
de este cuento tan cuento, y en descuento,
de brujas malolientes y de perversas hadas,
en que se ha convertido
nuestra pobre y triste humanidad.

Estoy de veras harto de ver
enriquecerse a los parásitos
y a los hijos de pulga entremezclarse
con chinches y piojos
mientras que surgen plagas de torvas garrapatas
con ojos de viciosas cucarachas.

Encabrona descubrir que en el fondo
las rosas son ortigas.
Encabrona este grito destinado al silencio.
Enrabia esta pobreza que la riqueza empuja
al espantoso extremo del hambre desmedida.
Me desespera, sí, me desespera
este amargo y sombrío 2010
y me pone la casa boca arriba
o, quizá mejor dicho, boca abajo,
la subida salvaje de los precios
y el clamor furibundo de mis deudas.

Estoy encabronado, amada mía,
Encabronado estoy hasta la última gota de mi sangre;
que me cuesta un testículo tratar de comprender
por qué sigo creyendo en las galaxias
y por qué no, de una vez por todas,
me decido arrojar al basurero la pluma y el papel
y dejo de escribir y busco un hoyo negro
y me pierdo en la nada como ese viejo sol
que en este instante acaba de morir
junto con los planetas que a su calor soñaban y vivían.

Estoy encabronado mientras cuento mis años,
ya a tres de los ochenta y pobre como ayer
y hundido en las miseria de mi hoy,
veo crecer mi cabreo,
este cabreo tan mío que, por momentos,
¡ay desesperación desesperada!,
me amarra como ves de pies y manos.
Me amarra, sí, me amarra
a la fiera y voraz dictadura del dinero,
disfrazada de astuta democracia,
aunque no obstante, vida de mi vida,
jamás nunca jamás nadie podrá impedir
que la poesía, que es libertad y amor enamorado,
en tanto respiremos y sigamos cantando,
continúe iluminando nuestras vidas.

México D. F. 17 enero 2010











LA VERDAD

Me la paso diciendo mentiras todo el día
y, todo el día, con la noche incluida,
me la paso escuchando mentiras dondequiera.
La verdad, ¡la verdad!, nadie quiere escucharla;
la verdad al desnudo a todos incomoda,
con sus raras, rarísimas, excepciones.
Si alguien, ¡ay!, la dice se queda sin verdad
y en la total ruina. Tremebundo.
Cuidado, sí, cuidado con la verdad.
Miente, miente y triunfa
y guarda la verdad, tu verdad,
en donde nadie jamás pueda encontrarla,
que si alguien encuentra tu verdad
caerás en picado en los abismos
sin fondo del fracaso.
Triunfa la mentira y la historia
está llena a rebosar de grandes triunfadores
que lo fueron a fuerza de mentiras,
y no te digo nombres porque a la vista están,
aunque sólo unos pocos, muy pocos, lo adviertan.
Guarda en la caja fuerte de tu alma la verdad
y, como yo, diviértete, jugando por jugar
y diciendo mentiras todo el día,
con la noche incluida, si quieres, más o menos,
ir pasándola sin que la hiel te amargue en demasía.
Aprende pues, amigo, a recrearte
con la píldora de la cruel realidad
dorándola de dulces y suaves mentiras.
No permitas que la verdad te cerque
con sus siempre punzantes y ásperas espinas.










DEL "VERSARIO INÚTIL Y RETÓRICO A NINGUNA"

¡0H, Ninguna,
mítica, mágica y una!

Siempre bella y seductora
e inigualable señora
y soberana invención
de mi amante corazón.

Permíteme, diosa mía,
recrear tu fantasía
y darle fuerza y color
a este imaginario amor
tan eternamente fiel
a la tinta y al papel.

¡OH, Ninguna,
mítica, mágica y una!

Tan mítica como el sol.
Mágica como el alcohol
y la forma de mirar
por primera vez el mar
los ojos limpios del niño
con sus pupilas de armiño.

¡OH, Ninguna,
mítica mágica y una!

Humildemente te ruego
que cuando me quede ciego
me prestes tus negros ojos
para evitar los abrojos
espinosos del camino
y cumplir con mi destino
que es, Ninguna, el de los dos:
Ver al unísono a Dios.

¡OH, Ninguna,
mítica, mágica y una!

Publicado en "POESIA DE VENEZUELA"
Director-Editor Pascual Venegas Filardo
Año XXIII-N° 128-Octubre-Diciembre 1985.
CARACAS, VENEZUELA.

Este fragmento del poema que, posteriormente,
he titulado "Versario inútil y absurdo" y
que aparece en el III tomo de mi obra poética
publicado por BOHODON EDICIONES, quedó
fuera y ahora aspiro a incluir en mi futuro
libro: "VERSOS PERDIDOS Y ENCONTRADOS"
México D. F., 25 Noviembre 2009



EL PERRO DE MARIA

El perro de María,
hecho de volanderas mariposas,
sigue y sigue a María
mordiéndole la falda,
pisándole la sombra,
ladrando juguetón
e iluminando el tiempo de María
de aladas y graciosas sensaciones.

El perro de María y, María, esta tarde
me devuelven la infancia,
el pueblo en que nací,
y un vaso de génesis rebosa en mi mirada
mientras que me embriago hermosamente
otra vez de inocencia bajo el sol
amando el alma niña de María en su perro.

Publicado en la Revista Literaria
de Escritores Andaluces en Sevilla,
ALDEA Núm. 15, Abril, Mayo, Junio 1991.
Directora: María Dolores Fernández Villamarciel.
SEVILLA, ESPAÑA.
Para el libro: "VERSOS PERDIDOS Y ENCONTRADOS"





PALABRAS

Como la piedra en invierno
la palabra verdecida
enmudece en el misterio.

La palabra de tu nombre
en la punta de mi lengua
enrojece de emociones.

Duerme en el viejo baúl,
que mi abuela me heredara,
un lazo de cielo azul.

Por la palabra domingo
el carmesí de tus labios
incendia los labios míos.

¡Qué aire de provincia sueña,
tras las niñas de tus ojos,
con balcones y veletas!

Las palabras pueblo y blanco
me devuelven la niñez
entre trinos de canarios.

Publicado en "POESIA DE VENEZUELA"
Año XXII-N° 128- Octubre-Diciembre 1985
Para el libro "VERSOS PERDIDOS Y ENCONTRADOS"






EL EXTRANJERO ETERNO

El hombre que yo soy, este eterno extranjero
que remuerde horizontes
con sus cortantes muelas de fiera delirante,
está triste esta noche y muele su maíz
con la cansada rueda del molino cansado
de sus cansados sueños y sus largos insomnios.
El hombre que yo soy busca y busca su nombre,
su sombra de pirú, su rama desgajada de eucalipto,
su dolor sin consuelo de amoroso cenzontle.
Viejas aguas muy viejas lo cercan y lo asfixian
encharcándole el alma, pudriéndole las carnes,
y estrellas moribundas y aerolitos longevos
queman sus vagabundos mocasines,
manchados por la grama herida de los siglos,
donde el indio caído y el español agónico
tratan de revolar en alas del peyote.
¡Ah este hombre que soy y que no soy!
Este hombre, este hombre heredero del aire y de la lluvia,
hecho de tierra y sal y ave fénix que espera,
envuelto en su doliente miércoles de ceniza,
el vivo despertar de sus telúricos y líricos volcanes,
la enrojecida noche de su lava colérica
y el aurífero barro de una aurora de pájaros canoros.
Y es que estamos aquí y es que aquí estamos,
sombrero agonizante de paja desvivida,
desgarrando la tilma amarga del vencido
y gastando en inútiles caminatas de ciego
nuestros pobres huaraches peritos en naufragios.
Y es que estamos aquí y es que aquí estamos
apenas entreviendo lo apenas entrevisto
entre esta entremezclada sangre dalia y gardenia,
y geranio y clavel, narciso y cempasúchil
y todo lo que sabe el extranjero, el eterno extranjero,
que esta noche está triste y canta, elote y luna,
aceituna y mezcal, la canción del maguey,
a gritos de nopal y envenenando el viento
con su espesa saliva de rabiosa nauyaca.










EL MAR

Toda el agua del mar
cabe en un diminuto vasito de cristal.
Toda el agua del mar no ha existido jamás.
El mar, como nosotros, es una ilusioncilla
no fácil de explicar.
El mar es como un sueño flotando en su soñar.
El mar sabe que todo tiene que naufragar
y que los hombres somos, marinos y piratas,
exiliados del mar.
Mares, ¡ay!, son los hombres,
que intuyen al llorar
la existencia del mar,
que en su interior se agita con rabia de huracán
y hambre de pescadores sin redes y sin barcas
y nada que pescar.
Sí, el mar no es un poema.
No, no es un poema el mar.
El mar sólo es el mar
y ni él ni nadie sabe y nunca se sabrá
si realmente existe, ha existido
o acaso existirá.
El mar como nosotros, rarísima verdad,
es un sueño de un sueño que va
de un sueño a otro sin poder despertar.
Es por eso que yo me embriago en mi cantar
y te digo que el agua, toda el agua del mar,
cabe en un diminuto vasito de cristal.









NO SE...

No sé qué hacer con la memoria. Escribo.
Desmemorio la flor del pensamiento.
¿Cómo explicar, amor, si muero o vivo?
En mi torre de ayer aún silba el viento.

Tu corazón precioso y compasivo
pone en mi corazón su amante acento
y mi tiempo nervioso y suspensivo
se detiene en la luz del sentimiento.

Ya sé que hacer con mi memoria, ¡claro!.
Me refugio en la sombra de tu pelo.
Tiro mi sombra al pozo del olvido.

En tu olvido de súbito me amparo
y sin recuerdo alguno ni desvelo
le doy al sin sentido un gran sentido.









PARA VICENTE CANO

Vicente Cano, amigo, aquí te envío
un soneto con sol y aire de México.
Sueño en Ciudad Real. Hiere mi léxico
la piedra de un remoto desvarío.

Una noche recuerdo, amigo mío;
un tren, una estación, un soplo eléctrico
y una llama de vela y un quimérico
y joven andaluz muerto de frío.

El invierno en España se encendía
con olor de aguardiente.Desvelado
-..."esto es Ciudad Real" -dijo un sujeto.

No sospechaba yo que volvería
todo aquello, perdido en el pasado,
hoy a Ciudad Real en un soneto.


Publicado en MANXA
Grupo Literario Guadiana
Núm. 42-Septiembre, 1988,
CIUDAD REAL, ESPAÑA
Para el libro:
"VERSOS PERDIDOS Y ENCONTRADOS"







MICRO CANTARES

Los micro días
sin micro noches, ¡ay!,
no existirían.

Los micro sueños
son traviesos haikús
en pleno juego.

Sin lo invisible
nada de lo que vemos
sería visible.

El elefante
ignora que la hormiga
es un gigante.

¡Ay!, sin lo micro,
no es posible lo macro.
No hay mar sin ríos..

El micro sol
que a diario nos alumbra
es vivo amor.

La micro rosa
nos regala su micro
y suave aroma.

La creación toda
es un micro suspiro
que canta y llora.

Lo micro micro
es la esencia esencial
de lo grandísimo.

Tu micro amor,
oh amor de mis amores,
me sabe a Dios.

Que es Dios lo micro,
que no es lo grande Dios,
que es Dios un niño.









ELLA

Piense o no piense yo en ella,
ella, muy ella, está ahí
y siempre y por siempre, ella,
piensa y piensa siempre en mí.
Ella, sí, ella, mi muerte,
que es quien me impulsa a vivir,
ya que la vida sin muerte
sería un martirio sin fin.
Se muere porque se nace.
Se nace para morir.
Muerte y vida y vida muerte
son el mismo ir y venir










ADIVINANZAS

1.-

¡Ay, que la luz no es la luz!
¡Ay, que el aire no es aire
y que el azul no es azul!

¡Que yo no soy yo, mi vida,
y tú, vida, no eres tú!

2.-

En el fondo del espejo,
el espejo, sorprendido,
intuyó que no era espejo
y se deshizo en añicos.

Los añicos no sabían
si eran lágrimas o gritos.

3.-

Más allá de la memoria
y del olvido
mentía y mentía la historia,
y aún más allá del olvido
mentía y mentía la memoria.

4.-

Si he de volver a nacer
tras mi muerte irremediable,
¿qué poder inexorable
me confirma su poder
con la fuerza irrevocable
de su insondable saber?

5.-

Sospecho que no estoy vivo.
Sospecho que soy un sueño
apenas entretejido
por las agujas del aire
y el rojo espeso del vino.
Sospecho que no soy yo
éste que está aquí contigo.
Sospecho lo que sospecho
y no sé por qué te escribo
con tinta de sol hiriente
sobre el polvo del camino
y la piel ciega del agua
del viejo y sufrido río
que, rumbo al mar, sólo espera
sumergirse en el olvido.









EL JARDÍN
-Canción-

El jardín
fue invadido por el miedo.
Los claveles, temerosos,
se encendieron
de rojos desconcertantes.
El jardín fue un desconcierto.
Se oyó el grito de una rosa
y enloqueció el jardinero.








BARRIO CHINO

Para mi Axai, la única

En el Barrio Chino, amor,
rebosó de ti mi alma.
Mi alma de ti rebosó
en bello estado de gracia,
mientras septiembre se iba
y octubre niño llegaba.
Encendí mi celular
y te dije que te hablaba
desde el callejón nostálgico
de Dolores. La mañana
y el restaurante Shanghai
me poblaban
el corazón de ternura
y música enamorada.
Escuchaba yo tu voz
y con tu voz me extasiaba
aquella mañana única,
irrepetible y fantástica,
que quiero dejar aquí,
amor, escrita y fechada.
¡Ay Barrio Chino de México!,
donde tú y yo una mañana
reinventamos nuestras vidas
jugando con las palabras.









LA ESPINA
(canción)

La espina se le enconó,
se le enconó aquella espina
en mitad del corazón.

La espina, la espina aquella,
aquella espina de amor,
de aquel amor que, al nacer,
nada más nacer, murió.









AQUEL HOMBRE
(Canción amarga)

Pidió y pidió y pidió auxilio,
auxilio en vano pidió,
y por más que pidió auxilio
nunca nadie se lo dio.
Solo entre la muchedumbre
la soledad lo cercó
y fue matando a aquel hombre
cuya voz nadie escuchó.
Pidió y pidió y pidió auxilio
desde su desolación
y jamás nunca, aquel hombre,
de los hombres, jamás nunca,
nunca jamás recibió
el auxilio que pedía
a los hombres, ya que a Dios,
aquel hombre, nunca nunca
auxilio solicitó.










AQUELLA CIUDAD

Aquella ciudad de México
en que habitó Juan Cervera
Sanchís, no era una ciudad,
que aquella ciudad no era,
que no era aquella ciudad
una ciudad, que era aquella
ciudad una torre de
Babel, en sí tan babélica,
que regía el desconcierto
y la confusión en ella.
Aquella ciudad, te digo,
no tenía pies ni cabeza,
que era aquella ciudad
una sin razón extrema.
Sus dementes habitantes
rendían culto a la demencia
y en la demencia vivían
con gozosa complacencia.
Aquella ciudad de México
en donde habitó el poeta
y donde no faltó nunca
amor y poesía en su mesa.
Aquella ciudad que no
era una ciudad, que era;
que era la ciudad de México,
una locura completa.

No hay comentarios: